01 February 2009

Lectura Bíblica Diaria 1 de Febrero: For other dates see right sidebar


Lectura Bíblica Diaria 1 de Febrero:

Isaías 30:1-32:20
El Señor ha dictado esta sentencia: "Ay de los hijos rebeldes que ejecutan planes que no son míos, que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu, que amontonan pecado sobre pecado, que bajan a Egipto sin consultarme, que se acogen a la protección de Faraón, y se refugian bajo la sombra de Egipto. ¡La protección de Faraón será su vergüenza! ¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación! Aunque en Zoán tengan funcionarios, y a Janés hayan llegado sus mensajeros, todos quedarán avergonzados por culpa de un pueblo que les resulta inútil, que no les brinda ninguna ayuda ni provecho, sino sólo vergüenza y frustración." Ésta es la sentencia que se ha dictado contra los animales del Néguev: Por tierra de dificultades y angustias, de leones y leonas, de víboras y serpientes voladoras, llevan ellos a lomo de burro las riquezas de esa nación inútil, y sus tesoros, a lomo de camello. La ayuda de Egipto no sirve para nada; por eso la llamo: "*Rahab, la inmóvil". Anda, pues, delante de ellos, y grábalo en una tablilla. Escríbelo en un rollo de cuero, para que en los días venideros quede como un testimonio eterno. Porque éste es un pueblo rebelde; son hijos engañosos, hijos que no quieren escuchar la enseñanza del Señor. A los videntes les dicen: "¡No tengan más visiones!", y a los profetas: "¡No nos sigan profetizando la verdad! Dígannos cosas agradables, profeticen ilusiones. ¡Apártense del camino, retírense de esta senda, y dejen de enfrentarnos con el *Santo de Israel!" Así dice el Santo de Israel: "Ustedes han rechazado esta palabra; han confiado en la opresión y en la perversidad, y se han apoyado en ellas. Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará! Su iniquidad quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna." Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel: "En el arrepentimiento y la calma está su Salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer! Se resisten y dicen: Huiremos a caballo. ¡Por eso, así tendrán que huir! Dicen: Cabalgaremos sobre caballos veloces. ¡Por eso, veloces serán sus perseguidores! Ante la amenaza de uno solo; mil de ustedes saldrán huyendo; ante la amenaza de cinco, huirán todos ustedes; hasta quedar abandonados como un mástil en la cima de una montaña, como una señal sobre una colina." Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan! Pueblo de *Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tu maestro no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: "Éste es el camino; síguelo." Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como cosa impura, y les dirás: "¡Fuera de aquí!" El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor forraje, aventado con bieldo y horquilla. En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros. ¡Miren! El *nombre del Señor viene de lejos, con ardiente ira y densa humareda. Sus labios están llenos de furor; su lengua es como un fuego consumidor. Su aliento es cual torrente desbordado que llega hasta el cuello, para zarandear a las naciones en la zaranda destructora. un freno que los desvía. Ustedes cantarán como en noche de fiesta solemne; su corazón se alegrará, como cuando uno sube con flautas a la montaña del Señor, a la *Roca de Israel. El Señor hará oír su majestuosa voz, y descargará su brazo: con rugiente ira y llama de fuego consumidor, con aguacero, tormenta y granizo. La voz del Señor quebrantará a Asiria; la golpeará con su bastón. Cada golpe que el Señor descargue sobre ella con su vara de castigo será al son de panderos y de arpas; agitando su brazo, peleará contra ellos. Porque Tofet está preparada desde hace tiempo; está dispuesta incluso para el rey. Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha, con abundancia de fuego y leña; el soplo del Señor la encenderá como un torrente de azufre ardiente. ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en la caballería, de los que confían en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no toman en cuenta al Santo de Israel, ni buscan al Señor! Sin embargo, el Señor es también sabio, y traerá calamidad, y no se retractará de sus palabras. Se levantará contra la dinastía de los malvados, contra los que ayudan a los malhechores. Los egipcios, en cambio, son hombres y no dioses; sus caballos son carne y no espíritu. Cuando el Señor extienda su mano, tropezará el que presta ayuda y caerá el que la recibe. ¡Todos juntos perecerán! Porque así me dice el Señor: "Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el Señor *Todopoderoso descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre. Como aves que revolotean sobre el nido, así también el Señor Todopoderoso protegerá a Jerusalén; la protegerá y la librará, la defenderá y la rescatará." Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente! Porque en aquel día cada uno de ustedes rechazará a los ídolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron. "Asiria caerá a espada, pero no de hombre; una espada, pero no de hombre, la consumirá. Huirá para escapar de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados. A causa del terror caerá su fortaleza; ¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!" Lo afirma el Señor, cuyo fuego está en Sión, y cuyo horno está en Jerusalén. Miren, un rey reinará con rectitud y los gobernantes gobernarán con justicia. Cada uno será como un refugio contra el viento, como un resguardo contra la tormenta; como arroyos de agua en tierra seca, como la sombra de un peñasco en el desierto. No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen. La mente impulsiva comprenderá y entenderá, la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad. Ya no se llamará noble al necio ni será respetado el canalla. Porque el necio profiere necedades, y su mente maquina iniquidad; practica la impiedad, y habla falsedades contra el Señor; deja con hambre al hambriento, y le niega el agua al sediento. El canalla recurre a artimañas malignas, y trama designios infames; destruye a los pobres con mentiras, aunque el necesitado reclama justicia. El noble, por el contrario, concibe nobles planes, y en sus nobles acciones se afirma. Mujeres despreocupadas, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles! Ustedes, que se sienten tan confiadas, en poco más de un año temblarán; porque fallará la vendimia, y no llegará la cosecha. Mujeres despreocupadas, ¡estremézcanse! Ustedes, que se sienten tan confiadas, ¡pónganse a temblar! Desvístanse, desnúdense; pónganse ropa de luto. Golpéense el pecho, por los campos agradables, por los viñedos fértiles, por el suelo de mi pueblo cubierto de espinos y de zarzas, por todas las casas donde hay alegría y por esta ciudad donde hay diversión. La fortaleza será abandonada, y desamparada la ciudad populosa; para siempre convertidas en cuevas quedarán la ciudadela y la atalaya; convertidas en deleite de asnos, en pastizal de rebaños, hasta que desde lo alto el Espíritu sea derramado sobre nosotros. Entonces el desierto se volverá un campo fértil, y el campo fértil se convertirá en bosque. La justicia morará en el desierto, y en el campo fértil habitará la rectitud. El producto de la justicia será la paz; tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto. Mi pueblo habitará en un lugar de paz, en moradas seguras, en serenos lugares de reposo. Aunque el granizo arrase con el bosque y la ciudad sea completamente allanada, ¡dichosos ustedes, los que siembran junto al agua, y dejan sueltos al buey y al asno!


Psalms 50:
Habla el Señor, el Dios de dioses: convoca a la tierra de oriente a occidente. Dios resplandece desde Sión, la ciudad bella y perfecta. Nuestro Dios viene, pero no en silencio; lo precede un fuego que todo lo destruye, y en torno suyo ruge la tormenta. El Señor convoca a los cielos y a la tierra, para que presencien el juicio de su pueblo: "Reúnanme a los consagrados, a los que pactaron conmigo mediante un sacrificio." El cielo proclama la justicia divina: ¡Dios mismo es el juez! Selah. "Escucha, pueblo mío, que voy a hablar; Israel, voy a testificar contra ti: ¡Yo soy tu Dios, el único Dios! No te reprendo por tus sacrificios ni por tus holocaustos, que siempre me ofreces. No necesito becerros de tu establo ni machos cabríos de tus apriscos, pues míos son los animales del bosque, y mío también el ganado de los cerros. Conozco a las aves de las alturas; todas las bestias del campo son mías. Si yo tuviera hambre, no te lo diría, pues mío es el mundo, y todo lo que contiene. ¿Acaso me alimento con carne de toros, o con sangre de machos cabríos? ¡Ofrece a Dios tu gratitud, cumple tus promesas al Altísimo! Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás." Pero Dios le dice al malvado: "¿Qué derecho tienes tú de recitar mis leyes o de mencionar mi pacto con tus labios? Mi instrucción, la aborreces; mis palabras, las desechas. Ves a un ladrón, y lo acompañas; con los adúlteros te identificas. Para lo malo, das rienda suelta a tu boca; tu lengua está siempre dispuesta al engaño. Tienes por costumbre hablar contra tu prójimo, y aun calumnias a tu propio hermano. Has hecho todo esto, y he guardado silencio; ¿acaso piensas que soy como tú? Pero ahora voy a reprenderte; cara a cara voy a denunciarte. "Ustedes que se olvidan de Dios, consideren lo que he dicho; de lo contrario, los haré pedazos, y no habrá nadie que los salve. Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación."


Proverbios 15
La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos. La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu. El necio desdeña la corrección de su padre; el que la acepta demuestra prudencia. En la casa del justo hay gran abundancia; en las ganancias del malvado, grandes problemas. Los labios de los sabios esparcen conocimiento; el corazón de los necios ni piensa en ello. El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos. El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia. Para el descarriado, disciplina severa; para el que aborrece la corrección, la muerte. Si ante el Señor están el sepulcro y la muerte, ¡cuánto más el corazón humano! Al insolente no le gusta que lo corrijan, ni busca la compañía de los sabios. El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu. El corazón entendido va tras el conocimiento; la boca de los necios se nutre de tonterías. Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz siempre es día de fiesta. Más vale tener poco, con temor del Señor, que muchas riquezas con grandes angustias. Más vale comer verduras sazonadas con amor que un festín de carne sazonada con odio. El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua. El camino del perezoso está plagado de espinas, pero la senda del justo es como una calzada. El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre. Al necio le divierte su falta de juicio; el entendido endereza sus propios pasos. Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan. Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna. El sabio sube por el sendero de vida, para librarse de caer en el *sepulcro. El Señor derriba la casa de los soberbios, pero mantiene intactos los linderos de las viudas. El Señor aborrece los planes de los malvados, pero le agradan las palabras puras. El ambicioso acarrea mal sobre su familia; el que aborrece el soborno vivirá. El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad. El Señor se mantiene lejos de los impíos, pero escucha las oraciones de los justos. Una mirada radiante alegra el corazón, y las buenas noticias renuevan las fuerzas. El que atiende a la crítica edificante habitará entre los sabios. Rechazar la corrección es despreciarse a sí mismo; atender a la reprensión es ganar entendimiento. El temor del Señor es corrección y sabiduría; la humildad precede a la honra.

Juan 3:

CAPÍTULO 3
(30 d.C.)
NICODEMO

Y HABÍA un hombre de los Fariseos, que se llamaba Nicodemo (fue dicho que era uno de los tres hombres más ricos en Jerusalén), Prominente entre los Judíos (un miembro del Sanedrín, el cuerpo Gobernante de Israel). 2 Éste vino a Jesús de noche (no se sabe exactamente por qué vino él de noche), y Le dijo, Rabí, nosotros sabemos que has venido de Dios como Maestro (el pronombre “nosotros” podría indicar que Nicodemo representaba a algunos miembros del Sanedrín; aquí Nicodemo se dirigió a Cristo como hombre y no como Dios; la Cruz le cambiaría): porque nadie puede hacer estas Señales que Tú haces, si no fuere Dios con Él (¡en esto, tiene razón!). 3 Respondió Jesús y le dijo (presenta una contestación completamente distinta de la que él esperaba), De cierto, de cierto, te digo, Que él que no naciere de nuevo (el término, “Nacer de Nuevo,” quiere decir que el hombre ya ha tenido un nacimiento natural, pero ahora tiene que haber un Nacimiento Espiritual, lo cual acontece por Fe en Cristo, y lo que Él hizo en la Cruz por nosotros, y es obtenible por todos), no puede ver el Reino de Dios (en realidad quiere decir que sin el Nuevo Nacimiento, no se puede entender o comprender el “Reino de Dios”). 4 Le dice Nicodemo, ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? (Se refiere a este líder espiritual de Israel como que le faltaba conocimiento con respecto a todo lo que Jesús le estaba diciendo. Si él hubiese realmente “Nacido de Nuevo,” hubiese entendido estos términos.) ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? (Parece que no sabía el lenguaje de los Profetas acerca de la circuncisión del corazón [Deut. 30:6; Jer. 4:4], y acerca de un corazón duro y un espíritu recto [Sal. 51:10; Ezeq. 36:26-27].) 5 Respondió Jesús, De cierto, de cierto, te digo, Que el que no naciere de agua y del Espíritu (la frase, “Naciere de agua,” se refiere al nacimiento natural, lo que Jesús menciona en el siguiente Versículo, y es propio a un bebé cuando nace; “Nacido del Espíritu” se refiere a un Nacimiento Espiritual, que solamente Dios efectúa; y no se refiere tampoco al Bautismo en Agua), no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es (tiene que ver con el nacimiento natural, y es ilustrado, como se expresó anteriormente, por la frase, “Naciere de agua”); y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (tiene que ver con lo que es únicamente de Dios; la [carne] no tiene relación alguna al [Espíritu] y no pueden ser unidos). 7 No te maravilles de que te dije, Os es necesario nacer otra vez (es evidente que se dirige a la sorpresa, que debió haberse reflejado en el semblante de Nicodemo). 8 El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde vaya (presenta la manera cómo Jesús explica la experiencia de “Nacer de Nuevo”; Él la compara con el viento que viene y va, pero es imposible distinguir exactamente cómo): así es todo aquel que es nacido del Espíritu (es un nacimiento espiritual, por eso no se puede explicar intelectualmente). 9 Respondió Nicodemo y Le dijo, ¿Cómo puede esto hacerse? (No haber “Nacido de Nuevo” en ese determinado momento, y a pesar de su gran inteligencia en otras aspectos, no tiene entendimiento alguno de esta gran Verdad; ¡él es religioso pero perdido!) 10 Respondió Jesús y le dijo, ¿Tú eres un Maestro de Israel (le tenían en cuenta como uno de los grandes líderes espirituales de Israel), y no sabes esto? (Como líder espiritual, él debería conocer el Camino de la Salvación, pero lo triste es que él no lo conocía.) 11 De cierto, de cierto, te digo, Que lo que sabemos hablamos (Jesús se refería de la Deidad Trino, y también de todos los “Apóstoles y Profetas”; en esencia, Él se refiere a la Palabra de Dios, y estaba dirigiendo a Nicodemo a aquella Fuente en vez de la tradición), y lo que hemos visto, testificamos (quiere decir que realmente se puede “ver” el fruto o ventajas de este “Testimonio,” es decir, “la Palabra de Dios”); y no recibís nuestro testimonio (tiene que ver con el Sanedrín Judaico). 12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis (se refiere al tipo y acontecimientos terrenales en la Biblia, tales como los Sacrificios y Días de Fiesta, etc., que sin duda Nicodemo había leído muchas veces, pero estaba tan ciego que él no veía ni creía sus lecciones), ¿cómo creeréis si os dijere las Celestiales? (En efecto, nos dice que si conociéramos a Jesús como Dios [lo Celestial], debemos conocer primero a Jesús y la Encarnación [lo terrenal]. Nicodemo se había dirigido a Jesús como simplemente un “Maestro.” Entonces hasta que él entienda a Dios hecho carne y que mora entre los hombres, él no entenderá los asuntos Celestiales.) 13 Y nadie subió al Cielo, sino El Que descendió del Cielo (Él bajó del Cielo y se hizo Hombre, y aproximadamente tres años y medio más tarde subirá al Cielo, cuando Su Misión se haya cumplido), aun el Hijo del Hombre que está en el Cielo (mejor traducido, “que es del Cielo”). 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto (se refiere a Núm. 21:5-9; “la serpiente” representa a Satanás que es el autor del pecado), así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado (se refiere a Cristo siendo levantado sobre la Cruz, que con sólo eso se puede derrotar a Satanás y al pecado): 15 Para que todo aquel (destruye la explicación errónea de la predestinación hiper-Calvinística, es a saber, que algunos están predestinados para ser salvos, mientras todos los demás están predestinados para estar perdidos; la palabra “todo aquel” quiere decir que ninguno está excluido de ser perdido, y ninguno está excluido de ser salvo) que en Él creyere (cree en Cristo y lo que Él hizo en la Cruz; de otro modo, perece), no se pierda, sino que tenga Vida Eterna (la Vida de Dios, El Que es el Único Dios Sempiterno, Quien tiene la vida en Sí Mismo, y que Únicamente tiene la inmortalidad). 16 Porque de tal manera amó Dios al mundo (presenta la clase de Amor que es de Dios), que ha dado a Su Hijo Unigénito (Le entregó a la Cruz, ya que esto es lo que se exige para redimir a la humanidad), para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga Vida Eterna. 17 Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo, para que condene al mundo (quiere decir que el Objetivo de la Misión de Cristo era Salvar, pero el asunto para aquéllos que lo rechazan debe y sólo puede ser la condena); mas para que el mundo sea salvo por Él (Jesucristo es la única Salvación para el mundo; ¡no hay ninguna otra! además, Él es la Salvación solamente mediante de la Cruz; en consecuencia, la Cruz debe ser siempre el Objetivo de nuestra Fe). 18 El que en Él cree, no es condenado (no está condenado para estar eternamente perdido en el Lago de Fuego para siempre jamás [Apoc. 20:11-15]): mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios (todo esto se refiere a Cristo y lo que Él hizo en la Cruz a fin de redimir a la humanidad; la Salvación nunca es por obras, sino por la Gracia por medio de la Fe, siempre con la Cruz como Objeto de aquella Fe). 19 Y esta es la condenación, porque la Luz vino al mundo (se refiere a Jesús como la “Luz”; ¡no hay ninguna otra!), y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, porque sus obras eran malas (el gran castigo del pecado es el deseo pecaminoso; el amor a las tinieblas es la consecuencia de los malos caminos del hombre; el rechazo de Jesucristo no es la causa de la perdición del hombre, sino más bien el resultado de ello). 20 Porque todo aquel que hace lo malo aborrece la Luz (presenta una reprensión notable a Nicodemo con un empujón intenso de una espada afilada, diciéndole que los malhechores eligen las tinieblas, entonces, ¿por qué vino este Fariseo de noche?), y no viene a la Luz, para que sus obras no sean redargüidas (aceptar verdaderamente a Jesús significa la Revelación y la condenación de todo mal camino, que es totalmente diferente a las religiones del mundo que no revelan nada; la “Luz” automáticamente revela lo que las tinieblas oculta). 21 Mas el que obra verdad viene a la Luz (El Espíritu Santo coloca el deseo por la verdad en el corazón del hombre, por medio de la Palabra revelada de Dios; si la persona sinceramente quiere “hacer la verdad,” entonces debe aceptar a Cristo, ya que Cristo es la única “Luz”), para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios (el gran cambio que ocurre en la vida del pecador que ahora Cree y acepta a Cristo; las acciones perversas son borradas para siempre en la Sangre del Cordero de Dios, y ponen en su lugar las acciones de justicia). 22 Pasado esto vino Jesús con Sus Discípulos a la tierra de Judea (quiere decir que Jesús y Sus Discípulos dejaron la metrópoli de Jerusalén, donde la hostilidad ya comenzaba a aumentar, sobre todo considerando Su purificación del Templo; fueron a otras partes de Judea); y estaba allí con ellos, y bautizaba (Él Mismo en realidad no hizo ningún bautismo; sino fueron Sus Discípulos, mas sin duda fue bajo Su Dirección; La Escritura parece indicar que esta práctica no se realizó por mucho tiempo; sin duda Cristo lo hizo para validar el Ministerio de Juan el Bautista, cuyo gran énfasis fue el Bautismo en Agua).
JUAN EL BAUTISTA
23 Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas (se cree que estaba situado a unos 75 kilómetros [50 millas] al norte de Jerusalén en Samaria): y venían, y eran bautizados (significa que las multitudes siguieron viniendo, pero en realidad ya disminuían para ese entonces). 24 Porque Juan no había sido aún puesto en la cárcel (el Espíritu Santo nos dice aquí que el Ministerio de Juan el Bautista estaba a punto de concluir). 25 Y hubo cuestión entre los discípulos de Juan y los Judíos acerca de la purificación (¡fue un debate muy airado! el debate se trataba de la cantidad de leyes y rituales inventados por los Fariseos; en otras palabras, ¡mucho ruido y pocas nueces!). 26 Y vinieron a Juan, y le dijeron, Rabí, El Que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del Cual tú diste testimonio (Jesús), he aquí, bautiza, y todos vienen a Él (intentaron instigar rivalidad entre Cristo y Juan, y más concretamente para degradar a Juan). 27 Respondió Juan y dijo, No puede el hombre recibir algo, si no le fuere dado del Cielo (el Ministerio de Juan era de Dios y, por lo tanto, del Cielo; y el Ministerio de Cristo era de Dios y, por lo tanto, del Cielo; por consiguiente, ellos se complementaban el uno al otro; ¡no había rivalidad alguna!). 28 Vosotros mismos me sois testigos que dije, Yo no soy el Cristo (quiere decir que él era servil y sumiso a Aquél Quién realmente es el Cristo), sino que soy enviado delante de Él (declara el hecho de que Juan estaba bajo la autoridad de Cristo, y no la autoridad de los Fariseos, o cualquier parte de la jerarquía religiosa de Israel). 29 El que tiene la novia, es el novio (decía que todas las almas que él ha ganado en realidad le pertenecen a Jesús, y no a él, porque Jesús es el “Novio”; en consecuencia, no se ofende por las grandes multitudes que iban a Jesús, que en un principio habían venido a él): mas el amigo del novio (lo que Juan concluye que eso era él), que está en pie y Le oye (se refiere al Ministerio de Cristo, que excede todo lo que Juan jamás podría haber conjeturado), se goza grandemente de la Voz del novio (se refiere al Ministerio de Cristo): así pues, este mi gozo es cumplido (Juan no sólo había “realizado” su misión, sino que se sintió “realizado”). 30 A Él conviene crecer (Él siempre debe “crecer,” no los hombres, ni las denominaciones u oficinas religiosas, ni la Virgen María, ni los Apóstoles, etc.), mas a mí menguar (los Ministros del Nuevo Convenio deben tomar nota de la Alabanza Divina y la auto-negación, cuando le preparamos el Camino del Señor a los corazones humanos; debemos escondernos detrás de la Gloria mayor de nuestro Señor; somos exitosos, sólo cuando tenemos éxito en hacer esto). 31 El que de arriba viene, sobre todos es (se refiere al hecho de que Cristo era un hombre, pero sobre todo que Él era más que hombre, de hecho, Dios): el que es de la Tierra, terrenal es, y cosas terrenales habla (se refiere a todos los hombres, hasta los grandes Profetas, que son indispensablemente limitados): El que viene del Cielo, sobre todos es (¡coloca a Cristo en una categoría por encima de todos los hombres, justo como Él debe ser!). 32 Y lo que vio y oyó, esto testifica (se refiere a lo que Jesús recibió del Padre, que atestiguó de Él y Él de ello); y nadie recibe Su Testimonio (quiere decir que ningún hombre contribuyó a Su Testimonio, sino que todo fue de Dios). 33 El que recibe Su Testimonio (se refiere a todos los que han creído en Su Nombre y Lo han aceptado como Señor y Salvador), éste ha puesto Su Sello que Dios es verdadero (tiene que ver con el hombre que recibe el testimonio del Hijo como el Dador de la Vida Eterna; así como el testimonio de Jesús es verdadero en todo sentido, así describe que Dios es verdadero a Su Palabra). 34 Porque El Que Dios envió las Palabras de Dios habla (se refiere a Cristo Quien siempre tenía la Mente de Dios y, por lo tanto, la Palabra de Dios): porque no Le da Dios el Espíritu por medida (se refiere al hecho de que todas las personas, quien sea que fuese, y aun el mejor, mientras que teniendo el Espíritu Santo, fue por “medida,” que no fue así con Jesús; Él tenía el Espíritu en su totalidad, por lo tanto, las constantes sanidades y milagros). 35 El Padre ama al Hijo (se refiere a la Encarnación, y lo que Cristo haría para redimir a la humanidad), y todas las cosas dio en Su Mano (se refiere al gran Plan de Redención que el Señor Jesucristo llevaría a cabo). 36 El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna (le declara a todos el sencillo Plan de la Salvación; las consecuencias son eternas): más el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida (significa que hay sólo un modo para ser salvo, y es confiar en Cristo y lo que Él hizo por nosotros en la Cruz); sino que la ira de Dios está sobre él (la única manera para ser limpio del pecado es por la Sangre Preciosa de Cristo, y nuestra Fe en esa Obra Terminada; no hacer esto significa que el pecado permanece, y por siempre la Ira de Dios debe estar opuesto al pecado, y a aquéllos que lo permiten que permanezca en sus vidas).


1 Corintios 13:1-13
« El amor » Si yo hablara lenguas humanas o angélicas, pero no tengo amor, seré como una campana que suena o un platillo que retiñe. Si profetizara, y conociera todo lo que está oculto, y entendiera todas las cosas; y si fuera tanta mi fe que pudiera trasladar montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Si diera a los pobres hasta el último de mis bienes terrenales, y aun si entregara mi cuerpo para que me quemasen vivo, pero no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente y benigno; el amor no tiene celos ni envidia; el amor no es presumido ni vanidoso; no hace nada indebido, ni es egoísta, irritable o rencoroso; no se alegra de la injusticia, mas se alegra si triunfa la verdad. El amor sufre sin desánimo, no desconfía de nada, no pierde la esperanza y soporta toda adversidad. Llegará el tiempo en que se acaben las profecías, y en que no se hablará ya en lenguas ni el saber será necesario; pero el amor nunca dejará de ser. Lo que ahora conocemos y profetizamos es parcial; pero entonces, cuando venga lo perfecto, lo parcial será eliminado. Mientras yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero cuando alcancé la edad adulta, las cosas propias de un niño quedaron atrás. De igual modo, lo que ahora conocemos es oscuro, como la imagen imprecisa de un espejo defectuoso; pero un día veremos cara a cara, con toda claridad. Mi conocimiento es hoy parcial, pero entonces conoceré perfectamente, como Dios me conoce a mí. Tres cosas hay de valor inmutable: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más importante es el amor.


Hebreos 10:35-39 Pase lo que pase, no perdáis nunca la confianza que habéis puesto en el Señor, porque junto con ella os espera un gran galardón. 36 Pero es preciso que perseveréis en el cumplimiento de la voluntad de Dios, si de veras deseáis recibir lo que él os tiene prometido. 37 Recordad lo que dicen las Escrituras: Todavía un poco de tiempo y vendrá el que ha de venir: no se retrasará. 38 Pero el que es justo por la fe vivirá,aunque si se volviera atrás, no me agradaría. 39 Mas nosotros no somos de los que se vuelven atrás, lo cual redundaría en nuestra perdición; sino, al contrario, somos de los que por su fe en Dios tienen garantizada la salvación del alma.Hebreos 11:1-40 « Por la fe » La fe es la certidumbre de lo que se espera, la convicción de alcanzar lo que no se ve. 2 Los hombres de Dios que vivieron en tiempos antiguos destacaron por su fe. 3 Por la fe hemos podido entender que el universo entero surgió por la palabra de Dios, quien de lo que no se veía hizo todo lo que ahora vemos. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio excelente, mucho más valioso que el de su hermano Caín. Al Señor le agradaron las ofrendas de Abel, y lo manifestó aceptándolo como justo; y aunque han transcurrido tantos años desde su muerte, Abel sigue hablándonos por medio de la fe. 5 Por la fe Enoc, sin haber conocido la muerte, fue llevado al cielo y nadie lo volvió a ver. Dios se lo llevó, habiéndole antes manifestado que le agradaba porque confiaba en él. 6 La fe es, pues, necesaria para agradar a Dios. Por eso, todo el que quiera acercarse a Dios debe creer que existe y que premia a los que sinceramente le buscan. 7 Por la fe Noé, cuando Dios le advirtió acerca del diluvio que iba a sobrevenir, y antes de apreciarse el más leve indicio de su llegada, comenzó a construir con diligencia el arca en la que él y su familia habían de salvarse. Con su fe puso Noé de relieve el pecado y la incredulidad del resto del mundo, y obtuvo la aprobación de Dios, que por esa fe lo aceptó como justo. 8 Por la fe Abraham, cuando Dios le ordenó que abandonase su país natal, emprendió la marcha hacia el remoto lugar que el Señor iba a darle como herencia. Partió sin saber a dónde se dirigía, 9 y cuando llegó a la tierra prometida vivió por la fe como un extranjero, habitando en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, quienes también recibieron como herencia la promesa de Dios. 10 Así vivió Abraham, porque con toda confianza esperaba llegar a la ciudad celestial, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 Por la fe Sara tuvo un hijo, a pesar de ser estéril y de edad avanzada. Lo dio a luz porque creyó que Dios, en su infinita fidelidad, había de cumplir su promesa. 12 De este modo surgió toda una nación a partir de Abraham, aun cuando él era demasiado anciano para tener hijos; y es tal la multitud de los que pueden llamarse descendientes suyos, que contarlos es tan imposible como contar las estrellas del cielo o los granos de arena del mar. 13 Sin embargo, todos estos hombres, aunque tenían puesta su fe en Dios, murieron sin haber visto hecho realidad lo prometido; en cambio, sí que vieron con los ojos de la fe que allá a lo lejos les esperaba el pleno cumplimiento de las promesas de Dios; por lo cual reconocieron y confesaron que este mundo no era el suyo, y que tan sólo como extranjeros y peregrinos transitaban por él. 14 Evidentemente, ellos tenían puesta la mirada en su verdadera patria, a la que anhelaban arribar; 15 de otra manera, tiempo hubiesen tenido de regresar al mismo lugar de donde un día partieron. 16 Pero no era ese su deseo, sino que cifraron todos sus anhelos en llegar a un mejor destino, la patria celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les tenía preparada la ciudad eterna. 17 Abraham, cuando fue probado, confiando en las promesas que Dios le había hecho se dispuso a ofrecer en sacrificio a Isaac, su hijo único, 18 de cuya descendencia se le había dicho que iba a surgir toda una nación. 19 Porque Abraham estaba seguro de que, aunque muriera Isaac, Dios era poderoso para levantarlo de la muerte; lo cual, en cierto sentido figurado, es lo que sucedió, pues Isaac siguió viviendo cuando ya su padre lo daba por muerto. 20 Por la fe Isaac bendijo a sus hijos Jacob y Esaú respecto de cosas que todavía estaban por venir. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró a Dios apoyado en el extremo de su bordón. 22 Por la fe José, al morir, se refirió al día en que Dios había de sacar de Egipto al pueblo de Israel; y persuadido de lo que decía, ordenó que llevaran con ellos sus restos mortales. 23 Por la fe, al nacer Moisés y ver sus padres que era un niño muy hermoso, decidieron ocultarlo por espacio de tres meses, desafiando de ese modo, sin temor, el decreto dictado por el rey. 24 Por la fe Moisés, ya adulto, rehusó disfrutar de los privilegios propios de un hijo de la hija del faraón, 25 y en vez de gozar los placeres efímeros del pecado, escogió ser maltratado junto con el pueblo de Dios. 26 Entendiendo que el ser vituperado como luego lo fue Cristo era una riqueza mayor que todos los tesoros egipcios, puso su mirada en la recompensa que Dios había de darle. 27 Así, por la fe salió Moisés de Egipto sin temor a la ira del rey, y se mantuvo firme, como si estuviera viendo al Invisible, a Dios, caminar a su lado. 28 Por la fe celebró la Pascua y roció el dintel de las puertas con sangre de cordero, para que el ángel mandado por Dios a destruir a los primogénitos egipcios no matase a los hebreos. 29 Y por la fe cruzó el pueblo de Israel el mar Rojo como si anduviera por tierra seca, mientras que todos los egipcios que los perseguían, al tratar de hacer lo mismo, perecieron ahogados. 30 Por la fe cayeron las murallas de Jericó después que el pueblo de Israel marchó alrededor de ellas durante siete días. 31 Por la fe Rahab, la prostituta que había recibido amistosamente a los espías israelitas, no murió junto con los demás habitantes de su ciudad, los que rehusaron obedecer a Dios. 32 ¿Qué más puedo decir? Tiempo me faltaría para referir los hechos de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté y David, y también de Samuel y de los profetas. 33 Todos ellos, movidos por la fe, lograron conquistar reinos, administraron justicia rectamente y obtuvieron lo que Dios les había prometido; cerraron bocas de leones 34 y apagaron grandes incendios; escaparon de morir a mano armada, recibieron fuerzas en su debilidad, fueron poderosos en la guerra y rechazaron a ejércitos extranjeros. 35 Por la fe algunas mujeres recobraron resucitados a sus seres amados; pero hubo quienes, aunque fueron torturados hasta la muerte, rehusaron ser liberados, porque confiaban en resucitar a una vida mejor. 36 Otros fueron infamados y azotados, hechos presos y metidos en mazmorras; 37 y otros murieron apedreados, aserrados o a punta de espada; anduvieron de acá para allá, sin rumbo fijo, vestidos con pieles de oveja o de cabra, careciendo de todo, angustiados y maltratados. 38 ¡El mundo no era digno de ellos, que huían errantes por desiertos y por montes y se ocultaban en las cavernas y las cuevas de la tierra! 39 Sin embargo, a pesar de tener bien acreditada su fe, ninguno de ellos llegó a ver el cumplimiento de las promesas, 40 porque Dios no quiso que se nos adelantaran a recibir la superior recompensa que nos tenía preparada.Hebreos 12:1-4 « Dios disciplina a sus hijos » Por cuanto todos nosotros estamos rodeados de tan gran número de testigos, despojémonos de cualquier carga que pueda impedirnos correr bien, especialmente del pecado que nos agobia y nos hace tropezar y caer. Corramos luego con perseverancia la carrera que tenemos propuesta, 2 puestos los ojos en Jesús, el autor y perfeccionador de la fe, a quien no le importó sufrir el oprobio de la muerte vergonzosa en una cruz, sino que aceptó morir en ella sabiendo el gozo que le esperaba. Miremos, pues, a Jesús, que ahora ocupa el lugar de honor a la derecha de Dios. 3 Cuando os sintáis cansados o decaídos, acordaos de la paciencia con que Jesús soportó el ser maltratado por sus verdugos. 4 Porque vosotros, al fin y al cabo, aún no habéis tenido que derramar vuestra sangre combatiendo contra el pecado.


Romans 8:1-39
« Vida mediante el Espíritu » Ahora pues, a quienes pertenecemos a Cristo Jesús no nos espera ya ninguna condenación, 2 porque la ley del poderoso Espíritu de vida que recibimos por medio de la fe en Cristo Jesús, nos libera de la ley del pecado y de la muerte. 3 El mero conocimiento de la ley de Dios no nos libra de las garras del pecado, porque no somos capaces de cumplirla. Por eso, a fin de darnos la salvación, envió Dios a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro (pero sin pecado), y al entregarlo en sacrificio a causa de nuestros pecados, destruyó el dominio que el pecado ejercía sobre nosotros. 4 Por lo tanto, podremos obedecer a la ley de Dios si nos dejamos guiar por el Espíritu Santo, en vez de obedecer los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa. 5 Los que se dejan dominar por su naturaleza pecaminosa, solo piensan en cómo complacer a su propia naturaleza; pero los que viven conforme al Espíritu Santo, piensan en las cosas propias del Espíritu. 6 Porque la intención del Espíritu es vida y paz; en cambio, la intención de la naturaleza pecaminosa es muerte, 7 porque la intención de la naturaleza pecaminosa es rebeldía contra Dios: nunca ha obedecido a la ley de Dios ni nunca podrá obedecerla. 8 Por eso, los que viven sometidos al dominio de su propia naturaleza pecaminosa jamás podrán agradar a Dios. 9 Pero vosotros no vivís conforme a esa naturaleza, sino que estáis bajo el dominio del Espíritu, si es que verdaderamente el Espíritu de Dios habita en vosotros (digo esto para recordaros que quien en su interior no tenga el Espíritu de Cristo, no es de Cristo) 10 Pero si Cristo vive en vosotros, vuestros cuerpos ciertamente están muertos a causa del pecado, pero vuestros espíritus viven para hacer lo que es bueno y justo. 11 Y si el Espíritu de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en vosotros, él mismo hará que vuestros cuerpos mortales retornen a la vida mediante el mismo Espíritu que vive en vosotros. 12 Así que, amados hermanos, no tenéis que sentiros obligados a satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. 13 Si seguís haciéndolo, estaréis perdidos y moriréis. Por el contrario, si con el poder del Espíritu Santo destruís las obras propias de la naturaleza pecaminosa, viviréis; 14 porque los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios. 15 Pensad además que vosotros no habéis recibido un espíritu que os mantenga sujetos a viejas condiciones de esclavitud y temor, sino el Espíritu mediante el cual, como hijos adoptados por Dios, podemos llamarle Padre. 16 Esto es algo que el Espíritu Santo, hablándonos desde lo profundo de nuestro propio espíritu, nos enseña y asegura: que verdaderamente somos hijos de Dios. 17 Y pues que somos sus hijos, somos también sus herederos, herederos de Dios y coherederos con Cristo, para compartir con él las riquezas de su gloria habiendo compartido también sus sufrimientos. « La gloria futura » 18 Acerca de esto quiero hacer constar mi absoluta convicción de que nuestros sufrimientos actuales no pueden compararse con la gloria de la vida eterna que Dios nos dará. 19 Esa vida llegará el día en que Dios se revele a sus hijos, el día que la creación entera aguarda con ardiente anhelo. 20 Pues la creación, el universo creado por Dios, quedó sometida a fracaso y vaciedad, no de grado, sino porque Dios la sometió. Aunque no lo hizo sin dar lugar a la esperanza 21 de que toda ella llegará también a ser liberada de la esclavitud de la corrupción, para gozar de la misma gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que, hasta que llegue ese día, la naturaleza entera estará padeciendo, como gimiendo con dolores de parto ante la expectativa del gran acontecimiento. 23 Y no solo ella, sino nosotros mismos, que clamamos por ser liberados de aflicciones y sufrimientos a pesar de llevar en nuestro interior el Espíritu Santo como un anticipo de la gloria venidera. Nosotros también gemimos, esperando con ansiedad el día en que nuestra adopción como hijos incluya la renovación eterna de nuestro cuerpo mortal. 24 Porque en esperanza ya hemos sido salvados, pero todavía no hemos visto la herencia prometida, aunque la aguardamos con la firme esperanza de recibirla en su debido momento. 25 Y ese esperar lo que aún no vemos, nos enseña a tener paciencia y confianza. 26 De igual manera, el Espíritu Santo nos ayuda a superar nuestra humana debilidad; porque ni siquiera sabemos qué debemos pedir ni cómo pedirlo, y es el Espíritu Santo el que ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, que conoce hasta lo más íntimo del corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros de acuerdo con la voluntad de Dios. « Más que vencedores » 28 Sabemos también que a quienes aman a Dios y responden a su llamamiento para entrar a formar parte de su plan, todo cuanto pueda sucederles redundará en su propio beneficio. 29 Porque Dios los conoció desde el principio, y de antemano los destinó a ser semejantes a su Hijo Jesucristo, a fin de que él sea el mayor entre todos los hermanos. 30 Y a los que de antemano destinó, también los llamó, y a los que llamó los declaró justos, y los que declaró justos están incluidos en su glorioso plan de salvación. 31 Ante todo esto, ¿qué podríamos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros? 32 Si él no vaciló en entregar a su Hijo en favor nuestro, ¿no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién se atreverá a acusar a los que hemos sido escogidos por Dios, si él ya nos ha perdonado y nos ha declarado justos? 34 ¿Quién podrá condenarnos? ¿Acaso Cristo, que dio su vida por nosotros, y resucitó por nosotros, y está en el cielo, en el lugar de honor, intercediendo incesantemente en nuestro favor junto a Dios Padre? 35 O también, ¿quién o qué podrá separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, la angustia, las persecuciones, el hambre, la desnudez, los peligros, las amenazas de muerte?... 36 A todos esos males se refieren las Escrituras diciendo:Por ser fieles a tu causa nos persiguen a muerte sin descanso;nos tratan como a ovejas destinadas al matadero. 37 Pero, a pesar de todo, nuestra victoria es total y definitiva gracias al amor de Jesucristo. 38 Por eso estoy convencido de que nada ni nadie: ni la muerte ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y autoridades que gobiernan este mundo, ni el temor al presente o al futuro, 39 ni lo más alto ni lo más profundo, ni ninguna de las cosas creadas, podrán apartarnos del amor de Dios revelado en Cristo Jesús Señor nuestro.

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