31 October 2023

El 31 de octubre Lectura Bíblica Diaria

Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

Sonidos del aire libre


El 31 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

Isaías 49 a 51:
49 
Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida, me guardó en su aljaba; Pero yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con mi Dios. Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); dice: Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió. Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que heredes asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. No tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas. Y convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas. He aquí estos vendrán de lejos; y he aquí estos del norte y del occidente, y estos de la tierra de Sinim. Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Porque tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores, y tus destruidores serán apartados lejos. Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more. Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró estos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crio estos? He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban estos? Así dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. Reyes serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí. ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob. 50 Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre. ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed. Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su cubierta. Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos. Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla. ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados. 51 Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de la cantera de donde fuisteis arrancados. Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué. Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto. Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos. Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza. Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá. Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos. Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los redimidos? Ciertamente volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán. Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? El preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará su pan. Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú. Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento bebiste hasta los sedimentos. De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crio. Estas dos cosas te han acontecido: asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti? ¿Quién te consolará? Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como antílope en la red, llenos de la indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo. Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás. Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que pasaran.

Psalms 4:1-8 NVI
Responde a mi clamor, Dios mío y defensor mío. Dame alivio cuando esté angustiado, apiádate de mí y escucha mi oración. Y ustedes, señores, ¿hasta cuándo cambiarán mi gloria en vergüenza? ¿Hasta cuándo amarán ídolos vanos e irán en pos de lo ilusorio? Selah. Sepan que el Señor honra al que le es fiel; el Señor me escucha cuando lo llamo. Si se enojan, no pequen; en la quietud del descanso nocturno examínense el corazón. Selah. Ofrezcan sacrificios de justicia y confíen en el Señor. Muchos son los que dicen: "¿Quién puede mostrarnos algún bien?" ¡Haz, Señor, que sobre nosotros brille la luz de tu rostro! Tú has hecho que mi corazón rebose de alegría, alegría mayor que la que tienen los que disfrutan de trigo y vino en abundancia. En paz me acuesto y me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.


Proverbs 23:1-35 NVI
6 Cuando te sientes a comer con un gobernante, fíjate bien en lo que tienes ante ti. Si eres dado a la glotonería, domina tu apetito. No codicies sus manjares, pues tal comida no es más que un engaño. 7 No te afanes acumulando riquezas; no te obsesiones con ellas. ¿Acaso has podido verlas? ¡No existen! Es como si les salieran alas, pues se van volando como las águilas. No te sientes a la mesa de un tacaño, ni codicies sus manjares, que son como un pelo en la garganta. "Come y bebe", te dirá, pero no te lo dirá de corazón. 8 Acabarás vomitando lo que hayas comido, y tus cumplidos no habrán servido de nada. 9 A oídos del necio jamás dirijas palabra, pues se burlará de tus sabios consejos. 10 No cambies de lugar los linderos antiguos, ni invadas la propiedad de los huérfanos, porque su Defensor es muy poderoso y contra ti   defenderá su causa. 11 Aplica tu corazón a la disciplina y tus oídos al conocimiento. 12 No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá. Dale unos buenos azotes, y así lo librarás del sepulcro. 13 Hijo mío, si tu corazón es sabio, también mi corazón se regocijará; en lo íntimo de mi ser me alegraré cuando tus labios hablen con rectitud. 14 No envidies en tu corazón a los pecadores; más bien, muéstrate siempre celoso en el temor del Señor. Cuentas con una esperanza futura, la cual no será destruida. 15 Hijo mío, presta atención y sé sabio; mantén tu corazón en el camino recto. No te juntes con los que beben mucho vino, ni con los que se hartan de carne, pues borrachos y glotones, por su indolencia, acaban harapientos y en la pobreza. 16 Escucha a tu padre, que te engendró, y no desprecies a tu madre cuando sea anciana. Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas! El padre del justo experimenta gran regocijo; quien tiene un hijo sabio se solaza en él. ¡Que se alegren tu padre y tu madre! ¡Que se regocije la que te dio la vida! 17 Dame, hijo mío, tu corazón y no pierdas de vista mis caminos. Porque fosa profunda es la prostituta, y estrecho pozo, la mujer ajena. Se pone al acecho, como un bandido, y multiplica la infidelidad de los hombres. 18 ¿De quién son los lamentos? ¿De quién los pesares? ¿De quién son los pleitos? ¿De quién las quejas? ¿De quién son las heridas gratuitas? ¿De quién los ojos morados? ¡Del que no suelta la botella de vino ni deja de probar licores! No te fijes en lo rojo que es el vino, ni en cómo brilla en la copa, ni en la suavidad con que se desliza; porque acaba mordiendo como serpiente y envenenando como víbora. Tus ojos verán alucinaciones, y tu mente imaginará estupideces. Te parecerá estar durmiendo en alta mar, acostado sobre el mástil mayor. Y dirás: "Me han herido, pero no me duele. Me han golpeado, pero no lo siento. ¿Cuándo despertaré de este sueño para ir a buscar otro trago?"



El Libro de Lucas Capítulo 23 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:




EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS



CAPÍTULO 23
(33 d.C.)
JESÚS ANTE PILATO




LEVANTÁNDOSE entonces toda la multitud de ellos (incluía a todos los setenta miembros del Sanedrín, con la posible excepción de José de Arimatea y Nicodemo, que eran también miembros, pero amaban a Cristo), Le llevaron a Pilato (indica el segundo paso que debe ser realizado si, de hecho, deberían librarse de Jesús de una vez para siempre, o ¡así pensaron!).
2 Y comenzaron a acusarle (expresa su reacción a Cristo, y desde el comienzo de Su Ministerio), diciendo, A Éste hemos hallado que pervierte la Nación (afirmaban que Cristo intentaba agitar la Nación de Israel para incitar una rebelión contra César; esta era una fabricación total, ya que Él estaba haciendo lo contrario), y que prohíbe dar tributo a César (¡constituía su segunda acusación, que también era una mentira!), diciendo que Él es el Cristo, el Rey (afirmaban que Él decía a Israel que Él era el Rey en vez de César, que era otra mentira).
3 Entonces Pilato Le preguntó, diciendo, ¿Eres Tú el Rey de los Judíos? (Demuestra a Pilato que completamente ignora las dos primeras acusaciones, sabiendo bien que no tenía base alguna.) Y respondiendo Él dijo, Tú lo dices (en efecto, Él contestó en lo afirmativo).
4 Y Pilato dijo a los Principales Sacerdotes y a las gentes, Ninguna culpa hallo en este Hombre (y ningún otro ser humano jamás halló ninguna "culpa" en Él).
5 Más ellos insistían (explica el hecho de que la posición de Pilato les cayó de sorpresa a estos fanáticos), diciendo, Alborota al pueblo (la palabra Griega "Alborota" es como incitar una turba para amotinarse; por supuesto, lo que decían era despreciablemente falso), enseñando por toda Judea, comenzando desde Galilea hasta aquí.
HERODES
6 Entonces Pilato, oyendo de Galilea, preguntó si el Hombre era Galileo.
7 Y como entendió que era de la jurisdicción de Herodes (le indica que pensaba que él podría lavarse las manos de este asunto), Le remitió a Herodes, el cual también estaba en Jerusalén en aquellos días (constituido la Temporada de la Pascua, que llevó a Herodes a la ciudad; su residencia de todos los días era Capernaum, donde había sido la Sede de Jesús, sin embargo, aparentemente sin mucho impacto sobre este asesino).
8 Y Herodes viendo a Jesús, se alegró mucho (constituye una alegría por todos los motivos erróneos): porque hacía mucho que deseaba verle (tuvo que ver en cierto modo con ambos establecidos en Capernaum), porque había oído de Él muchas cosas, y tenía esperanza que Le vería hacer alguna señal (Jesús era para el parecer de Herodes Antipas, el asesino de Juan el Bautista, como un malabarista es a una corte saciada — un objeto de curiosidad; ¡parece que tenía poco interés en Él aparte de eso!).
9 Y Le preguntaba con muchas palabras; mas Él nada le respondió (nos dice que las preguntas eran triviales; este ególatra pomposo no se daba cuenta ni por un momento que el Señor de Gloria, el Creador de todas las cosas, estaba delante de él).
10 Y estaban los Principales Sacerdotes y los Escribas acusándole con gran insistencia (todos claramente siguieron a fin de acusar a Jesús ante Herodes; tenemos aquí delante de nosotros a diablos seculares y diablos religiosos; ¡tan malos como podrían ser los diablos seculares; los diablos religiosos son peores!).
11 Mas Herodes con su corte Le menospreció, y escarneció (registra la actitud y pensar de este déspota), vistiéndole de una ropa rica, y Le volvió a enviar a Pilato (quiere decir, también, que Herodes no encontró ninguna causa para la muerte en Él; en consecuencia, tenemos un segundo registro y testimonio público de Su inocencia).
12 Y fueron hechos amigos entre sí Pilato y Herodes en el mismo día: porque antes eran enemigos entre sí (los hombres mundanos que tienen diferencias se reúnen, cuando se ofrece la oportunidad para herir a Cristo).
BARRABÁS
13 Entonces Pilato, convocando a los Principales Sacerdotes, y a los Magistrados, y al pueblo (de nuevo en el salón del juicio de Pilato),
14 Les dijo, Me habéis presentado a Éste por hombre que desvía al pueblo: y, he aquí, preguntando yo delante de vosotros, no he hallado culpa alguna en este Hombre de aquéllas de que Le acusáis (¡presenta la segunda confesión pública de Pilato, quien también en público reconoció que los gobernadores civiles de Galilea no habían encontrado ninguna falta en Él tampoco!).
15 Y ni aun Herodes: porque os remití a Él (se refiere al Sanedrín enviado a Herodes, junto con Jesús); y, he aquí, ninguna cosa digna de muerte ha sido hecho a Él (debiera traducirse, "por Él").
16 Por lo tanto, yo Lo castigaré (azótelo; él sometería a un Hombre a Quien había declarado inocente al horrible castigo de azotes sólo para satisfacer el clamor de los Sanedrinistas, porque tenía temor de que podrían acusarlo en Roma, donde él sabía que tenía enemigos), pues, y Le soltaré (fue dicho acerca de poner en libertad a un preso cada año en la Pascua).
17 (Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.) (Esta costumbre fue probablemente introducida en Jerusalén por el poder Romano. No hay ninguna evidencia de esto en la Ley Levítica.)
18 Más toda la multitud dio voces a una (manifiesta la oposición fuerte de ellos a su decisión de liberar a Jesús), diciendo, Quita a Éste, y suéltanos a Barrabás (es exactamente lo que consiguieron, y han tenido desde entonces; prefirieron a un "ladrón," como Juan lo describió, que al Hijo de Dios; entonces consiguieron al ladrón, y desde entonces han tenido ladrones; las naciones del mundo les han privado de su dignidad, orgullo y vidas por casi 2.000 años):
19 (El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad (trató de provocar insurrección contra Roma), y una muerte.) (Era bastante malo preferir a un "ladrón" que a Jesús, pero preferir a un "asesino" era un horror, que sería perpetrado sobre ellos a partir de aquel día en adelante. ¡La historia está repleta con estos relatos!)
20 Y les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús (¡indica que el Gobernador intentaba liberar a Jesús por cuarta vez como Lucas lo registra, pero en vano!).
21 Pero ellos volvieron a dar voces, diciendo, Crucifícale, crucifícale (indica el tipo de  ejecución que ellos exigieron; ¿por qué? la Ley Levítica declaraba que el que era colgado en un árbol por delitos severos era maldecido por Dios; en consecuencia, Él siendo Crucificado demostraría a la gente, o era lo que pensaron, que Él no era de Dios; si Él fuera de Dios, razonaron, Dios no hubiera permitido esto [Deut. 21:22-23]).
22 Y él les dijo la tercera vez (se refiere a las veces que él había intentado liberar a Jesús con la premisa de la costumbre de poner en libertad a un prisionero cada año en la Pascua; realmente, era como la quinta vez que él intentaba), ¿Pues qué mal ha hecho Éste? (Él no había cometido ningún mal, y Pilato sabía que las acusaciones de la jerarquía religiosa contra Él eran falsas.) Ninguna culpa de muerte he hallado en Él (poco sabía el Gobernador de las prédicas de Jesús; de haber una causa para condenarlo a la muerte, Él no hubiera podido servir como Sacrificio por el pecado): Le castigaré, pues, y Le soltaré (sonaba a desesperación).
23 Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado (¡muchos han dicho que la misma muchedumbre que gritaba, "¡Hosanna! en las Alturas" en la Entrada Triunfal gritaba ahora, "¡Crucifícalo!"; es incorrecto; la chusma que se afilió a los líderes religiosos en esa hora temprana de la mañana era, en su mayor parte, la gente de la noche, o los secuaces del Sanedrín). Y las voces de ellos y de los Principales Sacerdotes crecían (demuestra su éxito, pero un éxito que lamentarían para siempre; su predominio selló su propio destino).
24 Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedían (resultaría ser el peor día de su vida, pero hubiera podido ser el mejor).
25 Y les soltó a aquél que había sido echado en la cárcel por sedición y una muerte, al  cual habían pedido (recibieron exactamente lo que pidieron, que ha tenido consecuencia hasta hoy día); mas entregó a Jesús a la voluntad de ellos (era la peor cosa que Pilato jamás había hecho en toda su vida).
26 Y llevándole (indica el viaje horrendo al lugar de la Crucifixión, el Gólgota, y Jesús cargando la Cruz), tomaron a un Simón, Cireneo, que venía del campo (como nos lo dice Marcos, éste era el padre de "Alejandro y Rufo," personas notables en la Iglesia Primitiva [Marc. 15:21]), y le pusieron encima la Cruz para que la llevase tras Jesús (probablemente quiere decir que Jesús, a raíz de los golpes severos que había recibido, lo cual, sin duda, perdió mucha sangre, que al final estaba tan débil como para aguantar el peso de la Cruz; por eso, Simón fue obligado a cargarla; qué honor es cargar la Cruz para Jesús).
LAS MUJERES
27 Y Le seguía una grande multitud del pueblo (habían muchos, sin lugar a dudas, de entre la muchedumbre a quienes Él había sanado), y de mujeres, las cuales Le lloraban y lamentaban (no hubo ninguna mujer en los Evangelios que habló contra el Señor, o tomó parte en la causa de Su Muerte).
28 Mas Jesús vuelto a ellas les dice (representa la primera vez que Él habló después de la última interrogación con Pilato), Hijas de Jerusalén (una parte integrante de "Cantar de Cantares"), no Me lloréis a Mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos (expresa Su rechazo por los líderes religiosos de Israel, el juicio subsiguiente que seguirá).
29 Porque, he aquí, vendrán días (en efecto será cumplido unos 37 años desde este momento) en que dirán, Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron (relata una Bienaventuranza muy extraña; Él  hablaba del horror que estaba por venir, lo que sería tan horrible que los muertos serán bendecidos, incluso los niños que no nacieron).
30 Entonces comenzarán a decir a los montes, Caed sobre nosotros; y a los collados, Cubridnos (esta Profecía describe la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.).
31 Porque si en el árbol verde (Él era el "Árbol Verde") hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará? (¡Cuando Él se ausente! Corresponde a la Gran Tribulación, que aún ha de venir.)
LA CRUCIFIXIÓN
32 Y llevaban también con Él otros dos, malhechores (criminales; algunos creen que éstos eran compañeros de Barrabás, a quien acababa de darle la libertad), a ser muertos.
33 Y cuando vinieron al lugar que se llama de la Calavera, Le crucificaron allí (la Cruz, fue el instrumento de tortura más horripilante que el mundo jamás haya conocido, llegó a ser la emblema de belleza por lo que Jesús hizo en la Cruz), y a los malhechores (los dos criminales), uno a la Derecha, y otro a la Izquierda (quizá no eran los únicos crucificados aquel día, pero eran los únicos en esta posición particular).
34 Y Jesús decía, Padre, perdónalos; porque no saben lo que hacen (narra que fue la única oración de Jesús que no fue contestada; si los hombres no buscan el perdón, ¡aunque Cristo ore por ellos no serán perdonados!). Y partiendo Sus Vestidos (dividieron Sus Vestidos), echaron suertes (Su Manto no tenía costura, por eso en lugar  de cortarlo, ellos echaron pajas).
35 Y el pueblo estaba mirando (no se sabe quiénes eran los que componían esta muchedumbre). Y se burlaban de Él los gobernadores con ellos (es decir que ellos "se mofaron de Él"), diciendo, A otros hizo salvos; sálvese a sí, si Éste es el Mesías, el Escogido de Dios (si Él hubiera Salvado Su Propia Vida, la cual ciertamente pudo haberlo hecho, Él no hubiera podido Salvar a otros; de hecho, la Cruz fue planeado desde antes de la fundación del mundo [I Ped. 1:18-20]).
36 Escarnecían de Él también los soldados (probablemente estos paganos hicieron lo mismo simplemente porque habían escuchado a los líderes religiosos mofarse de Él), llegándose y presentándole vinagre (fue al responder a Su súplica por agua [Jn. 19:28]),
37 Y diciendo, Si Tú eres el Rey de los Judíos, sálvate a Ti Mismo (lo que ellos no sabían es que Él no era solamente el "Rey de los Judíos," sino el Creador de los Cielos y de la Tierra, el Hacedor de todas las cosas).
38 Y había también sobre Él un título escrito con letras Griegas, y Latinas, y Hebraicas (constituyó lo que había escrito Pilato; él probablemente lo hizo para burlarse de los líderes religiosos de Israel), ÉSTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.
EL LADRÓN PENITENTE
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, Le injuriaba, diciendo, Si Tú eres el Cristo, sálvate a Ti Mismo y a nosotros (fue reportado por Mateo y Marcos, los dos malhechores le insultaban desde el principio; sin embargo, a cierta altura, uno de ellos, de quien leeremos en un momento, cambió completamente).
40 Mas respondiendo el otro, le reprendió, diciendo (demuestra el espíritu genuino del Arrepentimiento), ¿Ni aun tú temes a Dios, estando en la misma condenación? (Quiere decir que él se hizo responsable por su propia culpa, lo cual es el primer requisito del Arrepentimiento.)
41 Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos; porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos (indica que sin hacer excusas, él admitió su pecado, no guardó enemistad hacia sus verdugos, lo cual presenta una verdad poderosa): mas Éste ningún mal hizo (manifiesta la única palabra de bondad acerca de Jesús durante este tiempo, además de la palabra dicha por el Centurión).
42 Y dijo a Jesús (se refiere al reconocimiento de Quién era en realidad Jesús), Señor, acuérdate de mí cuando vinieres a Tu Reino (expresa la oración simple de Arrepentimiento; y es una de las conversiones más notables registrados en la Biblia).
43 Entonces Jesús le dijo, De cierto te digo, Que hoy estarás Conmigo en el Paraíso (una declaración factible, y no en son de interrogación, como algunos afirman; sin embargo, su estadía en el Paraíso sería muy breve; unos tres días más tarde, él acompañaría a Cristo al Cielo, junto con cada persona en el Paraíso que incluiría a todos los Santos del Antiguo Testamento).
LA MUERTE DE JESÚS
44 Y cuando era como la hora sexta (a las 12:00 del mediodía), fueron hechas tinieblas sobre toda la Tierra hasta la hora novena (a las 3:00 de la tarde; esta fue la hora en que Jesús llevó la culpabilidad del pecado por la humanidad entera, y por toda la edad).
45 Y el sol se oscureció (quiere decir que la oscuridad fue tan profunda que literalmente borraba la luz del sol; que es lo que Él experimentó durante este período de tres horas, nadie jamás sabrá [Sal. 22:1-21]): y el Velo del Templo se rompió por medio (probablemente se refiere al tiempo aproximado cuando Él murió, cerca de a las 3:00 de la tarde; este "Velo" separó el Lugar Santo del Templo del Lugar Santísimo, en donde Dios supuestamente moraba; el Velo que ya se rasgó, en efecto, declaraba que Dios había aceptado el Sacrificio, y ya el camino estaba abierto al hombre pecaminoso para acercarse a Dios y ser limpiado; pero él tendría que venir por medio del Camino de Cristo y de la Cruz; no hay otro camino de Salvación [Jn. 14:6]).
46 Entonces Jesús clamando a gran voz (expresa el hecho de que Él no murió de debilidad alguna; en efecto, no tomaron Su Vida, Él libremente la ofreció [Jn. 10:17-18]), dijo, Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu (declara las últimas palabras que Él habló). Y habiendo dicho esto, expiró (Él no murió hasta que el Espíritu Santo Le dijo que muriera [Heb. 9:14]).
47 Y cuando el Centurión vio lo que había acontecido, dio Gloria a Dios (¡este duro Centurión Romano sabía que Jesús era el Hijo de Dios, pero los líderes religiosos de Israel no sabían!), diciendo, Verdaderamente este Hombre era Justo (la tradición nos dice que el nombre de ese Centurión era Longino, y que él se convirtió en un ávido seguidor de Cristo, y murió como mártir por Su causa).
48 Y toda la multitud de los que estaban presentes a este espectáculo, viendo lo que había acontecido (parece indicar que habían muchos allí cuando Él murió, estando de pie en la oscuridad, escuchando sus últimas palabras y, por lo tanto, experimentaron el terremoto; pero aún, a raíz de la oscuridad, ellos en realidad no podían verle morir; ¡de hecho nadie lo presenció!), se volvían hiriendo sus pechos (describe la agonía del corazón, sabiendo que algo horripilante había ocurrido, y que se había cometido un gran mal).
49 Mas todos Sus conocidos (corresponde a los Discípulos escogidos y algunos seguidores escogidos), y las mujeres que Le habían seguido desde Galilea, estaban lejos, mirando estas cosas (parece indicar que algunos estuvieron junto a la Cruz por algún tiempo [Jn. 19:25-27], y se retiraron por alguna razón a una distancia más lejos [Mat. 27:55-56]).
LA SEPULTURA DE JESÚS
50 Y, he aquí, un varón llamado José, el cual era miembro del concilio supremo (era José de Arimatea, un miembro del Sanedrín y una persona de alta distinción en Jerusalén y evidentemente de grandes riquezas); varón bueno y justo:
51 (El cual no había consentido en el consejo ni en los hechos de ellos;) (indica la decisión ilegal e injusta del Sanedrín, del cual él formaba parte) de Arimatea, ciudad de Judea (el hogar del Profeta Samuel; sin embargo, ya él vivía en Jerusalén a raíz del hecho de que él era miembro del Sanedrín): el cual también esperaba el Reino de Dios (ese Reino se le iba a ser revelado, y él entraría en ese Reino).
52 Éste llegó a Pilato (parece que el Centurión que había sido testigo de la muerte de Jesús acompañó a José a una audiencia con Pilato), y pidió el Cuerpo de Jesús (había una urgencia acerca de esto porque el Sábado Alto de la Pascua estaba por comenzar a  la puesta del sol del Jueves; si no hubieran sido bajado a Jesús de la Cruz antes de la puesta del sol y colocado en una tumba, Le hubieran tenido que dejarlo en la Cruz por  otras 24 horas).
53 Y quitado (se refiere al Cuerpo de Jesús, lo cual dice mucho pero a la vez dice muy  poco), Lo envolvió en una sábana (corresponde a la parte del proceso del entierro, que se llevó a cabo apresuradamente porque el Sábado Alto de la Pascua estaba por comenzar a la puesta del sol, que requería que se parara todo trabajo), y Le puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual ninguno había aun sido puesto (ese sepulcro le pertenecía a José, y así fue predicho por Isaías [Isa. 53:9]).
54 Y era día de la víspera de la Pascua (se refería a la preparación de la Pascua, la cual se debía comer el día siguiente, Jueves), y estaba a punto de empezar el Sábado (no se refiere al Día de Reposo semanal de Sábado, sino más bien del Sábado Alto de la Pascua, que comenzaría a la puesta del sol).
55 Y las mujeres que con Él habían venido de Galilea (Mateo registra que habían "muchas mujeres que estaban allí"), siguieron también, y vieron el sepulcro, y cómo fue puesto Su Cuerpo (no dice exactamente que ellas participaron ayudando a José y Nicodemo, pero es posible que sí).
56 Y vueltas, prepararon especias aromáticas y ungüentos (quiere decir que regresaron a los lugares donde estaban hospedados durante su estadía en Jerusalén, e hicieron preparativos para el día Viernes); y reposaron el Sábado, conforme al Mandamiento (el día siguiente, Jueves, era el Sábado Alto de la Pascua, y no podían preparar estas cosas en ese día; tenían que prepararlas el Viernes; y después descansar de nuevo en el Día de Reposo semanal de Sábado como se requería, y regresar temprano el Domingo por la mañana para aplicar los ingredientes, pero quedarían sorprendidos con lo que hallaron).


Primera Corintios Capítulo 13:



Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4



Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta  en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:



Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los   muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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30 October 2023

El 30 de octubre Lectura Bíblica Diaria

Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

Sonidos del aire libre


El 30 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

Isaías 46 a 48:
46 Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas. Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir en cautiverio. Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre, los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré. ¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para que seamos semejantes? Sacan oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran. Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de la tribulación. Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel. 47
Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada. Toma el molino y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos. Será tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno. Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel. Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora de reinos. Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el anciano agravaste mucho tu yugo. Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería. Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad. Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos. Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más. Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá de repente sobre ti. Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten. Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no habrá quien te salve. 48 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia; porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos. Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo oíste, y lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre. Por amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la reprimiré para no destruirte. He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro. Óyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también el postrero. Mi mano fundó también la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente. Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre los caldeos. Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino. Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu. Así ha dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia. Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. No tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas. No hay paz para los malos, dijo Jehová.

Salmo 3:
Muchos son, Señor, mis enemigos; muchos son los que se me oponen, y muchos los que de mí aseguran: "Dios no lo salvará." Selah. Pero tú, Señor, me rodeas cual escudo; tú eres mi gloria; ¡tú mantienes en alto mi cabeza! Clamo al Señor a voz en cuello, y desde su monte santo él me responde. Selah. Yo me acuesto, me duermo y vuelvo a despertar, porque el Señor me sostiene. No me asustan los numerosos escuadrones que me acosan por doquier. ¡Levántate, Señor! ¡Ponme a salvo, Dios mío! ¡Rómpeles la  quijada a mis enemigos! ¡Rómpeles los dientes a los malvados! Tuya es, Señor, la salvación; ¡envía tu bendición sobre tu pueblo!  Selah.

Proverbios 22:

Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor. El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida. Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas. Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores. El que siembra maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira. El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres. Despide al insolente, y se irá la discordia y cesarán los pleitos y los insultos. El que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar tendrá por amigo al rey. Los ojos del Señor protegen el saber, pero desbaratan las palabras del traidor. "¡Hay un león allá afuera! dice el holgazán. ¡En plena calle me va a hacer pedazos!" La boca de la adúltera es una fosa profunda; en ella caerá quien esté bajo la ira del Señor. La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige. Oprimir al pobre para enriquecerse, y hacerle regalos al rico, ¡buena manera de empobrecerse! Presta atención, escucha mis palabras; aplica tu corazón a mi conocimiento. Grato es retenerlas dentro de ti, y tenerlas todas a flor de labio. A ti te las enseño en este día, para que pongas tu confianza en el Señor. ¿Acaso no te he escrito treinta dichos que contienen sabios consejos? Son para enseñarte palabras ciertas y confiables, para que sepas responder bien a quien te pregunte. 1 No explotes al pobre porque es pobre, ni oprimas en los tribunales a los necesitados; porque el Señor defenderá su causa, y despojará a quienes los despojen. 2 No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa. 3 No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes. 4 No cambies de lugar los linderos antiguos que establecieron tus antepasados. 5 ¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.


El Libro de Lucas Capítulo 22 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:




EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS




CAPÍTULO 22
(33 d.C.)
EL COMPLOT




Y ESTABA cerca el Día de la Fiesta de los Panes Sin Levadura, que se llama la Pascua (comenzaba el 14 de Abril; eran tres Fiestas que se llevaba a cabo durante ese período determinado, "la Pascua, los Panes Sin Levadura y los Primeros Frutos").
2 Y los Principales Sacerdotes y los Escribas buscaban cómo Le matarían (representa la jerarquía religiosa de Israel; es irónico; el mundo no crucificó a Cristo tanto como lo hizo la Iglesia, es decir, "Israel"); mas tenían miedo del pueblo (¡deberían temer a Dios!).
JUDAS ISCARIOTE
3 Y entró Satanás en Judas por sobrenombre Iscariote (indica en el momento actual, aunque Satanás había estado obrando en Judas desde hace mucho tiempo), el cual era uno del número de los Doce (el Espíritu Santo quiso que todos supieran la gran oportunidad que tuvo ese hombre, pero la menospreció);
4 Y fue (Judas) por su propio camino (no era el Camino de Dios), y habló con los Principales Sacerdotes, y con los Magistrados, de cómo se Lo entregaría (declara el hecho más vil que jamás se haya llevado a cabo por el ser humano).
5 Los cuales se alegaron (describe al mal increíble; es más trágico aún cuando se da cuenta que ésta era la Iglesia en la época de Jesús; sin embargo, no ha cambiado; si Cristo estuviera aquí ahora, la religión institucionalizada haría la misma cosa que se hizo en esa época), y concertaron de darle dinero (treinta piezas de plata, el precio de un esclavo).
6 Y prometió, y buscaba oportunidad para entregarle a ellos sin bulla (tenían que llevar a cabo esta acción cuando Él estaba Solo, o por lo menos en la presencia de Sus Discípulos solamente; Judas prometió prever esta oportunidad).
LA PASCUA
7 Y vino el Día de los Panes Sin Levadura, en el cual era necesario matar la Pascua (Jesús, la Pascua de Dios, tenía que ser sacrificado porque fue predicho en Las Escrituras; sólo Su Muerte Expiatoria podía expiar el pecado del hombre; todos los cuatro Evangelios registran con mucho detalle Su Muerte, aunque solamente dos registran en breve Su Nacimiento).
8 Y Él envió a Pedro y a Juan, diciendo (tenía que ver con la preparación de la Pascua, la cual constituyó la Última Cena), Id y preparadnos la Pascua, para que comamos (quiere decir que Pedro y Juan que representaban el grupo Apostólico, llevaron un cordero al Templo donde lo mataron).
9 Y ellos Le dijeron, ¿Dónde quieres que preparemos? (Por ahora, no se sabía dónde iban a comer la Pascua. De hecho, Jesús comió la Pascua un día antes.)
10 Y Él les dijo, He aquí, cuando entrareis en la ciudad, os encontrará un hombre, que lleva un cántaro de agua (en aquellos días, los hombres muy poco llevaban cántaros de agua, esta tarea estaba reservada para las mujeres; en consecuencia, sería muy fácil de divisarlo); seguidle hasta la casa donde entrare (sería el lugar en donde se celebraría la Pascua; algunos creen que era la casa de Juan Marcos, quien escribió el Evangelio que lleva su nombre).
11 Y decid al padre de la familia de la casa, El Maestro te dice, ¿Dónde está el aposento donde tengo que comer la Pascua con Mis Discípulos? (Si ha de notar, Jesús no pidió permiso; porque los Reyes mandan en lugar de pedir.)
12 Entonces él os mostrará un gran aposento aderezado (preparado): preparad allí (sería muy posible que es el mismo "aposento" de Hechos 1:13, y muy probable era el mismo).
13 Fueron pues, y hallaron como les había dicho (siempre sería el caso con respecto a cualquier cosa que Él nos ha hablado): y prepararon la Pascua (quiere decir que ellos prepararon el cordero para asarlo, así como la preparación de los panes sin levadura, etc.).
LA CENA DEL SEÑOR
14 Y cuando fue hora (un poco después de la puesta del sol, que era el día Miércoles, por lo menos según como Israel calculaba la hora), se sentó a la mesa, y con Él los Apóstoles (incluyendo a Judas como es obvio).
15 Y les dijo, En gran manera he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca (simbólico del Nuevo Convenio como resultado de lo que Él sufriría a través de la Cruz):
16 Porque os digo, Que no comeré más de ella (ésta sería la última Pascua, por lo menos lo que Dios reconocería, porque Jesús, Quien en realidad era la Pascua, cumpliría todos los requisitos en la Cruz), hasta que se cumpla en el Reino de Dios (aunque el precio fue pagado en el Calvario, aún así, todo lo que la Redención proporciona aún no se ha recibido, pero se recibirá en la Resurrección de Vida [I Cor. 15:49-58]).
17 Y tomando el vaso, y habiendo dado gracias (desde luego un vaso muy grande), dijo, Tomad esto, y partidlo entre vosotros (se vertió una porción pequeña para cada uno):
18 Porque os digo, Que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el Reino de Dios venga (lo mismo como el Versículo 16).
19 Y tomando el pan, y habiendo dado gracias, y lo partió, y les dio, diciendo, Esto es Mi Cuerpo, que por vosotros es dado (Su Cuerpo fue preparado por Dios, para que fuera un Sacrificio Perfecto [Heb. 10:5]): haced esto en memoria de Mí (en memoria de Su Muerte en la Cruz del Calvario en que compró nuestra Redención, la cual celebramos en la que se refiere como "la Cena del Señor").
20 Asimismo también el vaso después que hubo cenado, diciendo, Este vaso es el Nuevo Pacto (Nuevo Convenio) en Mi sangre (la terminología es simbólica y figurada, no literal; Lev. 3:17 y Lev. 7:26 prohibieron el comer sangre), que por vosotros se derrama (que se efectuó en la Cruz del Calvario).
LA TRAICIÓN PREDICHA
21 Con todo eso, he aquí, la mano del que Me entrega, Conmigo en la mesa está (no nos dice mucho porque las manos de todos los Apóstoles estaban sobre la mesa).
22 Y a la verdad el Hijo del Hombre va, según lo que está determinado (el conocimiento previo u omnisciencia de Dios no anula la responsabilidad del hombre; Dios dispone en cierto sentido el dar permiso, pero no necesariamente): empero ¡ay de aquel hombre por quien Él es entregado! (Nos dice que no se había determinado quién sería el hombre, aunque ya se había determinado que cierto hombre haría tal cosa.)
23 Ellos entonces comenzaron a preguntar entre sí, cuál de ellos sería el que había de hacer esto (en este momento, ninguno de los Discípulos conocía la disposición de Judas).
CONTIENDA
24 Y hubo entre ellos una contienda (ocurrió casi inmediatamente después de la Cena; la "contienda" en este instante quiere decir "contención"), quién de ellos parecía ser el mayor (Cristo estaba por morir, y Sus Discípulos discutían sobre su prestigio en el Reino; no tenían la más mínima idea de lo que estaba por acontecerle a Jesús).
25 Entonces Él les dijo, Los reyes de los Gentiles se enseñorean de ellas (declara el camino del mundo, lo cual el Creyente no debe emular); y los que sobre ellas tienen potestad son llamados bienhechores (expresa el medio por el cual los dictadores se justifican a sí mismos; afirman dar todo tipo de bienes a la gente, pero la mayoría no dan nada).
26 Mas vosotros no será así (el "espíritu prepotente" es el camino del mundo, y no debe ser adoptado por la Iglesia): antes el que es mayor entre vosotros, sea como el menor; y el que dirige, como el que sirve (todos los Creyentes, y especialmente aquéllos quienes serán usados grandemente por el Señor, deben conocer y vivir como el que "sirve").
27 Porque ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? (Tiene la intención de demostrar el contraste total entre los caminos del mundo y los Caminos de Dios.) ¿No es el que se sienta a la mesa? (El mundo mira al que está siendo servido como el Mayor, pero ahora Jesús nos demuestra la Grandeza genuina.) Y Yo soy entre vosotros como El que sirve (como es obvio, Jesús vivió bajo el principio de ser un siervo, lo cual como se dijo es todo lo opuesto del mundo; y nosotros debemos hacer lo mismo).
28 Empero vosotros sois los que habéis permanecido Conmigo en Mis tentaciones (Él era el Hombre de Dolores; Su Vida entera era una serie de pruebas, aflicciones, odios y sufrimientos).
29 Yo pues os ordeno un Reino (aunque Él sabía de antemano que todos iban a abandonarle, a pesar de eso, en Su Amor maravilloso y tierno, Él los elogió por su fidelidad y valor y les prometió una recompensa en relación con su servicio), como Mi Padre me lo ordenó a Mí (nosotros llegamos a ser coherederos con Cristo [Rom. 8:17]);
30 Para que comáis y bebáis en Mi Mesa en Mi Reino (tiene referencia a la Edad del Reino venidero, mencionado en el Versículo 18), y os sentéis sobre tronos juzgando a las Doce Tribus de Israel (es un privilegio que será disfrutado solamente por los Doce Apóstoles, y Matías que tomó el lugar de Judas).
PEDRO
31 Dijo también el Señor, Simón, Simón, he aquí, Satanás os ha pedido (nos da una vislumbre del mundo espiritual, lo cual era muy similar a la misma petición que hizo Satanás con respecto a Job), para zarandearos como a trigo (Satanás tienta para hacer resaltar lo malo, mientras que Dios pone en prueba para hacer relucir lo bueno; la pura verdad es que Dios, a veces, utiliza a Satanás como Su instrumento para tratar con el carácter, provocando así en los hombres el anhelo de buscar la Santidad de Dios  en lugar de la propia):
32 Mas Yo he rogado por ti que tu Fe no falte (el ataque de Satanás siempre está en contra de la Fe, porque si ésta falla todo falla): y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos (no se refiere a Nacer de Nuevo otra vez, sino más bien llegar al camino correcto de confianza y dependencia en el Señor, en lugar de confiar en sí mismo; una vez que se aprende esa lección, entonces puede fortalecer a los Hermanos).
33 Y él (Pedro) Le dijo, Señor, pronto estoy dispuesto a ir contigo aun a la cárcel y a la muerte (muy probable son los sentimientos genuinos de Pedro, pero su confianza estaba en sí mismo, y el mismo no puede hacer la tarea).
34 Y Él dijo, Pedro (Jesús rara vez se dirigía a Pedro por este nombre; quiere decir, "una roca"; por eso al referirse a Pedro de esta manera, en esencia, le dijo que a pesar de la terrible negación que vendría, Pedro sobreviviría el ataque), te digo, que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que Me conoces (determina con precisión el tiempo, y exactamente el número de las veces que esto sucedería).
35 Y a ellos dijo, Cuando os envié sin bolsa, y sin alforja, y sin zapatos, ¿os faltó algo? Y ellos dijeron, Nada (expresa que toda necesidad fue suplida y, además, de una forma abundante).
36 Y les dijo, Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja (una bolsa con qué llevar las cosas, puesto sobre el hombro o alrededor de la cintura; Él les explica que aunque las necesidades siempre serán suplidas, no iba a ser tan fácil como lo fue en el pasado): y el que no tiene, venda su capa, y compre espada (todos estos términos son simbólicos; la "espada" tiene referencia al hecho de que los Creyentes deben aceptar la protección de un Gobierno ordenado).
37 Porque os digo, Que es necesario que se cumpla todavía en Mí aquello que está escrito (se refiere a Isaías, cap. 53, y es la primera vez que el Señor se refiere a aquel Texto), Y con los malos fue contado (no significa que Él era realmente un infractor, sino que Israel Lo consideró aunque no pudieron encontrar ninguna falta con qué hacerle cargos en Su contra): porque lo que está escrito de Mí, cumplimiento tiene (Él había venido para cumplir todas las Profecías del pasado, y Él lo haría dentro de poco).
38 Entonces ellos dijeron, Señor, he aquí, dos espadas (declara que no entendieron lo que Él se refirió acerca de la compra de una espada; lo tomaron literalmente, mientras que Él estaba hablando simbólicamente con respecto a la autoridad de las naciones de los Gentiles). Y Él les dijo, Basta (demuestra que Él no intentó corregir la suposición errónea de conseguir dos espadas, porque sabía que el significado se aclararía después del Día de Pentecostés).
GETSEMANÍ
39 Y saliendo, se fue, como solía (acostumbraba), al Monte de los Olivos (constituye el comienzo de la agonía en el Jardín); y Sus Discípulos también Le siguieron (parece que  no sabían exactamente lo que Él iba a hacer, y lo que la ocasión presentaría).
40 Y cuando llegó a aquel lugar (Getsemaní, el lugar de rendición), Él les dijo, Orad que no entréis en tentación (la tentación de derribar la Voluntad de Dios).
41 Y Él se apartó de ellos como un tiro de piedra, y puesto de rodillas oró (¡Su Vida de Oración era excepcional, y la nuestra debiera ser así también!),
42 Diciendo, Padre, si quieres, pasa este vaso de Mí (indica lo que Él tendría que beber en el sentido espiritual): empero no se haga Mi Voluntad, sino la Tuya (es el precio de rendición).
43 Y Le apareció un Ángel del Cielo, confortándole (era la paz de rendición; como ser humano, Él sufrió en esta ocasión como ningún otro ha sufrido, por eso, necesitó desesperadamente la ayuda del Ángel).
44 Y estando en agonía oraba más intensamente (Hebreos 5:7 muestra que la ira de Dios debía juzgarlo como si Él, y Él Solo, fuera el único pecador que jamás haya existido, aunque Él no era en absoluto un pecador; esto causó aquella agonía; por lo tanto, Su Muerte no era sólo un gran ejemplo de resignación y sacrificio, como las multitudes presumen): y fue Su Sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra (describe un hecho admitido que bajo extrema presión mental, los poros llegan a dilatarse tanto que la sangre puede fluir de ellos en la forma del sudor sangriento).
45 Y cuando se levantó de la oración, y vino a Sus Discípulos (da la señal que la victoria está ganada, al menos en esta gran lucha acerca de la Voluntad de Dios), los halló durmiendo de tristeza (la agonía sobre Él también afectó a Sus Discípulos),
46 Y les dijo, ¿Por qué dormís? (Precisa el momento que Él los despertó. Él no esperaba una contestación.) Levantaos, y orad que no entréis en tentación (habría sido mejor traducido, "no sea que vosotros sucumbáis a la tentación").
EL ARRESTO
47 Estando Él aún hablando, he aquí, una turba (corresponde al grupo que viene para detener a Jesús, que consistía de los Legionarios Romanos y guardias Levíticos que pertenecían al Templo); y el que se llamaba Judas, uno de los Doce, iba delante de ellos (declara que el Espíritu Santo que deliberadamente explica quién era Judas, para no confundirlo con otros del mismo nombre), y se llegó a Jesús para besarlo (la intención preparada de antemano).
48 Entonces Jesús le dijo, Judas, ¿con beso entregas al Hijo del Hombre? (Era "el beso" más infame en la historia.)
49 Y viendo los que estaban con Él lo que había de ser (vio que Él estaba a punto de ser arrestado), Le dijeron, Señor, ¿heriremos a espada? (Manifiesta todo lo opuesto de lo que Él quiso que hicieran.)
50 Y uno de ellos hirió a un siervo del Sumo Sacerdote (era Simón Pedro; además, Juan revela el nombre del siervo que es Malco), y le quitó la oreja derecha (¡era obvio que Pedro trataba de matarlo!).
51 Entonces respondiendo Jesús, dijo, Dejad hasta aquí (probablemente significa, aunque ha sido debatido, "tened paciencia con Mis Discípulos"). Y tocando su oreja, le sanó (manifiesta el último milagro de sanidad que Él realizó antes de la Crucifixión).
52 Y Jesús dijo a los que habían venido a Él, los Principales Sacerdotes, y los Magistrados del Templo, y los Ancianos (representaba la jerarquía religiosa de Israel, los mismos quienes deberían haberle dado la bienvenida a Él), ¿Como a ladrón habéis salido con espadas y con palos? (Enseña dos pensamientos: 1. Si Yo hubiera querido usar Mi Poder contra ustedes, sus espadas y bastones no le servirían de nada; y, 2. No soy un ladrón, desde luego, entonces ¿por qué Me tratan como que lo fuera?)
53 Habiendo estado con vosotros cada día en el Templo, no extendisteis las manos contra Mí (explica la verdad de Su Posición, y el error de ellos); mas ésta es vuestra hora (se refiere a Dios que permite a los líderes religiosos de Israel cometer esta vileza), y la potestad de las tinieblas (quiere decir que la energía que utilizaban para esta vileza era la energía del "poder de las tinieblas," es decir, ¡Satanás mismo!).
LA NEGACIÓN
54 Y prendiéndole Le trajeron, y Le metieron en casa del Sumo Sacerdote (el Sumo Sacerdote de ese tiempo era Caifás, yerno a Anás, que era el Sumo Sacerdote legal, pero quien había sido depuesto por los Romanos desde hace algún tiempo). Y Pedro Le seguía de lejos (no registra la razón por el fracaso de Pedro, como algunos creen; su problema, como con todos nosotros, era la obstinación).
55 Y habiendo encendido fuego en medio de la sala, y sentándose todos alrededor (indica que aquéllos que habían arrestado a Jesús, trayéndolo a la casa del Sumo Sacerdote), se sentó también Pedro entre ellos (lo aclara que llegó al Palacio con Juan que pudo obtener admisión para los dos, debido a que el Sumo Sacerdote conocía a Juan).
56 Y como una cierta criada le vio que estaba sentado al fuego, se fijó en él (proporciona la primera ocasión para la negación terrible), y dijo, Y éste con Él estaba (probablemente fue una sorpresa a Pedro).
57 Entonces él lo negó, diciendo, Mujer, no Le conozco (la primera de tres negaciones).
58 Y un poco después viéndole otro, dijo, Y tú de ellos eras. Y Pedro dijo, Hombre, no soy (la segunda negación).
59 Y como una hora pasada otro afirmaba, diciendo, Verdaderamente también éste estaba con Él: porque es Galileo (representa la ocasión para la tercera y la última negación).
60 Y Pedro dijo, Hombre, no sé que dices. Y luego, estando él aún hablando, el gallo cantó (la tercera negación, y exactamente el número que Jesús predijo).
61 Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro (probablemente se refiere al momento en que Jesús fue conducido de la interrogación ante Caifás, para ser examinado ante el Sanedrín). Y Pedro se acordó de la Palabra del Señor, cómo le había dicho, Antes que el gallo cante, Me negarás tres veces (manifiesta que volvió a impactar a Pedro con toda fuerza, con toda su secuela de implicaciones).
62 Y saliendo fuera Pedro, lloró amargamente (este tipo de "llanto" da señal al Arrepentimiento [Sal. 51:17]).
EL JUICIO
63 Y los hombres que tenían a Jesús, se burlaban de Él (describe cómo provocaron a Jesús para que Él usara Su Poder para pararlos; es decir, si es que Él tuviera poder alguno) hiriéndole (cumpliendo las Profecías de Isaías [Isa. 52:14]).
64 Y cubriéndole, herían Su Rostro (muchos Lo golpearon, sin duda, causó que Su Cara se hinchara), y Le preguntaban, diciendo, Profetiza, ¿quién es el que te hirió? (Un día estos mofadores se comparecerán ante Dios por cada insulto y el número exacto de golpes que asestaron en la Cara de Jesús.)
65 Y decían otras muchas cosas injuriándole.
66 Y cuando fue de día (el proceso que habían conducido esa noche fue en efecto ilegal; por eso el Sanedrín volvía a reunirse durante el día, para intentar de legitimar lo que ya habían hecho), se juntaron los Ancianos del pueblo, y los Principales Sacerdotes, y los Escribas, y Le trajeron a su concilio, diciendo (que para constituir Su juicio, que fue lo que creyeron, pero en realidad fue el juicio de ellos),
67 ¿Eres Tú el Cristo? (Desde luego, todos los presentes estaban conscientes de que Jesús había confesado ser culpable de esto ante Caifás, lo que a propósito Lucas lo pasa por alto, pero es relatado en Mateo y en Marcos.) dínoslo (dicho con enojo y determinación). Y les dijo, Si os lo dijere, no creeréis (constituye una respuesta mucho más amplia de lo que habían pedido):
68 Y también si os preguntare (se refiere a preguntas que, si se contestaron correctamente, habrían demostrado Su Oficio Mesiánico), no Me responderéis (se refiere al hecho de que ellos no buscaban la Verdad), ni Me soltaréis (significaba que el juicio era una farsa).
69 A partir de ahora, el Hijo del Hombre (demuestra por última vez que Jesús se referirá como tal; en efecto, esto contesta su pregunta) se asentará a la Diestra del Poder de Dios (se refiere al Juicio del Gran Trono Blanco, en efecto, decía, "ustedes Me juzgan hoy, pero mañana Yo les juzgaré").
70 Y dijeron todos, ¿Luego Tú eres Hijo de Dios? (¡Fue dicho con sarcasmo!) Y Él les dijo, Vosotros decís que Yo Soy (aunque no es permanente en el Griego, en el Hebreo denota una afirmación fuerte; en otras palabras, en el lenguaje más claro posible Él dijo, "¡Yo Soy!").
71 Entonces ellos dijeron, ¿Qué más testimonio deseamos? (Constituye exactamente lo que quisieron.) porque nosotros lo hemos oído de Su Boca (quiere decir que todos le atestiguarían contra Él a Pilato que Él había hecho esta afirmación).


Primera Corintios Capítulo 13:

Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4

Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta  en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:

Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los   muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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29 October 2023

El 29 de octubre Lectura Bíblica Diaria

Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

Sonidos del aire libre


El 29 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

Isaías 43 a 45:
43
 Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tu. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice. Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan, y digan: Verdad es. Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién lo estorbará? Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que se gloriaban. Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen, como pábilo quedan apagados. No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad. Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido. Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará. Y no me invocaste a mí, oh Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice fatigar con incienso. No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades. Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte. Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí. Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por anatema a Jacob y por oprobio a Israel. 44 Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas. Este dirá: Yo soy de Jehová; el otro se llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano: A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel. Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir. No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una. El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa. Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú. No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha? Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú; Israel, no me olvides. Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí. Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová redimió a Jacob, y en Israel será glorificado. Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo; que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría. Yo, el que despierta la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades: Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado. 45 Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto. Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado. ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces?; o tu obra: ¿No tiene manos? ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?! Así dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos. Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos. Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios. Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que salvas. Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores de imágenes. Israel será salvo en Jehová con salvación eterna; no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos. Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro. No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud. Reuníos, y venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones. No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua. Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados. En Jehová será justificada y se gloriará toda la descendencia de Israel.
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Salmo 2:
¿Porqué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían.
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Proverbios 21:

En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazadoa. A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones. Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios. Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado. Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso! La fortuna amasada por la lengua embustera se esfuma como la niebla y es mortal como una trampa. La violencia de los malvados los destruirá, porque se niegan a practicar la justicia. Torcido es el camino del culpable, pero recta la conducta del hombre honrado. Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera. El malvado sólo piensa en el mal; jamás se compadece de su prójimo. Cuando se castiga al insolente, aprende el inexperto; cuando se instruye al sabio, el inexperto adquiere conocimiento. El justo se fija en la casa del malvado, y ve cuando éste acaba en la ruina. Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda. El regalo secreto apacigua el enojo; el obsequio discreto calma la ira violenta. Cuando se hace justicia, se alegra el justo y tiembla el malhechor. Quien se aparta de la senda del discernimiento irá a parar entre los muertos. El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama el vino y los perfumes jamás será rico. El malvado pagará por el justo, y el traidor por el hombre intachable. Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio. En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra. El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. El sabio conquista la ciudad de los valientes y derriba el baluarte en que ellos confiaban. El que refrena su boca y su lengua se libra de muchas angustias. Orgulloso y arrogante, y famoso por insolente, es quien se comporta con desmedida soberbia. La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar; todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad. El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención. El testigo falso perecerá, y quien le haga caso será destruido para siempre. El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta. De nada sirven ante el Señor la sabiduría, la inteligencia y el consejo. Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.



El Libro de Lucas Capítulo 21 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:




EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS




CAPÍTULO 21
(33 d.C.)
LOS DOS CENTAVOS




Y MIRANDO (nuestro Señor se encontraba en la columnata cubierta de esa parte del Templo donde estaba abierta para las mujeres Judías; ahí se hallaba el arca del tesoro con sus trece cajas en la pared, donde la gente echaba sus ofrendas), vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro (se insinúa que hacían una demostración ostentosa de sus limosnas, deseando impresionar a la gente por la cantidad que daban).
2 Y vio también una cierta viuda pobrecilla, que echaba allí dos centavos (probablemente equivale a algo menos de un dólar en la moneda actual).
3 Y dijo, De verdad os digo (demuestra un nuevo concepto de ofrendar), que esta viuda pobre echó más que todos (el término "viuda pobre" quiere decir que trabajaba arduamente para ganar lo poco que tenía):
4 Porque todos estos, de lo que les sobra echaron para las ofrendas de Dios (quiere decir que ellos tenían mucho y les sobraba, constituyendo una ofrenda muy poca, por lo menos en los Ojos de Dios): mas ésta de su pobreza (penuria) echó todo el sustento que tenía (se refiere a su ofrenda, por muy pequeña que fuera, fue más grande que todas las demás combinadas porque ella dio todo; Dios juzga nuestras ofrendas tomando en cuenta muchos factores; el motivo ya que es uno, que desempeña un papel muy importante).
EL TEMPLO
5 Y a unos que decían del Templo (dicho en el Monte de los Olivos, mientras Jesús y Sus Discípulos salieron de la ciudad), que estaba adornado de hermosas piedras y dones (este edificio era uno de los más hermosos del mundo), Él dijo,
6 Estas cosas que veis (se refiere a la hermosura del Templo, que sus Discípulos admiraban aun entonces), días vendrán, en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida (es exactamente lo que sucedió en el año 70 d.C., cuando Tito destruyó el Templo y la ciudad).
7 Y Le preguntaron, diciendo, Maestro, ¿cuándo será esto? (Aunque en Mateo, Capítulo 24 trata principalmente con la Segunda Venida, Lucas se dirige a las Palabras de Cristo, que tienen que ver con la destrucción próxima por Tito el General Romano.) ¿Y qué señal habrá cuando estas cosas hayan de comenzar a ser hechas? (Es un poco diferente del interrogante hecho en el Libro de Mateo, "¿qué será la señal de Su Venida y del fin del mundo?")
LAS SEÑALES DEL FIN
8 Él entonces dijo (en los siguientes cuatro Versículos, Lucas trata con las señales de la Edad con respecto a la Segunda Venida), Mirad, no seáis engañados (presenta la manera exacta en la cual Mateo comienza su relato – la advertencia de la decepción; mayormente en la esfera de la religión): porque vendrán muchos en Mi Nombre, diciendo, Yo soy el Cristo (de Cristo); y el tiempo está cerca (el Arrebatamiento de la Iglesia): por tanto, no vayáis en pos de ellos (ten mucho cuidado a quién sigues).
9 Empero cuando oyereis de guerras y sediciones, no os espantéis (cuando Israel rechazó a Cristo, sometió al mundo a unos 2.000 años más de terror): porque es necesario que estas cosas acontezcan primero (lo cual, en efecto, ha caracterizado el mundo de esa época hasta hoy); mas aun no será el fin (quiere decir que el fin no es inmediato).
10 Entonces les dijo, Se levantará gente contra gente, y reino contra reino (se refiere al momento inmediatamente antes de la Gran Tribulación, e incluyendo este período de tiempo determinado):
11 Y habrá grandes terremotos en varios lugares, y hambres, y pestilencias; y habrá espantos y grandes señales del Cielo (sucederán esas cosas en esta escala concreta durante el Período de la Gran Tribulación).
JERUSALÉN
12 Mas antes de todas estas cosas (se refiere al período poco después de haber hecho Él estas declaraciones) os echarán mano, y perseguirán, entregándoos a las Sinagogas y a las cárceles, siendo llevados a los reyes y a los gobernadores por causa de Mi Nombre (el Libro de los Hechos registra estos eventos, y la historia registra lo que sucedió después del Libro de los Hechos).
13 Y os será para Testimonio (los Creyentes no deben permitir que sus "Testimonios" se entorpezcan por la persecución, sino más bien sean motivo para estar fortalecidos).
14 Poned pues en vuestros corazones, no pensar antes cómo habéis de responder (no condena la prudencia, sino que incita la confianza total en el Señor sin temor):
15 Porque Yo os daré boca y sabiduría (corresponde a la unción del Espíritu Santo en el corazón y vida de los Creyentes, dándoles ayuda cuando se requiere), a la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se os opondrán.
16 Más seréis entregados aun de vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos (describe el poder de las religiones demoníacas y el control de sus víctimas); y matarán a algunos de vosotros (algunos no serán librados, sino que preferirán morir por su Testimonio).
17 Y seréis aborrecidos de todos por causa de Mi Nombre (este Versículo es prueba suficiente de la veracidad del Cristianismo, en que todo lo que puede sobrevivir la oposición, y aún crecer – hasta que sea lo más importante del mundo – confirma la integridad de su Fundador, el Señor Jesucristo, y la sinceridad de sus convertidos).
18 Mas ni un pelo de vuestra cabeza perecerá (nuestro Señor ya expone la destrucción cercana de Jerusalén en el año 70 d.C.; en esa matanza, la cual resultó en el sacrificio de más de un millón de Judíos, ni un solo Cristiano perdió su vida porque ellos leyeron esos mismos Versículos, y acataron a lo que Cristo les mandó a hacer).
19 En vuestra paciencia poseeréis vuestras almas (si la situación no se mejorara, el Creyente debe ser "paciente," sabiendo que Dios tiene todo bajo Su control, y que todo lo que Él hace es para el beneficio del Creyente y no para su perjuicio).
20 Y cuando viereis a Jerusalén cercada de ejércitos (corresponde a la invasión de Tito en el año 70 d.C.), sabed entonces que su destrucción ha llegado (expresa el momento en que Tito comenzaría a sitiar la ciudad de Jerusalén, lo cual sería la señal de que los Cristianos habrían de salir, ¡lo cual así hicieron!).
21 Entonces los que estuvieren en Judea, huyan a los montes (señalaba a aquéllos que creían en la Palabra, lo que era cierto de todos los Cristianos); y los que en medio de ella, váyanse (quiere decir que ninguna parte de Judea estaría a salvo de los ejércitos Romanos); y los que estén en los campos, no entren en ella (se refiere a los Cristianos que vivían en las regiones vecinas, que no debían venir en este tiempo a Judea).
22 Porque estos son días de venganza (se refiere al juicio; Israel había rechazado a Cristo; ahora tienen que pagar), para que se cumplan todas las cosas que están escritas (corresponde al cumplimiento de estas mismas palabras dadas por Cristo, como también todas las Profecías; y es seguro, cada sola Palabra de Dios se cumplirá, exactamente como fue predicho).
23 ¡Mas ay de las que están encinta, y de las que crían en aquellos días! porque habrá apuro grande sobre la Tierra e ira en este pueblo (una vez más, tiene que ver con los días terribles que le vendrían a Jerusalén, y lo cual sucedió en el año 70 d.C.).
24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones (millares y millares de Judíos después de esta matanza del año 70 d.C. fueron vendidos como esclavos en todas partes del mundo de esa época; y también, la gente Judía casi en su totalidad fue esparcida por todo el mundo, cumpliendo exactamente lo que Cristo dijo que sucedería): y Jerusalén será hollada de los Gentiles, hasta que los tiempos de los Gentiles sean cumplidos (en efecto, dio prueba al caso puesto que Jerusalén fue destruido por los Babilonios unos 600 años antes de Cristo; de hecho, ha continuado hasta hoy día, y por todos los propósitos prácticos, continuará hasta la Segunda Venida; entonces los "tiempos de los Gentiles serán cumplidos," e Israel una vez más llegará a ser la Nación primera del mundo, lo cual hará bajo Cristo).
25 Entonces habrá señales en el sol, y en la luna, y en las estrellas (manifiesta al Señor que vuelve a Su tema anterior acerca de las señales con respecto a Su Segunda Venida, que se mencionó antes en los Versículos 8 al 11); y en la Tierra angustia de gentes por la confusión (se refiere a los problemas sin solución, los cuales prevalecerán en la Gran Tribulación venidera); a causa del sonido del mar y de las ondas (no corresponde a los cuerpos de agua, sino más bien a las naciones que rugen en disgusto, odio, rebelión y guerra [Apoc. 17:15]):
26 Desfalleciéndose los corazones de los hombres a causa del temor (no tiene nada que ver con la enfermedad del corazón, sino más bien que los hombres se descorazonan, es decir, no tienen más ánimo para continuar), y expectación de las cosas que sobrevendrán a la redondez de la Tierra (Apoc., Capítulos 6 al 19 nos da en detalle gráfico un relato de lo que sucederá): porque las Potestades de los Cielos serán  conmovidas (declara el Juicio de Dios que caerá sobre Israel y las naciones Gentiles que aún son incrédulos, que no tiene precedente en toda la historia pasada, y no habrá nada similar en la historia subsiguiente [Mat. 24:21]).
27 Y entonces (se refiere a la conclusión de la Gran Tribulación) verán al Hijo del Hombre, que vendrá (se refiere a la Segunda Venida, y muy posible que será televisado por las Agencias Noticieras reportando la Batalla de Armagedón, rugiendo en ese momento, lo cual describirá esta Venida en todas partes del mundo) en una nube (no se refiere a las nubes de los Cielos, sino más bien de las nubes de Santos y Ángeles, que regresarán con el Señor en esa Venida) con potestad y Gloria grande (como se dijo anteriormente, cuando Él viene la segunda vez, el mundo no tendrá que preguntarse si en realidad es Él; ¡será muy evidente!).
28 Y cuando estas cosas comenzaren a hacerse (se refiere a las "señales" de los Versículos 8 al 11, así como los Versículos 25 y 26), mirad, y levantad vuestras cabezas, porque vuestra Redención está cerca (no se refiere al Arrebatamiento, ya que esto habrá pasado años antes, sino más bien la Liberación de Israel en la Segunda Venida cuando Cristo venga con los Santos Arrebatados [Isa. 11:10-12; 66:7-8; Zac., cap. 14; Mat. 24:29-31; Rom. 11:25-29; Apoc., cap. 19]).
LA HIGUERA
29 Y les dijo una Parábola: Mirad la higuera, y todos los árboles (Jesús usa una ilustración simple que sirve para señalar la Segunda Venida);
30 Cuando ya brotan, viéndolo, de vosotros mismos entendéis que el verano está ya cerca (la estación de la Primavera nos dice que la estación del Verano está a punto de comenzar).
31 Así también vosotros, cuando viereis hacerse estas cosas (de nuevo habla de los acontecimientos de los Versículos 8 al 11, así como los Versículos 25 y 26), entended que está cerca el Reino de Dios (apunta a la Segunda Venida, que introducirá la Edad del Reino).
32 De cierto os digo, Que no pasará esta generación, hasta que todo sea cumplido (la generación que estará viva en el momento de estos acontecimientos).
33 El Cielo y la Tierra pasarán (pasará de una condición a otra): mas Mis Palabras no pasarán (la Palabra de Dios está muy segura de cumplirse aún más que la estabilidad del Cielo y de la Tierra).
VIGILAD Y ORAD
34 Y mirad por vosotros mismos (comienza una porción de enseñanza que se aplica al Cuerpo entero de Cristo, y para siempre), que vuestros corazones no sean cargados (sobrecargados) de glotonería (libertinaje) y embriaguez, y de los cuidados de esta vida (las cosas que no son espirituales), y venga de repente sobre vosotros aquel día (realmente apunta a la Segunda Venida, pero puede señalar, también, al Arrebatamiento y a la Muerte).
35 Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la Tierra (en otras palabras, las cosas no resultarán como el hombre piensa que van a resultar, ya que la Segunda Venida cambiará todo).
36 Velad pues, orando en todo tiempo (observa los eventos que transcurren, y compárenlos en cualquier capacidad con la Palabra, pidiéndole al Señor que Le conceda discernimiento), que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que han de venir (señala al Arrebatamiento de la Iglesia; el término "dignos" dicho aquí por Jesús no tiene nada que ver con la auto-justicia, sino más bien la justicia que se le da libremente a alguien que expresa la Fe en Cristo y la Cruz; esto y esto solo es la clave), y de estar en pie delante del Hijo del Hombre (se refiere a ser llevado para estar con el Señor antes de la Gran Tribulación venidera [I Tes. 4:13-18]).
37 Y enseñaba de día en el Templo (corresponde a Sus últimas horas antes de la Crucifixión); y de noche saliendo, se quedaba en el Monte que se llama de los Olivos (tenemos aquí al Hijo de Dios, el Creador de todas las cosas, el Hacedor del Cielo y de la Tierra, Quien realmente no tenía dónde colocar Su Cabeza, a excepción de una roca; la humillación que Él sufrió no tiene comparación alguna en los anales de la historia humana).
38 Y todo el pueblo venía a Él por la mañana (tiene que ver con los miles que ocuparon Jerusalén, ya que era el tiempo de la Pascua), para oírle en el Templo (para escuchar al "Dador de la Vida," presentar las "Palabras de Vida").


Primera Corintios Capítulo 13:



Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4



Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta  en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:



Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los   muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

 

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