14 December 2008

El 15 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria


El 15 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria:

Hageo 2 y Zaquerías 1 a 2:
El día veintiuno del mes séptimo, vino palabra del Señor por medio del profeta Hageo: "Pregunta a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y al resto del pueblo: ¿Queda alguien entre ustedes que haya visto esta casa en su antiguo esplendor? ¿Qué les parece ahora? ¿No la ven como muy poca cosa? Pues ahora, ¡ánimo, Zorobabel! afirma el Señor. ¡Ánimo, Josué hijo de Josadac! ¡Tú eres el sumo sacerdote! ¡Ánimo, pueblo de esta tierra! afirma el Señor. ¡Manos a la obra, que yo estoy con ustedes! afirma el Señor Todopoderoso. Y mi Espíritu permanece en medio de ustedes, conforme al pacto que hice con ustedes cuando salieron de Egipto. "No teman, porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa dice el Señor Todopoderoso. Mía es la plata, y mío es el oro afirma el Señor Todopoderoso. El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera dice el Señor Todopoderoso. Y en este lugar concederé la paz, afirma el Señor Todopoderoso." Tercer oráculo: Consulta a los sacerdotes El día veinticuatro del mes noveno del segundo año de Darío, vino palabra del Señor al profeta Hageo: "Así dice el Señor Todopoderoso: Consulta a los sacerdotes sobre las cosas sagradas. " Entonces Hageo les planteó lo siguiente: Supongamos que alguien lleva carne consagrada en la falda de su vestido, y sucede que la falda toca pan, o guiso, o vino, o aceite, o cualquier otro alimento; ¿quedarán también consagrados? ¡No! contestaron los sacerdotes. Supongamos ahora prosiguió Hageo que una persona inmunda por el contacto de un cadáver toca cualquiera de estas cosas; ¿también ellas quedarán inmundas? ¡Sí! contestaron los sacerdotes. Entonces Hageo respondió: "¡Así es este pueblo! ¡Así es para mí esta nación! afirma el Señor. ¡Así es cualquier obra de sus manos! ¡y aun lo que allí ofrecen es inmundo! "Ahora bien, desde hoy en adelante, reflexionen. Antes de que ustedes pusieran piedra sobre piedra en la casa del Señor, ¿cómo les iba? Cuando alguien se acercaba a un montón de grano esperando encontrar veinte medidas, sólo hallaba diez; y si se iba al lagar esperando sacar cincuenta medidas de la artesa del mosto, sólo sacaba veinte. Herí sus campos con quemazón y con plaga, y con granizo toda obra de sus manos. Pero ustedes no se volvieron a mí afirma el Señor. Reflexionen desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno, día en que se colocaron los cimientos de la casa del Señor. Reflexionen: ¿Queda todavía alguna semilla en el granero? ¿Todavía no producen nada la vid ni la higuera, ni el granado ni el olivo? ¡Pues a partir de hoy yo los bendeciré!" Cuarto oráculo: Promesas a Zorobabel El día veinticuatro del mismo mes vino por segunda vez palabra del Señor a Hageo: "Di a Zorobabel, gobernante de Judá: Yo estoy por estremecer los cielos y la tierra. Volcaré los tronos reales y haré pedazos el poderío de los reinos del mundo. Volcaré los carros con sus conductores, y caerán caballos y jinetes, y éstos se matarán a espada unos a otros. En aquel día afirma el Señor Todopoderoso te tomaré a ti, mi siervo Zorobabel hijo de Salatiel afirma el Señor, y te haré semejante a un anillo de sellar, porque yo te he elegido, afirma el Señor Todopoderoso."
Zaquerías 1 a 2:
En el mes octavo del segundo año del reinado de Darío, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó: "El Señor está ardiendo en ira contra los antepasados de ustedes. Por lo tanto, adviértele al pueblo que así dice el Señor Todopoderoso: "Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes afirma el Señor Todopoderoso. "No sean como sus antepasados, a quienes les proclamaron los profetas de antaño que así dice el Señor Todopoderoso: ‘Vuélvanse de su mala conducta y de sus malas prácticas. ni me prestaron atención afirma el Señor. "¿Dónde están los antepasados de ustedes? ¿Acaso los profetas siguen con vida? ¿No se cumplieron en sus antepasados las palabras y los decretos que a mis siervos los profetas ordené comunicarles? " Entonces ellos se volvieron al Señor, y dijeron: ‘El Señor Todopoderoso nos ha tratado tal y como había resuelto hacerlo: conforme a lo que merecen nuestra conducta y nuestras acciones. " En el segundo año del reinado de Darío, en el día veinticuatro del mes de sebat, que es el mes undécimo, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó: Una noche tuve una visión, en la que vi a un hombre montado en un caballo alazán. Ese hombre se detuvo entre los arrayanes que había en una hondonada. Detrás de él había jinetes en caballos alazanes, bayos y blancos. Yo le pregunté: "¿Qué significan estos jinetes, mi señor?" El ángel que hablaba conmigo me respondió: "Voy a explicarte lo que significan." Y el hombre que estaba entre los arrayanes me dijo: "El Señor ha enviado estos jinetes a recorrer toda la tierra." Los jinetes informaron al ángel del Señor, que estaba entre los arrayanes: "Hemos recorrido toda la tierra. Por cierto, la encontramos tranquila y en paz." Ante esto, el ángel del Señor replicó: "Señor Todopoderoso, ¿hasta cuándo te negarás a compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, con las que has estado enojado estos setenta años?" El Señor le respondió con palabras buenas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo, y luego el ángel me dijo: "Proclama este mensaje de parte del Señor Todopoderoso: "Mi amor por Sión y por Jerusalén me hace sentir celos por ellas. En cambio, estoy lleno de ira con las naciones engreídas. Mi enojo no era tan grave, pero ellas lo agravaron más. "Por lo tanto, así dice el Señor: Volveré a compadecerme de Jerusalén. Allí se reconstruirá mi templo, y se extenderá el cordel de medir, afirma el Señor Todopoderoso. "Proclama además lo siguiente de parte del Señor Todopoderoso: "Otra vez mis ciudades rebosarán de bienes, otra vez el Señor consolará a Sión, otra vez escogerá a Jerusalén. " Alcé la vista, ¡y vi ante mí cuatro cuernos! Le pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué significan estos cuernos?" Y el ángel me respondió: "Estos cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén." Luego el Señor me mostró cuatro herreros. Le pregunté: "¿Y éstos qué han venido a hacer?" Y el Señor me respondió: "Los cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie pudo volver a levantar la cabeza. Los herreros han venido para aterrorizarlos, y para deshacer el poder de las naciones que levantaron su cuerno contra la tierra de Judá y dispersaron a sus habitantes." Alcé la vista, ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir! Le pregunté: "¿A dónde vas?" Y él me respondió: "Voy a medir a Jerusalén. Quiero ver cuánto mide de ancho y cuánto de largo." Ya salía el ángel que hablaba conmigo cuando otro ángel vino a su encuentro y le dijo: "Corre a decirle a ese joven: "Tanta gente habrá en Jerusalén, y tanto ganado, que Jerusalén llegará a ser una ciudad sin muros. En torno suyo afirma el Señor seré un muro de fuego, y dentro de ella seré su gloria. "¡Salgan, salgan! ¡Huyan del país del norte! afirma el Señor. "¡Fui yo quien los dispersó a ustedes por los cuatro vientos del cielo! afirma el Señor. "Sión, tú que habitas en Babilonia, ¡sal de allí; escápate!" Porque así dice el Señor Todopoderoso, cuya gloria me envió contra las naciones que los saquearon a ustedes: "La nación que toca a mi pueblo, me toca la niña de los ojos. Yo agitaré mi mano contra esa nación, y sus propios esclavos la saquearán. "Así sabrán que me ha enviado el Señor Todopoderoso. "¡Grita de alegría, hija de Sión! ¡Yo vengo a habitar en medio de ti! afirma el Señor. "En aquel día, muchas naciones se unirán al Señor. Ellas serán mi pueblo, y yo habitaré entre ellas. "Así sabrán que el Señor Todopoderoso es quien me ha enviado a ustedes. El Señor tomará posesión de Judá, su porción en tierra santa, y de nuevo escogerá a Jerusalén. ¡Que todo el mundo guarde silencio ante el Señor, que ya avanza desde su santa morada!"




Salmo 65:
A ti, oh Dios de Sión, te pertenece la alabanza. A ti se te deben cumplir los votos, porque escuchas la oración. A ti acude todo mortal, a causa de sus perversidades. Nuestros delitos nos abruman, pero tú los perdonaste. ¡Dichoso aquel a quien tú escoges, al que atraes a ti para que viva en tus atrios! Saciémonos de los bienes de tu casa, de los dones de tu santo templo. Tú, oh Dios y Salvador nuestro, nos respondes con imponentes obras de justicia; tú eres la esperanza de los confines de la tierra y de los más lejanos mares. Tú, con tu poder, formaste las montañas, desplegando tu potencia. Tú calmaste el rugido de los mares, el estruendo de sus olas, y el tumulto de los pueblos. Los que viven en remotos lugares se asombran ante tus prodigios; del oriente al occidente tú inspiras canciones de alegría. Con tus cuidados fecundas la tierra, y la colmas de abundancia. Los arroyos de Dios se llenan de agua, para asegurarle trigo al pueblo. ¡Así preparas el campo! Empapas los surcos, nivelas sus terrones, reblandeces la tierra con las lluvias y bendices sus renuevos. Tú coronas el año con tus bondades, y tus carretas se desbordan de abundancia. Rebosan los prados del desierto; las colinas se visten de alegría. Pobladas de rebaños las praderas, y cubiertos los valles de trigales, cantan y lanzan voces de alegría.



Proverbios 22:
Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor. El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida. Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas. Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores. El que siembra maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira. El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres. Despide al insolente, y se irá la discordia y cesarán los pleitos y los insultos. El que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar tendrá por amigo al rey. Los ojos del Señor protegen el saber, pero desbaratan las palabras del traidor. "¡Hay un león allá afuera! dice el holgazán. ¡En plena calle me va a hacer pedazos!" La boca de la adúltera es una fosa profunda; en ella caerá quien esté bajo la ira del Señor. La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige. Oprimir al pobre para enriquecerse, y hacerle regalos al rico, ¡buena manera de empobrecerse! Presta atención, escucha mis palabras; aplica tu corazón a mi conocimiento. Grato es retenerlas dentro de ti, y tenerlas todas a flor de labio. A ti te las enseño en este día, para que pongas tu confianza en el Señor. ¿Acaso no te he escrito treinta dichos que contienen sabios consejos? Son para enseñarte palabras ciertas y confiables, para que sepas responder bien a quien te pregunte. 1 No explotes al pobre porque es pobre, ni oprimas en los tribunales a los necesitados; porque el Señor defenderá su causa, y despojará a quienes los despojen. 2 No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa. 3 No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes. 4 No cambies de lugar los linderos antiguos que establecieron tus antepasados. 5 ¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.


El Libro de Los Romanos Capítulo 11 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS ROMANOS




CAPÍTULO 11
(60 d.C.)
EL PROPÓSITO DE DIOS

DIGO pues, ¿ha desechado Dios a Su pueblo? (Está expresado en el Texto Griego de modo que se requiere una respuesta negativa.) De ninguna manera. Porque también yo soy Israelita, de la simiente de Abraham, de la Tribu de Benjamín (Israelita es el título más augusto de los tres nombres).
2 No ha desechado Dios a Su pueblo al cual antes conoció (se refiere a Israel como Nación, y muchas Promesas hicieron con respecto al futuro de este pueblo antiguo). ¿O no sabéis qué dice de Elías La Escritura? (I Rey. 19:10, 14) cómo hablando con Dios contra Israel, dice (conlleva el pensamiento de que el Profeta debería haber suplicado por Israel, no contra Israel),
3 Señor, a Tus Profetas han dado muerte, y Tus Altares han derribado (la adoración verdadera de Dios de ese entonces fue abandonada, y en su lugar fueron sustituidos por ídolos [I Rey. 12:28-33]); y yo he quedado solo, y procuran matarme (de hecho, Elías no estaba solo, justo como lo veremos).
4 Mas ¿qué le dice la divina respuesta? He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal (nos dice que la Fe Verdadera siempre se adhiere a la acción espiritual).
UN REMANENTE

5 Así también aun en este tiempo (durante la época de Pablo) han quedado un Remanente por la elección de Gracia (definitivamente habla de la Predestinación, pero no de la manera como muchos piensan; es el Remanente que se ha elegido o predestinado, no son aquellos que estarán en el Remanente).
6 Y si por Gracia (la Bondad de Dios, todo hecho posible por la Cruz), luego no es por las obras (nadie puede señalar a sus obras como base de la Salvación): de otra manera la Gracia ya no es Gracia (si las obras se mezclan con la Gracia, éstas anulan la Gracia). Y si por las obras, ya no es Gracia (las obras nunca pueden producir la Gracia): de otra manera la obra ya no es obra (por ejemplo, el Bautismo en Agua, si se procede erróneamente, anula su sentido verdadero; es cierto también para todas las otras grandes Ordenanzas del Señor).


LA REBELIÓN Y LA
INCREDULIDAD

7 ¿Qué pues? (Esto se preguntó con respecto a Israel, ¡pero también puede aplicarse a la Iglesia!) Lo que buscaba Israel, aquello no ha alcanzado (categóricamente declara que la Salvación no se puede obtener de ninguna otra manera o por otro camino que no sea por el Camino de Dios, que es la Cruz); mas la elección lo ha alcanzado (se refiere a los Judíos que no intentaron reclamar la Salvación por Mérito, sino más bien por la Gracia), y los demás fueron endurecidos (se refiere a una ceguera judicial).
8 (Como está escrito (Isa. 29:10), Les dio Dios espíritu embotado (esto es lo que ellos quisieron, ¡por lo tanto es lo que recibieron!), ojos con que no vean, y oídos con que no oigan;) (Se refiere a la incapacidad de ver aunque la evidencia sea claramente visible, u oír aunque las palabras sean claramente dichas.) hasta el día de hoy (se refiere a una condición que no se corregirá, sino que seguirá empeorando).
9 Y David dice (Sal. 69:22), Que se convierta su mesa en trampa (se refiere a su prosperidad), y en red (el resultado final de la trampa), y en tropezadero (Israel tropezó en las mismas bendiciones que fueron previstas para su mejoría), y en paga (un resultado final negativo):
10 Sus ojos sean oscurecidos, para que no vean (no quisieron ver, luego el Señor les dio lo que querían), y agóbiales siempre la espalda (se refiere a aquellos que caen bajo el agobio del cautiverio, que es exactamente lo que pasó).
LOS GENTILES
11 Digo pues, ¿han tropezado para que cayesen? (¿Para nunca levantarse otra vez?) De ninguna manera: mas por el tropiezo de ellos vino la Salvación a los Gentiles (es otra manera de expresar la formación o edificación de la Iglesia), para que fuesen provocados a celos (se remonta a la Profecía de Noé después del diluvio, Engrandezca Dios a Jafet [los Gentiles], y habite en las tiendas de Sem, es decir, Israel; Jafet recibirá las bendiciones provistas para Sem, que es exactamente lo que sucedió [Gén. 9:26-27]).
12 Y si la caída de ellos es la riqueza del mundo (la idea es que su Caída no detuvo que el Evangelio viniera al mundo; la manera en que la versión lo interpreta es como que si el mundo se ha enriquecido mucho por la Caída de Israel; ¡sin embargo, ese no es el caso!), y la pérdida de ellos la riqueza de los Gentiles (las Bendiciones que debieran ser para Israel, las recibieron los Gentiles, y nos referimos a la Iglesia, es decir, la Verdadera Iglesia); ¿cuánto más la plenitud de ellos? (En esta pregunta, Pablo insinúa que el lugar legítimo de Israel en el Reino de Dios está todavía por venir, lo cual entonces va a estar todo en orden, e Israel va a ser la gran Bendición que Dios siempre intentó que fuera.)
13 Porque a vosotros hablo, Gentiles (se refiere a las naciones que son distintas de Israel), por cuanto pues yo soy Apóstol de los Gentiles (habla del Llamamiento especial de Pablo por el Señor), mi ministerio honro (el Ministerio del Apóstol, que se refiere al Mensaje de la Gracia que afectaría a todo Creyente):
14 Por si en alguna manera provocase a celos a mi carne, e hiciese salvos a algunos de ellos (Pablo esperaba que Israel pudiera ver las Bendiciones del Señor sobre los Gentiles, y, al desear esas Bendiciones, iba a aceptar a Cristo y, por consiguiente, ser salvo).
15 Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo (se refiere a la Acción de Dios en apartar temporalmente a Israel como un canal para traer las Buenas Nuevas de Salvación al mundo, y en su lugar poner la Iglesia como sustituto), ¿qué será su admisión, sino vida de los muertos? (Todo es con miras de devolver a Israel al compañerismo con Él y al servicio en el Milenio venidero. Su conversión es comparada a una Resurrección.)
16 Y si el Primer Fruto es Santo (se refiere a los Patriarcas de Israel, quienes eran Abraham, Isaac y Jacob), también lo es el todo (no se refiere a los atributos personales, sino simplemente que Israel ha sido Llamado de Dios, y apartado por Dios para una tarea especial que finalmente será realizada): y si la raíz es Santa, también lo son las ramas (corresponde a su obra, su motivo de existir; están ahora mismo en la etapa en que comienzan a ser devueltos de los muertos).
17 Que si algunas de las ramas fueron quebradas (no todas las ramas, sino algunas; refiriéndose al hecho de que Israel será finalmente devuelto), y tú (se refiere a la Iglesia, es decir, los Gentiles), siendo olivo silvestre (inferior), has sido injertado entre ellas (indica el inferior que se injerta en el superior, que es totalmente contra la naturaleza), y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura del olivo (quiere decir que la vida de la Iglesia procede de la Raíz común lo que al principio se le dio a Israel de hace mucho tiempo);
18 No te jactes contra las ramas (la Iglesia no ha sustituido a Israel en el Plan de Dios, aunque la Iglesia está incluida en el Plan de Dios debido a que Israel rechazó a Cristo). Y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti (como se mencionó, la Iglesia fue injertada y edificada sobre las Promesas que originalmente se les dieron a Israel, las cuales se aplican todavía a Israel y un día serán cumplidas).
19 Pues las ramas, dirás, fueron quebradas, para que yo fuese injertada (la Iglesia tiene siempre que saber y entender que fue y es la segunda alternativa).
20 Bien; por su (Israel) incredulidad fueron quebradas (la incredulidad con respecto a Cristo y la Cruz), mas tú por la Fe estás en pie (indica que se le dio entrada a la Iglesia debido a la Fe y no por su propio mérito, y se mantiene en su posición presente por la Fe y no por su propio mérito). No te ensoberbezcas, antes teme (la razón se da en el siguiente Versículo).
21 Que si Dios no perdonó a las ramas naturales (Israel), a ti tampoco te perdonará (otra vez, se refiere a la Iglesia, como es obvio).
22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios (no confunda la Bondad de Dios con la licencia): la severidad ciertamente en los que cayeron (habla del Juicio que vino sobre Israel, el Pueblo escogido de Dios); mas la bondad para contigo, si permanecieres en Su Bondad (declara la condición; la continuación de la Bondad que pertenece a la Fe persistente en Cristo y la Cruz): pues de otra manera tú también serás cortado (¿está la Iglesia moderna al borde de esto ahora mismo? ¡Apocalipsis 3:15-22 nos dice que este es el caso!).
23 Y aun ellos (Israel), si no permanecieren en incredulidad, serán injertados (la incredulidad de Israel se terminará en la Segunda Venida): que poderoso es Dios para volverlos a injertar (¡y esto Él hará!).
24 Porque si tú eres cortado de naturaleza silvestre (se refiere al mundo Gentil, y en este caso la Iglesia), y contra de lo normal fuiste injertado en el buen olivo (el inferior en el superior): ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Israel falló, pero el Plan no falló. Israel será al fin devuelto y Evangelizará el mundo como fue planeado al principio. Ocurrirá en la Edad del Reino venidero [Isa. 66:19].)
LA RESTAURACIÓN
25 Porque no quiero, Hermanos, que ignoréis este misterio (lo que le ha pasado a Israel), para que no os ensoberbezcáis en cuanto a vosotros mismos (los Gentiles no fueron incluidos por ningún mérito o Justicia de su parte, sino estrictamente por la Gracia de Dios); que la ceguera en parte ha acontecido en Israel (es el misterio del cual Pablo habla), hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles (se refiere a la Iglesia; de hecho, la Edad de la Iglesia está ahora mismo por clausurar).
26 Y luego todo Israel será salvo (cuando la Edad de la Iglesia se termine, y la Segunda Venida comience; entonces Israel aceptará a Cristo y será salvo): como está escrito (Isa. 27:9; 59:20-21), Vendrá de Sión el Libertador (Jesucristo será el Libertador), que quitará de Jacob la impiedad (Cristo librará a Israel del Anticristo, y lo más importante es que los librará de sus pecados):
27 Y este es mi Pacto con ellos (una Promesa), cuando quitare sus pecados (como se declaró, se realizará en la Segunda Venida [Zac. 13:1]).
28 Así que, en cuanto al Evangelio, son enemigos por causa de vosotros (se refiere al Evangelio de Jesucristo): mas en cuanto a la elección, son muy amados por causa de los padres (habla de su Llamamiento).
29 Porque sin Arrepentimiento son los Dones y el Llamamiento de Dios (los Dones y el Llamamiento de Dios no están sujetos a un cambio de opinión de Parte de Dios).
30 Porque como también vosotros en algún tiempo no creísteis a Dios (corresponde al mundo Gentil que vivía fuera de las Promesas de Dios durante aproximadamente 4.000 años), mas ahora habéis alcanzado Misericordia por la incredulidad de ellos (se refiere a la incredulidad de Israel, pero su incredulidad no detuvo la Misericordia otorgada a los Gentiles, que Dios había planeado desde el principio):
31 Así también éstos ahora no han creído (corresponde otra vez a Israel, y el hecho de que ellos estén aun ahora en la incredulidad; se cambiará al final), para que por la Misericordia para con vosotros (la Iglesia), ellos también alcancen Misericordia (la Misericordia que se extendió a los Gentiles al final se le devolverá a Israel también, con la totalidad del Plan de Dios que ya vuelve al punto de partida).
32 Porque Dios encerró a todos en incredulidad (tanto Judíos como Gentiles; los Judíos detestaron aceptar esta conclusión), para tener Misericordia de todos (indica la condición de Dios con que trata a la totalidad de la familia humana, tanto Judío como Gentil).
LA GRANDEZA DE DIOS
33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! (Esta profundidad está más allá de nuestra comprensión.) ¡Cuán incomprensibles son sus Juicios, e inescrutables Sus Caminos! (Ellos no pueden comprender por el intelecto, sólo por la Revelación que viene del Espíritu.)
34 Porque ¿quién entendió la Mente del Señor? (Como se mencionó, el único modo como se puede conocer la Mente del Señor es por medio de la revelación del Espíritu Santo.) ¿O quién fue Su consejero? (Tendría que ser, nadie.)
35 ¿O quién le dio a Él primero (Job 41:11), para que le sea pagado? (¡Lo que sembramos, cosechamos!)
36 Porque de Él (se refiere a la Creación), y por Él (se refiere a Su Conocimiento Perfecto), y en Él (Su Presencia está en todas partes), son todas las cosas (Él Solo es la Primera Causa): a Él sea Gloria por los siglos (Él Solo merece la Gloria). Amén (Verdad).






Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no vivan según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

Labels: , , , , , , , , , , , , , , , , , , ,

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home