El 30 de Agosto Lectura Bíblica Diaria
Esdras 9 a 10 a Nehemìas 1:
Después de todo esto, se me acercaron los jefes y me dijeron: "El pueblo de Israel, incluso los sacerdotes y levitas, no se ha mantenido separado de los pueblos vecinos, sino que practica las costumbres abominables de todos ellos, es decir, de los cananeos, hititas, ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos. De entre las mujeres de esos pueblos han tomado esposas para sí mismos y para sus hijos, mezclando así la raza santa con la de los pueblos vecinos. Y los primeros en cometer tal infidelidad han sido los jefes y los gobernantes." Cuando escuché esto, me rasgué la túnica y el manto, me arranqué los pelos de la cabeza y de la barba, y me postré muy angustiado. Entonces, por causa del pecado cometido por los repatriados, se reunieron a mi alrededor todos los que obedecían la palabra de Dios. Y yo seguí angustiado hasta la hora del sacrificio de la tarde. A la hora del sacrificio me recobré de mi abatimiento y, con la túnica y el manto rasgados, caí de rodillas, extendí mis manos hacia el Señor mi Dios, y le dije en oración:
"Dios mío, estoy confundido y siento vergüenza de levantar el rostro hacia ti, porque nuestras maldades se han amontonado hasta cubrirnos por completo; nuestra culpa ha llegado hasta el cielo. Desde los días de nuestros antepasados hasta hoy, nuestra culpa ha sido grande. Debido a nuestras maldades, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes fuimos entregados al poder de los reyes de los países vecinos. Hemos sufrido la espada, el cautiverio, el pillaje y la humillación, como nos sucede hasta hoy. "Pero ahora tú, Señor y Dios nuestro, por un breve momento nos has mostrado tu bondad al permitir que un remanente quede en libertad y se establezca en tu lugar santo. Has permitido que nuestros ojos vean una nueva luz, y nos has concedido un pequeño alivio en medio de nuestra esclavitud. Aunque somos esclavos, no nos has abandonado, Dios nuestro, sino que nos has extendido tu misericordia a la vista de los reyes de Persia. Nos has dado nueva vida para reedificar tu templo y reparar sus ruinas, y nos has brindado tu protección en Judá y en Jerusalén. "Y ahora, después de lo que hemos hecho, ¿qué podemos decirte? No hemos cumplido los mandamientos que nos diste por medio de tus siervos los profetas, cuando nos advertiste: La tierra que van a poseer está corrompida por la impureza de los pueblos que la habitan, pues de un extremo a otro ellos la han llenado con sus abominaciones. Por eso, no permitan ustedes que sus hijas ni sus hijos se casen con los de esos pueblos. Nunca busquen el bienestar ni la prosperidad que tienen ellos, para que ustedes se mantengan fuertes y coman de los frutos de la buena tierra y luego se la dejen por herencia a sus descendientes para siempre. "Después de todo lo que nos ha acontecido por causa de nuestras maldades y de nuestra grave culpa, reconocemos que tú, Dios nuestro, no nos has dado el castigo que merecemos, sino que nos has dejado un remanente. ¿Cómo es posible que volvamos a quebrantar tus mandamientos contrayendo matrimonio con las mujeres de estos pueblos que tienen prácticas abominables? ¿Acaso no sería justo que te enojaras con nosotros y nos destruyeras hasta no dejar remanente ni que nadie escape? ¡Señor, Dios de Israel, tú eres justo! Tú has permitido que hasta hoy sobrevivamos como remanente. Culpables como somos, estamos en tu presencia, aunque no lo merecemos." Mientras Esdras oraba y hacía esta confesión llorando y postrándose delante del templo de Dios, a su alrededor se reunió una gran asamblea de hombres, mujeres y niños del pueblo de Israel. Toda la multitud lloraba amargamente. Entonces uno de los descendientes de Elam, que se llamaba Secanías hijo de Jehiel, se dirigió a Esdras y le dijo: "Nosotros hemos sido infieles a nuestro Dios, pues tomamos por esposas a mujeres de los pueblos vecinos; pero todavía hay esperanza para Israel. Hagamos un pacto con nuestro Dios, comprometiéndonos a expulsar a todas estas mujeres y a sus hijos, conforme al consejo que nos has dado tú, y todos los que aman el mandamiento de Dios. ¡Que todo se haga de acuerdo con la ley! Levántate, pues ésta es tu responsabilidad; nosotros te apoyamos. ¡Cobra ánimo y pon manos a la obra!" Al oír esto, Esdras se levantó e hizo que los jefes de los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo de Israel se comprometieran, bajo juramento, a cumplir con lo que habían dicho; y ellos lo juraron. Luego Esdras salió del templo de Dios y fue a la habitación de Johanán hijo de Eliasib. Allí se quedó sin comer pan ni beber agua, porque estaba muy deprimido por causa de la infidelidad de los repatriados. Posteriormente anunciaron en Judá y Jerusalén que todos los que habían regresado del cautiverio debían reunirse en Jerusalén. Y advirtieron que a todo el que no se presentara en el plazo de tres días, según la decisión de los jefes y dirigentes, se le quitarían sus propiedades y se le expulsaría de la asamblea de los repatriados. Por lo tanto, a los tres días, en el día veinte del mes noveno, se reunieron en Jerusalén todos los hombres de Judá y de Benjamín. Todo el pueblo se sentó en la plaza del templo de Dios, temblando por causa de ese asunto e intimidados por el aguacero que caía. Entonces el sacerdote Esdras se puso en pie y les dijo:
Ustedes han sido infieles y han aumentado la culpa de Israel, pues han contraído matrimonio con mujeres extranjeras. Ahora, pues, confiesen su pecado al Señor, Dios de nuestros antepasados, y hagan lo que a él le agrada. Sepárense de los paganos y de las mujeres extranjeras. Toda la asamblea contestó en alta voz:
Haremos todo lo que nos has dicho. Pero no podemos quedarnos a la intemperie; estamos en época de lluvias y esto no es asunto de uno o dos días, pues somos muchos los que hemos cometido este pecado. Proponemos que se queden sólo los jefes del pueblo, y que todos los que viven en nuestras ciudades y se han casado con mujeres extranjeras se presenten en fechas determinadas, junto con los dirigentes y jueces de cada ciudad, hasta que se aparte de nosotros la terrible ira de nuestro Dios por causa de esta infidelidad. Sólo se opusieron Jonatán hijo de Asael y Jahazías hijo de Ticvá, apoyados por los levitas Mesulán y Sabetay. Los que habían regresado del cautiverio actuaron según lo que se había convenido. Entonces el sacerdote Esdras seleccionó y llamó por nombre a ciertos jefes de familia, y a partir del primer día del mes décimo se reunió con ellos para tratar cada caso. Y el primer día del mes primero terminaron de resolver los casos de todos los que se habían casado con mujeres extranjeras. Los descendientes de los sacerdotes que se habían casado con mujeres extranjeras fueron los siguientes:
De Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maseías, Eliezer, Jarib y Guedalías, los cuales se comprometieron a despedir a sus mujeres extranjeras, y ofrecieron un carnero como ofrenda de expiación por su pecado. De Imer: Jananí y Zebadías. De Jarín: Maseías, Elías, Semaías, Jehiel y Uzías. De Pasur: Elihoenay, Maseías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasá. De los levitas:
Jozabad, Simí, Quelaías o Quelitá, Petaías, Judá y Eliezer. De los cantores: Eliasib.
De los porteros: Salún, Telén y Uri. Y de los demás israelitas:
De Parós: Ramías, Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaías. De Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdí, Jeremot y Elías. De Zatú: Elihoenay, Eliasib, Matanías, Jeremot, Zabad y Azizá. De Bebay: Johanán, Jananías, Zabay y Atlay. De Baní: Mesulán, Maluc, Adaías, Yasub, Seal y Ramot. De Pajat Moab: Adná, Quelal, Benaías, Maseías, Matanías, Bezalel, Binuy y Manasés. De Jarín: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón, Benjamín, Maluc y Semarías. De Jasún: Matenay, Matatá, Zabad, Elifelet, Jeremay, Manasés y Simí. De Baní: Maday, Amirán, Uel, Benaías, Bedías, Queluhi, Vanías, Meremot, Eliasib, Matanías, Matenay, Jasay. De Binuy:[2] Simí, Selemías, Natán, Adaías, Macnadebay, Sasay, Saray, Azarel, Selemías, Semarías, Salún, Amarías y José. De Nebo: Jeyel, Matatías, Zabad, Zebiná, Jadau, Joel y Benaías. Todos éstos se habían casado con mujeres extranjeras, y algunos habían tenido hijos con ellas.
Nehemìas 1:
Éstas son las palabras de Nehemías hijo de Jacalías:
En el mes de quisleu del año veinte, estando yo en la ciudadela de Susa, llegó Jananí, uno de mis hermanos, junto con algunos hombres de Judá. Entonces les pregunté por el resto de los judíos que se habían librado del destierro, y por Jerusalén. Ellos me respondieron: "Los que se libraron del destierro y se quedaron en la provincia están enfrentando una gran calamidad y humillación. La muralla de Jerusalén sigue derribada, con sus puertas consumidas por el fuego." Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo. Le dije:
"Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos, te suplico que me prestes atención, que fijes tus ojos en este siervo tuyo que día y noche ora en favor de tu pueblo Israel. Confieso que los israelitas, entre los cuales estamos incluidos mi familia y yo, hemos pecado contra ti. Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, preceptos y decretos que tú mismo diste a tu siervo Moisés. "Recuerda, te suplico, lo que le dijiste a tu siervo Moisés: Si ustedes pecan, yo los dispersaré entre las naciones: pero si se vuelven a mí, y obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo los recogeré y los haré volver al lugar donde he decidido habitar. "Ellos son tus siervos y tu pueblo al cual redimiste con gran despliegue de fuerza y poder. Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor del rey."
En aquel tiempo yo era copero del rey.
Salmo 110:
Así dijo el Señor a mi Señor:
"Siéntate a mi derecha
hasta que ponga a tus enemigos
por estrado de tus pies." ¡Que el Señor extienda desde Sión
el poder de tu cetro!
¡Domina tú en medio de tus enemigos! Tus tropas estarán dispuestas
el día de la batalla,
ordenadas en santa majestad.
recibirás el rocío de tu juventud.
El Señor ha jurado
y no cambiará de parecer:
"Tú eres sacerdote para siempre,
según el orden de Melquisedec." El Señor está a tu mano derecha;
aplastará a los reyes en el día de su ira. Juzgará a las naciones y amontonará cadáveres;
aplastará cabezas en toda la tierra. Beberá de un arroyo junto al camino,
y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.
Proverbios 10:
Proverbios de Salomón:
El hijo sabio es la alegría de su padre;
el hijo necio es el pesar de su madre.
Las riquezas mal habidas no sirven de nada,
pero la justicia libra de la muerte.
El Señor no deja sin comer al justo,
pero frustra la avidez de los malvados.
Las manos ociosas conducen a la pobreza;
las manos hábiles atraen riquezas.
El hijo prevenido se abastece en el verano,
pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha.
El justo se ve coronado de bendiciones,
pero la boca del malvado encubre violencia.
La memoria de los justos es una bendición,
pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos.
El de sabio corazón acata las órdenes,
pero el necio y rezongón va camino al desastre.
Quien se conduce con integridad, anda seguro;
quien anda en malos pasos será descubierto.
Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar;
el necio y rezongón va camino al desastre.
Fuente de vida es la boca del justo,
pero la boca del malvado encubre violencia.
El odio es motivo de disensiones,
pero el amor cubre todas las faltas.
En los labios del prudente hay sabiduría;
en la espalda del falto de juicio, sólo garrotazos.
El que es sabio atesora el conocimiento,
pero la boca del necio es un peligro inminente.
La riqueza del rico es su baluarte;
la pobreza del pobre es su ruina.
El salario del justo es la vida;
la ganancia del malvado es el pecado.
El que atiende a la corrección va camino a la vida;
el que la rechaza se pierde.
El de labios mentirosos disimula su odio,
y el que propaga calumnias es un necio.
El que mucho habla, mucho yerra;
el que es sabio refrena su lengua.
Plata refinada es la lengua del justo;
el corazón del malvado no vale nada.
Los labios del justo orientan a muchos;
los necios mueren por falta de juicio.
La bendición del Señor trae riquezas,
y nada se gana con preocuparse.
El necio se divierte con su mala conducta,
pero el sabio se recrea con la sabiduría.
Lo que el malvado teme, eso le ocurre;
lo que el justo desea, eso recibe.
Pasa la tormenta y desaparece el malvado,
pero el justo permanece firme para siempre.
Como vinagre a los dientes y humo a los ojos
es el perezoso para quienes lo emplean.
El temor del Señor prolonga la vida,
pero los años del malvado se acortan.
El futuro de los justos es halagüeño;
la esperanza de los malvados se desvanece.
El camino del Señor es refugio de los justos
y ruina de los malhechores.
Los justos no tropezarán jamás;
los malvados no habitarán la tierra.
La boca del justo profiere sabiduría,
pero la lengua perversa será cercenada.
Los labios del justo destilan bondad;
de la boca del malvado brota perversidad.
El Libro de Mateo Capítulo 22 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
CAPÍTULO 22
(33 d.C.)
LA PARÁBOLA DE LA FIESTA
DE LAS BODAS
Y RESPONDIENDO Jesús les volvió a hablar en Parábolas, diciendo (Jesús todavía está en el Templo, y continuaba en Su Mensaje; ・les・ se refiere a los líderes religiosos de Israel),
2 El Reino de los Cielos es semejante a un hombre rey (Dios el Rey), que hizo bodas a su hijo (el Señor Jesucristo),
3 Y envió sus siervos (los Profetas) para que llamasen (Israel) los llamados a las bodas: más no quisieron venir (rechazaron a los Profetas e incluso a su Mesías; la frase proclama un rechazo calculado y deliberado).
4 Otra vez, volvió a enviar otros siervos (que podría referirse a Sus Discípulos personales y al Apóstol Pablo y a aquéllos en la Iglesia Primitiva, Cuyo Ministerio estaba por venir en el futuro), diciendo, Decid a los llamados (es una invitación personalmente dirigida al pueblo de Israel; los primeros Capítulos del Libro de los Hechos testificarán de esto), He aquí, yo he preparado mi comida: mis toros y animales engordados son muertos, y todo está preparado (un sentido fuerte de la urgencia, porque el tiempo está acabándose): venid a las bodas (tiene que ver con la última invitación dada a los Judíos que muy posible fue dada por el Apóstol Pablo [Hch., cap. 23]).
5 Mas ellos no hicieron caso (la respuesta de Israel al Evangelio), y se fueron por sus caminos (sus propios caminos en vez de los Caminos de Dios), uno a su labranza, y otro a sus negocios (Israel no tenía interés alguno en el Evangelio; estaban más interesados en el dinero; ¡cuánto se parece a la Iglesia moderna!):
6 Y los demás (los de Israel que no querían el Evangelio, lo que incluyó a los líderes religiosos), tomando a sus siervos (los Apóstoles), los afrentaron y los mataron (la época de la Iglesia Primitiva fue gloriosa, pero también, una época de persecución intensa).
7 Mas el rey (el Padre Celestial), oyendo esto, se enojó (sumamente airado): y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y puso fuego a su ciudad (exactamente lo que sucedió en el año 70 d.C., cuando Jerusalén fue destruida por Tito).
8 Entonces dice a sus siervos (el Plan de Dios no se detiene, solamente su dirección), Las bodas a la verdad están preparadas (se llevará a cabo así como fue previsto, pero con un cambio de huéspedes), mas los que eran llamados no eran dignos (con respecto a Israel que no aceptaría que Cristo era merecedor de toda honra).
9 Id pues a las salidas de los caminos (el resto del mundo), y llamad a las bodas (da una invitación a los Gentiles, la cual era el Plan del Señor todo el tiempo, pero no de esta manera) a cuantos hallareis (el amor invita a ・cuantos・).
10 Y saliendo los siervos (los Apóstoles y los Profetas) por los caminos (el evangelismo mundial, comenzó en realidad por el Apóstol Pablo), juntaron a todos los que hallaron (la invitación del Evangelio dada a todos; nadie está excluido), juntamente malos y buenos (proclama el hecho de que los ・buenos・ necesitan Salvación, así como los ・malos・): y las bodas fueron llenas de convidados (concerniente a los redimidos quienes estarán compuestos tanto de Judíos como de Gentiles).
11 Y entró el rey (Dios el Padre) para ver los convidados (era la costumbre que el anfitrión llegara a ver a sus huéspedes después de reunirse), y vio allí un hombre no vestido de boda (la ropa de boda provista por el rey, que era la costumbre de aquel entonces):
12 Y le dijo, Amigo (utilizado de una manera negativa), ¿cómo entraste aquí no teniendo vestido de boda? (usted está vestido en su propia ropa, que es la auto-justificación, y ha rechazado mi ropa, la cual es la Justicia de Cristo.) Mas él cerró la boca (este hombre consideraba que su propia ropa de la auto-justicia era suficiente buena para la fiesta; y que le ajustaba bien hasta que entró el rey y entonces fue descubierto y echado fuera).
13 Entonces el rey (Dios el Padre) dijo a los que servían (Ángeles, en este caso), Atado de pies y de manos, tomadle (también se refiere a los Verdaderos Predicadores que proclaman la Salvación a los Buscadores de Cristo, y condenación a los que son Rechazadores de Cristo), y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes (el Infierno es el resultado final de toda auto-justicia).
14 Porque muchos son llamados (incluye al mundo entero, que son muchos ・\ y llamados por Dios), y pocos escogidos (pocos responden a favor del llamado).
EL DINERO TRIBUTO
PARA CÉSAR
15 Entonces, idos los Fariseos (los hipócritas que se auto-justificaban, a quienes Cristo se dirigía), consultaron (con los Herodianos y Saduceos) cómo Le tomarían en alguna palabra (atraparlo así para que pudieran arrestarlo; ¡cuán insensatos eran!).
16 Y envían a Él los discípulos de ellos (discípulos de los Fariseos), con los Herodianos (los que afirmaron que Herodes era el Mesías), diciendo, Maestro (instructor), sabemos que eres amador de la verdad, y que enseñas con verdad el Camino de Dios, y que no te importa lo que digan los demás: porque no tienes acepción de persona de hombres (los halagos, los cuales no creyeron en absoluto, pero era parte de su trampa ingeniosa según ellos creían; era absurdo intentar igualarlo a los genios con Él, pero en su estupidez seguían intentándolo).
17 Dinos pues, ¿qué te parece? ¿Es lícito (la Ley de Moisés) dar tributo (pagar impuestos) a César, o no? (Esta pregunta rugía en Israel en aquel entonces. En su pensamiento, cualquier modo que Él contestara Lo atraparía. Si Él hubiera dicho que no era legal, esto Lo habría puesto en oposición con el gobierno Romano. Si Él hubiera dicho que era legal, Él habría negado Su afirmación de ser el Mesías, el Rey de Israel.)
18 Mas Jesús entendida la malicia de ellos (corresponde a la hipocresía que incitó la pregunta de ellos), les dice, ¿Por qué Me tentáis (Él vio a través de su astucia), hipócritas? (Él les echó esto en cara.)
19 Mostradme la moneda (el tipo de moneda usada para pagar el impuesto) del tributo. Y ellos Le presentaron un denario (la moneda).
20 Entonces les dijo, ¿De quién es esta figura, y lo que está encima escrito? (Era probablemente la imagen de Tiberio en la moneda.)
21 Le dijeron, De César. Y Él les dijo, Pagad pues a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios (el gobierno legal se reconoce aquí, y el apoyo para el gobierno se aprueba; si está hecho correctamente, el apoyo para el gobierno y el apoyo para Dios no estarán en conflicto).
22 Y oyendo esto (en esta declaración corta, una esfera nueva de gobierno fue introducida, las dos esferas de la Iglesia y del Estado deben ser distintas y no unidas), se maravillaron (fueron dejados mudos), y dejándole se fueron (fueron silenciados, pero sus corazones malvados no fueron cambiados).
LA RESURRECCIÓN
23 Aquel día llegaron a Él los Saduceos (el tercer partido en Israel que intentó acecharle trampas), que dicen no haber Resurrección (no creyeron en una vida futura del alma, ni la Resurrección del cuerpo), y Le preguntaron,
24 Diciendo, Maestro (instructor), Moisés dijo (estudiaron la Biblia, pero no para que ella moldeara sus vidas), Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y despertará simiente a su hermano ([Deut. 25:5-10] estaba solamente bajo el Antiguo Convenio, y no fue traspasado al Nuevo Convenio).
25 Fueron pues, entre nosotros siete hermanos (un caso hipotético): y el primero tomó mujer, y murió (falleció), y no teniendo simiente (no tuvo hijo alguno), dejó su mujer a su hermano.
26 De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo.
27 Y después de todos murió también la mujer.
28 En la Resurrección pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer? porque todos la tuvieron (ya sueltan su trampa).
29 Entonces respondiendo Jesús les dijo (lo que parecía no tener respuesta a otros, era sencillo para Él), Erráis, ignorando Las Escrituras (de nuevo, Él los lleva a la Palabra de Dios), y el poder de Dios (describe la negación por los Saduceos de lo supernatural).
30 Porque en la Resurrección (esto proclama por Cristo la validez de la Doctrina de la Resurrección), ni los hombres (todos los que son salvados) tomarán mujeres, ni las mujeres marido; mas son como los Ángeles de Dios en el Cielo (no mueren; también, Cristo proclama la existencia de los Ángeles, los cuales los Saduceos también negaban).
31 Y de la Resurrección de los muertos (garantiza su Resurrección y también, la vida después de la muerte), ¿no habéis leído lo que os es dicho por Dios, que dice (Éx. 3:6, 16),
32 Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos (demuestra la falacia del gran Plan de Dios que está edificado y afirmado sobre lo que es inexistente; el Señor está diciendo que estos hombres de los cuales Él habló y todos los otros que habían muerto en la Fe estaban entonces vivos, y estarán vivos para siempre; en esto, Cristo enseña la inmortalidad del alma y que Dios es el Dios de todas las almas difuntas; también, la gran inversión que Cristo haría en la Cruz, no debía ser definitivamente hecha para todos los Santos muertos quienes no tendrán existencia alguna).
33 Y oyendo esto las multitudes, estaban atónitas de Su Doctrina (en la simplicidad de lo que Él dijo referente a la Resurrección, usando ejemplos de la Palabra de Dios).
EL GRAN MANDAMIENTO
34 Entonces los Fariseos, oyendo que había cerrado la boca a los Saduceos, se juntaron a una (normalmente se odiaban).
35 Y preguntó uno de ellos, intérprete de la Ley (Escriba), tentándole y diciendo,
36 Maestro (instructor), ¿cuál es el gran Mandamiento en la Ley? (La Ley de Moisés.)
37 Y Jesús le dijo, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (éste es el fundamento de toda la Ley, y también, se aplica al presente Día de la Gracia).
38 Este es el primero y el grande Mandamiento (el Amor de Dios debe ser ・primero・ antes que cualquier otra cosa pueda ser afirmada).
39 Y el segundo es semejante a éste, Amarás a tu prójimo como a ti mismo (tal como ama a su vecino, en consecuencia, así ama a Dios).
40 De estos dos Mandamientos depende toda la Ley y los Profetas (incluye el Nuevo Testamento, ¡también!).
EL HIJO DE DAVID
41 Y estando juntos los Fariseos (se refiere a Jesús que habla a la gran muchedumbre en el Templo, la cual contenía muchos Fariseos), Jesús les preguntó (tiene que ver con la pregunta más importante que jamás se haya hecho, porque pertenece a la Persona de Cristo, el Mesías),
42 Diciendo, ¿Qué os parece del Cristo? (¿Cuáles eran sus pensamientos referente al Mesías?) ¿De quién es Hijo? (Él ahora los llevará cara a cara con su identidad.) Le dijeron, El Hijo de David (es la respuesta correcta conforme a II Samuel, cap. 7).
43 Él les dice, ¿Pues cómo David en espíritu Le llama Señor, diciendo (el Mesías era Hijo de David ・\ en su linaje ・\ y también, el Señor de David; fue revelado a David por el Espíritu Santo, y reconcilia la Humanidad y la Deidad de Cristo),
44 Dijo el SEÑOR a mi Señor ([Sal. 110:1] se refiere a Dios el Padre que habla a Dios el Hijo), Siéntate a Mi Diestra (se refiere a Cristo siendo exaltado a la posición más alta del Cielo, lo cual siguió inmediatamente después de la Ascensión [Fil. 2:9-11]), entre tanto que pongo Tus enemigos por estrado de Tus Pies? (Se refiere a todos los enemigos que serán aplastados durante el Milenio y al final [I Cor. 15:24-28; Ef. 1:10].)
45 Pues si David Le llama Señor, ¿cómo es su Hijo? (Él es Señor de David porque Él es Dios; Él es Hijo de David porque Él se hizo hombre por medio de María de la Casa de David [Luc. 1:34-35; 3:23-38] esta sola pregunta les presenta la Verdad de Su Encarnación ・\ Dios que se hizo hombre.)
46 Y nadie Le podía responder palabra (no podrían refutar Su argumento); ni osó alguno desde aquel día preguntarle más (demuestra el hecho de que Su inteligencia Espiritual y de Las Escrituras excedía más allá de cualquier cosa que ellos jamás habían visto o conocido).
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