El 10 de julio Lectura Bíblica Diaria
Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1
Sonidos del aire libreProverbs 27
El Libro de Juan Capítulo 3 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL SANTO EVANGELIO SEGÚNSAN JUAN
CAPÍTULO 3
(30 d.C.)
NICODEMO
Y HABÍA un hombre de los Fariseos, que se llamaba Nicodemo (fue dicho que era uno de los tres hombres más ricos en Jerusalén), Prominente entre los Judíos (un miembro del Sanedrín, el cuerpo Gobernante de Israel).
2 Éste vino a Jesús de noche (no se sabe exactamente por qué vino él de noche), y Le dijo, Rabí, nosotros sabemos que has venido de Dios como Maestro (el pronombre "nosotros" podría indicar que Nicodemo representaba a algunos miembros del Sanedrín; aquí Nicodemo se dirigió a Cristo como hombre y no como Dios; la Cruz le cambiaría): porque nadie puede hacer estas Señales que Tú haces, si no fuere Dios con Él (¡en esto, tiene razón!).
3 Respondió Jesús y le dijo (presenta una contestación completamente distinta de la que él esperaba), De cierto, de cierto, te digo, Que él que no naciere de nuevo (el término, "Nacer de Nuevo," quiere decir que el hombre ya ha tenido un nacimiento natural, pero ahora tiene que haber un Nacimiento Espiritual, lo cual acontece por Fe en Cristo, y lo que Él hizo en la Cruz por nosotros, y es obtenible por todos), no puede ver el Reino de Dios (en realidad quiere decir que sin el Nuevo Nacimiento, no se puede entender o comprender el "Reino de Dios").
4 Le dice Nicodemo, ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? (Se refiere a este líder espiritual de Israel como que le faltaba conocimiento con respecto a todo lo que Jesús le estaba diciendo. Si él hubiese realmente "Nacido de Nuevo," hubiese entendido estos términos.) ¿Puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer? (Parece que no sabía el lenguaje de los Profetas acerca de la circuncisión del corazón [Deut. 30:6; Jer. 4:4], y acerca de un corazón duro y un espíritu recto [Sal. 51:10; Ezeq. 36:26-27].)
5 Respondió Jesús, De cierto, de cierto, te digo, Que el que no naciere de agua y del Espíritu (la frase, "Naciere de agua," se refiere al nacimiento natural, lo que Jesús menciona en el siguiente Versículo, y es propio a un bebé cuando nace; "Nacido del Espíritu" se refiere a un Nacimiento Espiritual, que solamente Dios efectúa; y no se refiere tampoco al Bautismo en Agua), no puede entrar en el Reino de Dios.
6 Lo que es nacido de la carne, carne es (tiene que ver con el nacimiento natural, y es ilustrado, como se expresó anteriormente, por la frase, "Naciere de agua"); y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (tiene que ver con lo que es únicamente de Dios; la [carne] no tiene relación alguna al [Espíritu] y no pueden ser unidos).
7 No te maravilles de que te dije, Os es necesario nacer otra vez (es evidente que se dirige a la sorpresa, que debió haberse reflejado en el semblante de Nicodemo).
8 El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde vaya (presenta la manera cómo Jesús explica la experiencia de "Nacer de Nuevo"; Él la compara con el viento que viene y va, pero es imposible distinguir exactamente cómo): así es todo aquel que es nacido del Espíritu (es un nacimiento espiritual, por eso no se puede explicar intelectualmente).
9 Respondió Nicodemo y Le dijo, ¿Cómo puede esto hacerse? (No haber "Nacido de Nuevo" en ese determinado momento, y a pesar de su gran inteligencia en otros aspectos, no tiene entendimiento alguno de esta gran Verdad; ¡él es religioso pero perdido!)
10 Respondió Jesús y le dijo, ¿Tú eres un Maestro de Israel (le tenían en cuenta como uno de los grandes líderes espirituales de Israel), y no sabes esto? (Como líder espiritual, él debería conocer el Camino de la Salvación, pero lo triste es que él no lo conocía.)
11 De cierto, de cierto, te digo, Que lo que sabemos hablamos (Jesús se refería de la Deidad Trino, y también de todos los "Apóstoles y Profetas"; en esencia, Él se refiere a la Palabra de Dios, y estaba dirigiendo a Nicodemo a aquella Fuente en vez de la tradición), y lo que hemos visto, testificamos (quiere decir que realmente se puede "ver" el fruto o ventajas de este "Testimonio," es decir, "la Palabra de Dios"); y no recibís nuestro testimonio (tiene que ver con el Sanedrín Judaico).
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis (se refiere al tipo y acontecimientos terrenales en la Biblia, tales como los Sacrificios y Días de Fiesta, etc., que sin duda Nicodemo había leído muchas veces, pero estaba tan ciego que él no veía ni creía sus lecciones), ¿cómo creeréis si os dijere las Celestiales? (En efecto, nos dice que si conociéramos a Jesús como Dios [lo Celestial], debemos conocer primero a Jesús y la Encarnación [lo terrenal]. Nicodemo se había dirigido a Jesús como simplemente un "Maestro." Entonces, hasta que él entienda a Dios hecho carne y que mora entre los hombres, él no entenderá los asuntos Celestiales.)
13 Y nadie subió al Cielo, sino El Que descendió del Cielo (Él bajó del Cielo y se hizo Hombre, y aproximadamente tres años y medio más tarde subirá al Cielo, cuando Su Misión se haya cumplido), aun el Hijo del Hombre que está en el Cielo (mejor traducido, "que es del Cielo").
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto (se refiere a Núm. 21:5-9; "la serpiente" representa a Satanás que es el autor del pecado), así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado (se refiere a Cristo siendo levantado sobre la Cruz, que con sólo eso se puede derrotar a Satanás y al pecado):
15 Para que todo aquel (destruye la explicación errónea de la predestinación hiper-Calvinística, es a saber, que algunos están predestinados para ser salvos, mientras todos los demás están predestinados para estar perdidos; la palabra "todo aquel" quiere decir que ninguno está excluido de ser perdido, y ninguno está excluido de ser salvo) que en Él creyere (cree en Cristo y lo que Él hizo en la Cruz; de otro modo, perece), no se pierda, sino que tenga Vida Eterna (la Vida de Dios, El Que es el Único Dios Sempiterno, Quien tiene la vida en Sí Mismo, y que Únicamente tiene la inmortalidad).
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo (presenta la clase de Amor que es de Dios), que ha dado a Su Hijo Unigénito (Le entregó a la Cruz, ya que esto es lo que se exige para redimir a la humanidad), para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga Vida Eterna.
17 Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo, para que condene al mundo (quiere decir que el Objetivo de la Misión de Cristo era Salvar, pero el asunto para aquéllos que lo rechazan debe y sólo puede ser la condenación); mas para que el mundo sea salvo por Él (Jesucristo es la única Salvación para el mundo; ¡no hay otra alguna! además, Él es la Salvación solamente mediante la Cruz; en consecuencia, la Cruz debe ser siempre el Objeto de nuestra Fe).
18 El que en Él cree, no es condenado (no está condenado para estar eternamente perdido en el Lago de Fuego para siempre jamás [Apoc. 20:11-15]): mas el que no cree, ya es condenado, porque no creyó en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios (todo esto se refiere a Cristo y lo que Él hizo en la Cruz a fin de redimir a la humanidad; la Salvación nunca es por obras, sino por la Gracia por medio de la Fe, siempre con la Cruz como Objeto de aquella Fe).
19 Y esta es la condenación, porque la Luz vino al mundo (se refiere a Jesús como la "Luz"; ¡no hay otra alguna!), y los hombres amaron más las tinieblas que la Luz, porque sus obras eran malas (el gran castigo del pecado es el deseo pecaminoso; el amor a las tinieblas es la consecuencia de los malos caminos del hombre; el rechazo de Jesucristo no es la causa de la perdición del hombre, sino más bien el resultado de ello).
20 Porque todo aquel que hace lo malo aborrece la Luz (presenta una reprensión notable a Nicodemo con una penetración de una espada afilada, diciéndole que los malhechores eligen las tinieblas, entonces, ¿por qué vino este Fariseo de noche?), y no viene a la Luz, para que sus obras no sean redargüidas (aceptar verdaderamente a Jesús significa la Revelación y la condenación de todo mal camino, que es totalmente diferente a las religiones del mundo que no revelan nada; la "Luz" automáticamente revela lo que las tinieblas oculta).
21 Mas el que obra verdad viene a la Luz (El Espíritu Santo coloca el deseo por la verdad en el corazón del hombre, por medio de la Palabra revelada de Dios; si la persona sinceramente quiere "hacer la verdad," entonces debe aceptar a Cristo, ya que Cristo es la única "Luz"), para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios (el gran cambio que ocurre en la vida del pecador que ahora Cree y acepta a Cristo; las acciones perversas son borradas para siempre en la Sangre del Cordero de Dios, y ponen en su lugar las acciones de justicia).
22 Pasado esto vino Jesús con Sus Discípulos a la Tierra de Judea (quiere decir que Jesús y Sus Discípulos dejaron la metrópoli de Jerusalén, donde la hostilidad ya comenzaba a aumentar, sobre todo considerando Su purificación del Templo; fueron a otras partes de Judea); y estaba allí con ellos, y bautizaba (Él Mismo en realidad no hizo ningún bautismo; sino fueron Sus Discípulos, mas sin duda fue bajo Su Dirección; La Escritura parece indicar que esta práctica no se realizó por mucho tiempo; sin duda, Cristo lo hizo para confirmar el Ministerio de Juan el Bautista, cuyo gran énfasis fue el Bautismo en Agua).
JUAN EL BAUTISTA
23 Y bautizaba también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas (se cree que estaba situado a unos 80 kilómetros [50 millas] al norte de Jerusalén en Samaria): y venían, y eran bautizados (significa que las multitudes siguieron viniendo, pero en realidad ya disminuían para ese entonces).
24 Porque Juan no había sido aún puesto en la cárcel (el Espíritu Santo nos dice aquí que el Ministerio de Juan el Bautista estaba a punto de concluir).
25 Y hubo cuestión entre los discípulos de Juan y los Judíos acerca de la purificación (¡fue un debate muy airado! el debate se trataba de la cantidad de leyes y rituales inventados por los Fariseos; en otras palabras, ¡mucho ruido y pocas nueces!).
26 Y vinieron a Juan, y le dijeron, Rabí, El Que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del Cual tú diste testimonio (Jesús), he aquí, bautiza, y todos vienen a Él (intentaron instigar rivalidad entre Cristo y Juan, y más concretamente para degradar a Juan).
27 Respondió Juan y dijo, No puede el hombre recibir algo, si no le fuere dado del Cielo (el Ministerio de Juan era de Dios y, por lo tanto, del Cielo; y el Ministerio de Cristo era de Dios y, por lo tanto, del Cielo; por consiguiente, ellos se complementaban el uno al otro; ¡no había rivalidad alguna!).
28 Vosotros mismos me sois testigos que dije, Yo no soy el Cristo (quiere decir que él era servil y sumiso a Aquél Quién realmente es el Cristo), sino que soy enviado delante de Él (declara el hecho de que Juan estaba bajo la autoridad de Cristo, y no la autoridad de los Fariseos, o cualquier parte de la jerarquía religiosa de Israel).
29 El que tiene la novia, es el novio (decía que todas las almas que él ha ganado en realidad le pertenecen a Jesús, y no a él, porque Jesús es el "Novio"; en consecuencia, no se ofende por las grandes multitudes que iban a Jesús, que en un principio habían venido a él): mas el amigo del novio (lo que Juan concluye que eso era él), que está en pie y Le oye (se refiere al Ministerio de Cristo, que excede todo lo que Juan jamás podría haber imaginado), se goza grandemente de la Voz del novio (se refiere al Ministerio de Cristo): así pues, este mi gozo es cumplido (Juan no sólo había "realizado" su misión, sino que se sintió "realizado").
30 A Él conviene crecer (Él siempre debe "crecer," no los hombres, ni las denominaciones u oficinas religiosas, ni la Virgen María, ni los Apóstoles, etc.), mas a mí menguar (los Ministros del Nuevo Convenio deben tomar nota de la Alabanza Divina y la abnegación, cuando le preparamos el Camino del Señor a los corazones humanos; debemos escondernos detrás de la Gloria mayor de nuestro Señor; somos exitosos, sólo cuando tenemos éxito en hacer esto).
31 El Que de arriba viene, sobre todos es (se refiere al hecho de que Cristo era un hombre, pero sobre todo que Él era más que hombre, de hecho, Dios): el que es de la Tierra, terrenal es, y cosas terrenales habla (se refiere a todos los hombres, hasta los grandes Profetas, que son por necesidad limitados): El Que viene del Cielo, sobre todos es (¡coloca a Cristo en una categoría por encima de todos los hombres, justo como Él debe ser!).
32 Y lo que vio y oyó, esto testifica (se refiere a lo que Jesús recibió del Padre, que atestiguó de Él y Él de ello); y nadie recibe Su Testimonio (quiere decir que ningún hombre contribuyó a Su Testimonio, sino que todo fue de Dios).
33 El que recibe Su Testimonio (se refiere a todos los que han creído en Su Nombre y Lo han aceptado como Señor y Salvador), éste ha puesto Su Sello que Dios es verdadero (tiene que ver con el hombre que recibe el testimonio del Hijo como el Dador de la Vida Eterna; así como el testimonio de Jesús es verdadero en todo sentido, así describe que Dios es verdadero a Su Palabra).
34 Porque El Que Dios envió las Palabras de Dios habla (se refiere a Cristo Quien siempre tenía la Mente de Dios y, por lo tanto, la Palabra de Dios): porque no Le da Dios el Espíritu por medida (se refiere al hecho de que todas las personas, quien sea que fuese, y aun el mejor, mientras que teniendo el Espíritu Santo, fue por "medida," que no fue así con Jesús; Él tenía el Espíritu en Su totalidad, por lo tanto, las constantes sanidades y milagros).
35 El Padre ama al Hijo (se refiere a la Encarnación, y lo que Cristo haría para redimir a la humanidad), y todas las cosas dio en Su Mano (se refiere al gran Plan de Redención que el Señor Jesucristo llevaría a cabo).
36 El que cree en el Hijo tiene Vida Eterna (le declara a todos el sencillo Plan de la Salvación; las consecuencias son eternas): más el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida (significa que hay sólo un Camino para ser salvo, y es confiar en Cristo y lo que Él hizo por nosotros en la Cruz); sino que la ira de Dios está sobre él (la única manera para ser limpio del pecado es por la Sangre Preciosa de Cristo, y nuestra Fe en esa Obra Terminada; no hacer esto significa que el pecado permanece, y por siempre la Ira de Dios debe estar opuesto al pecado, y a aquéllos que lo permiten que permanezca en sus vidas).
Primera Corintios Capítulo 13:
Hebreos 10:35-12:4
Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Labels: Biblia, Buenas Nuevas, Creyente, Cristianismo, Cruz, Dios, Fe, Iglesia, Jesucristo, Jesús, Lectura Biblica, Lectura Biblica de hoy, Lectura Biblica Diaria, Lectura del día, Lectura Diaria, Mensaje de la Cruz
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home