El 1 de julio Lectura Bíblica Diaria
Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1
Sonidos del aire libreIsaías 34 a 36:
Proverbios 18:
El Libro de Lucas Capítulo 18 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS
CAPÍTULO 18
(33 d.C.)
LA ORACIÓN PERSEVERANTE
Y les propuso Él también una Parábola, sobre la necesidad que siempre deben orar (sin una vida de oración apropiada, la Fe no puede ser ejercitada, independientemente de cuánto lo afirman algunos) y no desmayar (no se desanime; crea y siga en oración);
2 Diciendo, Había un juez en una ciudad, el cual ni temía a Dios, ni respetaba a hombre (pero, sin embargo, una pobre viuda, sin tener influencia, pudo someter al juez a su voluntad):
3 Había también en aquella ciudad una viuda; la cual venía a él diciendo, Hazme justicia de mi adversario (hágame justicia).
4 Pero él no quiso por algún tiempo (al principio, él no le prestó atención): mas después de esto dijo dentro de sí, Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre;
5 Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que por venir continuamente, me acabe la paciencia (quiere decir que cada vez que el juez alzaba la cabeza, allí estaba ella, ¡y le concedió todo lo que ella le pidió!).
6 Y dijo el Señor, Oíd lo que dice el juez injusto (si ese juez pudo escuchar la petición de una suplicante a quien él no tenía ningún interés, ¿acaso no escuchará Dios la oración repetida de alguien que Él ama con un amor profundo y perdurable?).
7 ¿Y Dios no hará justicia a Sus escogidos (especialmente al considerar que Dios no es injusto, como era ese juez), que claman a Él día y noche (sigan en oración), se tardará Él mucho en responderles? (Aunque el juez se demoró debido a su egoísta indiferencia, Dios a veces se demora debido a un propósito omnisciente, depende en lo que se pidió, y si tiene Fe o no.)
8 Os digo que los defenderá rápidamente (es la certeza que Dios contestará la oración, y en comparación con el hombre, Él contestará "rápidamente"). Empero cuando el Hijo del Hombre viniere, ¿hallará Fe en la Tierra? (Al tomar en cuenta que la Iglesia ha sido quitada del mundo, en la Segunda Venida no habrá mucha Fe en el mundo; sin embargo, esto no se detendrá ni impedirá la Segunda Venida.)
EL FARISEO Y EL PUBLICANO
9 Y dijo también a ciertos que confiaban en sí (auto-justificados, auto-suficientes) como justos, y menospreciaban a los otros (la maldición inseparable de la auto-justicia es el desprecio a los demás), esta Parábola:
10 Dos hombres subieron al Templo a orar (sólo a uno oiría Dios, quien probablemente sería lo contrario de lo que la mayoría de los hombres elegirían); el uno Fariseo (un fundamentalista, que afirmaba creer toda la Biblia), y el otro Publicano (un recaudador de impuestos, al cual Israel lo consideraba como traidores y, por eso, no merecían la Salvación).
11 El Fariseo en pie oraba consigo de esta manera (quiere decir que su Oración no iba más allá de sí mismo; aunque fuera dirigida hacia Dios, no fue oída por Dios), Dios, Te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este Publicano (él se colocaba en un nivel mucho más alto que el Publicano; realmente no le pidió nada al Señor, y exactamente es lo que recibió; por lo que a él se refería, lo tenía todo, "no tengo necesidad de ninguna cosa" [Apoc. 3:17]).
12 Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo (el Versículo 11 describe la justicia relativa y este Versículo describe las obras de justicia, ambas rechazadas por el Señor).
13 Mas el Publicano, estando lejos (quiere decir que tuvo reparos en acercarse al Templo como no lo tuvo el Fariseo), no quería ni aun alzar los ojos al Cielo (se refiere a que se dio cuenta y confesó cuán inmundo realmente era), sino que se daba golpes en su pecho, diciendo, Dios sé propicio a mí pecador (al instante trajo resultados porque la súplica se basaba en la Expiación y no en la auto-justicia; cada tarde a las 3:00 de la tarde se ofrecía el Cordero como propiciación por los pecados de ese día; el Publicano imploraba perdón y aceptación a causa del mérito de aquella sangre expiatoria; esto presagió la Muerte Expiatoria del Cordero de Dios, Quien era en Sí Mismo la Propiciación, es decir, el "Propiciatorio").
14 Os digo, que éste descendió a su casa justificado (declarado un hombre justo; no hay distintos grados en la Justificación; ¡es justificado totalmente, o no es justificado en absoluto!) más bien que el otro (el Fariseo que dependió en su auto-justicia no fue justificado y, por lo tanto, perdido): porque cualquiera que se ensalza, será humillado (rechazado); y él que se humilla, será ensalzado (declara la base para la aceptación por Dios).
NIÑOS PEQUEÑOS
15 Y traían a él los niños para que los tocase: mas viéndolo los Discípulos, les reprendían (erróneamente pensaban que Jesús no debería molestarse con eso).
16 Mas Jesús llamándolos (llamaba a los padres con sus niños), dijo, Dejad a los niños venir a Mí, y no los impidáis: porque de los tales es el Reino de Dios (Jesús ofrece un ejemplo práctico; un niño pequeño completamente depende de sus padres o sus tutores; igualmente, debemos depender totalmente del Señor en la misma manera).
17 De cierto os digo, Que cualquiera que no recibiere el Reino de Dios como un niño, no entrará en él (el mayor obstáculo para entrar al "Reino de Dios" es que muchos se niegan a humillarse delante de Dios; es el factor del orgullo, que es lo contrario de niños pequeños).
EL JOVEN NOBLE RICO
18 Y Le preguntó un cierto principal, diciendo, Maestro bueno, ¿qué haré para poseer la Vida Eterna? (En vista de que esto se detalla tres veces [Mat. 19:16; Marc. 10:17; Luc. 18:18] nos enseña que el Espíritu Santo anhela que se preste atención al mensaje. En primer lugar, la Vida Eterna no puede ser heredada, es un regalo gratis de Dios a base de la Fe en Cristo y Su Obra Expiatoria.)
19 Y Jesús le dijo, ¿Por qué Me llamas bueno? (Él realmente no concluyó que Jesús era el Mesías, que es lo que la palabra "bueno" denota.) ninguno hay bueno, sino Sólo Dios (esto destruyó el mito de su creencia; en realidad, él se creyó "bueno").
20 Los Mandamientos sabes, No adulterarás, No matarás, No hurtarás, No dirás falso testimonio, Honra a tu padre y a tu madre (¿por qué tomó Jesús este método, sabiendo que nadie podría guardar todos los Mandamientos todo el tiempo? ¡Sólo Cristo pudo! Jesús se dirigió a él de esta manera a fin de mostrarle que su razón para la Salvación era errónea; si estas cosas fueron las que lo Salvaron, ¿por qué estaba él todavía inseguro?).
21 Y él dijo, Todas estas cosas he guardado desde mi juventud (él servía como su propio juez, que es siempre una seña de la auto-justicia; y aún así, como se registra en Marcos, Jesús "lo amó," denotando un sentimiento más allá del amor normal que Dios tiene para los hombres).
22 Y Jesús oído esto, le dijo, Aún te falta una cosa (precisamente Jesús da en el meollo de la cuestión): vende todo lo que tienes, y da a los pobres, y tendrás tesoro en el Cielo: y ven, sígueme (no tiene la intención esta declaración de Cristo de instituir un programa de caridad para los pobres; tan necesario como sea, no es el tema de esta conversación; las posesiones materiales de este hombre se pusieron entre él y la obediencia al Señor; en consecuencia eran un obstáculo, y cuales sean sus posesiones, él tenía que ponerlas a un lado; es decir, si deseaba la Vida Eterna).
23 Entonces él oídas estas cosas, se puso muy triste: porque era muy rico (manifiesta la actitud del corazón de millones de personas; quieren al Señor pero no desean pagar el precio que el Señor exige; aquel precio es abandonar todo en favor de Cristo).
ADVERTENCIA
24 Y viendo Jesús que se había entristecido mucho, dijo, ¡Cuán difícilmente entrarán en el Reino de Dios los que tienen riquezas! (Se produjo una conmoción entre Sus Discípulos, porque los Judíos de la época de Jesús creían que la riqueza significaba el favor de Dios.)
25 Porque más fácil es entrar un camello por el ojo de una aguja (significa una aguja literal), que para un rico entrar en el Reino de Dios (la riqueza no necesariamente es un mal; es la dependencia en estas cosas que constituye el mal).
26 Y los que lo oían dijeron, ¿Y quién podrá ser salvo? (Esta pregunta expresa el hecho de que su idea de la Salvación era una confusión total, aun como es en la actualidad.)
27 Y Él les dijo, Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios (la Salvación en cualquier caso es imposible para el hombre; sin embargo, es posible con Dios, y Jesús es aquella Salvación).
CONSAGRACIÓN
28 Entonces Pedro dijo, He aquí, nosotros hemos dejado las posesiones nuestras, y te hemos seguido (la declaración de Pedro parece indicar que al principio cuando se propusieron seguir a Cristo, ellos pensaron que esto les conducirían a grandes riquezas terrenales; pero se dieron cuenta que malentendieron muchas cosas).
29 Y Él les dijo, De cierto os digo, Que nadie hay que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el Reino de Dios (Dios no le va a deber nada al hombre),
30 Que no haya de recibir mucho más (muchas veces más) en este tiempo (ante el Cielo), y en el siglo venidero la vida eterna (servir a Dios es lo más grandioso que una persona jamás podría hacer).
MUERTE Y RESURRECCIÓN
31 Y Jesús tomando a los Doce, les dijo, He aquí, subimos a Jerusalén (que Le llevará al final de Su Ministerio terrenal), y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los Profetas en relación con el Hijo del Hombre (corresponde a muchas cosas, pero sobre todo la Crucifixión).
32 Porque será entregado a los Gentiles (lo que sería hecho tendría que ser hecho por Roma, ya que los Judíos no tenían autoridad para crucificar a nadie), y será escarnecido, e injuriado, y escupido (¿cómo es posible que ellos pudieran odiarlo?).
33 Y después que Le azotarán (Le golpearán), Le matarán (la Crucifixión): más al tercer día resucitará (Su Resurrección).
34 Pero ellos nada de estas cosas entendían (Sus Palabras cayeron en saco roto): y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se decía (la razón de esto era que ellos habían elaborado en sus mentes un Plan de Dios, que era lo contrario de la Palabra de Dios).
EL MENDIGO CIEGO
35 Y aconteció, que acercándose Él a Jericó (Mateo y Marcos hablan de Jesús que se va de Jericó cuando ocurrió esta sanidad; sin embargo, no hay ninguna discrepancia ni contradicción; Lucas simplemente dice que cuando Jesús entraba en Jericó, en ese determinado momento un ciego estaba sentado a la orilla de la carretera, al otro lado de Jericó), un cierto ciego estaba sentado junto al camino mendigando (Jesús trataría con él finalmente):
36 El cual cuando oyó la gente que pasaba, preguntó que era aquello (se refiere a más tarde después de haber entrado Jesús en la ciudad, y en realidad, ya se marchaba).
37 Y le dijeron, que pasaba Jesús Nazareno (sería la mayor noticia que jamás había escuchado).
38 Entonces dio voces, diciendo (indica su desesperación y determinación), Jesús, Hijo de David (es un saludo Mesiánico, el cual significa que independiente de lo que los otros podrían haber dicho, Bartimeo creyó que Jesucristo era el Mesías), ten misericordia de mí (parece que era una petición bien pensada; si Jesús realmente pasaría por su camino, esto es lo que él Le diría; en realidad es la primera ocasión registrada de Jesús en camino a Jericó).
39 Y los que iban delante, le reprendían que callase (en otras palabras, le dijeron "cállese"): mas él clamaba mucho más (duplicó sus esfuerzos), Hijo de David, ten misericordia de mí (era una petición que Cristo no negaría).
40 Jesús entonces parándose (se está quieto), mandó traerle a Sí (Jesús que responde a la Fe): y cuando él llegó, le preguntó,
41 Diciendo, ¿Qué quieres que te haga? (¡Qué pregunta!) Y él dijo, Señor, que recobre la vista (una de las versiones dice, "Que nuestros ojos sean abiertos para poder verte," porque Mateo dijo que habían dos ciegos [Mat. 20:29-34]).
42 Y Jesús le dijo, Recobre la vista: tu Fe te ha hecho salvo (quiere decir que no sólo fue sanado, sino Salvado también).
43 Y luego vio, y Le seguía, Glorificando a Dios (la tradición dice que él siguió a Cristo a Jerusalén, y fue un Creyente leal en la Iglesia Primitiva; ¡y no me extraña!): y todo el pueblo, cuando lo vio, dio a Dios alabanza (a propósito, este hombre no sólo fue Salvo y sanado, él ya no era un mendigo, sino más bien un Hijo de Dios).
Primera Corintios Capítulo 13:
Hebreos 10:35-12:4
Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
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