52 Despierta,
despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh
Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni
inmundo. Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta las
ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion. Porque así dice Jehová: De
balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.
Porque así dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo
pasado, para morar allá, y el asirio lo cautivó sin razón. Y ahora ¿qué
hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los
que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente
es blasfemado mi nombre todo el día. Por tanto, mi pueblo sabrá mi
nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí
estaré presente. ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que
trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del
bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!
¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán voces de júbilo;
porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion. Cantad
alabanzas, alegraos juntamente, soledades de Jerusalén; porque Jehová ha
consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido. Jehová desnudó su santo
brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la
tierra verán la salvación del Dios nuestro. Apartaos, apartaos, salid de
ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella; purificaos los
que lleváis los utensilios de Jehová. Porque no saldréis apresurados,
ni iréis huyendo; porque Jehová irá delante de vosotros, y os congregará
el Dios de Israel. He aquí que mi siervo será prosperado, será
engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto. Como se asombraron
de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y
su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así asombrará él a
muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca, porque verán lo
que nunca les fue contado, y entenderán lo que jamás habían oído. 53 ¿Quién
ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo
de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra
seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo
para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón
de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el
rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos
por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros
nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por
cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de
mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con
los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en
su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a
padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado,
verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su
mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará
satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los
grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su
vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él
llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores. 54 Regocíjate,
oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo,
la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la
desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová. Ensancha el sitio de
tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas
escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás
a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará
naciones, y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no serás
confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te
olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez
no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los
ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda
la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de
espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es
repudiada, dijo el Dios tuyo: Por un breve momento te abandoné, pero te
recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro
de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de
ti, dijo Jehová tu Redentor. Porque esto me será como en los días de
Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la
tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré. Porque
los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de
ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová,
el que tiene misericordia de ti. Pobrecita, fatigada con tempestad, sin
consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre
zafiros te fundaré. Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus
puertas de piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.
Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz
de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión,
porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti. Si alguno
conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare,
delante de ti caerá. He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas
en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al
destruidor para destruir. Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y
condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la
herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo
Jehová.
Atiende,
Señor, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis
súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la
mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos,
y quedo a la espera de tu respuesta. Tú no eres un Dios que se
complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados. No hay
lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los
malhechores. Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y
asesinos. Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo
postrarme reverente hacia tu santo templo. Señor, por causa de mis
enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda. En
sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su
garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños.
¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos
por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti! Pero
que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre
jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los
que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo
los rodeas con tu buena voluntad.
Proverbios 24 No
envidies a los malvados, ni procures su compañía; porque en su corazón
traman violencia, y no hablan más que de cometer fechorías. Con
sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos.
Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios
tesoros. El que es sabio tiene gran poder, y el que es entendido aumenta
su fuerza. La guerra se hace con buena estrategia; la victoria se
alcanza con muchos consejeros. La sabiduría no está al alcance del
necio, que en la asamblea del pueblo nada tiene que decir. Al que hace
planes malvados lo llamarán intrigante. Las intrigas del necio son
pecado, y todos aborrecen a los insolentes. Si en el día de la aflicción
te desanimas, muy limitada es tu fortaleza. Rescata a los que van rumbo
a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio. Pues aunque
digas, "Yo no lo sabía", ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los
corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a
cada uno según sus acciones! Come la miel, hijo mío, que es deliciosa;
dulce al paladar es la miel del panal. Así de dulce sea la sabiduría a
tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que
no será destruida. No aceches cual malvado la casa del justo, ni
arrases el lugar donde habita; porque siete veces podrá caer el justo,
pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en
la desgracia. No te alegres cuando caiga tu enemigo, ni se regocije tu
corazón ante su desgracia, no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, y
aparte de él su enojo. No te alteres por causa de los malvados, ni
sientas envidia de los impíos, porque el malvado no tiene porvenir; ¡la
lámpara del impío se apagará! 30 Hijo mío, teme al Señor y honra al rey,
y no te juntes con los rebeldes, porque de los dos recibirás un castigo
repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir! También éstos son
dichos de los sabios: No es correcto ser parcial en el juicio.
Maldecirán los pueblos, y despreciarán las naciones, a quien declare
inocente al culpable. Pero bien vistos serán, y bendecidos, los que
condenen al culpable. Una respuesta sincera es como un beso en los
labios. Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos
para la siembra; después de eso, construye tu casa. No testifiques sin
razón contra tu prójimo, ni mientas con tus labios. No digas: "Le haré
lo mismo que me hizo; le pagaré con la misma moneda." Pasé por el campo
del perezoso, por la viña del falto de juicio. Había espinas por todas
partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en
ruinas. Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una
lección: Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado
de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez,
como un hombre armado!
El Libro de Lucas Capítulo 24 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS
CAPÍTULO 24
(33 d.C.)
LA RESURRECCIÓN
Y
EL primer día de la semana (Domingo), muy de mañana (antes de la salida
del sol), vinieron al sepulcro (se refiere a las mujeres del Versículo
55 del Capítulo anterior), trayendo las especias aromáticas que habían
preparada (indica que ninguna de esas mujeres, ni los Discípulos, ni
ninguna otra persona respecto a eso, creyeron que Jesús resucitaría de
entre los muertos, porque si hubieran creído, ellos no hubieran venido
al sepulcro con las especias para el cadáver), y algunas otras mujeres
con ellas (quiénes eran, no nos dice).
2 Y hallaron la piedra
removida del sepulcro (esta "piedra" pesaba más o menos cien libras, por
lo tanto, se requería por lo menos varios hombres para remover esta
piedra de la puerta donde estaba colocada; por eso, el hecho de que la
piedra fue removida, indudablemente, les pareció muy extraño a ellas).
3 Y entrando (entraron en la tumba), no hallaron el Cuerpo del Señor Jesús (Su Título de Resurrección es, "Señor Jesús").
4
Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto (no sabían qué pensar
de esta situación), he aquí, se pararon junto a ellas dos varones con
vestiduras resplandecientes (éstos eran Ángeles, y sus "vestiduras
resplandecientes" literalmente estas mujeres jamás habían visto cosa
semejante, refiriéndose a la gloria de ellos):
5 Y estando ellas
asustadas, se postraron rostro en Tierra (lo que se entiende es que la
apariencia de estos Ángeles era tan resplandeciente que las enceguecían
teniendo que mirar hacia abajo), les dijeron (los Ángeles les hablaron a
las mujeres), ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? (Denota
una reprensión suave, con un toque de sarcasmo.)
6 No está aquí, mas
Él ha resucitado (esta frase, o derivado, llegó a ser el lema de la
Iglesia Primitiva; "Él ha Resucitado"): acordaos de lo que os habló,
cuando aún estaba en Galilea (indica que los Ángeles llamaron la
atención a estas mujeres de las Palabras anteriores de Cristo, cuando Él
les relataba tanto a ellas como a Sus Discípulos que Él había de morir
en Jerusalén, y luego resucitar de entre los muertos; hasta les dijo
cuánto tiempo estaría en la tumba [Mat. 12:40]),
7 Diciendo, Es
necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres
pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día ([Luc.
18:32-33] los Ángeles se refirieron a los líderes religiosos de Israel y
a los Romanos como "hombres pecadores").
8 Entonces ellos se acordaron de Sus palabras (el recuerdo es más importante que la información),
EL TESTIMONIO
9
Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los
Once, y a todos los demás (registra el hecho de que las mujeres eran las
primeras Predicadoras de la Resurrección).
10 Y eran María
Magdalena, y Juana (la esposa de Chuza, el mayordomo de Herodes [Luc.
8:3]), y María madre de Santiago (Santiago y Juan), y las demás con
ellas, las que dijeron estas cosas a los Apóstoles.
11 Más a ellos
les parecían como locura las palabras de ellas (en el Griego quiere
decir, "tonterías ridículas"), y no las creyeron (el motivo de su
incredulidad, como resultado de su comportamiento, era un desvío de la
Palabra de Dios; cada maldad y dirección incorrecta son siempre, y sin
excepción alguna, un desvío de la Palabra; la persistencia de los
Apóstoles en Predicar acerca de la Resurrección en todas partes después
de Pentecostés demuestra que la Resurrección era un hecho; y si no era
un hecho, ¿cómo podrían ellos con seguridad afirmar que era cierto lo
que habían rechazado rotundamente de creer?).
12 Pero levantándose
Pedro, corrió al sepulcro (fue acompañado por Juan [Jn. 20:3]); y como
miró dentro, vio solos los lienzos echados (prueba que el Cuerpo de
Jesús no fue robado; si ese hubiera sido el caso, el ladrón de seguro no
se hubiera detenido para tomarse el tiempo para deshacerse del lienzo
con el cual estaba envuelto el Cuerpo; además, este lienzo estaba
doblado con mucho cuidado y puesto a un lado, lo cual ningún ladrón
hubiera hecho), y se fue maravillándose de lo que había sucedido (indica
el comienzo de la Fe, pero aún muy débil).
LOS DOS DISCÍPULOS
13
Y, he aquí, dos de ellos (uno de ellos era Cleofas, el padre de Jacobo
el menor y marido de María, la hermana de la Madre de Jesús [Jn. 19:25]
no nos dice quién era el otro hombre; muchos eruditos antiguos sostienen
que era Lucas mismo, y además dicen que él era uno de los Setenta, y el
motivo por el cual no se mencionó a sí mismo era porque él era el
escritor de este relato) iban el mismo día a una aldea que estaba de
Jerusalén sesenta estadios (unos 11 kilómetros [siete millas]), llamada
Emaús.
14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían
acontecido (corresponde a la Crucifixión y, también, los testimonios de
las mujeres con respecto a la aparición de los Ángeles, etc.).
15 Y
aconteció, que, yendo hablando entre sí, y preguntándose el uno al otro
(estaban absortos en sus pensamientos), el mismo Jesús se llegó, e iba
con ellos juntamente (este acto en sí mismo no hubiera ocasionado
sorpresa; los caminos de esa época estaban llenos de peatones
transitando de un lado a otro, y alguien que hiciera esto no hubiera
sido algo fuera de lo común).
16 Mas los ojos de ellos estaban
velados para que no Le conociesen (el Señor lo hizo a propósito para que
no Lo reconocieran; Él no se revelaría a esos dos Discípulos hasta que
Él los pudiera traer a una condición apropiada del alma).
17 Y les
dijo, ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y
estáis tristes? (¡Muchos de los Cristianos modernos están tristes
inútilmente, aun como éstos a causa de la incredulidad!)
18 Y
respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, Le dijo (si él se hubiera
dado cuenta de que era Jesús, se hubiera comportado completamente
diferente), ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalén, y no has sabido las
cosas que en ella han acontecido estos días? (¡Se lo preguntó con un
poco de sarcasmo!)
19 Entonces Él les dijo, ¿Qué cosas? (Esta
pregunta fue hecha solamente para hacerles hablar.) Y ellos Le dijeron,
De Jesús Nazareno, el cual fue varón Profeta, poderoso en obra y en
palabra delante de Dios y de todo el pueblo (si es de notarse, Cleofas
no mencionó que Jesús es el Mesías; aunque ellos una vez lo creyeron, ya
su fe vacilaba):
20 Y cómo Le entregaron los Principales Sacerdotes y
nuestros gobernadores a condenación de muerte, y Le crucificaron (¡la
religión organizada hizo esto!).
21 Mas nosotros esperábamos que Él
era el que había de redimir a Israel (habían concentrado su estudio de
la Biblia en lo que Las Escrituras prometían con respecto a la Gloria y
el Reino del Mesías, pero estaban ciegos con respecto a la multitud de
Tipos y Profecías prediciendo Sus Sufrimientos como el Salvador
Expiatorio): y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha
acontecido (hacen hincapié en el tercer día y tenían razón).
22
Aunque también ciertas mujeres de los nuestros nos han espantado, las
cuales antes del día fueron al sepulcro (expresa su testimonio del
sepulcro vacío);
23 Y no hallando Su Cuerpo, vinieron, diciendo, que también habían visto visión de Ángeles, los cuales dijeron que Él vive.
24
Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro (Pedro y Juan), y hallaron
así como las mujeres habían dicho: mas a Él no Le vieron (la última
frase lleva en sí un elemento de duda).
25 Entonces Él les dijo, Oh
insensatos (debiera traducirse, "¡hombres insensatos!"), y ¡tardos de
corazón para creer todo lo que los Profetas han dicho! (Declara que el
Señor concluye como "insensatos" a aquéllos que no han hecho Su Palabra
como la base de sus acciones y decisiones; los hace retornar una vez más
hacia la Biblia; Ella solo es el criterio para todas las cosas.)
26
¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas (quiere decir que
la Biblia había predicho Sus Sufrimientos, lo cual debía ser obvio a Sus
seguidores si hubieran dedicado tiempo y atención a la Palabra de
Dios), y que entrara en Su Gloria? (Declara que la Biblia traza las
líneas generales del Reino de la Gloria venidero, por lo tanto, el
"Mesías Triunfante"; sin embargo, debe antecederse por la misión del
"Mesías Sufriente.")
27 Y comenzando desde Moisés, y de todos los
Profetas (el Señor hace dos declaraciones con respecto a la Biblia: 1.
Es la autoridad suprema en cuanto a la Fe y Doctrina ya que está
inspirada; y, 2. Su tema es los Sufrimientos y Glorias de Cristo — Sus
Sufrimientos como el Cargador del pecado y Sus Glorias como el Purgador
del pecado [Fil. 2:5-11; Heb. 1:3]), Él les declaraba en todas Las
Escrituras lo que de Él decían (se puede decir verdaderamente que Cristo
entró en la muerte con la Biblia en la mano, y que Él salió de entre
los muertos con la Biblia en la mano; Él insistió que se había predicho
acerca de Su Muerte y Resurrección con relación al pecado y al juicio).
28
Y llegaron a la aldea adonde iban (Emaús): y Él hizo como que iba más
lejos (a cuántos Él se les ha acercado, pero Él no se ha quedado con
ellos, porque Lo han "dejado ir").
29 Mas ellos Le detuvieron por
fuerza, diciendo, Quédate con nosotros (¡ellos insistieron, y
fuertemente!): porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró
pues a estarse con ellos (Él se quedará con cualquiera y todos quienes
sinceramente lo desean).
30 Y aconteció, que estando sentado con
ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y les dio (simbólico
de lo que Él hace con nosotros; Él "nos toma," y luego "nos bendice," y
luego "nos quebranta," porque la carne al final, tiene que ser
quebrantada, y luego "nos da" a la Iglesia; si no se sigue este modelo,
no seremos de ninguna bendición en absoluto).
31 Entonces fueron
abiertos los ojos de ellos (Él ahora les permitió que Lo vieran
realmente), y Le conocieron (qué gozo debió haber llenado sus corazones;
¡Jesús está vivo!); mas Él se desapareció de los ojos de ellos (pero
sólo después de haberse revelado a ellos).
32 Y decían el uno al
otro, ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el
camino, y cuando nos abría Las Escrituras? (Los asuntos de Cristo, por
medio del Espíritu Santo, es para ayudarnos a entender la Palabra de
Dios.)
33 Y levantándose en la misma hora, se tornaron a Jerusalén
(presenta una alegría que no podían contener, y no es extraño), y
hallaron a los Once reunidos, y a los que estaban con ellos (se refiere a
una reunión que pronto se cambiaría de desesperación a gran gozo;
cierto es que ellos tuvieron que llegar a este lugar por etapas, pero
estaban en camino; ¡gloria a Dios!).
34 Que decían, Ha resucitado el
Señor verdaderamente (expone una conversación de victoria, de hecho, la
mayor victoria jamás registrada en la historia humana), y ha aparecido a
Simón (La Escritura no nos informa de esta aparición, pero la
probabilidad es que Pedro fue el primer hombre que vio a Jesús después
de Su Resurrección).
35 Entonces ellos contaban las cosas que les
habían acontecido en el camino (una presentación emocionante), y cómo
había sido conocido de ellos al partir el pan.
JESÚS APARECE
36 Y
entre tanto que ellos hablaban estas cosas, Él se puso en medio de ellos
(se refiere a una aparición inmediata y Revelación; Juan añadió que
"las puertas fueron cerradas"), y les dijo, Paz a vosotros (les presenta
Sus primeras palabras a ellos como un grupo después de la
Resurrección).
37 Entonces ellos espantados y asombrados (indica lo
improvisto del acontecimiento, y la manera en la cual fue hecho; ¡en un
momento Él desaparece, y en otro momento Él aparece!), pensaban que
veían espíritu (demuestra que todavía no entendían la Resurrección;
ellos no dudaron de las apariciones, pero realmente no reconocieron
estas apariciones por lo que eran verdaderamente).
38 Mas Él les
dice, ¿Por qué estáis turbados (estar preocupado nos priva de la paz), y
suben pensamientos a vuestros corazones? (Corresponde al temor, la
duda, el desaliento y hasta la desesperación, provocados todos por la
falta de Fe en la Palabra de Dios. Debiéramos tomar a pecho estas mismas
preguntas.)
39 Mirad Mis Manos y Mis Pies, que Yo Mismo soy: palpad,
y ved (ahora entenderían lo que Su Resurrección realmente era); que un
espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo (en otras
palabras, Jesús les decía que Él no era un espíritu incorpóreo; Él, de
hecho, tenía un cuerpo físico de carne y huesos; no se menciona la
sangre porque el Cuerpo Glorificado no tiene sangre; en tanto que ahora
la vida de la carne está en la sangre, por eso, cuando nuestros cuerpos
sean Glorificados, la vida será en el Espíritu, es decir, "el Espíritu
Santo").
40 Y diciendo esto, les mostró Sus Manos y Sus Pies (Juan
además añade que Él se había ofrecido, también, a que ellos vieran la
herida en Su Costado; de hecho, Él retendrá estas heridas para siempre
[Zac. 13:6; Apoc. 5:6]).
41 Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y
maravillados (indica que su fe todavía era débil; tenemos tendencia de
corregirlos, pero ¿hubiéramos nosotros actuado mejor?), Él les dijo,
¿Tenéis aquí algo de comer? (Tiene la intención de demostrarles el hecho
de que Él todavía retenía un Cuerpo humano, aunque Glorificado, y que
como tal Él podía comer alimentos. Un "espíritu" no tiene carne y
huesos, e igualmente no come.)
42 Entonces ellos Le presentaron parte
de un pez asado, y un panal de miel (se especula que fue en la casa de
Juan Marcos, quien escribió el Libro de Marcos).
43 Y Él tomó, y
comió delante de ellos (debe fijarse que Jesús no le pidió a Sus
Discípulos a creer algo que era contrario a su parecer).
44 Y Él les
dijo, Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros, que
era necesario que se cumpliesen todas las cosas, que están escritas de
Mí en la Ley de Moisés, y en los Profetas, y en los Salmos (los Judíos
dividían el Antiguo Testamento en tres partes — la Ley de Moisés, los
Profetas y los Salmos, que consistían en los Libros de Sabiduría; la
historia entera del Antiguo Testamento es la Historia de Jesús y la
Cruz, y lo que la Cruz proporciona; de hecho, si no entendemos esto, no
podemos entender totalmente la Palabra de Dios; como está claro aquí,
"Cristo y Él Crucificado" es la clave de todo entendimiento).
45
Entonces les abrió el entendimiento, para que entendiesen Las Escrituras
(el que no entiende Las Escrituras, entiende poco o nada; déjenos
decirlo otra vez: "Jesucristo y Él Crucificado," es la Historia de la
Biblia; toda Doctrina debe estar construida sobre este Fundamento, que
constituye la casa construida sobre la Roca; de otro modo, es una casa
construida sobre arena),
LA GRAN COMISIÓN
46 Y les dijo, Así está
escrito (demuestra lo que acabo de declarar acerca de Cristo y la Cruz),
y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los
muertos al tercer día (déjenos decirlo otra vez, esto es la Historia de
la Biblia):
47 Y que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y
la remisión de pecados (indica el método de Dios de proclamar Su
Palabra, y desempeñar Su Obra; cualquier otro método no es Bíblico) en
todas las naciones, comenzando de Jerusalén (el Plan de Dios de la
Salvación es idéntico para todos en cuanto a raza, color o cultura; es
para el mundo entero).
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas (el
Cristianismo no se comenzó como resultado de una filosofía instructiva,
como con todas las religiones; se comenzó por hombres y mujeres que
literalmente atestiguaron del Hijo encarnado de Dios en todo Su
Ministerio terrenal, así como Su Muerte y Resurrección; por
consiguiente, podrían decir, "lo que hemos visto, y testificamos").
49
Y, he aquí, yo enviaré la Promesa de Mi Padre sobre vosotros (el
Bautismo con el Espíritu Santo, que vendría durante el Día de
Pentecostés [Hch. 1:4-5]): mas vosotros esperad en la ciudad de
Jerusalén (era donde el Templo estaba situado, y donde siempre se
celebraba el Día de Pentecostés, que ocasionaría el derramamiento del
Espíritu; era sólo para el derramamiento inicial; desde entonces, Jesús
Bautiza con el Espíritu Santo dondequiera que la persona pudiera estar
[Hch., caps. 8-10, 19]), hasta que seáis investidos de potencia de lo
alto (este es el Bautismo con el Espíritu Santo, que siempre es
acompañado por el hablar en otras lenguas [Hch. 2:4; sin ser investido,
el Creyente y la Iglesia son de poco valor para el Reino de Dios).
LA ASCENCIÓN
50
Y los sacó fuera hasta Betania (este pequeño pueblo estaba situado en
el lado opuesto del Monte de los Olivos, y es en realidad un barrio
residencial de Jerusalén; era la casa de María, Marta y Lázaro, los
amigos amados de Jesús), y alzando Sus Manos, los bendijo (Lo proclama
como el Sumo Sacerdote de Israel, habiendo hecho la Expiación, por
consiguiente levantando Sus Manos y bendiciendo a la gente, que los
Sumos Sacerdotes de Israel habían hecho durante casi 1.600 años; todo es
un Tipo de lo que Él haría al final; pero que quede bien claro que Su
Bendición es para todos, y no solamente para los Judíos).
51 Y
aconteció, que bendiciéndolos (indica una bendición continua, lo que
significa que sigue hasta hoy día, y de hecho, seguirá para siempre), se
fue de ellos, y era llevado arriba al Cielo (corresponde a la
Ascensión; Él se apresuró a la Cruz a fin de Expiar los pecados de Su
Pueblo, pero Él no se apresuró a la Gloria, ya que Él no quiso dejar a
Sus Ovejas Amadas).
52 Y ellos, después de haberle adorado (significa
que Su Presencia estaba todavía con ellos, aunque ya Él había
ascendido), se volvieron a Jerusalén con gran gozo (indica que era un
grupo diferente de gente, al menos con respecto a la Fe, espíritu y
emociones, que la de la Crucifixión; antes todo era tinieblas, ahora
todo es luz):
53 Y estaban siempre en el Templo, alabando y
bendiciendo a Dios (debido a la Promesa del Padre que se ha hecho real
en nuestros corazones, ahora somos el Templo [I Cor. 3:16] y hemos de
alabar al Señor continuamente). Amén (todos los cuatro Evangelios
clausuran con la palabra "Amén," que significa "Verdad").
Primera Corintios Capítulo 13:Si
hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más
que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don
de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y
si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no
soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi
cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano
con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni
jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no
se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la
maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue,
mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y
el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de
manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto
desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,
razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de
niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero
entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero
entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas
tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de
ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4Así
que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada.
Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la
voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy
poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo
vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero
nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse,
sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la
garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a
ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo
fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino
de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más
aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo,
pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto,
habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar
la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser
llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe
es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios
tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por
la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor
reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó
al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por
la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde
recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la
fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas
de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa,
porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es
arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad
y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos,
porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este
solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las
estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar.
Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas
prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran
extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente
dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado
pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido
oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor,
es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser
llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había
recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo
único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se
establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene
poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado,
recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a
Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob,
cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José,
y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de
su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio
instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién
nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron
que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la
fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del
faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los
efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del
Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la
mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle
miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo
al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre,
para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.
Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando
los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las
murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su
alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los
desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a
decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,
David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos,
hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones,
apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada;
sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y
pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la
resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a
golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los
pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e
incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la
mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para
allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades,
afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin
rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos
obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio
el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a
la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por
tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande
de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del
pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que
tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y
perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó
la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está
sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel
que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para
que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran
contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su
sangre.
Romanos 8:Por
lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a
Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha
liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo
liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios
envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de
pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así
condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas
demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la
naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a
la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza;
en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los
deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la
mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad
pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es
capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no
pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza
pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive
en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.
Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del
pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la
justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los
muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los
muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su
Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una
obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.
Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del
Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque
todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y
ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo,
sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba!
¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos
parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan
los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en
nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de
Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su
propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme
esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción
que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de
Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera
dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que
tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras
aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de
nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la
esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene?
Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos
nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a
ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que
examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el
Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser
transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito
entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los
que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los
glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte,
¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio
Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos
generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que
Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo
Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e
intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La
tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el
peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos
amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al
matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio
de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la
vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni
los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la
creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en
Cristo Jesús nuestro Señor.
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