El 14 de Abril Lectura Bíblica Diaria
El 14 de Abril Lectura Bíblica Diaria:
Malaquías 1 y 2: Esta profecía es la palabra del Señor dirigida a Israel por medio de Malaquías. "Yo los he amado", dice el Señor. " ¿Y cómo nos has amado?, replican ustedes. "¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob pero aborrecí a Esaú, y convertí sus montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto." Edom dice: "Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos sobre las ruinas." Pero el Señor Todopoderoso dice: "Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio malvado, pueblo contra el cual siempre estará indignado el Señor. Ustedes lo verán con sus propios ojos y dirán: ¡Se ha engrandecido el Señor aun más allá de las fronteras de Israel! "El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. "Y encima preguntan: ¿En qué hemos despreciado tu nombre? "Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado. "Y todavía preguntan: ¿En qué te hemos mancillado? "Pues en que tienen la mesa del Señor como algo despreciable. Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor? dice el Señor Todopoderoso. "Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase de ofrendas se van a ganar su favor? dice el Señor Todopoderoso. ¡Cómo quisiera que alguno de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar! No estoy nada contento con ustedes dice el Señor Todopoderoso, y no voy a aceptar ni una sola ofrenda de sus manos. Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones dice el Señor Todopoderoso. Pero ustedes lo profanan cuando dicen que la mesa del Señor está mancillada y que su alimento es despreciable. Y exclaman: ¡Qué hastío! Y me tratan con desdén dice el Señor Todopoderoso. ¿Y creen que voy a aceptar de sus manos los animales lesionados, cojos o enfermos que ustedes me traen como sacrificio? dice el Señor. "¡Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor y luego le ofrece un animal mutilado! Porque yo soy el gran rey dice el Señor Todopoderoso, y temido es mi nombre entre las naciones. "Ahora, pues, este mandato es para ustedes, los sacerdotes. Si no me hacen caso ni se deciden a honrar mi nombre dice el Señor Todopoderoso, les enviaré una maldición, y maldeciré sus bendiciones. Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme. "Por esto, voy a reprender a sus descendientes. Les arrojaré a la cara los desperdicios de los sacrificios de sus fiestas, y los barreré junto con ellos. Entonces sabrán que les he dado este mandato, a fin de que continúe mi *pacto con Leví dice el Señor Todopoderoso. Mi pacto con él era de vida y paz, y se las di; era también de temor, y él me temió, y mostró ante mí profunda reverencia. En su boca había instrucción fidedigna; en sus labios no se encontraba perversidad. En paz y rectitud caminó conmigo, y apartó del pecado a muchos. "Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción, porque es mensajero del Señor Todopoderoso. Pero ustedes se han desviado del camino y mediante su instrucción han hecho tropezar a muchos; ustedes han arruinado el pacto con Leví dice el Señor Todopoderoso. Por mi parte, yo he hecho que ustedes sean despreciables y viles ante todo el pueblo, porque no han guardado mis caminos sino que han mostrado parcialidad en cuestiones de la ley." ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el *pacto de nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros? Judá ha sido traicionero. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse Judá con la hija de un dios extraño, ha profanado el santuario que el Señor ama. En cuanto al hombre que haga eso, quienquiera que sea, que el Señor Todopoderoso lo excluya de los campamentos de Jacob, aun cuando le lleve ofrendas. Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. Y todavía preguntan por qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto. ¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por Dios. Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud. "Yo aborrezco el divorcio dice el Señor, Dios de Israel, y al que cubre de violencia sus vestiduras", dice el Señor Todopoderoso. Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros. Ustedes han cansado al Señor con sus palabras. Y encima preguntan: "¿En qué lo hemos cansado?" En que dicen: "Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y él se complace con ellos"; y murmuran: "¿Dónde está el Dios de justicia?"
Génesis 1:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día. Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día tercero. Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día quinto. Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.
Salmo 122:
"Yo me alegré con los que me decían: "¡Vayamos a la casa de Jehovah!" Ya se posan nuestros pies ante tus puertas, oh Jerusalén. ¡Oh Jerusalén, que ha sido edificada como una ciudad toda compacta! Allá suben las tribus, las tribus de Jehovah, las congregaciones de Israel, para alabar el nombre de Jehovah. Porque allá están los tronos para el juicio, los tronos de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén: "Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios." Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: "Haya paz en ti." Por causa de la casa de Jehovah nuestro Dios, imploraré por tu bien."
Proverbios 26:
"Como nieve en el verano y lluvia en la siega, así no le caen bien los honores al necio. Como escapa el ave y vuela la golondrina, así la maldición sin causa no se realizará. El látigo es para el caballo, y el freno para el asno, y la vara para la espalda de los necios. Nunca respondas al necio según su insensatez, para que no seas tú también como él. Responde al necio según su insensatez, para que no se estime sabio en su propia opinión. Se corta los pies y bebe violencia el que envía recado por medio de un necio. Como las piernas del cojo, que cuelgan inútiles, es el proverbio en la boca de los necios. Como atar una piedra a la honda, así es dar honor al necio. Como espina que penetra en la mano del borracho, es el proverbio en la boca de los necios. Como el arquero que hiere a todos, es el que contrata a necios y vagabundos. Como perro que vuelve a su vómito, así es el necio que repite su insensatez. ¿Has visto a un hombre sabio en su propia opinión? ¡Más esperanza hay del necio que de él! Dice el perezoso: "¡Hay un león en el camino! ¡Hay un león en medio de las calles!" Como las puertas giran sobre sus bisagras, así también el perezoso en su cama. El perezoso hunde su mano en el plato, y se cansa de volverla a su boca. El perezoso es más sabio en su opinión que siete que responden con discreción. El que se entremete en pleito ajeno es como el que agarra de las orejas a un perro que pasa. Como el que enloquece y arroja dardos y flechas de muerte, así es el hombre que defrauda a su amigo y dice: "¿Acaso no estaba yo bromeando?" Sin leña se apaga el fuego; y donde no hay chismoso, cesa la contienda. El carbón es para las brasas, la leña para el fuego, y el hombre rencilloso para provocar peleas. Las palabras del chismoso parecen suaves, pero penetran hasta lo recóndito del ser. Como escorias de plata arrojadas sobre un tiesto, son los labios enardecidos y el corazón vil. El que aborrece disimula con sus labios, pero en su interior trama el fraude. Cuando hable amigablemente, no le creas; porque siete abominaciones hay en su corazón. Aunque con engaño encubra su odio, su maldad será descubierta en la congregación. El que cava fosa caerá en ella; y al que hace rodar una piedra, ésta le vendrá encima. La lengua mentirosa atormenta a su víctima, y la boca lisonjera causa la ruina."
El Libro de Primera de Corintios Capítulo 12 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS
CORINTIOS
CAPÍTULO 12
(59 d.C.)
LOS DONES ESPIRITUALES
Y ACERCA de los Dones Espirituales (en este caso, tiene que ver con los nueve Dones del Espíritu delineados en los Versículos 8 al 10), no quiero, Hermanos, que ignoréis (proclama el Espíritu de Dios, a través de Pablo, diciendo que Él quiso que la totalidad de la Iglesia supiera acerca de estos Dones).
2 Sabéis que cuando erais Gentiles (significa que, antes de su conversión, ellos no tenían conocimiento de Dios), ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos. (Ellos fueron llevados ante todo por la superstición y la brujería.)
3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús (el Espíritu Verdadero de Dios nunca haría tal cosa; por eso aquéllos que hacían eso, no eran de Dios): y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. (Cualquier otra manera sería incorrecta. Es el Espíritu Santo Solo, Quien revela el Señorío de Cristo al Creyente.)
DIVERSIDADES
4 Empero hay repartimiento de Dones (tipos diferentes de Dones), pero es el mismo Espíritu (todo esto significa que el Espíritu Santo nunca se contradice).
5 Y hay repartimiento de Ministerios (diferentes Servicios, Ministerios, Oficinas), pero es el mismo Señor. (Cristo es El Que asigna los diferentes Ministerios, y entonces el Espíritu Santo lleva a cabo la función. Al igual, Cristo nunca se contradice.)
6 Y hay diversidades de Operaciones (varias maneras como obran los Dones), mas el mismo Dios es Quien obra todas las cosas en todos (tiene referencia al hecho de que es Dios el Padre Quien estimula todas las cosas y todas las maneras).
EL PROPÓSITO
7 Empero a cada uno le es dada manifestación del Espíritu (pertenece a lo que los Dones hacen manifiesto o revelado) para provecho. (Si se permite que los Dones funcionen correctamente, que, sin duda alguna, ellos harían si el Espíritu Santo tiene Su Voluntad, todos sacarían provecho.)
LOS NUEVE DONES
8 Porque a la verdad, a éste es dada por el Espíritu (el Espíritu Santo es El Que lleva a cabo las instrucciones de Cristo, con relación a quién recibe cuál Don) Palabra de Sabiduría (la información acerca del futuro, con respecto a la gente, sitios o cosas); a otro, Palabra de Ciencia (concierne el pasado o el presente, con relación a personas, sitios o cosas; hay que observar que es "la Palabra de," la que significa una pequeña cantidad) según el mismo Espíritu (es el Espíritu Santo Quien funciona en todos estos Dones);
9 A otro, Fe (Fe especial) por el mismo Espíritu; y a otro, Dones de Sanidades (oración por los enfermos) por el mismo Espíritu;
10 A otro, operaciones de Milagros (cosas extraordinarias); y a otro, Profecía (es para "edificación, exhortación y consolación" [I Cor. 14:3]; no tiene nada que ver con la Oficina del Profeta); y a otro, discernimiento de espíritus (ya sea el Espíritu de Dios, espíritus humanos o espíritus malignos); y a otro, géneros de lenguas (tiene la intención de ser interpretado); y a otro, interpretación de lenguas:
EL REPARTIMIENTO
11 Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu (todas las capacidades y los poderes de los Dones son producidos y obrados por la energía del Espíritu), repartiendo particularmente a cada uno como Él (el Espíritu Santo) quiere. (Todo el repartimiento es a discreción del Espíritu Santo, lo que significa que los hombres o las mujeres no pueden impartir Dones a otras personas. ¡Es esfera del Espíritu Solo!)
UN SOLO CUERPO
12 Porque de la manera que el Cuerpo (la Iglesia) es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del Cuerpo, siendo muchos, son un Cuerpo (la Iglesia como el "Cuerpo de Cristo"); así también Cristo (presenta al Salvador como unidad en multiplicidad, como es la Iglesia).
13 Porque por un Espíritu (el Espíritu Santo Solo hace esto) somos todos bautizados en un Cuerpo (en la Salvación, el Espíritu Santo Bautiza al pecador Creyente en el Cuerpo de Cristo, que es la experiencia de Nacer de Nuevo; no se refiere al Bautismo en Agua), ya sea Judíos o Griegos, ya sea siervos o libres (todos deben venir de la misma manera, "por medio y a través de Jesucristo y lo que Él hizo por nosotros en la Cruz"); y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. (El Espíritu Santo es el agente Quien afecta la obra de la Redención realizada en nuestras vidas, que es hecho posible por la Muerte, Sepultura, Resurrección, Ascensión y Exaltación de Cristo.)
14 Pues ni tampoco el cuerpo (cuerpo humano) es un miembro, sino muchos.
15 Si dijere el pie, Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
16 Y si dijere la oreja, Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo? (Sólo porque estos órganos diversos son diferentes en sus funciones no los hace menos útiles para el funcionamiento acertado de la totalidad del cuerpo humano.)
17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? (Para que un cuerpo humano sea sano, tiene que tener diversos órganos diferentes.)
18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo (cuerpo humano), como quiso.
19 Que si todos fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo? (Si el cuerpo humano fuera un gran ojo o un oído grande, etc., ya no sería un cuerpo, sino una monstruosidad.)
20 Mas ahora muchos miembros son a la verdad, empero un cuerpo.
21 Ni el ojo puede decir a la mano, No te necesito: ni asimismo la cabeza a los pies, No tengo necesidad de vosotros (una interdependencia mutua en el cuerpo humano, que maravillosamente tipifica la interdependencia en el Cuerpo de Cristo).
22 Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son necesarios (todos desempeñan un papel importante, sin el cual habría una repercusión seria):
23 Y a aquéllos del cuerpo que estimamos ser más viles, a éstos vestimos más honrosamente (probablemente se refiere a los órganos internos); y los que en nosotros son menos honrosos, reciben un trato con más honra (en referencia a cubrirse y vestirse).
24 Porque los que en nosotros son más honrosos, no tienen necesidad (los "honrosos," no requieren la misma atención que otros): mas Dios ordenó el cuerpo (dar dignidad a todos, pero una dignidad especial a las partes inferiores), dando más abundante honor al que le faltaba:
25 Para que no haya desavenencia en el cuerpo (la desunión y la interrupción); sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros (todos debieran ser tratados por igual).
26 De esta forma si un miembro padece, todos los miembros a una se duelen (lo presenta en la manera que debe ser); y si un miembro es honrado, todos los miembros regocijan con él.
27 Pues vosotros sois el Cuerpo de Cristo (se refiere a la Iglesia), y miembros en parte. (Cada persona en la Iglesia que verdaderamente es Nacida de Nuevo.)
28 Y a unos puso Dios en la Iglesia (el hombre o las denominaciones religiosas no pueden "poner," pues es la esfera de Dios en su totalidad), primeramente Apóstoles (los Apóstoles llamados por Dios marcan las pautas para la Iglesia debido al Mensaje especial que Dios les ha dado), luego Profetas (tiene la intención de incluir a los Evangelistas también, justo como los Maestros tienen la intención de incluir a los Pastores; los Profetas tienen la misma función bajo el Nuevo Convenio como el Antiguo, con una excepción; los Apóstoles han tomado su lugar en la esfera del Liderazgo; además, es la Oficina del Profeta), lo tercero Maestros (aquéllos que explican la Palabra); luego Milagros (un Don particular del Espíritu); luego Dones de Sanidades (los ejemplos de los Dones del Espíritu que deben funcionar en el Ministerio), Ayudas (toda clase de ayuda que Dios establece en la Iglesia, independientemente de lo que podría ser), Administraciones (aquéllos que procuran mantener la Iglesia estrictamente en el Gobierno de Dios, con todas sus muchas funciones), Géneros (muchas lenguas diferentes, pero desconocidas por el orador y normalmente desconocidas por el oyente) de Lenguas (el Don que requiere interpretación).
29 ¿Son todos Apóstoles? ¿Son todos Profetas? ¿Son todos Maestros? ¿Son todos obradores de Milagros? (Hay diferentes Oficinas y Dones, pero todos son necesarios, así como todos los órganos del cuerpo físico son necesarios.)
30 ¿Tienen todos Dones de Sanidad? (La respuesta es obviamente "No.") ¿Hablan todos lenguas? (Pablo no se dirige al Bautismo con el Espíritu inicial, que es siempre y sin excepción alguna acompañado con el hablar en otras Lenguas, sino que se dirige al Don de Lenguas, lo que no todos tienen, aunque esté Bautizado con el Espíritu.) ¿Interpretan todos? (¡Nuevamente, la respuesta es "No," pero algunos sí!)
31 Empero procurad los mejores Dones (en esencia, se refiere a lo que el Espíritu Santo quiere que tenga un Creyente en particular): mas aún yo os muestro un camino más excelente. (Se refiere al Fundamento del Amor que debe apoyar todo lo que tenemos y hacemos en el Señor, al cual el Apóstol se dirige en el siguiente Capítulo.)
Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
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