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Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1
El 14 de setiembre Lectura Bíblica Diaria:
Job 21 a 23:
A
esto, Job respondió: "Escuchen atentamente mis palabras; concédanme
este consuelo. Tolérenme un poco mientras hablo, y búrlense si quieren
cuando haya terminado. "¿Acaso dirijo mi reclamo a los mortales? ¿Por
qué creen que pierdo la paciencia? Mírenme, y queden asombrados; tápense
la boca con la mano. Si pienso en esto, me lleno de espanto; un
escalofrío me corre por el cuerpo. ¿Por qué siguen con vida los
malvados, cada vez más viejos y más ricos? Ven establecerse en torno
suyo a sus hijos y a sus descendientes. Tienen paz en su hogar, y están
libres de temores; la vara de Dios no los castiga. Sus toros son
verdaderos sementales; sus vacas paren y no pierden las crías. Dejan
correr a sus niños como si fueran ovejas; sus pequeñuelos danzan
alegres. Cantan al son del tamboril y del arpa; se divierten al son de
la flauta. Pasan la vida con gran bienestar, y en paz bajan al sepulcro.
A Dios increpan: ¡Déjanos tranquilos! No queremos conocer tu voluntad.
¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Qué ganamos con
dirigirle nuestras oraciones? Pero su bienestar no depende de ellos.
¡Jamás me dejaré llevar por sus malos consejos! "¿Cuándo se ha apagado
la lámpara de los malvados? ¿Cuándo les ha sobrevenido el desastre?
¿Cuándo Dios, en su enojo, los ha hecho sufrir como paja que arrebata el
viento, como tamo que se lleva la tormenta? Me dirán que Dios reserva
el castigo para los hijos del pecador. ¡Mejor que castigue al que peca,
para que escarmiente! ¡Que sufra el pecador su propia destrucción!
¡Que beba de la ira del Todopoderoso! ¿Qué le puede importar la familia
que deja, si le quedan pocos meses de vida? "¿Quién puede impartirle a
Dios conocimientos, si es él quien juzga a las grandes eminencias? Hay
quienes mueren en la flor de la vida, rebosantes de salud y de paz;
sus caderas, llenas de grasa; sus huesos, recios hasta la médula. Otros
mueren con el ánimo amargado, sin haber disfrutado de lo bueno. ¡En el
polvo yacen unos y otros, todos ellos cubiertos de gusanos! "Sé muy
bien lo que están pensando, y los planes que tienen de hacerme daño.
También sé que se preguntan: ¿Dónde está la mansión del potentado?
¿Dónde están las moradas de los inicuos? ¿No han interrogado a los
viajeros? ¿No han prestado atención a sus argumentos? En el día del
desastre, el malvado se salva; ¡en el día de la ira, es puesto a salvo!
¿Y quién le echa en cara su conducta? ¿Quién le da su merecido por sus
hechos? Cuando lo llevan al sepulcro, sobre su tumba se pone
vigilancia; mucha gente le abre paso, y muchos más cierran el cortejo.
¡Descansa en paz bajo la tierra del valle! "¿Cómo esperan consolarme
con discursos sin sentido? ¡Sus respuestas no son más que falacias!" A
esto respondió Elifaz de Temán: "¿Puede alguien, por muy sabio que sea,
serle a Dios de algún provecho? ¿Sacará alguna ventaja el Todopoderoso
con que seas un hombre justo? ¿Tendrá algún beneficio si tu conducta
es intachable? ¿Acaso te reprende por temerlo, y por eso te lleva a
juicio? ¿No es acaso demasiada tu maldad? ¿Y no son incontables tus
pecados? Sin motivo demandabas fianza de tus hermanos, y en prenda los
despojabas de sus mantos; ¡desnudos los dejabas! Al sediento no le
dabas agua; al hambriento le negabas la comida. Hombre de poder, te
adueñaste de la tierra; hombre prominente, en ella te asentaste. No les
dabas nada a las viudas, y para colmo les quitabas todo a los
huérfanos. Por eso ahora te ves rodeado de trampas, y te asaltan
temores repentinos; la oscuridad te impide ver, y te ahogan las aguas
torrenciales. "¿No está Dios en las alturas de los cielos? ¡Mira las
estrellas, cuán altas y remotas! Sin embargo, cuestionas: ¿Y Dios qué
sabe? ¿Puede acaso juzgar a través de las tinieblas? Él recorre los
cielos de uno a otro extremo, y densas nubes lo envuelven, ¡así que no
puede vernos! "¿Vas a seguir por los trillados caminos que han
recorrido los malvados? Perdieron la vida antes de tiempo; un diluvio
arrasó sus cimientos. Increparon a Dios: ¡Déjanos tranquilos! ¿Qué
puedes tú hacernos, Todopoderoso? ¡Y fue Dios quien llenó sus casas de
bienes! ¡Yo no me dejaré llevar por sus malos consejos! "Los justos se
alegran al ver la ruina de los malvados; los inocentes dicen en son de
burla: Nuestros enemigos han sido destruidos; ¡el fuego ha consumido
sus riquezas! "Sométete a Dios; ponte en paz con él, y volverá a ti la
prosperidad. Acepta la enseñanza que mana de su boca; ¡grábate sus
palabras en el corazón! Si te vuelves al Todopoderoso y alejas de tu
casa la maldad, serás del todo restaurado; si tu oro refinado lo
arrojas por el suelo, entre rocas y cañadas, tendrás por oro al
Todopoderoso, y será él para ti como plata refinada. En el Todopoderoso
te deleitarás; ante Dios levantarás tu rostro. Cuando ores, él te
escuchará, y tú le cumplirás tus votos. Tendrás éxito en todo lo que
emprendas, y en tus caminos brillará la luz. Porque Dios humilla a los
altaneros, y exalta a los humildes. Él salva al que es inocente, y por
tu honradez quedarás a salvo." A esto respondió Job: "Mi queja sigue
siendo amarga; gimo bajo el peso de su mano. ¡Ah, si supiera yo dónde
encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita! Ante él expondría
mi caso; llenaría mi boca de argumentos. Podría conocer su respuesta, y
trataría de entenderla. ¿Disputaría él conmigo, con todo su poder?
¡Claro que no! ¡Ni me acusaría! Ante él cualquier *hombre recto podría
presentar su caso, y yo sería absuelto para siempre delante de mi juez.
"Si me dirijo hacia el este, no está allí; si me encamino al oeste, no
lo encuentro. Si está ocupado en el norte, no lo veo; si se vuelve al
sur, no alcanzo a percibirlo. Él, en cambio, conoce mis caminos; si me
pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro. En sus sendas he afirmado
mis pies; he seguido su camino sin desviarme. No me he apartado de los
mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado
las palabras de su boca. "Pero él es soberano; ¿quién puede hacerlo
desistir? Lo que él quiere hacer, lo hace. Hará conmigo lo que ha
determinado; todo lo que tiene pensado lo realizará. Por eso me espanto
en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor. Dios ha
hecho que mi corazón desmaye; me tiene aterrado el Todopoderoso. Con
todo, no logran acallarme las tinieblas ni la densa oscuridad que cubre
mi rostro.
Salmo 124:
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte que lo repita ahora Israel, si el Señor
no hubiera estado de nuestra parte cuando todo el mundo se levantó
contra nosotros, nos habrían tragado vivos al encenderse su furor
contra nosotros; nos habrían inundado las aguas, el torrente nos habría
arrastrado, ¡nos habrían arrastrado las aguas turbulentas! Bendito sea
el Señor, que no dejó que nos despedazaran con sus dientes. Como las
aves, hemos escapado de la trampa del cazador; ¡la trampa se rompió, y
nosotros escapamos! Nuestra ayuda está en el nombre del Señor, creador
del cielo y de la tierra.
Proverbios 24:
No
envidies a los malvados, ni procures su compañía; porque en su corazón
traman violencia, y no hablan más que de cometer fechorías. Con
sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos.
Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios
tesoros. El que es sabio tiene gran poder, y el que es entendido aumenta
su fuerza. La guerra se hace con buena estrategia; la victoria se
alcanza con muchos consejeros. La sabiduría no está al alcance del
necio, que en la asamblea del pueblo nada tiene que decir. Al que hace
planes malvados lo llamarán intrigante. Las intrigas del necio son
pecado, y todos aborrecen a los insolentes. Si en el día de la aflicción
te desanimas, muy limitada es tu fortaleza. Rescata a los que van
rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio. Pues
aunque digas, "Yo no lo sabía", ¿no habrá de darse cuenta el que pesa
los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a
cada uno según sus acciones! Come la miel, hijo mío, que es deliciosa;
dulce al paladar es la miel del panal. Así de dulce sea la sabiduría a
tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza
que no será destruida. No aceches cual malvado la casa del justo, ni
arrases el lugar donde habita; porque siete veces podrá caer el justo,
pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en
la desgracia. No te alegres cuando caiga tu enemigo, ni se regocije tu
corazón ante su desgracia, no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, y
aparte de él su enojo. No te alteres por causa de los malvados, ni
sientas envidia de los impíos, porque el malvado no tiene porvenir; ¡la
lámpara del impío se apagará! 30 Hijo mío, teme al Señor y honra al
rey, y no te juntes con los rebeldes, porque de los dos recibirás un
castigo repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir! También
éstos son dichos de los sabios: No es correcto ser parcial en el
juicio. Maldecirán los pueblos, y despreciarán las naciones, a quien
declare inocente al culpable. Pero bien vistos serán, y bendecidos, los
que condenen al culpable. Una respuesta sincera es como un beso en los
labios. Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos
para la siembra; después de eso, construye tu casa. No testifiques sin
razón contra tu prójimo, ni mientas con tus labios. No digas: "Le haré
lo mismo que me hizo; le pagaré con la misma moneda." Pasé por el campo
del perezoso, por la viña del falto de juicio. Había espinas por todas
partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en
ruinas. Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una
lección: Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado
de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez,
como un hombre armado!
El Libro de Marcos Capítulo 9 el Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
CAPÍTULO 9
(32 d.C.)
LA TRANSFIGURACIÓN
TAMBIÉN Él (Jesús) les dijo (a los Doce), De cierto os digo, Que hay algunos
de
los que están aquí (en este caso, Pedro, Santiago y Juan), que no
gustarán la muerte (no significó que al final no morirían, sino que
antes de que murieran, verían más allá del velo en el Reino), hasta que
hayan visto el Reino de Dios que viene con potencia (un cuadro
anticipado del Milenio venidero).
2 Y seis días después (Lucas dice
"ocho días" [Luc. 9:28]; no hay discrepancia alguna; en Lucas la frase
Griega es inclusiva, que significa que todo el tiempo fue incluido,
mientras en Marcos es exclusiva, que significa que todos los días y el
tiempo no fueron incluidos) tomó Jesús a Pedro, y a Santiago, y a Juan
(la segunda experiencia en la cual fueron incluidos, pero no a los otros
Discípulos; la resurrección de la hija de Jairo de entre los muertos
fue el primero), y los sacó aparte solos a un monte alto (no nos dice
cuál monte): y Él (Jesús) fue transfigurado delante de ellos (se refiere
al acto de dar expresión externa del carácter interior de sí mismo).
3
Y Sus Vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la
nieve; tanto que ningún lavandero en la Tierra los puede hacer tan
blancos (el resplandor de gloria que brillaba desde adentro de Él).
4
Y les apareció Elías con Moisés (su aparición tuvo que ver con la Edad
del Reino venidero): que hablaban con Jesús (el Texto Griego indica
que la conversación fue muy prolongada).
5 Entonces respondiendo
Pedro dice a Jesús, Maestro, bien será que nos quedemos aquí: y hagamos
tres enramadas; para Ti una, y para Moisés otra, y para Elías otra
(Pedro agrava su error al colocar a Moisés y Elías en la misma
categoría que Jesús).
6 Porque no sabía lo que hablaba; que estaban espantados (aterrorizados).
7
Y vino una nube que les hizo sombra (fue la Nube de la Gloria Shekiná
que dirigió a Israel salir de Egipto, y la cual se posó encima del
Propiciatorio en el Lugar Santísimo en el Tabernáculo): y una Voz de la
nube (declara la Voz real de Dios), que decía, Éste es Mi Hijo Amado
(en el Texto Griego, "Éste es Mi Hijo, El Que es Amado,"): a Él oíd (la
frase, "a Él oíd," se refiere a Cristo; en otras palabras, Moisés y
Elías no deben ser colocados a la misma par con Cristo; la frase
realmente significa, "escúchenlo constantemente"; esto también se
refiere a obedecer lo que oye).
8 Y luego (declara un cambio
repentino), como miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús
solo (acababan de presenciar algo que los demás seres humanos nunca
habían visto).
9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a
nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del Hombre
hubiese resucitado de los muertos.
10 Y retuvieron la Palabra en sí
(significa que obedecieron el Mandato del Señor), altercando qué sería
aquello de resucitar de los muertos (todavía no entendían el propósito y
motivo de Su llegada a este mundo, la cual era para redimir al hombre,
que lo requeriría ir a la Cruz; en otras palabras, la Cruz siempre fue
Su destino).
11 Y Le preguntaron, diciendo, ¿Qué es lo que los
Escribas dicen que es necesario que Elías venga antes? (Se referían a
Mal. 4:5.)
12 Y respondiendo Él, les dijo (pero a ellos todavía le
faltaban entendimiento), Elías a la verdad, viniendo antes, restituirá
todas las cosas (se refiere a este Profeta que vendrá como uno de los
dos testigos un poco antes de la Segunda Venida [Apoc. 11:3-12]); y como
está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en
nada (como fue predicho por el Profeta Isaías, cap. 53).
13 Empero os
digo, Que Elías ya vino (se refiere a Juan el Bautista quien vino en
el espíritu y poder de Elías [Luc. 1:17]), y le hicieron todo lo que
quisieron, como está escrito de Él (se refiere a la ejecución de Juan
por Herodes).
FALTA DE PODER
14 Y como Él vino a los Discípulos
(se reunió con los otros nueve al pie del monte después de la
Transfiguración), vio grande compañía alrededor de ellos, y los Escribas
que disputaban con ellos (realmente, se burlaban de ellos).
15 Y
luego (inmediatamente) toda la gente, viéndole, se espantó, y corriendo a
Él, Le saludaron (le dieron un saludo caluroso y de gran admiración).
16
Y Él les preguntó a los Escribas (expertos supuestamente en la Ley de
Moisés), ¿Qué disputáis con ellos? (En efecto, ¿cuál es el problema?)
17
Y respondiendo uno de la compañía, dijo, Maestro, traje a Ti mi hijo,
que tiene un espíritu mudo (un análisis correcto de la situación; un
espíritu demoníaco había ligado la lengua y los órganos vocales del
muchacho, además, había tratado de matarlo varias veces);
18 El cual,
dondequiera que (el espíritu demoníaco) le toma, le despedaza: y echa
espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando: y dije a Tus
Discípulos que le echasen fuera; y no pudieron (la idea es, intentaron
repetidamente, pero sin éxito; de ahí, los insultos de los Escribas).
19
Y respondiendo Él, les dijo, O generación infiel (mejor dicho, una fe
extraviada; Gál., cap. 5 lo explicará), ¿hasta cuándo estaré con
vosotros? (¿Será suficiente Mi breve tiempo?) ¿hasta cuándo os tengo que
sufrir? (¿Es posible que aun los Doce quienes están constantemente
Conmigo, no entienden?) Traédmele (insinúa que el muchacho no estaba en
las inmediaciones del padre, sino que otros lo tenían detenido a poca
distancia).
20 Y se Le trajeron: y cuando (el espíritu demoníaco) Le
vio (a Jesús), luego (inmediatamente) el espíritu (el espíritu
demoníaco) le desgarraba (el muchacho); y cayendo en tierra, se
revolcaba, echando espumarajos.
21 Y Él (Jesús) preguntó a su padre,
¿Cuánto tiempo hace que le aconteció esto? Y él dijo, Desde niño (el
incidente nos dice que los niños pueden ser oprimidos o hasta poseídos
por espíritus demoníacos).
22 Y muchas veces le echa en el fuego, y
en aguas, para destruirle (refleja tendencias suicidas, promovidas por
este espíritu): mas si puedes hacer algo, ayúdanos, teniendo
misericordia de nosotros (su fe era débil, debido al fracaso de los
Discípulos).
23 Y Jesús le dijo, Si puedes creer, al que cree todo es posible (si Él lo ha prometido, y usted puede creerlo, puede tenerlo).
24
Y luego (inmediatamente) el padre del muchacho dijo clamando (expresa
un grito fuerte que viene de las mismas profundidades del alma del
hombre), y dijo con lágrimas, Señor, creo (¡demuestra la fe, pero una fe
imperfecta!; las "lágrimas" indicaban la consternación de la batalla
que se desataba en el alma del hombre); ayuda mi incredulidad
(manifiesta la deficiencia de su fe; es una oración que el Señor siempre
contestará).
25 Y como Jesús vio que la multitud se agolpaba (Él
evidentemente estaba parado a una distancia de la gente, cuando Él habló
con el hombre, mientras los Discípulos contenían a la gente; pero ya
no podían contenerlas más), Él reprendió al espíritu inmundo,
diciéndole, Espíritu mudo y sordo, Yo te mando, sal de él, y no entres
más en él (él debía salir y, de hecho, salió, y nunca más volvió).
26
Entonces el espíritu (espíritu demoníaco) clamando y desgarrándole
mucho, salió (parece que él intentó matar al muchacho cuando salía de
él): y él quedó como muerto, de modo que muchos decían, Está muerto (el
muchacho estaba echado en el suelo inmóvil y pálido como un cadáver).
27
Mas Jesús tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó (se trataba
más que echarle una mano; el poder sanador inundó el cuerpo del
muchacho, sanando lo que el demonio había dañado).
28 Y cuando Él
entró en casa (no dice cuál casa), Sus Discípulos Le preguntaron
aparte, ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera? (Habían podido
otras veces, por lo tanto, ¿por qué no podían esta vez? Hay pruebas de
que este demonio era más poderoso que los demás que Jesús había echado
fuera.)
29 Y Él les dijo, Este género (espíritus demoníacos con este
poder) con nada puede salir, sino con oración y ayuno (el "ayuno"
incluye no sólo, dejar de comer alimentos, sino también, abandonar su
propia fuerza y capacidad, y mirar exclusivamente a la Cruz [I Cor.
1:17-18]).
SU MUERTE Y RESURRECCIÓN
30 Y habiendo salido de allí,
caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese (ya había
oposición terrible contra Él de parte de los líderes religiosos del
área; de hecho, empeoraría poco a poco).
31 Porque enseñaba a Sus
Discípulos, y les decía, El Hijo del Hombre será entregado en manos de
hombres (significa que la traición a Jesús en el corazón de Judas ya
había comenzado), y Le matarán (la Crucifixión); más muerto Él,
resucitará al tercer día (la Resurrección nunca estuvo en duda).
32
Pero ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle
(proviene de Pedro reprochándolo cuando Él había hecho este anuncio y
Su respuesta, ¡que en efecto había sido fuerte!).
¿QUIÉN ES EL MAYOR?
33
Y llegó a Capernaum: y así que estuvo en casa (la casa de Pedro), les
preguntó, ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino? (Tiene que ver
con un problema muy serio en sus vidas.)
34 Mas ellos callaron
(significa que ellos estaban tan avergonzados de relatarle a Él lo que
discutían): porque los unos con los otros habían disputado en el camino
quién había de ser el mayor (no es improbable que la preferencia dada
por nuestro Señor a Pedro, a Santiago y a Juan, pudo haber dado lugar a
esta discusión).
35 Entonces sentándose, llamó a los Doce, y les
dice, Si alguno quiere ser el primero (en respuesta a su interrogante en
cuanto a quién debería ser el mayor), será el postrero de todos, y el
servidor de todos (significa que cuando piensa de sí mismo como último,
y en todos los demás como primero; ministrar a otros, es todo lo
opuesto del mundo).
36 Y Él tomando a un niño, lo puso en medio de ellos: y tomándole en sus brazos, Él les dice (usará al niño de ejemplo),
37
El que recibiere en Mi Nombre uno de tales niños, a Mí recibe (en
efecto, dice que si la persona no tiene un espíritu como el de un niño,
no sería recibido): y el que a Mí recibe, no recibe a Mí, pero al que
Me envió (el Camino a Cristo es por medio de un espíritu de niño, y el
Camino al Padre es por Cristo [Jn. 14:6]).
38 Y Le respondió Juan,
diciendo, Maestro, hemos visto a uno que en Tu Nombre echaba fuera los
demonios, el cual no nos sigue: y se lo prohibimos, porque no nos sigue
(demuestra el sectarismo que comienza a entrar sigilosamente).
39 Y
Jesús dijo, No se lo prohibáis (Jesús no dijo, "recíbalo," porque el
motivo del hombre no fue evidente; sin embargo, Él dice que la actitud
hacia tal individuo debiera ser al menos neutral): porque ninguno hay
que haga milagro en Mi Nombre que luego pueda decir mal de Mí (si
realmente es un milagro genuino).
40 Porque el que no es contra
nosotros, por nosotros es (las señales de los falsos maestros son
numerosas en Las Escrituras, de modo que no hay error alguno en cuanto
al descubrimiento de ellas [Mat. 7:15-20; 23:1-33; Hch. 8:9; 13:8; Rom.
1:18-32; 16:17; I Cor. 1:18-31; I Tim. 4:1-8; II Tim. 3:1-13; 4:3-4; II
Ped., cap. 2; III Jn., vv. 9-10; Jud., vv. 4-19; Apoc. 2:14, 20]).
41
Y cualquiera que os diere un vaso de agua en Mi Nombre, porque sois de
Cristo, de cierto os digo, Que no perderá su recompensa (se refiere a
la ayuda para llevar el Evangelio a otros; toda la ayuda con respecto a
esto será recompensada, no importa cuan pequeña pudiera ser la ayuda).
TOCANTE A LAS OFENSAS
42
Y cualquiera que se ofendiere a uno de estos pequeñitos que creen en
Mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y
fuera echado en el mar (así como la ayuda más pequeña será recompensada,
igualmente, la ofensa más pequeña será también recompensada; más vale
que estas advertencias sean tomadas en serio).
43 Y si tu mano te
ofendiere, córtala ([simbólico], no permita que usted sea puesto en la
posición de oponerse a aquéllos que realmente son de Dios): mejor te es
entrar a la vida manco, que teniendo dos manos ir al Infierno, al fuego
que no puede ser apagado (demuestra la realidad del Infierno, y que es
el destino de aquéllos que se oponen a los Creyentes genuinos, que
hacen realmente la Obra de Dios):
44 Donde el gusano no muere, y el
fuego nunca se apaga (Cristo declara lo que uno confronta al oponerse a
los Creyentes genuinos; el castigo es eterno).
45 Y si tu pie te
fuere ocasión de caer, córtalo: mejor te es entrar a la vida cojo, que
teniendo dos pies ser echado en el Infierno, al fuego que no puede ser
apagado:
46 Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
47
Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo: mejor te es entrar al
Reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al Infierno:
48
Donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga (cuando
Cristo da una ilustración de esta magnitud, es de suma importancia;
cuando Él lo duplica, como Él lo hace aquí, se hace extremadamente
importante; pero cuando Él lo triplica, como Él definitivamente lo hace,
luego su significado es de magnitud indescriptible; la mayor parte de
la oposición contra los Creyentes genuinos, y especialmente contra
aquellos llamados de Dios para una obra específica, viene del sector
religioso; oponerse a este sector religioso apóstata, puede generar daño
a su propia persona; pero es mejor aguantar aquel daño, que perder su
propia alma).
49 Porque todos serán salados con fuego (o probado a
ofender, o probado por el que causó la ofensa), y todo sacrificio será
salado con sal (la sal es un tipo de la Palabra de Dios; si el
Sacrificio sería eficaz, será centrado en la Cruz).
50 Buena es la
sal (la Palabra de Dios que actúa como un preservativo): mas si la sal
fuere desabrida (la Palabra de Dios ha sido diluida), ¿con qué la
sazonaréis? (La preservación ya se fue.) Tened en vosotros mismos sal
(guárdese según la Palabra de Dios), y tened paz los unos con los otros
(quedarse firme la Palabra, garantizará la paz).
Primera Corintios Capítulo 13:
Si
hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más
que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don
de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y
si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor,
no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si
entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor,
nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es
envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es
egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se
deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo
disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás
se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será
silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y
profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo
imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba
como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás
las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un
espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera
imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora,
pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor.
Pero la más excelente de ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4
Así
que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente
recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber
cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues
dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi
agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban
por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora
bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no
se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe
entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo
que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a
Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió
testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel,
a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de
este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo
llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a
Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que
cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que
recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas
que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a
su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la
justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado
para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y
salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la
tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob,
herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de
cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la
fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era
estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que
le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en
decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del
cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos
vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas;
más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran
extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente
dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado
pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido
oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor,
es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser
llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había
recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo
único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se
establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene
poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado,
recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a
Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob,
cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José,
y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de
su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio
instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién
nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron
que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la
fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del
faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los
efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del
Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la
mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle
miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo
al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre,
para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de
Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca;
pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe
cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo
siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto
con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué
más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac,
Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe
conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido;
cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon
del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron
valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo
mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en
cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor
resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron
la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron
apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada.
Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y
de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no
merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por
cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable
mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa.
Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues
Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que
estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos
del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y
corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos
la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien
por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la
vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del
trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a
tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni
pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado,
todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
Romanos 8:
Por
lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a
Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha
liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo
liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios
envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de
pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así
condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas
demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la
naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a
la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza;
en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los
deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la
mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad
pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es
capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no
pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza
pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive
en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de
Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa
del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la
justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los
muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los
muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su
Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una
obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.
Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del
Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque
todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y
ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo,
sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba!
¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos
parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan
los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en
nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de
Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su
propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme
esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción
que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos
de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si
tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos,
que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente,
mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención
de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la
esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene?
Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos
nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a
ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que
examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser
transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el
primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los
llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó,
también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de
nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó
ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no
habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién
acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién
condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a
la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del
amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el
hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito:
"Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan
como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy
convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los
demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni
lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del
amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
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