29 August 2022

El 29 de agosto Lectura Bíblica Diaria

Sonidos del aire libre

Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

Montañas Santa Rita - Arizona

El 29 de agosto Lectura Bíblica Diaria:

Génesis 8-10:
8 Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas. Y se cerraron las fuentes del abismo y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida. Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días. Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat. Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes. Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho, y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra. Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la faz de la tierra. Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la faz de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca. Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca. Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra. Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él. Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la faz de la tierra estaba seca. Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra. Entonces habló Dios a Noé, diciendo: Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca. Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche. 9 Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y el miedo de vosotros estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en vuestra mano son entregados. Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis. Porque ciertamente demandaré la sangre de vuestras vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre. El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre. Mas vosotros fructificad y multiplicaos; procread abundantemente en la tierra, y multiplicaos en ella. Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo: He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra. Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra. Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos: Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra. Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes. Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne. Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra. Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán. Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra. Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre. Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven, y dijo:
Maldito sea Canaán;
Siervo de siervos será a sus hermanos. Dijo más:
Bendito por Jehová mi Dios sea Sem,
Y sea Canaán su siervo. Engrandezca Dios a Jafet,
Y habite en las tiendas de Sem,
Y sea Canaán su siervo. Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años. Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió. 10 Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a quienes nacieron hijos después del diluvio. Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras. Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma. Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim. De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones. Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán. Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán. Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra. Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová. Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar. De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala, y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande. Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim, a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim. Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het, al jebuseo, al amorreo, al gergeseo, al heveo, al araceo, al sineo, al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos. Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa. Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet. Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas. Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber. Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán. Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazar-mavet, Jera, Adoram, Uzal, Dicla, Obal, Abimael, Seba, Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán. Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente. Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones. Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

Salmo 109:
Oh Dios de mi alabanza, no calles; Porque boca de impío y boca de engañador se han abierto contra mí;
Han hablado de mí con lengua mentirosa; Con palabras de odio me han rodeado,
Y pelearon contra mí sin causa. En pago de mi amor me han sido adversarios;
Mas yo oraba. Me devuelven mal por bien,
Y odio por amor. Pon sobre él al impío,
Y Satanás esté a su diestra. Cuando fuere juzgado, salga culpable;
Y su oración sea para pecado. Sean sus días pocos;
Tome otro su oficio. Sean sus hijos huérfanos,
Y su mujer viuda. Anden sus hijos vagabundos, y mendiguen;
Y procuren su pan lejos de sus desolados hogares. Que el acreedor se apodere de todo lo que tiene,
Y extraños saqueen su trabajo. No tenga quien le haga misericordia,
Ni haya quien tenga compasión de sus huérfanos. Su posteridad sea destruida;
En la segunda generación sea borrado su nombre. Venga en memoria ante Jehová la maldad de sus padres,
Y el pecado de su madre no sea borrado. Estén siempre delante de Jehová,
Y él corte de la tierra su memoria, Por cuanto no se acordó de hacer misericordia,
Y persiguió al hombre afligido y menesteroso,
Al quebrantado de corazón, para darle muerte. Amó la maldición, y ésta le sobrevino;
Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él. Se vistió de maldición como de su vestido,
Y entró como agua en sus entrañas,
Y como aceite en sus huesos. Séale como vestido con que se cubra,
Y en lugar de cinto con que se ciña siempre. Sea este el pago de parte de Jehová a los que me calumnian,
Y a los que hablan mal contra mi alma. Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre;
Líbrame, porque tu misericordia es buena. Porque yo estoy afligido y necesitado,
Y mi corazón está herido dentro de mí. Me voy como la sombra cuando declina;
Soy sacudido como langosta. Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno,
Y mi carne desfallece por falta de gordura. Yo he sido para ellos objeto de oprobio;
Me miraban, y burlándose meneaban su cabeza. Ayúdame, Jehová Dios mío;
Sálvame conforme a tu misericordia. Y entiendan que esta es tu mano;
Que tú, Jehová, has hecho esto. Maldigan ellos, pero bendice tú;
Levántense, mas sean avergonzados, y regocíjese tu siervo. Sean vestidos de ignominia los que me calumnian;
Sean cubiertos de confusión como con manto. Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi boca,
Y en medio de muchos le alabaré. Porque él se pondrá a la diestra del pobre,
Para librar su alma de los que le juzgan.

Proverbios 9:
La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares. Preparó un banquete, mezcló su vino y tendió la mesa. Envió a sus doncellas, y ahora clama desde lo más alto de la ciudad. "¡Vengan conmigo los inexpertos! dice a los faltos de juicio. Vengan, disfruten de mi pan y beban del vino que he mezclado. Dejen su insensatez, y vivirán; andarán por el camino del discernimiento. "El que corrige al burlón se gana que lo insulten; el que reprende al malvado se gana su desprecio. No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará. Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. "El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento. Por mí aumentarán tus días; muchos años de vida te serán añadidos. Si eres sabio, tu premio será tu sabiduría; si eres insolente, sólo tú lo sufrirás." La mujer necia es escandalosa, frívola y desvergonzada. Se sienta a las puertas de su casa, sienta sus reales en lo más alto de la ciudad, y llama a los que van por el camino, a los que no se apartan de su senda. "¡Vengan conmigo, inexpertos! dice a los faltos de juicio. ¡Las aguas robadas saben a gloria! ¡El pan sabe a miel si se come a escondidas!" Pero éstos ignoran que allí está la muerte, que sus invitados caen al fondo de la fosa.


El Libro de Mateo Capítulo 21 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:

EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN MATEO

CAPÍTULO 21
(33 d.C.)
LA ENTRADA TRIUNFAL EN JERUSALÉN

Y CUANDO se acercaron a Jerusalén (los últimos seis días de la vida terrenal del Señor comenzaron aquí), y vinieron a Betfagé (muy cerca de Jerusalén), al Monte de los Olivos, entonces Jesús envió dos Discípulos (la tradición dice que eran Pedro y Juan),
2 Diciéndoles, Id a la aldea que está delante de vosotros (refiere probablemente a Betfagé), y luego (inmediatamente) hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.
3 Y si alguno os dijere algo (cualquier cosa), decid: El Señor los necesita. Y luego (inmediatamente) se los enviará.
4 Y todo esto fue hecho, para que se cumpliese lo que fue dicho por el Profeta, que dijo,
5 Decid a la hija de Sión, He aquí, tu Rey viene a ti, manso, y sentado sobre una asna, y sobre un pollino, hijo de animal de yugo (Zac. 9:9).
6 Y los Discípulos fueron, e hicieron como Jesús les había mandado,
7 Y trajeron la asna, y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos (una silla de montar si se le puede llamar así); y se sentó sobre ellos (Él montó el potro, en la otra, la yegua, que le seguía ya preparada a montarla otro jinete, sin embargo ausente, que sirvió como símbolo de Israel que rechazó a Cristo).
8 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino (tiene que ver con los millares que llegaban en Jerusalén a celebrar las tres grandes fiestas, "La Pascua, El Pan Sin Levadura y Los Primeros Frutos"; Cristo cumpliría todas las tres); y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían (esparcidas) por el camino (probablemente se refirió a las hojas de la palma y ramas de olivos).
9 Y las gentes que iban delante, y las que iban detrás (representa a Israel antes de este momento y la Iglesia que vino después), aclamaban, diciendo, ¡Hosanna al Hijo de David! (Era una expresión de la Fiesta de Tabernáculos, pero prematuro.) ¡Bendito El Que viene en el Nombre del Señor! ¡Hosanna en las Alturas! (Todo esto era terminología usada por la gente que Lo reconocía como el Mesías; pero no Lo reconocieron como tal los líderes religiosos de Israel.)
10 Y entrando Él en Jerusalén, toda la ciudad se agitó, diciendo, ¿Quién es Éste? ("Se agitó" se refiere a "temblor" como en la palabra terremoto; millares delante y detrás de Él, cantaban por la ciudad con la gran salutación, "Hosanna en las Alturas.")
11 Y las gentes decían, Éste es Jesús el Profeta de Nazaret de Galilea (Éste es el título que era más comprensible para la gente. En este día, la 69a semana [483 años] de la predicción de Daniel fue cumplida [Dan. 9:27]).
LA LIMPIEZA DEL TEMPLO
12 Y entró Jesús en el Templo de Dios, y echó fuera todos los que vendían y compraban en el Templo, y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas (estaba en el Atrio de los Gentiles; era un incidente distinto de lo narrado en Jn. 2:13; el primero dio inicio a Su Ministerio, este último, Su clausura);
13 Y les dice, Escrito está, Mi Casa, Casa de Oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones (Isa. 56:7).
14 Entonces vinieron a Él ciegos y cojos en el Templo, y Él los sanó (el Cielo condenaba el uso incorrecto del Templo, Él ahora les demostraba el uso correcto).
15 Mas los Principales Sacerdotes y los Escribas, viendo las maravillas que Él hacía, y a los muchachos aclamando en el Templo y diciendo, ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron (la mayoría en la esfera moderna de la Iglesia "se indignan" también, por cualquier demostración del Espíritu Santo),
16 Y Le dijeron, ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice, Sí: ¿nunca leísteis: De la boca de los niños (niños pequeños) y de los que maman perfeccionaste la alabanza? (La fuerza de los débiles es la alabanza, y la adoración de Cristo es la fuerza [Sal. 8:2].)
LA MALDICIÓN DE LA
HIGUERA INFRUCTUOSA
17 Y dejándolos (los líderes religiosos), se salió fuera de la ciudad (Jerusalén), a Betania (hogar de Lázaro, María y Marta); y Él se alojó allí (probablemente afuera al aire libre; no había lugar para Él cuando Él comenzó su Vida, y ningún lugar para Él al cabo de su Vida).
18 Y por la mañana volviendo a la ciudad (Jerusalén), tuvo hambre (sugiere que Él no pasó la noche con Lázaro, María y Marta, sino al aire libre).
19 Y viendo una higuera cerca del camino, Él vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente (simbólico de Israel; puras hojas y ni una fruta), y le dijo, Nunca más para siempre nazca de ti fruto (durante todo el conjunto del tiempo pasado hasta la actual posición de Israel). Y luego se secó la higuera (comenzó inmediatamente a marchitarse; Israel, desde que rechazó a Cristo, comenzó inmediatamente a marchitarse).
20 Y viendo esto los Discípulos, maravillados, decían, ¡Cómo se secó luego la higuera! (Era el día siguiente. Vieron el milagro, pero no sabían cuál era el propósito del milagro y lo que representaba la enseñanza.)
21 Y respondiendo Jesús les dijo (Él se relaciona a ellos en el nivel suyo, no en el nivel que el milagro fue destinado a expresar), De cierto os digo, Que si tuviereis Fe, y no dudareis, no sólo haréis esto a la higuera, mas si a este monte dijereis, Quítate y échate en el mar; será hecho (terminología simbólica referente al poder de la Fe verdadera; toda Fe debe apoyarse en Cristo y Él Crucificado, significando que su Objeto correcto siempre es la Cruz; la Voluntad de Dios entonces será llevada a cabo y las montañas de dificultades quitadas).
22 Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis ("todas las cosas" según la Voluntad de Dios; "creyendo" pertenece al Objeto correcto de la Fe, lo cual siempre debe ser la Cruz [I Cor. 1:17-18, 23; 2:2]).
JESÚS ESTABLECE
SU AUTORIDAD
23 Y cuando vino al Templo (temprano por la mañana), se llegaron a Él cuando estaba enseñando (interrumpieron su enseñanza), los Principales Sacerdotes y los Ancianos del pueblo (líderes religiosos), diciendo, ¿Con qué autoridad haces esto? ¿y quién Te dio esta autoridad? (Si Él afirmaba que Dios Le dio esta autoridad, esto habría sido una admisión de que Él era el Mesías. Es lo que ellos quisieron que Él hiciera, para acusarlo de blasfemia.)
24 Y respondiendo Jesús les dijo, Yo también os preguntaré una palabra, la cual si Me dijereis, también Yo os diré con qué autoridad hago esto (en efecto, para la pregunta que Él planteará, estará la respuesta).
25 El Bautismo de Juan (de Arrepentimiento), ¿de dónde era? ¿del Cielo, o de los hombres? Ellos entonces pensaron entre sí, diciendo, Si dijéremos, Del Cielo, nos dirá:   ¿Por qué pues no le creísteis? (Juan presentó a Cristo como el Mesías.)
26 Y si dijéremos, De los hombres; tememos al pueblo; porque todos tienen a Juan por Profeta (de cualquier manera que contestaran, los pondría en un dilema; si admitieran que Juan era el precursor predicho de Cristo, entonces estarían obligados a recibir a Jesús como el Mesías).
27 Y respondiendo a Jesús, dijeron, No sabemos (era falso; eran los líderes religiosos de Israel y supuestamente debían reconocer entre el bien y el mal). Y Él también les dijo, Ni yo os digo con qué autoridad hago esto (Jesús demostró que ellos sabían y estaban poco dispuestos a contestar; en efecto, Él dijo, "si ustedes no son sinceros conmigo y la gente, es inútil continuar esta conversación").
LA PARÁBOLA DE
LOS DOS HIJOS
28 Mas ¿qué os parece? (Esta Parábola y la siguiente se dirigen a estos líderes religiosos, así como a la gente.) Un cierto hombre tenía dos hijos; y llegando al primero, le dijo, Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña (un "cierto Hombre" representa al Señor; los "dos hijos" representan a los que no están redimidos, quienes no fingieron en cuanto a la Salvación, mientras que el segundo representó a los Fariseos y a sus seguidores, quienes tuvieron pretensión de religión).
29 Y respondiendo él dijo, No quiero: mas después arrepentido, fue (esto representa al primer hijo, quien al principio no tuvo pretensión de Salvación, pero se arrepintió más tarde).
30 Y llegando al otro, le dijo de la misma manera. Y respondiendo él dijo, Yo, señor, voy: y no fue (representa a los Fariseos y sus seguidores, quienes afirmaban mucho, pero no tenían nada).
31 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos respondieron, El primero (indica la única respuesta que podía darse; ellos poco se daban cuenta en su piedad auto-justificadora que la Parábola era dirigida a ellos; eran los que proclamaban su lealtad a Dios y a Su Palabra, pero en realidad, ¡no tenían lealtad alguna!). Jesús les dijo, De cierto os digo, Que los Publicanos y las rameras entran en el Reino de Dios antes que vosotros (Él dijo esto en sus caras y delante de la gente; Él no hubiera podido insultarlos más, los estimaba a un nivel más bajo que los Publicanos, quienes ellos consideraban ser traidores y rameras).
32 Porque vino a vosotros Juan (Juan el Bautista) en camino de Justicia, y no le creísteis (corresponde a los líderes religiosos): mas los Publicanos y las rameras le creyeron: y vosotros, viendo esto, no os arrepentisteis después para creerle (vieron las vidas cambiadas como resultado del Evangelio de Juan, pero todavía no creerían).
EL HACENDADO MALVADO
33 Oíd otra Parábola: Fue un hacendado (representa a Dios el Padre), el cual plantó una viña (la viña ilustraba el Reino del Cielo, lo cual fue encomendado a Israel), y la cercó de vallado (el Señor lo protegió), y cavó en ella un lagar (establece las Bendiciones), y edificó una torre (representa la posición de los atalayas que debían servir como protectores de la viña), y la dio a renta a labradores (durante el tiempo de Cristo, el hacendado representa a los Escribas y los Fariseos), y se partió lejos (dejó la viña a su cuidado).
34 Y cuando se acercó el tiempo de los frutos (el tiempo en que Israel debía extender el Reino entre otras naciones), envió sus siervos a los labradores (los Profetas fueron enviados a Israel), para que recibiesen sus frutos.
35 Mas los labradores (los líderes religiosos), tomando a los siervos (los Profetas), al uno hirieron, y al otro mataron, y al otro apedrearon (Mat. 23:37).
36 Envió de nuevo, otros siervos (Profetas) más que los primeros: e hicieron con ellos de la misma manera.
37 Y al último les envió su hijo (el Señor Jesucristo), diciendo, Tendrán respeto a mi hijo (esta Parábola también afirma la Doctrina de la Trinidad).
38 Mas los labradores viendo al hijo, dijeron entre sí, Este es el heredero (los líderes religiosos de Israel sabían que Jesús era el Hijo de Dios y, por lo tanto, el Mesías de Israel); venid, matémosle (los líderes religiosos de Israel eran asesinos), y tomemos su heredad (imaginaban que si pudieran destruir a Cristo, pudieran continuar en su posición de la herencia; mataron para que pudieran poseer, pero la matanza fue el camino directo a su propia destrucción).
39 Y echándole mano (lo que ocurriría algunas horas más tarde), Le echaron fuera de la viña (Lo excomulgaron, en efecto, afirmando a Israel que Él era un impostor), y Le mataron (fue hecho solamente después que habían pronunciado sus maldiciones sobre Él, que en sus mentes legalizó su acción horrible del asesinato).
40 Pues cuando viniere el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores? (Los líderes religiosos no están absolutamente seguros adónde Jesús va con esto, y por lo tanto, seguirán engañando hasta que se ahorquen ellos mismos.)
41 Le dijeron, A los malos destruirá miserablemente (poco se daban cuenta que este discurso se refería a ellos mismos), y su viña dará a renta a otros labradores (¡Es exactamente lo que sucedió! el Señor rechazó a los Judíos y aceptó a los Gentiles [Hch. 18:6]), que Le paguen el fruto a sus tiempos (de una manera u otra, la Iglesia ha   hecho esto).
42 Les dijo Jesús, ¿Nunca leísteis en Las Escrituras (Jesús los dirige a la Palabra de Dios): La Piedra (Cristo) que desecharon los que edificaban (Israel rechazó a Cristo [Sal. 118:22-23]), Ésta se ha convertido en Piedra Angular (todo giraba en torno a Cristo): esto fue hecho por el Señor (el Plan de Dios), y es cosa maravillosa en nuestros ojos? (En los ojos de los que aceptan a Cristo.)
43 Por tanto os digo, Que el Reino de Dios será quitado de vosotros (quitado de los líderes religiosos y del pueblo de Israel, lo que sucedió en el año 70 d.C., cuando Tito, el General Romano, destruyó Jerusalén; en "salvar sus vidas las perdieron" [Mat. 16:25]), y será dado a gente que haga los frutos de él (se refiere a los Gentiles, del cual consiste la mayoría de la Iglesia, quienes tomaron el lugar de los Judíos en el Plan de Dios [Hch. 13:46-49; 15:13-18; Rom. 10:19; 11:26]).
44 Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado (se refiere al Juicio y no a las Bendiciones, como algunos afirman): y sobre quien ella cayere, le desmenuzará (describe a los que se colocan en oposición activa a Cristo y a Su Reino; al final serán destruidos, y sin esperanza de recuperación alguna, que incluye cada religión del mundo).
45 Y oyendo los Principales Sacerdotes y los Fariseos Sus Parábolas, entendieron que hablaba de ellos (se refiere a los mismos líderes religiosos principales, quienes le habían transmitido a ellos lo que Jesús había dicho).
46 Y cuando procuraron prenderle (proclama la maldad de sus corazones malvados), temieron al pueblo (su único impedimento), porque ellos Le tenían por Profeta (el último "ellos" habla de la multitud, y no de los Fariseos y los Principales Sacerdotes, etc.). 



Primera Corintios Capítulo 13: 

Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta  en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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