06 April 2017

El 7 de abril Lectura Bíblica Diaria

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Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

 
El 7 de abril Lectura Bíblica Diaria:


SOFONÍAS 1 - 3

Capítulo 1
(630 a.C.)
JUICIO DE DIOS SOBRE JUDÁ
Y JERUSALÉN: CAUTIVIDAD BABILÓNICA

PALABRA del Señor que vino a Sofonías hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá. (Se cree que Sofonías comenzó su Ministerio Profético inmediatamente antes del Profeta Jeremías, o a principios del Ministerio de Jeremías. Josías fue el último Rey piadoso que ocupó el Trono de Judá, y Sofonías pudo haber tenido una influencia Piadosa sobre el rey, que lo condujo en la dirección correcta. De hecho, Sofonías era un bisnieto de Ezequías, y también pariente distante del Rey Josías.)
2 Destruiré por completo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice el Señor. (El Evangelio de Sofonías, como en la Epístola a los Romanos [Rom. 1:18], comienza con la Ira de Dios; por consiguiente, ¡cualquier otro llamado evangelio es falso! En el Hebreo original, la advertencia aquí dada es tan fuerte que en realidad tiene la misma connotación de la terrible advertencia del juicio del
Diluvio.
«Todas las cosas de sobre la faz de la tierra», en realidad dice, «de la faz de la Tierra», no solo la tierra de Judá. Esto se refiere a la Verdad de que, debido al hecho de que solo Judá conocía a Jehová, su estado y posición afectó toda la Tierra de ese día.)
3 Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del Cielo, y los peces del mar, y cortaré a los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice el Señor. (La frase, «Destruiré los hombres y las bestias», no es una simple hipérbole, sino que expresa la terrible plaga del pecado como resultado de la Caída, que afecta no solamente al hombre, sino incluso al menor de la Creación. Hasta la naturaleza material sufre del pecado del hombre [Gén. 3:17; Rom. 8:22].)
4 Extenderé Mi Mano sobre Judá, y sobre todos los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus Sacerdotes («Extenderé Mi Mano», es una expresión empleada cuando Dios está a punto de hacer grandes cosas o infligir grandes castigos [Éx. 3:20; Deut. 4:34; Isa. 5:25].
«Y exterminaré de este lugar los restos de Baal», habla del pecado del Pueblo escogido de Dios que es más serio que el de los paganos. ¡Los paganos eran insensatos, mientras que Judá conocía la verdad! Debieron aborrecer la idolatría y guardar la Fe Verdadera.
«Y el nombre de los ministros idólatras con sus Sacerdotes», se refiere a los sacerdotes de Baal vestidos con túnicas negras que estaban en comunión con los Sacerdotes de Jehová).
5 Y a los que sobre los terrados se postran al ejército del cielo; y a los que se postran jurando por el Señor y jurando por Milcom (la primera frase trata con el pecado de idolatría que caracterizó la mayoría del mundo de antaño, e incluso el mundo de hoy en día. Se creía que los cuerpos planetarios guiaban el destino y fortuna de los acontecimientos; por consiguiente, las azoteas de las casas en esa parte del mundo fueron utilizadas como lugares para erigir altares para el culto de las familias a los cuerpos celestiales, donde quemaron incienso [Jer. 19:13] y ofrecieron sacrificios de animales [II
Rey. 23:12].
«Y a los que se postran jurando por el Señor», en realidad no significa que adoraron al Señor, sino más bien que afirmaron adorarle; en realidad, rindieron culto a «Milcom». «Milcom» realmente era «Moloc», al cual ofrecieron sacrificios humanos y otras formas de culto);
6 Y a los que se apartan de en pos del Señor, y a los que no buscaron al Señor, ni Le consultaron. (Se dan cuatro agrupaciones en los Versículos 5 y 6: idólatras, unificadores de Jehová e ídolos, reincidentes y agnósticos. La Ira de Dios no hace distinción entre estos.
En ese día, como hoy, era popular profesar y practicar la unidad fundamental de todas las religiones y así hacer la Salvación de la Biblia un complemento a las grandes religiones del oriente, etc. Pero solo existen dos maneras de rendir culto; que son antagónicas, y una destruirá a la otra. Estas son: la religión del hombre y la Salvación de Dios.)

EL DÍA DEL SEÑOR: CASTIGO
7 Calla en la Presencia de Dios el Señor, porque el Día del Señor está cercano; porque el Señor ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a Sus Convidados. (Este Versículo tiene un sentido doble: en primer lugar, el «sacrificio» mencionado habla de la invasión Babilónica venidera, que acontecería cerca de 50 o 60 años en el futuro; sin embargo, su cumplimiento pleno acontecerá en el Segundo Advenimiento de Cristo, y se refiere a la Batalla de Armagedón.
«Y ha dispuesto a Sus Convidados», se refiere a las bestias y aves que se comerán los cadáveres de los muertos de la invasión de Nabucodonosor; pero, sobre todo, corresponde a las multitudes que serán matadas en la Batalla de Armagedón [Isa. 34:6; Jer. 46:10; Mat. 24:27-28; Luc. 17:34-37].)
8 Y en el día del sacrificio del Señor cas-tigaré a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten vestido extranjero. (Este Versículo se puede resumir en la frase, «Y a todos los que visten vestido extranjero»: la palabra «extranjero» sugiere vestido foráneo; también sugiere costumbres y hábitos extranjeros. Incluso, Israel tenía una manera especial de vestir, que fue diseñado por el Señor, porque eran un pueblo peculiar, consagrado al Servicio de Dios [Núm. 15:37-39; Deut. 22:12]; sin embargo, Judá abandonó el diseño del Señor y asumió el vestido de los Egipcios y los Babilonios.)
9 Asimismo castigaré en aquel día a todos los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores de robo y de engaño. (En ese entonces, «Saltan la puerta», era un término común para el robo con violencia. La idea es: muchos de los Príncipes de Judá emplearon ladrones para robar y saquear.)
10 Y habrá en aquel día, dice el Señor, voz de clamor desde la puerta del pescado, y aullido desde la segunda puerta, y gran quebrantamiento desde los collados. (Los Versículos 10 y 11 describen la llegada del ejército Caldeo a Jerusalén y su invasión victoriosa de la ciudad desde la puerta norte del pescado hasta el Barrio del Mercado, donde los comerciantes ricos tenían sus palacios. «Y aullido desde la segunda puerta», corresponde al segundo distrito o ciudad baja en la colina Acra, que estaba al norte de Sión.)
11 Aullad, habitantes de Majtesh, porque todo el pueblo mercader es destruido; des-truidos son todos los que traían dinero. («Aullad, habitantes de Majtesh», como dicho, corresponde a los lugares donde los comerciantes ricos tenían sus casas en Jerusalén.)
12 Acontecerá en aquel tiempo que Yo escudriñaré a Jerusalén con linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: el Señor ni hará bien ni hará mal. («Y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como el vino asentado», corresponde a los que están empedernidos en sus malos hábitos. La frase, «Los cuales dicen en su corazón: el Señor ni hará bien ni hará mal», declara a estos individuos como «necios», que negaron la dirección moral de Dios del mundo. En otras palabras, no negaron que había un Dios ni se burlaron de Él abiertamente, sino que Le ignoraron; y con esa acción, hicieron dioses de sí mismos.)
13 Por tanto, serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas; edificarán casas, pero no las habitarán; y plantarán viñas, pero no beberán el vino de ellas. (Los Versículos 13 al 18 dan una imagen vívida del saqueo venidero de Jerusalén y, de hecho, la ruina de toda la nación.)
LA CERCANÍA DEL DÍA
14 Cercano está el día grande del Señor, cercano y muy próximo; es amarga la voz del Día del Señor; el más valiente clamará allí con amargos lamentos. (Los Versículos 14 al 18, en efecto, tienen un significado doble. En primer lugar, se refieren a la pronta destrucción de Jerusalén, que acontecería cerca de 50 años en el futuro. Además, hablan de la Gran Tribulación y la Batalla de Armagedón, que aún está por venir.)
15 Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento (Joel, que profetizó cerca de 100 años antes de Sofonías, básicamente empleó la misma terminología de este Versículo, «día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento» [Joel 2:2]. Como dicho, el Versículo habla de la pronta destrucción de Jerusalén y luego del día venidero del Anti­-cristo).
16 Día de trompeta y de grito de guerra sobre las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres.
17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra el Señor: y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. (Jerusalén lo sufrió un poco después; sin embargo, el cumplimiento mayor acontecerá cuando la sangre corra hasta el freno de los caballos en la Batalla de Armagedón [Apoc. 14:20]. Sin duda, será sangre mezclada con agua debido a la lluvia desbordante, como profetizado por Ezequiel [Ezeq. 38:22].)
18 Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la Ira del Señor; pues toda la tierra será consumida con el fuego de Su Celo: porque ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tierra. (Toda la seguridad del hombre es nada sin el Señor.)
Capítulo 2
(630 a.C.)
ADVERTENCIA A JUDÁ

CONGREGAOS y meditad, oh nación sin pudor (los primeros tres Versículos de este Capítulo son un llamado a Israel al arrepentimiento, pero tristemente, ¡fue inútil! El problema del hombre es el pecado, y la única solución a ese problema, como siempre lo ha sido, es «Jesucristo y Él Crucificado» [I Cor. 1:23]),
2 Antes que tenga efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la Ira del Señor, antes que el día de la Ira del Señor venga sobre vosotros. (Si se nota, la palabra «antes» se emplea tres veces en este Versículo. Es otro ruego detallado por el Espíritu Santo por medio del Profeta para que Judá se arrepienta.)
3 Buscad al Señor todos los humildes de la Tierra, los que pusisteis por obra Su Juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del Enojo del Señor. (Este Tercer Versículo no solo se dirige al pueblo, sino aun más importante, al Rey Josías y sus seguidores, que causaron el Juicio de Dios sobre los ídolos [I Rey. 13:2; II Rey. 23:17]. Fueron amonestados a seguir buscando al Señor, y la justicia y humildad, para que el escape les fuese posible.
En verdad, Josías era un rey Piadoso, en realidad uno de los más Piadosos que ha ocupado el Trono de Judá. Era un verdadero hijo de David. Y sin embargo, a pesar de su liderazgo cualitativo, y aunque Judá fue reformada en lo exterior, todavía, en sus corazones continuaron adorando ídolos y a rebelarse contra
Jehová.)

JUICIO DE DIOS SOBRE LAS NACIONES
DE ALREDADOR: CONTRA GAZA
Y LOS FILISTEOS
4 Porque Gaza será desamparada, y Ascalón asolada; saquearán a Asdod en pleno día, y Ecrón será desarraigada. (Sin interrumpir el paso, el resto de este Capítulo predice la intensa Ira de Dios sobre los Filisteos al lado occidental, los Moabitas y Amonitas al lado oriental, los Egipcios al sur y los Asirios al norte.
¿Por qué el Espíritu Santo, sin interrumpir el paso o cambiar el tema, de repente cesa la acusación contra Judá e inmediatamente pronuncia juicio sobre los Gentiles? Habla del hecho de que un día Israel será restaurada y que los «Tiempos de los Gentiles» llegarán a su fin, que está aun en el futuro [Luc. 21:24], y acontecerá en la Segunda Venida del Señor.)
5 ¡Ay de los que moran en la costa del mar, del pueblo de los Quereteos! La Palabra del Señor está contra vosotros, oh Canaán, tierra de los Filisteos, y te haré destruir hasta no dejar morador. (Este Pasaje se cumplió unos años más tarde; sin embargo, ¡su cumplimiento pleno se aguarda! «¡Ay de los que moran en la costa del mar!», asimismo, corresponde a los Palestinos de hoy día, que ocupan esta área y que, según el nuevo acuerdo, han establecido, al menos en teoría, un Estado Palestino.
«La Palabra del Señor está contra vosotros», significa la imposibilidad de su victoria, a pesar de todo esfuerzo hecho a su favor. ¡Es cierto que la cuestión Palestina no se resolverá hasta la Segunda Venida, y en ese entonces, definitivamente, será resuelta!)
6 Y será la costa del mar praderas para pastores, y corrales de ovejas. (Esta área, la Franja de Gaza en Israel, que ahora es tan disputada y que será aun más contendida en el futuro, al final, sin embargo, será tal como el Señor lo intentó — dócil, pacífica y tranquila. La Palabra del Señor hará que se cumpla.)
7 Será aquel lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán; en las casas de Ascalón dormirán de noche; porque el Señor su Dios los visitará, y levantará su cautiverio. (Esto se cumplió en parte con el regreso de los Judíos del exilio Babilónico; ¡sin embargo, su cumplimiento total espera la Segunda Venida!)
MOAB Y AMÓN JUZGADOS
8 Yo he oído las afrentas de Moab y las burlas de los hijos de Amón con que deshonraron a Mi Pueblo, y se han jactado de engrandecerse a costa de su territorio. (Los Versículos 4 al 7 tratan con la habitación de los Filisteos en las costas del mar junto al Mediterráneo, y los Versículos 8 al 11 tratan con Moab y Amón al lado oriental de Israel. «Y se han jactado de engrandecerse a costa de su territorio», se refiere a las fronteras de Israel. Dios Mismo le había designado estas fronteras a Israel; por lo tanto, invadirlas era, y es, una ofensa contra Él.)
9 Por tanto, vivo Yo, dice el Señor de los Ejércitos, Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento perpetuo; el remanente de Mi Pueblo los saqueará, y el remanente de Mi Pueblo los heredará. («Por tanto, vivo Yo, dice el Señor de los Ejércitos», asegura la Determinación de Dios a la Verdad de Su Declaración [Deut. 32:40; Isa. 49:18]. Al usar la frase, «El Señor de los Ejércitos», da a entender que Él es capaz de llevar a cabo lo que Él dice.
«Moab» y «Amón» ya no existen, exactamente como el Señor dijo; en la actualidad esta área está ocupada por la Jordania moderna. Sin embargo, en la Edad del Reino venidero, Israel ocupará toda esa área, y mucho, mucho más.)
10 Esto les vendrá por su soberbia, porque afrentaron y se engrandecieron contra el pueblo del Señor de los Ejércitos. (Es notable que el Señor pronuncie el juicio venidero sobre Judá, y luego se vuelve y también pronuncia juicio sobre los que «afrentaron y se engrandecieron contra el Pueblo del Señor de los Ejércitos». Esto debe dar a conocer a todo el mundo que el Señor mira toda persecución de Sus Hijos con ojo vengativo. En otras palabras, todo Creyente debe ser tratado bondadosamente — no tanto por ser quienes son, ¡sino a Quien le pertenecen!)
11 Terrible será el Señor contra ellos, porque destruirá a todos los dioses de la Tierra, y desde sus lugares se inclinarán a Él, todas las islas de los gentiles. («Porque destruirá a todos los dioses de la Tierra», significa que le quitará los ídolos a sus adoradores. «Y desde sus lugares se inclinarán a Él», se refiere al día venidero cuando todos los habitantes de la Tierra adorarán al Señor, que será en la Edad del Reino venidero.)
ETIOPÍA Y ASIRIA JUZGADOS
12 También vosotros los de Etiopía seréis muertos con Mi Espada. (Sin embargo, el juicio de extinción no fue pronunciado sobre ellos; ¡por lo que sobreviven hasta esta hora!)
13 Y extenderá Su Mano sobre el norte, y destruirá a Asiria, y convertirá a Nínive en asolamiento y en sequedal como un desierto. («Y extenderá Su Mano sobre el norte, y destruirá a Asiria», habría parecido extraño a sus oyentes. En ese momento, el poder de los Asirios era total. La idea de que tal podría acontecer era absurdo a la mente carnal. Sin embargo, el Señor dijo que acontecería; y así aconteció, unos 20-25 años después.
Después de su destrucción por los Babilonios, Nínive no fue reconstruida y llegó a ser exactamente como profetizado: «asolamiento y sequedal como un desierto».)
14 Rebaños de ganado harán en ella majada, todas las bestias del campo; el pelícano también y el erizo dormirán en sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación en las puertas, porque su entablado de cedro será descubierto. («Porque su [Nabucodonosor] entablado de cedro será descubierto», se refiere a la destrucción de los grandes y hermosos palacios de los Asirios. Todo el Versículo habla de la destrucción total, que aconteció exactamente como fue profetizado.)
15 Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pasare junto a ella, se burlará y sacudirá su mano. («La que decía en su corazón: Yo, y no más», en efecto presenta a Nínive que reclama como suyos los atributos del Dios Todopoderoso. Sin embargo, el Señor ha prometido, y a todos los poderes mundiales que le han desafiado, ¡que será «asolada, hecha guarida de fieras!)
Capítulo 3
(630 a.C.)
AY DE JUDÁ PECADORA

¡AY de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! («Ay de la ciudad» ahora se pronuncia contra Jerusalén. La frase, «Contaminada y opresora», tiene que ver con la idolatría y todas sus inmundicias, es decir, ambos la prostitución de hombres y mujeres. Tal corrompió la ciudad.)
2 No escuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en el Señor, no se acercó a su Dios. (El amor que late con estas palabras, «su Dios», es patético. Tan orgullosa y corrupta como Jerusalén era, aun Dios dijo que era Suya, y que Él era «su Dios». Los siguientes son los cargos:
1. No obedeció la voz;
2. No recibió corrección;
3. No confió en el Señor; y,
4. No se acercó a su Dios.)
3 Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para la mañana. (Príncipes, jueces, Predicadores y Sacerdotes eran obradores de iniquidad y maestros de falsedad. «No dejan hueso para la mañana» sería mejor traducido: «No difieren roer los huesos hasta mañana». Lobos rapaces roen los huesos, e inmediatamente han devorado la carne.)
4 Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores; sus sacerdotes contaminan el Santuario, falsearon la Ley. («Sus profetas son livianos, hombres prevaricadores», se refiere a los falsos profetas, que no tenían una verdadera misión de Dios. La palabra «livianos» significa que eran «fanfarrones superficiales y vanos».
«Sus sacerdotes contaminaron el Santuario», en realidad significa que corrompieron lo que era santo. «Falsearon la Ley», significa que abrogaron la Ley de Moisés al distorsionar su significado, al no observarla ellos mismos ni enseñar a otros a guardarla.)
5 El Señor en medio de ella es Justo, no hará iniquidad; de mañana sacará a luz Su Juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce la vergüenza. (Jehová, como el Juez Justo, aquí se pone en contraste con los jueces injustos del Versículo 3.)
6 Hice destruir naciones; sus habitaciones están asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase; sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta no quedar habitante. («Hice destruir naciones», se refiere a las muchas naciones que Dios derrotó en el pasado en relación con la protección de Israel. Esto fue bien conocido por todo el pueblo de Judá, y debiera haber servido como una advertencia aterradora al pueblo. Sin embargo, Judá se creía superior a los paganos y no creería a los Verdaderos Profetas, aunque repetidas veces el Señor habló por medio de ellos con respecto al Juicio venidero. En otras palabras, creían que eran únicos, y que el Señor no requeriría de ellos lo que requirió de los paganos.)
7 Dije: Ciertamente Me temerá, recibirá corrección; y no será destruida su morada según todo aquello por lo cual lo castigué; pero ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos. («No será destruida su morada», se refiere a que el Señor en absoluto no deseaba traer Juicio. ¡De hecho, hizo todo esfuerzo para traer el pueblo al Arrepentimiento, pero en vano! «Según todo aquello por lo cual lo castigué», habla de castigos que fueron ignorados.
La frase, «Pero ellos se apresuraron a corromper todos sus hechos», significa que endurecieron sus corazones e ignoraron las advertencias de los Profetas. Por consiguiente, no le quedó más opción al Señor, porque la luz en ellos se había convertido en tinieblas.)
LOS ÚLTIMOS DÍAS: ARMAGEDÓN
8 Por tanto, esperadme, dice el Señor, hasta el día que Me levante para juzgaros; porque Mi Determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos Mi Enojo, todo el ardor de Mi Ira; por el fuego de Mis Celos será consumida toda la Tierra. (Este Pasaje realmente tiene que ver con la Batalla venidera de Armagedón, que precipitará la Segunda Venida [Apoc. 16:13-17].)
CONVERSIÓN DE TODAS LAS NACIONES
9 En aquel tiempo devolveré Yo a los pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el Nombre del Señor, para que Le sirvan de común consentimiento. (El Hebreo para «pureza de labios» es «barar sefet», que significa «labios limpiados o purgados o del habla en contraste con labios inmundos» [Isa. 6:5]. «Para que todos invoquen el Nombre del Señor», se refiere a todo el mundo que llama a Dios en el Nombre de Jesús, y todas las otras religiones, ídolos y caminos de culto falsos quitados por completo.
«Para que Le sirvan de común consentimiento», constituye el cumplimiento de lo que se conoce como la Oración del Padre [Mat. 6:10].)
10 De la región más allá de los ríos de Etiopía Me suplicarán; la hija de Mis esparcidos traerá Mi ofrenda. (La idea de este Versículo es: con respecto a las naciones particulares en las cuales los Judíos están refugiados, los Gentiles les ayudarán a regresar a Israel, y lo harán con gozo. Esto acontecerá al comienzo de la Edad del Reino.)
JUDÁ DEPURADA DE REBELDES
11 En aquel día no serás avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste contra Mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en Mi Santo Monte. («En aquel día», se refiere al comienzo de la Edad del Reino, cuando Cristo reinará supremo sobre todo del mundo, y lo hará desde Jerusalén. En esa época, Israel será la nación suprema sobre la faz de la Tierra. En ese entonces, el espíritu de soberbia de Israel será quebrantado, porque Israel aceptará a Cristo como Salvador, Señor y Mesías.)
12 Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el Nombre del Señor. (El pueblo «humilde y pobre» del cual se refiere en este Pasaje muestra a los Judíos que han pasado por el fuego de la Gran Tribulación, que han permitido les perfeccione y haga «pobres en espíritu». Significa que su confianza en sí mismo ha sido abolida, y la confianza depositada únicamente en el Señor.)
13 El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice. («El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira», en realidad se dirige a los falsos profetas, que ya no estarán en la tierra. Zacarías también lo menciona [Zac. 13:2]. La última frase, «Porque ellos serán apacentados, y dormirán, y no habrá quien los atemorice», declara la seguridad total de Israel en aquel Feliz Día venidero, cuando el Señor será su Pastor. Lo que siempre pudieron tener, si solo hubieran obedecido, porque les fue prometido en la Ley [Lev. 26:5-6].)
EL MESÍAS REINA EN SIÓN
14 Canta, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén. (Comenzando con el Versículo 8 y a través del resto del Capítulo, se promete la Restauración de Israel. Era una Restauración que pudieron haber tenido en el Primer Advenimiento de Cristo, pero que fue rechazada brutalmente al matar a su Mesías. Cuando por fin acepten a Cristo, que será inmediatamente después de la Segunda Venida, habrá «gran gozo» en Israel.)
15 El Señor ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; el Señor es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal. («El Señor ha apartado tus juicios», se refiere a los Castigos Divinos que serán detenidos. Esto será en la Edad del Reino, cuando Israel habrá aceptado a Cristo. «Nunca más verás el mal», se refiere a los juicios terribles que cayeron sobre Israel en el pasado, que nunca más acontecerán, porque el Señor mora en medio de ella, y ella Le sirve con gozo.)
16 En aquel tiempo se dirá a Jerusalén: No temas; Sión, no se debiliten tus manos. (Por casi 2.000 años, los Judíos han vivido en «temor». Al tomar en cuenta la terrible persecución a través de los siglos, han tenido razón de temer. En la Edad del Reino venidero, «Jerusalén» será, en esencia, la ciudad capital del mundo. Se podría llamar, «Jerusalén, C.D.», es decir, «la Capital de David».
«Sión, no se debiliten tus manos», significa que tiene que compensar por todo el tiempo que se ha perdido. Harán esto, y más, porque Cristo reina entre ellos.)
17 El Señor está en medio de ti, poderoso, Él salvará; se gozará sobre ti con alegría, descansará en Su Amor, se regocijará sobre ti con cánticos. (El Versículo 17 contrasta con el Versículo 5; el último está en el pasado; el primero, en el futuro. En el Versículo 5, Él se encuentra en medio de Jerusalén rebelde y se ofrece a Sí Mismo como el Juez Justo capaz de corregir su mal; en el Versículo 17, Él morará poderosamente en el Jerusalén redimido para impedir cualquier mal.)
RESTAURACIÓN DE ISRAEL
18 Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo; tuyos fueron; para quienes el oprobio de ella era una carga. (La corrupción de Israel y el consiguiente oprobio contra ella por los paganos eran, y son, cargas en los corazones que vivían en comunión con Dios. ¡El «oprobio» se acabará en aquel día venidero!)
19 He aquí, en aquel tiempo Yo apremiaré a todos tus opresores; y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y los pondré por alabanza y por renombre en toda la tierra. (Después de que Israel acepta a Cristo, será restaurada a su lugar justo como la nación principal del mundo; ¡en ese entonces, el «oprobio» se terminará para siempre!)
20 En aquel tiempo Yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré Yo; pues os pondré para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la Tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, dice el Señor. (Con respecto a Israel, ¡esta es una de las Promesas más grandes de todas! En la perspectiva del Profeta, la restauración del cautiverio y los tiempos del Mesías son sincrónicos. Lo primero está tan conectado en idea con lo posterior que él habla de ambos en un conjunto de términos, y aplica la misma metáfora para ambos.)


Salmo 116:
Yo amo al Señor porque él escucha mi voz suplicante. Por cuanto él inclina a mí su oído, lo invocaré toda mi vida. Los lazos de la muerte me enredaron; me sorprendió la angustia del sepulcro, y caí en la ansiedad y la aflicción. Entonces clamé al Señor: "¡Te ruego, Señor, que me salves la vida!" El Señor es compasivo y justo; nuestro Dios es todo ternura. El Señor protege a la gente sencilla; estaba yo muy débil, y él me salvó. ¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila, que el Señor ha sido bueno contigo! Tú me has librado de la muerte, has enjugado mis lágrimas, no me has dejado tropezar. Por eso andaré siempre delante del Señor en esta tierra de los vivientes. Aunque digo: "Me encuentro muy afligido", sigo creyendo en Dios. En mi desesperación he exclamado: "Todos son unos mentirosos." ¿Cómo puedo pagarle al Señor por tanta bondad que me ha mostrado? ¡Tan sólo brindando con la copa de salvación e invocando el nombre del Señor! ¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al Señor en presencia de todo su pueblo! Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles. Yo, Señor, soy tu siervo; soy siervo tuyo, tu hijo fiel; ¡tú has roto mis cadenas! Te ofreceré un sacrificio de gratitud e invocaré, Señor, tu nombre. Cumpliré mis votos al Señor en presencia de todo su pueblo, en los atrios de la casa del Señor, en medio de ti, oh Jerusalén. ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


 
Proverbios 19:
Más vale pobre e intachable que necio y embustero. El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre. La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo se irrita contra el Señor. Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona. El testigo falso no quedará sin castigo; el que esparce mentiras no saldrá bien librado. Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos. Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra. El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera. El testigo falso no quedará sin castigo; el que difunde mentiras perecerá. No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los príncipes. El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa. Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto. El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante. La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor. La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre. El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá. Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte. El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo. Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio. El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso. El temor del Señor conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas. El perezoso mete la mano en el plato, pero es incapaz de llevarse el bocado a la boca. Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido, y ganará en conocimiento. El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo infame y sinvergüenza. Hijo mío, si dejas de atender a la corrección, te apartarás de las palabras del saber. El testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado engulle maldad. El castigo se dispuso para los insolentes, y los azotes para la espalda de los necios.


 
El Libro de Primera de Corintios Capítulo 5 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:



LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS
CORINTIOS
CAPÍTULO 5
(59 d.C.)
ESTÁNDARES MORALES


DE cierto se oye que hay entre vosotros fornicación (la fornicación se refiere a todo tipo de inmoralidad; al parecer había sido más general que sólo uno o dos casos), y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los Gentiles (esta inmoralidad no era común entre los Gentiles), tanto que alguno tenga la mujer de su padre (se refiere a la madrastra del hombre; además parece que el Padre estaba vivo [II Cor. 7:12]).
2 Y vosotros estáis orgullosos (parece que algunos intentaban decir que eso era permitido bajo el pretexto de la libertad Cristiana), y no tuviste más bien duelo (presenta lo que debería haber sido la norma, pero aparentemente no fue así), para que fuese quitado de en medio de vosotros el que hizo tal obra (la idea es que la persona se arrepienta, para cesar tal actividad o ser excluido de la confraternidad).
EL JUICIO DEL PECADO
3 Y ciertamente, como ausente en el cuerpo, mas presente en espíritu (aunque él no esté presente personalmente en Corinto, la dirección que él daría ahora aún debe tomarse seriamente como si estuviera presente personalmente), ya como presente he juzgado, al que esto así ha cometido. (No contradice, como algunos piensan, a las instrucciones de Jesús de no juzgar [Mat. 7:1-5]. Pablo juzga una acción, así como todos los Creyentes son llamados a juzgar, es decir, "el Fruto" [Mat. 7:15-20].)
4 En el Nombre del Señor nuestro Jesucristo (Cristo como la Cabeza de la Iglesia), juntados vosotros (presenta la autoridad de la Iglesia local) y mi espíritu (Pablo se encuentra allí en espíritu, aunque no podía estar allí en carne), con la facultad de nuestro Señor Jesucristo. (La autoridad está en el "Nombre," y el "Poder" está en la Persona de Cristo. Esto Lo reconoce totalmente como la Cabeza de la Iglesia.)
5 El tal sea entregado (el que está cometiendo el pecado del incesto) a Satanás para muerte de la carne (se refiere a que cese de orar por esa persona, y se puede lograr por el Cuerpo local, si la Iglesia está correcta en su posición; Dios no va a honrar lo indebido que cometería la Iglesia o una persona), para que el espíritu sea salvo en el Día del Señor Jesús (se espera que tal acción hará que la persona se arrepienta).
LA LEVADURA
6 No es buena vuestra jactancia (esta gente había tomado la libertad por licencia). ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? (La levadura es figurativa, aunque es minúscula en cantidad, pero lo impregna todo en su fuerza de penetración.)
7 Limpiad pues la vieja levadura (expresado en terminología del Antiguo Convenio, pero con el mismo sentido transmitido en el corazón y vida de los Creyentes del Nuevo Testamento), para que seáis nueva masa (comience a comportarse como lo que es, "una nueva creación"), como sois sin levadura (la condición que alguien tiene en Cristo; es nuestra "posición"; es asunto del Espíritu elevar nuestra "condición" hasta a la altura de nuestra "posición"). Porque nuestra Pascua, que es Cristo, fue Sacrificada por nosotros (el Creyente puede tener victoria sobre el pecado al colocar su Fe exclusivamente en la Cruz de Cristo, cuyo Sacrificio trató con todo el pecado):
8 Así que hagamos fiesta (tiene la intención de servir como un símbolo de la Pascua Judaica, en que toda la levadura fue purgada de la casa), no en la vieja levadura (pecados cometidos antes de la conversión), ni en la levadura de malicia y de maldad (se refiere a los caminos del mundo de los cuales el Hijo de Dios ha sido liberado); sino en el pan no leudado de la sinceridad y de la verdad (sólo puede ser alcanzado por la Fe que se fija únicamente en el Sacrificio de Cristo).
RELACIONES SOCIALES
9 Os he escrito por Carta (se refiere a una carta anterior escrita a la Iglesia de Corinto, que se había perdido), que no os estáis en compañía con los fornicarios (en realidad quiere decir, "no mezclarse entre" los fornicarios):
10 No absolutamente con los fornicarios de este mundo (reconoce la diferencia entre aquéllos en el mundo y aquéllos en la Iglesia), o con los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del mundo (comercio y actividad normal con aquéllos que son inconversos, que es diferente a aquéllos que profesan a Cristo).
11 Mas ahora os he escrito que no os estáis en compañía (los Creyentes no deben hacer la vista gorda de tal actividad inmoral en otros Cristianos, considerando que ellos rehusan arrepentirse), es a saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o difamador, o borracho, o estafador (claramente nos dice que muchos se llamarán "Cristianos" o "Hermanos," que practican estos tipos de pecados), con el tal ni aun comáis (se refiere más a la Cena del Señor que ninguna otra cosa).
12 Porque ¿acaso me corresponde a mí juzgar a los que están fuera? (La idea es que no tenemos ningún derecho de aplicar estos estándares a la gente que no ha profesado a Cristo como el Salvador.) ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? (Como Creyentes, tenemos tela de que cortar sin la necesidad de llamar a los incrédulos a la tarea. No es nuestra obligación.)
13 Porque a los que están fuera (los inconversos), Dios juzgará (por eso dejemos a los inconversos a Él). Quitad pues a ese malvado de entre vosotros (si el Creyente no se arrepiente de la maldad evidente, y nos referimos a los pecados vergonzosos, entonces aquella persona debe ser echada de la confraternidad).



Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.



Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.



Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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