30 November 2015

El 1 de diciembre Lectura Bíblica Diaria

El Mensaje de la Cruz de Cristo

El 1 de diciembre Lectura Bíblica Diaria:

Oseas 11 a 13:

Cuando Israel era un niño, Yo lo amé, Y de Egipto llamé a mi hijo. Cuanto más los llamaba, tanto más se alejaban de ellos. Ofrecían sacrificios a los baales, y quemaban incienso a los ídolos. Pero fui Yo el que enseñó a andar a Efraín tomándolo por sus brazos, Pero no reconocieron que Yo era el que los sanaba. Los atraje con cuerdas humanas, con vínculos de amor. Fui para ellos como quien alza el yugo de sobre su quijada, Alimentándolos con ternura. No tenía que volver a la tierra de Egipto, Pero ahora el asirio será su rey, porque no quisieron convertirse. La espada gravitará en sus ciudades, Y el fuego consumirá las barras de sus puertas, Porque siguieron sus propios consejos. Mi pueblo vacila en volver a mí, aunque lo llaman desde lo Alto, Todos juntos no pueden levantarlo. Pero, ¿cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Cómo podré entregarte, oh Israel? ¿Te dejaré acaso como Adma? ¿Te trataré como a Zeboim? Me da un vuelco el corazón, se me conmueven las entrañas. No ejecutaré el ardor de mi ira, no me volveré para destruir a Efraín, Por cuanto Yo soy ’El, y no hombre; El Santo en medio de ti, no vendré con furor. Irán en pos de YHVH, quien rugirá como león, Sí, Él rugirá, y sus hijos vendrán temblando desde occidente, Desde Egipto vendrán temblando como pájaros, Desde Asiria como palomas, Y haré que habiten en sus casas, dice YHVH. Efraín me tiene rodeado de mentiras, La casa de Israel de falsedades, Y Judá aún divaga para con Dios, Para con el Santísimo y el Fiel. Efraín se apacienta de viento, y sin cesar persigue al solano, Multiplica la mentira y la violencia, Han pactado un pacto con Asiria, Y llevan el aceite a Egipto. YHVH tiene pleito con Judá, Visitará a Jacob conforme a sus caminos, Le pagará conforme a sus obras. En el vientre tomó por el calcañar a su hermano, Y en su vigor luchó con Dios. Luchó con el Ángel y prevaleció; lloró, y alcanzó misericordia. En Bet-’El lo encontró, y allí habló con nosotros. ¡Sí, YHVH es ’Elohey Sebaot! ¡YHVH es su nombre! Tú, pues, conviértete a tu Dios, Practica la misericordia y la justicia, y espera siempre a tu Dios. Balanza engañosa tiene Canaán en su mano, Es amigo de oprimir. Dijo Efraín: Ciertamente me he enriquecido, He hallado riquezas para mí. Pero sus esfuerzos no le alcanzarán Para borrar el pecado que cometió. Sin embargo, desde la tierra de Egipto Yo soy YHVH tu Dios, Aún te haré habitar en tiendas como en los días de las solemnidades. Porque he hablado a los profetas, he multiplicado las visiones, Y mediante los profetas propondré parábolas. ¿Es Galaad iniquidad? Sólo son vanidad. En Gilgal sacrificaban bueyes, Pero sus altares serán montones de escombros Sobre los surcos del campo. Huyó Jacob a la tierra de Aram, Israel sirvió por una mujer, Y por una mujer guardó rebaños. Mediante un profeta YHVH hizo subir a Israel de Egipto, Y mediante un profeta lo guardó. Efraín lo ha provocado amargamente, Por tanto, dejará sobre él la culpa de sangre, Y hará volver sobre él su oprobio. Cuando Efraín hablaba, cundía el temor, y fue exaltado en Israel, Pero por Baal cayó en pecado, y murió. Y ahora pecan más y más: Se hacen imágenes fundidas; Con su plata se hacen ídolos, conforme a su destreza, Obra de artesano todo ello: Se dirigen a ellos, les sacrifican hombres y besan becerros. Por eso serán como nube mañanera, Como el rocío, que pronto desaparece; Como tamo arrastrado por el viento, Como humo por la chimenea. Sin embargo, desde la tierra de Egipto Yo soy YHVH tu Dios: No tendrás otros dioses aparte de mí, Ni otro Salvador, sino a mí. Yo te conocí en el desierto, En tierra de gran sequía. Pero en sus pastizales se saciaron, Y una vez repletos, se engrosó su corazón, Y se olvidaron de mí. Seré pues para ellos como un león, Los acecharé como leopardo junto al camino. Los asaltaré como osa de crías robadas, Y desgarraré la envoltura de sus corazones, Los devoraré como una leona, Y las fieras del campo los despedazarán. Tu rebelión contra mí, tu Ayudador, oh Israel, es tu destrucción. ¿Dónde estará entonces tu rey, Para salvarte en todas tus ciudades? ¿Qué de tus jueces, a quien demandaste: Dame un rey, y príncipes? Airado te di un rey, Y por mi indignación te lo quitaré. Atada está la maldad de Efraín, Su pecado, bien guardado. Fue criatura torpe cuando los dolores asaltaron a su madre: No se puso a tiempo en el cuello del útero. ¿Los libraré del poder del Seol? ¿Los redimiré de la Muerte? ¿Dónde está, oh Muerte, tu plaga? ¿Dónde, Seol, tu destrucción? La compasión se ha ocultado de mis ojos. Aunque él sea el más fecundo entre sus hermanos, Vendrá el solano, como soplo de YHVH que sube del desierto, Y su manantial se secará, y se agotará su fuente. Él saqueará el tesoro de todos sus objetos preciosos. Por haberse rebelado contra su Dios, Samaria cargará con su culpa, Y caerán por la espada, Sus niños de pecho serán estrellados, Y sus mujeres encintas rajadas.



Salmo 52:
¿Por qué te jactas del mal, oh poderoso? ¡La misericordia de ’Elohim es continua! Tu lengua maquina destrucción, Produce engaños, como una navaja afilada. Has amado el mal más que el bien; La mentira, más que el hablar justicia.Selah Oh, lengua engañosa, Has amado toda suerte de pala bras perversas; Por lo que ’Elohim te derrumbará para siempre, Te arrastrará y te arrancará de tu morada, Él te desarraigará de la tierra de los vivientes.Selah Verán esto los justos y temerán, y se reirán de él, diciendo: ¡Ved al hombre que no puso a ’Elohim como su baluarte, Sino que confió en sus muchas riquezas y se hizo fuerte en su maldad! Pero yo estaré como olivo frondoso en la Casa de Dios, Porque en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre. Te daré gracias eternamente porque has actuado, Y pacientemente esperaré en tu Nombre, Porque es bueno delante de tus santos.



Proverbios 9:
La Sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas, Degolló sus víctimas, Mezcló su vino, Puso su mesa, Y envió a sus criadas A pregonarlo por doquier en la ciudad: ¡El que sea simple, venga acá! Al falto de entendimiento le quiero hablar: ¡Venid, comed de mis manjares, Y bebed del vino que he mezclado! ¡Dejad las simplezas y vivid, Y andad por el camino de la inteligencia! Quien corrige al cínico se acarrea insultos, Quien amonesta al malvado, desprecios. No reprendas al escarnecedor, no sea que te aborrezca, Corrige al sabio, y te amará. Da al sabio, y será más sabio, Enseña al justo, y aumentará su saber. El temor de YHVH es el principio de la sabiduría, Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Porque por mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán. Si eres sabio, para tu propio bien lo eres, Y si eres escarnecedor, sólo tú llevarás el daño. La mujer libertina es turbulenta; Es simple, no conoce la vergüenza. Se sienta a la puerta de su casa, O en un asiento en los altos de la ciudad, Para llamar a los que pasan, A los que van derechos por su senda: ¡Todos los simples vengan acá! Y dice a los incautos: ¡El agua robada es más dulce! ¡El pan a escondidas es más sabroso! Él no sabe que en su casa moran las sombras, Y sus huéspedes yacen en la profundidad del Seol.



El Libro de Los Hechos Capítulo 26 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:



LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES




CAPÍTULO 26
(62 d.C.)
LA DEFENSA DE PABLO




ENTONCES Agripa dijo a Pablo, Se te permite hablar por ti mismo. Pablo entonces, extendiendo la mano, comenzó a responder por sí, diciendo:
2 Acerca de todas las cosas de que soy acusado por los Judíos, O rey Agripa, me tengo por dichoso de poder presentar hoy mi defensa delante de ti:
3 Mayormente sabiendo tú todas las costumbres y cuestiones que hay entre los Judíos (no fue una adulación; de hecho, el Rey Agrippa I, Padre de Agrippa, era un entusiasta de la Ley Judía hasta el final de su vida): por lo cual te ruego que me oigas con paciencia.
4 Mi vida pues desde que era joven, la cual desde el principio fue en mi Nación, en Jerusalén, todos los Judíos la saben (tiene que ver con Pablo sumergido en los Rituales Judaicos y en la Ley desde que tenía edad para comenzar sus estudios avanzados, lo más probable era cuando tenía alrededor de doce años);
5 Los cuales tienen ya conocido que yo desde el principio (simplemente quiere decir que lo que dijo era fácil de comprobar), si quieren testificarlo, conforme a la más rigurosa secta de nuestra religión he vivido Fariseo (corresponde al grupo más estricto en las Doctrinas y prácticas morales).
6 Y ahora, por la esperanza de la promesa que hizo Dios a nuestros Padres, soy llamado en juicio (esta "esperanza" era el Mesías, el Señor Jesucristo a Quien los Judíos rechazaron):
7 A la cual promesa nuestras Doce Tribus, sirviendo constantemente de día y de noche, esperan que hayan de llegar. Por la cual esperanza, O rey Agripa, soy acusado de los Judíos (muchos de los Judíos anhelaban el cumplimiento de las Profecías con respecto al Mesías venidero; la gran disensión se trataba de Jesús).
8 ¿Por qué se considera cosa increíble entre vosotros que Dios resucite los muertos? (La historia de Israel era de Milagros, la resurrección de los muertos, algo tan extraordinario, no debería ser una sorpresa.)
9 Yo ciertamente creía que tenía que hacer todo lo que pudiera contra el Nombre de Jesús de Nazaret (Pablo se acuerda de su terrible pasado de incredulidad).
10 Lo cual también hice en Jerusalén: y yo encerré en cárcel a muchos de los Santos, con la previa autoridad de los Principales Sacerdotes; y cuando eran matados, yo di mi voto (se sabe lo de Esteban; sin embargo, podía haber más casos similares).
11 Y muchas veces, castigándolos por todas las Sinagogas, los obligaba a blasfemar (debiera haberse traducido, e intentó obligarlos a blasfemar, porque el Texto Griego insinúa que no tuvo éxito en este esfuerzo); y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas (indica que Damasco no era la única ciudad, además de Jerusalén, donde Pablo descargaba sus prácticas mortíferas).
12 En lo cual ocupado, yendo a Damasco con potestad y comisión de los Principales Sacerdotes (intentaba continuar su persecución en aquella ciudad),
SU CONVERSIÓN
13 En mitad del día, O rey, vi en el camino una Luz del Cielo (revela una de las conversiones más dramáticas que el mundo jamás haya conocido), que sobrepujaba el resplandor del Sol, la cual me rodeó y a los que iban conmigo (era la Gloria de Jesucristo).
14 Y habiendo caído todos nosotros en tierra (el Poder de Dios fue tan fuerte que Pablo y todos sus compañeros que iban con él cayeron al suelo), oí una Voz que me hablaba, y decía en lengua Hebraica (en realidad, todos escucharon la Voz, pero sólo Pablo entendió lo que se dijo [Hch. 9:7]), Saulo, Saulo (su nombre Hebraico), ¿por qué me persigues? (Declara que cuando perseguimos a aquellos que Le pertenecen al Señor, realmente, al que perseguimos es el Señor.) Dura cosa te es dar coces contra los aguijones (expresa un modismo común de esa época y aun hoy día; en otras palabras, usted sólo llegará a lastimarse; no podrá detener el Plan de Dios).
15 Yo entonces dije, ¿Quién eres, Señor? (Pablo sabía que estaba hablando con la Deidad.) Y el Señor dijo, Yo soy Jesús, a quien tú persigues (el Señor se revela con el Nombre que más odiaba Pablo \ Jesús).
16 Mas levántate, y ponte sobre tus pies (muy parecido a lo que el Señor le había dicho a Job muchos años antes [Job 38:3]): porque para esto te he aparecido (especifica que el Señor tiene un trabajo muy importante para Pablo), para ponerte por Ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré a ti (el Señor le daría a Pablo la significación del Nuevo Convenio, que en realidad, era la significación de la Cruz [II Cor. 12:1-12]);
17 Librándote del pueblo (se refiere a los Judíos) y de los Gentiles, a los cuales ahora te envío (el Señor no permitiría la muerte del Apóstol hasta que cumpliera su Misión; su Misión principal era llevar el Evangelio a los Gentiles, que fue lo que hizo),
18 Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la Fe que es en mí, remisión de pecados y herencia entre los Santificados (el Apóstol indica que el hombre es ciego, esclavizado, contaminado, inmoral, necesitado y profano, no obtante, puede recibir la vista, la libertad, el perdón, las riquezas verdaderas y la santidad a base del Principio de Fe en Cristo y lo que Cristo hizo en la Cruz).
LUZ
19 Por lo cual, O rey Agripa, no fui rebelde a la Visión Celestial (Pablo llevó a cabo fielmente lo que el Señor lo llamó a hacer):
20 Antes anuncié primeramente a los que están en Damasco (predicó acerca de Cristo en Damasco inmediatamente después de ser salvo), y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea (corresponde a Pablo que va a Jerusalén inmediatamente después de Damasco, y luego más tarde a otras regiones de Judea), y a los Gentiles (se refiere en mayor parte a su Ministerio, hasta este tiempo en particular), que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento (que se apartaran de los ídolos paganos y aceptaran venir a Dios).
21 Por causa de esto los Judíos, tomándome en el Templo, intentaron matarme (Pablo dice que los Judíos no lo odiaban a causa de sus motivos ya señalados, sino más bien a causa de su predicación acerca de Jesús).
22 Mas ayudado del auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes (declara que Dios lo sostenía durante tiempos muy difíciles), no diciendo nada fuera de las cosas que los Profetas y Moisés dijeron que habían de venir (Pablo afirma que su Mensaje se basaba completamente en Las Sagradas Escrituras, que seguramente así era):
23 Que Cristo (el Mesías) había de padecer (quiere decir que Él moriría; en otras palabras era el motivo por el cual Él vino [Isa., cap. 53]), y ser el primero de la resurrección de los muertos (Jesús es los "Primeros Frutos" de la Resurrección y, por lo tanto, la garantía de la Resurrección de todos los Creyentes [I Cor. 15:1-23; Apoc. 1:5]), para anunciar luz al pueblo y a los Gentiles (se refiere al Señor Jesucristo como la única "Luz," y para toda la gente).
FESTO
24 Y diciendo él estas cosas en su defensa, Festo a gran voz dijo, Estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco (como pagano, Festo no podía entender cómo Agripa podía entender el gran argumento sobre la Muerte Expiatoria y la Resurrección del Mesías que cumplieron las predicciones de los Profetas, y eran necesarias a fin de efectuar la Salvación de los hombres pecadores).
25 Mas él dijo, No estoy loco (desequilibrado), excelentísimo Festo; sino que hablo Palabras de Verdad y de templanza (indica la única "Verdad" que el Gobernador y los otros presentes jamás habían oído).
26 Pues el Rey (Agripa) sabe estas cosas, delante del cual también hablo confiadamente: pues no pienso que ignora nada de esto; pues no ha sido esto hecho en algún rincón (el Rey Agripa de seguro sabía acerca de Jesús; era imposible no saberlo).
CASI PERSUADIDO
27 ¿Crees, Rey Agripa, a los Profetas? (Expresa un Llamado al Altar para este Rey y su Hermana, que tocó directamente al corazón de este Judío derrochador.) Yo sé que crees (demuestra al Apóstol que responde por el Rey, lo cual lo salvó de la vergüenza).
28 Entonces Agripa dijo a Pablo, Por poco me persuades a ser Cristiano (el Texto Griego no da más indicación de lo que realmente dijo el Rey; no se sabe si realmente se conmovió y luego dijo sinceramente, ¡por poco me persuades a convertirme en Cristiano!" o ¡¿piensas que es tan fácil obligarme a ser Cristiano?!).
29 Y Pablo dijo, Yo le pido a Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, mas también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy (el Apóstol, por medio del Evangelio de Jesucristo, revela que la posición del Creyente en Cristo está encima de cualquier otra oficina o posición en el mundo), ¡excepto estas cadenas! (tuvo que ser un momento dramático cuando se conecta con la majestad de sus palabras, Pablo levanta sus manos esposadas formando un cuadro de grandeza llamativa).
30 Y cuando hubo dicho estas cosas, se levantó el Rey, y el Gobernador, y Berenice, y los que se habían sentado con ellos (no quisieron oír más, entonces se levantaron y se acabó la audiencia, y de esta manera, su oportunidad para la Vida Eterna):
31 Y cuando se retiraron aparte, hablaban los unos a los otros, diciendo, Ninguna cosa digna ni de muerte, ni de prisión, hace este hombre (se enfrentaron cara a cara con ellos mismos, y sobre todo con Dios; y por eso, nunca volverían a ser los mismos, aunque ellos rechazaron el llamamiento y la petición).
32 Y Agripa dijo a Festo, Podía este hombre ser suelto, si no hubiera apelado a César (insinúa que la petición ya se hizo mención, y ahora tenía que efectuarse; la verdad de todo esto era que, el Señor quiso que el Apóstol fuera a Roma).



Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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