05 June 2024

El 5 de junio Lectura Bíblica Diaria

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Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1


El 5 de junio Lectura Bíblica Diaria:

Job 19 a 21:
19 Respondió entonces Job, y dijo: ¿Hasta cuándo angustiaréis mi alma,
Y me moleréis con palabras? Ya me habéis vituperado diez veces;
¿No os avergonzáis de injuriarme? Aun siendo verdad que yo haya errado,
Sobre mí recaería mi error. Pero si vosotros os engrandecéis contra mí,
Y contra mí alegáis mi oprobio, Sabed ahora que Dios me ha derribado,
Y me ha envuelto en su red. He aquí, yo clamaré agravio, y no seré oído;
Daré voces, y no habrá juicio. Cercó de vallado mi camino, y no pasaré;
Y sobre mis veredas puso tinieblas. Me ha despojado de mi gloria,
Y quitado la corona de mi cabeza. Me arruinó por todos lados, y perezco;
Y ha hecho pasar mi esperanza como árbol arrancado. Hizo arder contra mí su furor,
Y me contó para sí entre sus enemigos. Vinieron sus ejércitos a una, y se atrincheraron en mí,
Y acamparon en derredor de mi tienda. Hizo alejar de mí a mis hermanos,
Y mis conocidos como extraños se apartaron de mí. Mis parientes se detuvieron,
Y mis conocidos se olvidaron de mí. Los moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño;
Forastero fui yo a sus ojos. Llamé a mi siervo, y no respondió;
De mi propia boca le suplicaba. Mi aliento vino a ser extraño a mi mujer,
Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba. Aun los muchachos me menospreciaron;
Al levantarme, hablaban contra mí. Todos mis íntimos amigos me aborrecieron,
Y los que yo amaba se volvieron contra mí. Mi piel y mi carne se pegaron a mis huesos,
Y he escapado con sólo la piel de mis dientes. ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí!
Porque la mano de Dios me ha tocado. ¿Por qué me perseguís como Dios,
Y ni aun de mi carne os saciáis? ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen escritas!
¡Quién diese que se escribiesen en un libro; Que con cincel de hierro y con plomo
Fuesen esculpidas en piedra para siempre! Yo sé que mi Redentor vive,
Y al fin se levantará sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel,
En mi carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo,
Y mis ojos lo verán, y no otro,
Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. Mas debierais decir: ¿Por qué le perseguimos?
Ya que la raíz del asunto se halla en mí. Temed vosotros delante de la espada;
Porque sobreviene el furor de la espada a causa de las injusticias,
Para que sepáis que hay un juicio.
20 Respondió Zofar naamatita, y dijo: Por cierto mis pensamientos me hacen responder,
Y por tanto me apresuro. La reprensión de mi censura he oído,
Y me hace responder el espíritu de mi inteligencia. ¿No sabes esto, que así fue siempre,
Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, Que la alegría de los malos es breve,
Y el gozo del impío por un momento? Aunque subiere su altivez hasta el cielo,
Y su cabeza tocare en las nubes, Como su estiércol, perecerá para siempre;
Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él? Como sueño volará, y no será hallado,
Y se disipará como visión nocturna. El ojo que le veía, nunca más le verá,
Ni su lugar le conocerá más. Sus hijos solicitarán el favor de los pobres,
Y sus manos devolverán lo que él robó. Sus huesos están llenos de su juventud,
Mas con él en el polvo yacerán. Si el mal se endulzó en su boca,
Si lo ocultaba debajo de su lengua, Si le parecía bien, y no lo dejaba,
Sino que lo detenía en su paladar; Su comida se mudará en sus entrañas;
Hiel de áspides será dentro de él. Devoró riquezas, pero las vomitará;
De su vientre las sacará Dios. Veneno de áspides chupará;
Lo matará lengua de víbora. No verá los arroyos, los ríos,
Los torrentes de miel y de leche. Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó,
Y no los tragará ni gozará. Por cuanto quebrantó y desamparó a los pobres,
Robó casas, y no las edificó; Por tanto, no tendrá sosiego en su vientre,
Ni salvará nada de lo que codiciaba. No quedó nada que no comiese;
Por tanto, su bienestar no será duradero. En el colmo de su abundancia padecerá estrechez;
La mano de todos los malvados vendrá sobre él. Cuando se pusiere a llenar su vientre,
Dios enviará sobre él el ardor de su ira,
Y la hará llover sobre él y sobre su comida. Huirá de las armas de hierro,
Y el arco de bronce le atravesará. La saeta le traspasará y saldrá de su cuerpo,
Y la punta relumbrante saldrá por su hiel;
Sobre él vendrán terrores. Todas las tinieblas están reservadas para sus tesoros;
Fuego no atizado los consumirá;
Devorará lo que quede en su tienda. Los cielos descubrirán su iniquidad,
Y la tierra se levantará contra él. Los renuevos de su casa serán transportados;
Serán esparcidos en el día de su furor. Esta es la porción que Dios prepara al hombre impío,
Y la heredad que Dios le señala por su palabra.
21 Entonces respondió Job, y dijo: Oíd atentamente mi palabra,
Y sea esto el consuelo que me deis. Toleradme, y yo hablaré;
Y después que haya hablado, escarneced. ¿Acaso me quejo yo de algún hombre?
¿Y por qué no se ha de angustiar mi espíritu? Miradme, y espantaos,
Y poned la mano sobre la boca. Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro,
Y el temblor estremece mi carne. ¿Por qué viven los impíos,
Y se envejecen, y aun crecen en riquezas? Su descendencia se robustece a su vista,
Y sus renuevos están delante de sus ojos. Sus casas están a salvo de temor,
Ni viene azote de Dios sobre ellos. Sus toros engendran, y no fallan;
Paren sus vacas, y no malogran su cría. Salen sus pequeñuelos como manada,
Y sus hijos andan saltando. Al son de tamboril y de cítara saltan,
Y se regocijan al son de la flauta. Pasan sus días en prosperidad,
Y en paz descienden al Seol. Dicen, pues, a Dios: Apártate de nosotros,
Porque no queremos el conocimiento de tus caminos. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos?
¿Y de qué nos aprovechará que oremos a él? He aquí que su bien no está en mano de ellos;
El consejo de los impíos lejos esté de mí. ¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada,
Y viene sobre ellos su quebranto,
Y Dios en su ira les reparte dolores! Serán como la paja delante del viento,
Y como el tamo que arrebata el torbellino. Dios guardará para los hijos de ellos su violencia;
Le dará su pago, para que conozca. Verán sus ojos su quebranto,
Y beberá de la ira del Todopoderoso. Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí,
Siendo cortado el número de sus meses? ¿Enseñará alguien a Dios sabiduría,
Juzgando él a los que están elevados? Este morirá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico; Sus vasijas estarán llenas de leche,
Y sus huesos serán regados de tuétano. Y este otro morirá en amargura de ánimo,
Y sin haber comido jamás con gusto. Igualmente yacerán ellos en el polvo,
Y gusanos los cubrirán. He aquí, yo conozco vuestros pensamientos,
Y las imaginaciones que contra mí forjáis. Porque decís: ¿Qué hay de la casa del príncipe,
Y qué de la tienda de las moradas de los impíos? ¿No habéis preguntado a los que pasan por los caminos,
Y no habéis conocido su respuesta, Que el malo es preservado en el día de la destrucción?
Guardado será en el día de la ira. ¿Quién le denunciará en su cara su camino?
Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago? Porque llevado será a los sepulcros,
Y sobre su túmulo estarán velando. Los terrones del valle le serán dulces;
Tras de él será llevado todo hombre,
Y antes de él han ido innumerables. ¿Cómo, pues, me consoláis en vano,
Viniendo a parar vuestras respuestas en falacia?

Salmo 124:
Si el SEÑOR no hubiera estado a nuestro favor, --diga ahora Israel-- si el SEÑOR no hubiera estado a nuestro favor cuando los hombres se levantaron contra nosotros, vivos nos hubieran tragado entonces cuando su ira se encendió contra nosotros; entonces las aguas nos hubieran anegado, un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma, hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas. Bendito sea el SEÑOR, que no nos ha entregado como presa de los dientes de ellos. Nuestra alma ha escapado cual ave del lazo de los cazadores; el lazo se rompió y nosotros escapamos. Nuestro socorro está en el nombre del SEÑOR, que hizo los cielos y la tierra.



Proverbios 24:

No tengas envidia de los malvados, ni desees estar con ellos; porque su corazón trama violencia, y sus labios hablan de hacer mal. Con sabiduría se edifica una casa, y con prudencia se afianza; con conocimiento se llenan las cámaras de todo bien preciado y deseable. El hombre sabio es fuerte, y el hombre de conocimiento aumenta su poder. Porque con dirección sabia harás la guerra, y en la abundancia de consejeros está la victoria. Muy alta está la sabiduría para el necio, en la puerta no abre su boca. Al que planea hacer el mal, lo llamarán intrigante. El tramar necedad es pecado, y el escarnecedor es abominación a los hombres. Si eres débil en día de angustia, tu fuerza es limitada. Libra a los que son llevados a la muerte, y retén a los que van con pasos vacilantes a la matanza. Si dices: Mira, no sabíamos esto. ¿No lo tiene en cuenta el que sondea los corazones? ¿No lo sabe el que guarda tu alma? ¿No dará a cada hombre según su obra? Come miel, hijo mío, porque es buena; sí, la miel del panal es dulce a tu paladar. Sabe que así es la sabiduría para tu alma; si la hallas, entonces habrá un futuro, y tu esperanza no será cortada. No aceches, oh impío, la morada del justo, no destruyas su lugar de descanso; porque el justo cae siete veces; y vuelve a levantarse, pero los impíos caerán en la desgracia. No te regocijes cuando caiga tu enemigo, y no se alegre tu corazón cuando tropiece; no sea que el SEÑOR lo vea y le desagrade, y aparte de él su ira. No te impacientes a causa de los malhechores, ni tengas envidia de los impíos, porque no habrá futuro para el malo. La lámpara de los impíos será apagada. Hijo mío, teme al SEÑOR y al rey, no te asocies con los que son inestables; porque de repente se levantará su desgracia, y la destrucción que vendrá de ambos, ¿quién la sabe? También éstos son dichos de los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio no es bueno. Al que dice al impío: Justo eres, lo maldecirán los pueblos, lo aborrecerán las naciones; mas los que lo reprenden tendrán felicidad, y sobre ellos vendrá abundante bendición. Besa los labios el que da una respuesta correcta. Ordena tus labores de fuera, y tenlas listas para ti en el campo; y después edifica tu casa. No seas, sin causa, testigo contra tu prójimo, y no engañes con tus labios. No digas: Como él me ha hecho, así le haré; pagaré al hombre según su obra. He pasado junto al campo del perezoso, y junto a la viña del hombre falto de entendimiento, y he aquí, estaba todo lleno de cardos, su superficie cubierta de ortigas, y su cerca de piedras, derribada. Cuando lo vi, reflexioné sobre ello; miré, y recibí instrucción. Un poco de dormir, un poco de dormitar, un poco de cruzar las manos para descansar, y llegará tu pobreza como ladrón, y tu necesidad como hombre armado.


El Libro de Marcos Capítulo 8 el Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:


EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN MARCOS
CAPÍTULO 8(32 d.C.)



JESÚS ALIMENTAA CUATRO MIL
EN aquellos días como hubo gran gentío (sumaba millares) y no tenían nada que comer (fuera de Cristo, el mundo no tiene nada de comer), Jesús llamó a Sus Discípulos, y les dijo,2 Tengo compasión de la multitud (demuestra el Amor de Dios; esto sería lo mismo que decir, Me compadezco por todos ellos), porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen nada que comer (anhelaban tanto estar en Su Presencia que durmieron donde pudieron, y comieron lo poco que tenían, que ya se estaba acabando):3 Y si los enviare en ayunas a sus casas, desmayarán en el camino: porque algunos (muchos) de ellos han venido de lejos.4 Y Sus Discípulos Le respondieron, ¿De dónde podrá alguien saciar a éstos de pan aquí en el desierto? (La insensibilidad del corazón natural aparece en este Versículo. Los Discípulos aparentemente no aprendieron nada de la alimentación anterior a la multitud [cap. 6].)5 Y les preguntó, ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos dijeron, Siete (anteriormente ellos tuvieron cinco panes, que es el número de Dios que representa la Gracia, mientras que ahora tienen siete, que es el número Perfecto de Dios que representa estar completo).6 Entonces Él mandó a la multitud que se recostase en tierra: y tomando los siete panes (¡en las manos de los Discípulos estos panes no fueron nada, en Sus Manos son todo!; la acción no está en los panes, sino más bien en Él), habiendo dado gracias, partió, y dio a Sus Discípulos que los pusiesen delante (expresa el tiempo real de la multiplicación; dar era un acto continuo, hasta que todos estuvieron satisfechos); y los pusieron delante de la multitud.7 Tenían también unos pocos pececillos (no nos dice el número total): y Él los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante.8 Y comieron y quedaron satisfechos: y levantaron de los pedazos (pan) que habían sobrado, siete canastas.9 Y eran los que comieron como cuatro mil (probablemente no incluyó a las mujeres y los niños, que serían varios miles más): y Él los despidió (pero sólo después de que fueron sanados y saciados).LA DEMANDA PARA UNA SEÑAL10 Y luego (inmediatamente) entrando en el barco con Sus Discípulos, vino a las partes de Dalmanuta (en la orilla occidental de Galilea).11 Y vinieron los Fariseos (Mateo dijo que los Saduceos estaban presentes también [Mat. 16:1]), y comenzaron a altercar con Él (estaban de pie ante el Creador de las Edades, Quien tenía la respuesta a todas las cosas, sin embargo, eran tan espiritualmente entorpecidos, que Lo acosaban sólo con preguntas tontas), pidiéndole señal del Cielo, tentándole (¡y eran los líderes religiosos de Israel!).12 Y suspirando profundamente en Su Espíritu (quiere decir, Él gimió en Su Espíritu), dice, ¿Por qué pide señal esta generación? (Es inútil dar evidencias a la incredulidad.) De cierto os digo, Que no se dará señal a esta generación (no más señales de las que ya fueron dadas, que fueron asombrosas por no decir otra cosa, en cuanto a sanidades y milagros, etc.).13 Y Él dejándolos (en sentido espiritual, Él los abandonó a su Día del Juicio Final), volvió a entrar en el barco y se fue al otro lado del lago (la orilla noreste).LA LEVADURA14 Y los Discípulos se habían olvidado de tomar pan, y no tenían sino un pan consigo en el barco (el corto viaje duraría varias horas).15 Y Él les mandó (en el Texto Griego, significa que Él siguió hablándoles, para asegurarse que entendieron lo que Él les dijo), diciendo, Mirad, guardaos de la levadura de los Fariseos (doctrina falsa), y de la levadura de Herodes (la afirmación por algunos Judíos de que este déspota fue el Mesías, lo cual hicieron esto para conseguir prosperidad financiera).16 Y altercaban los unos con los otros, diciendo, Pan no tenemos (no tenían la idea más mínima de lo que Él decía).17 Y como Jesús lo entendió, Él les dice (el Espíritu Santo Le reveló su confusión), ¿Qué discutís, porque no tenéis pan? (En otras palabras, no habló del pan físico.) ¿no consideráis ni entendéis? ¿aún tenéis endurecido vuestro corazón? (Fijaban su atención demasiado en lo físico, y nada en lo espiritual.)18 ¿Teniendo ojos no veis (se refiere a ojos espirituales que no usaban), y teniendo oídos no oís? (No oían correctamente, no oían espiritualmente.) ¿y no os acordáis? (Debemos recordar lo que el Señor ha hecho por nosotros en el pasado, y aprender una lección.)19 Cuando Yo partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos llevasteis? Y ellos dijeron, Doce.20 Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron, Siete.21 Y les dijo, ¿Cómo aun no entendéis? (La pregunta hubiera sido mejor traducida, ¿no entienden aún ustedes?; hay una insinuación en el Texto Griego que, de hecho, ellos finalmente sí comenzaron a entender; realmente, Mateo nos dice que fue así [Mat. 16:12].)JESÚS SANA AL CIEGO22 Y vino a Betsaida (probablemente se refiere a Betsaida Julias situado en la orilla del noreste del Mar de Galilea): y Le traen un ciego, y Le ruegan que le tocase.23 Entonces Él tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea (Jesús ya había puesto una maldición sobre esta ciudad debido al rechazo suyo de arrepentirse; por consiguiente, Él no obraría ni un milagro más dentro de sus contornos [Mat. 11:21]); y escupiendo en sus ojos (corresponde a la segunda vez que aconteció esto [7:33]; Él probablemente puso la Saliva en Su Dedo y tocó los ojos del hombre), y poniéndole las Manos encima, le preguntó si veía algo (contiene en el Texto Griego que Él siguió preguntándole).24 Y él mirando, dijo, Veo los hombres, pues veo que andan, como árboles (el Texto Griego realmente dice, veo a los hombres; ya que los percibo como árboles, que andan; las palabras, que andan, se refieren a los hombres y no a los árboles; parecía que había una especie de neblina en sus ojos, que desfiguraba las cosas).25 Luego Él le puso otra vez Sus Manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase: y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos  (el único incidente en los cuatro Evangelios, acerca de Jesús que trataba con alguien por segunda vez de esta manera; ¿por qué tuvo Jesús que poner Sus Manos en él por segunda vez?; el siguiente Versículo posiblemente nos dice).26 Y Él le envió a su casa (insinúa que él no era originario de Betsaida Julias), diciendo, No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea (se refiere al hecho, como dicho anteriormente, que Jesús había puesto una maldición sobre esta ciudad a raíz de su rechazo de arrepentirse [Mat. 11:21]; debido a esto, Cristo parece que disuadía dar a Betsaida más pruebas de la visitación de Dios; precisamente esto podría ser la razón por qué Jesús tuvo que poner Sus Manos en el hombre por segunda vez; la maldición había sido pronunciada y puesta como en molde de concreto, por consiguiente, era como si la puerta se cerrara).LA CONFESIÓN DE PEDRO27 Y salió Jesús y Sus Discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo (lo coloca aproximadamente 60 kilómetros [40 millas] al norte del Mar de Galilea, y aproximadamente 60 kilómetros [40 millas] al sur de Damasco): y en el camino preguntó a Sus Discípulos, diciéndoles, ¿Quién dicen los hombres que soy Yo? (Constituye a Quién Él realmente era, y para sacar información de los Discípulos, en cuanto a Quién pensaban que Él era. El Texto Griego dice, Él siguió preguntando, significa que la pregunta los asustó tanto que al principio no contestaron.)28 Y ellos respondieron, Juan el Bautista: y otros, Elías; y otros, Alguno de los Profetas (sus respuestas fueron extrañas, sin embargo reflejaron el pensar de la mayor parte de Israel en aquel tiempo particular).29 Entonces Él les dice, Y vosotros, ¿quién decís que soy Yo? (Corresponde al mayor interrogante que jamás podría ser hecho. Es al final un interrogante que todos deben   contestar.) Y respondiendo Pedro Le dice, Tú eres el Cristo (Pedro realmente dijo, Tú eres el Mesías, porque es lo que la palabra Cristo realmente significa; es la Gran Confesión).30 Y les ordenó (les mandó) que no hablasen de Él a ninguno (relata el hecho de que era obvio ya que Israel Lo había rechazado, y por consiguiente, no había otra razón en prolongar la cuestión).JESÚS PREDICE SU MUERTEY RESURRECCIÓN31 Y Él comenzó a enseñarles (declara una explicación en cuanto a lo que debía pasar, a pesar de que Él era el Mesías), que convenía que el Hijo del Hombre padeciese muchas cosas (¡declaró el hecho, de que creían lo contrario!), y ser rechazado de los Ancianos, y de los Principales Sacerdotes, y de los Escribas (rechazado quiere decir que los líderes religiosos de Israel pusieron a Jesús a prueba; sin embargo, Él no cumplió según sus especificaciones; Él no era la clase de Mesías que los Judíos querían; querían a un líder militar que los liberaría del yugo de Roma, no un Salvador que los liberaría de su esclavitud al pecado), y ser muerto (la Crucifixión), y resucitar después de tres días (la Resurrección nunca estuvo en duda, debido al éxito victorioso de la Cruz en la expiación de todo pecado).32 Y Él claramente decía esta palabra (significa que Él siguió diciéndolo). Entonces Pedro Le tomó (probablemente puso sus manos sobre los Hombros de Cristo), y Le comenzó a reprender (significa que Él dijo con fuerza, que negaba lo que Jesús había dicho).33 Y Él, volviéndose y mirando a Sus Discípulos, reprendió a Pedro (Él no tomó ligeramente nada de lo que Pedro había dicho; y ya, Él se aseguró que Sus Discípulos comprendieran Su reacción), diciendo, Apártate de Mí, Satanás (presenta a Jesús que  habla directamente a Satanás, y no a Pedro; sin embargo, las Palabras de nuestro Señor, marca las palabras de Pedro como Satánicas; las palabras, Apártate de Mí, en  efecto, dicen, ¡Quítate de Mi Vista!): porque tú (ahora le habla a Pedro) no tienes en mente las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres (el hombre sin redimir no quiere lo que Dios quiere).34 Y llamando a la gente con Sus Discípulos, Él les dijo (habla de un intervalo de un período de tiempo entre Su reprimenda a Pedro y esta declaración presente), Cualquiera que quisiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo (niéguese su propia fuerza, capacidad, talento, poder e intelecto carnal), y tome su Cruz (no es el sufrimiento como muchos suponen, sino más bien los beneficios de la Cruz), y sígame (insinúa que no se puede seguir a Jesús, a menos que sea por el camino de la Cruz).35 Porque el que quisiere salvar su vida, la perderá (si alguien rechaza colocar su vida en Cristo); mas el que perdiere su vida por causa de Mí y del Evangelio, la salvará (colocar su vida completamente en Cristo, que sólo puede ser hecho por el Camino de la Cruz, y al hacerlo, se salva su propia vida, y es para siempre).36 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? (La ecuación sencilla de ganancias y pérdidas, lo cual declara que el alma, tiene más valor que el mundo entero.)37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (El alma es eterna, por lo tanto, vale más que cualquier otra cosa.)38 Porque el que se avergonzare de Mí y de Mis Palabras (la conducta presente del individuo determina ya la conducta futura de Cristo en cuanto a aquella persona) en esta generación adúltera y pecadora (corresponde al carácter de Israel durante el tiempo de Cristo, y también, a todas las generaciones siguientes); el Hijo del Hombre se avergonzará también de él (significa que dicha actitud será reciprocada con la misma), cuando vendrá en la Gloria de Su Padre con los Santos Ángeles (la Segunda Venida).




Primera Corintios Capítulo 13:
Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido ; no se regocija de la injusticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero si hay dones de profecía, se  acabarán; si hay lenguas, cesarán; si hay conocimiento, se acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; pero cuando venga lo perfecto, lo incompleto se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño. Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido. Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.



Hebreos 10:35-12:4
Por tanto, no desechéis vuestra confianza, la cual tiene gran recompensa. Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. PORQUE DENTRO DE MUY POCO TIEMPO, EL QUE HA DE VENIR VENDRA Y NO TARDARA. MAS MI JUSTO VIVIRA POR LA FE; Y SI RETROCEDE, MI ALMA NO SE COMPLACERA EN EL. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma. Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella recibieron aprobación los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles. Por la fe Abel ofreció a Dios un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla. Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte; Y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADO; porque antes de ser trasladado recibió testimonio de haber agradado a Dios. Y sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que es remunerador de los que le buscan. Por la fe Noé, siendo advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó un arca para la salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de la justicia que es según la fe. Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido. Por lo cual también nació de uno (y éste casi muerto con respecto a esto) una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NUMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR. Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad. Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo; fue a él a quien se le dijo: EN ISAAC TE SERA LLAMADA DESCENDENCIA. El consideró que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde también, en sentido figurado, lo volvió a recibir. Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú, aun respecto a cosas futuras. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró, apoyándose sobre el extremo de su bastón. Por la fe José, al morir, mencionó el éxodo de los hijos de Israel, y dio instrucciones acerca de sus huesos. Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y no temieron el edicto del rey. Por la fe Moisés, cuando era ya grande, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los placeres temporales del pecado, considerando como mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de Egipto; porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin temer la ira del rey, porque se mantuvo firme como viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no los tocara. Por la fe pasaron el mar Rojo como por tierra seca, y cuando los egipcios lo intentaron hacer, se ahogaron. Por la fe cayeron los muros de Jericó, después de ser rodeados por siete días. Por la fe la ramera Rahab no pereció con los desobedientes, por haber recibido a los espías en paz. ¿Y qué más diré? Pues el tiempo me faltaría para contar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones, apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada; siendo débiles, fueron hechos fuertes, se hicieron poderosos en la guerra, pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron a sus muertos mediante la resurrección; y otros fueron torturados, no aceptando su liberación, a fin de obtener una mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y hasta cadenas y prisiones. Fueron apedreados, aserrados, tentados, muertos a espada; anduvieron de aquí para allá cubiertos con pieles de ovejas y de cabras; destituidos, afligidos, maltratados (de los cuales el mundo no era digno), errantes por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas de la tierra. Y todos éstos, habiendo obtenido aprobación por su fe, no recibieron la promesa, porque Dios había provisto algo mejor para nosotros, a fin de que ellos no fueran hechos perfectos sin nosotros. Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro  corazón. Porque todavía, en vuestra lucha contra el pecado, no habéis resistido hasta el punto de derramar sangre;



Romanos 8:
Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte. Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo : enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que el requisito de la ley se cumpliera en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente en las cosas de la carne, pero los que viven conforme al Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque la mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida y paz; ya que la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo, y los que están en la carne no pueden agradar a Dios. Sin embargo, vosotros no estáis en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El. Y si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia. Pero si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a vuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en vosotros. Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne, porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios, y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si en verdad padecemos con El a fin de que también seamos glorificados con El . Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada. Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que la creación entera a una gime y sufre dolores de parto hasta ahora. Y no sólo ella , sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza hemos sido salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Porque a los que de antemano conoció, también los predestinó a ser hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que El sea el primogénito entre muchos  hermanos; y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó. Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos concederá también con El todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: por causa tuya somos puestos a muerte todo el dia; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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