El 20 de mayo Lectura Bíblica Diaria
El 20 de mayo Lectura Bíblica Diaria:
4 Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los venidos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zorobabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia. Pero el pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó para que no edificara. Sobornaron además contra ellos a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia. Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén. También en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran en arameo. Rehum canciller y Simsai secretario escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes. En tal fecha escribieron Rehum canciller y Simsai secretario, y los demás compañeros suyos los jueces, gobernadores y oficiales, y los de Persia, de Erec, de Babilonia, de Susa, esto es, los elamitas, y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias del otro lado del río. Y esta es la copia de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te saludan. Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos. Ahora sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y rentas, y el erario de los reyes será menoscabado. Siendo que nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey, para que se busque en el libro de las memorias de tus padres. Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones, por lo que esta ciudad fue destruida. Hacemos saber al rey que si esta ciudad fuere reedificada, y levantados sus muros, la región de más allá del río no será tuya. El rey envió esta respuesta: A Rehum canciller, a Simsai secretario, a los demás compañeros suyos que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río: Salud y paz. La carta que nos enviasteis fue leída claramente delante de mí. Y por mí fue dada orden y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes y se rebela, y se forma en ella sedición; y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, impuesto y rentas. Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea dada nueva orden. Y mirad que no seáis negligentes en esto; ¿por qué habrá de crecer el daño en perjuicio de los reyes? Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros, fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y violencia. Entonces cesó la obra de la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia. 5 Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas, a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos. Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban. En aquel tiempo vino a ellos Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa y levantar estos muros? Ellos también preguntaron: ¿Cuáles son los nombres de los hombres que hacen este edificio? Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto. Copia de la carta que Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros los gobernadores que estaban al otro lado del río, enviaron al rey Darío. Le enviaron carta, y así estaba escrito en ella: Al rey Darío toda paz. Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios, la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera en sus manos. Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio orden para edificar esta casa y para levantar estos muros? Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los hombres que estaban a la cabeza de ellos. Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había sido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey de Israel. Mas después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevó cautivo al pueblo a Babilonia. Pero en el año primero de Ciro rey de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que esta casa de Dios fuese reedificada. También los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador; y le dijo: Toma estos utensilios, vé, y llévalos al templo que está en Jerusalén; y sea reedificada la casa de Dios en su lugar. Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está concluida. Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro había sido dada la orden para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén, y se nos envíe a decir la voluntad del rey sobre esto. 6 Entonces el rey Darío dio la orden de buscar en la casa de los archivos, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia. Y fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la provincia de Media, un libro en el cual estaba escrito así: Memoria: En el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro del rey. Y también los utensilios de oro y de plata de la casa de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo que estaba en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a su lugar, al templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la casa de Dios. Ahora, pues, Tatnai gobernador del otro lado del río, Setar-boznai, y vuestros compañeros los gobernadores que estáis al otro lado del río, alejaos de allí. Dejad que se haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar. Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que no cese la obra. Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno, para que ofrezcan sacrificios agradables al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos. También por mí es dada orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa sea hecha muladar por esto. Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente. Entonces Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según el rey Darío había ordenado. Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron, por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de Darío, y de Artajerjes rey de Persia. Esta casa fue terminada el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado del rey Darío. Entonces los hijos de Israel, los sacerdotes, los levitas y los demás que habían venido de la cautividad, hicieron la dedicación de esta casa de Dios con gozo. Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel. Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a los levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés. También los hijos de la cautividad celebraron la pascua a los catorce días del mes primero. Porque los sacerdotes y los levitas se habían purificado a una; todos estaban limpios, y sacrificaron la pascua por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos. Comieron los hijos de Israel que habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para buscar a Jehová Dios de Israel. Y celebraron con regocijo la fiesta solemne de los panes sin levadura siete días, por cuanto Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de la casa de Dios, del Dios de Israel.
Salmo 108:
Proverbios 8:
¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿Qué, no deja oír su voz la inteligencia? Se para en las colinas, junto al camino; se queda esperando en las encrucijadas. Deja oír su voz a un lado de las puertas; a la entrada misma de la ciudad exclama: «A ustedes, los hombres, los llamo; a ustedes, los hombres, dirijo mi voz. Muchachos ingenuos, ¡entiendan! Jóvenes necios, ¡recapaciten! ¡Óiganme, que lo que voy a decirles son cosas muy justas e importantes. De mi boca sólo sale la verdad; mis labios aborrecen la mentira. Todas mis palabras son precisas; no hay en ellas dolo ni perversidad. Para los sabios y entendidos, todas ellas son contundentes y razonables. Den cabida a mis correcciones, no a la plata; acepten mis conocimientos, no el oro escogido. Yo, la sabiduría, valgo más que las piedras preciosas! ¡Ni lo más deseable puede compararse conmigo! »Yo, la sabiduría, convivo con la cordura; en mí se hallan el conocimiento y el consejo. El temor del Señor es aborrecer el mal; yo aborrezco la soberbia y la arrogancia, el mal camino y la boca perversa. En mí se hallan el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder. Por mí llegan los reyes al trono y los príncipes imparten justicia. Por mí gobiernan los jefes y príncipes, y todos los que rigen con justicia. Yo amo a los que me aman, y dejo que me hallen los que en verdad me buscan. Las riquezas y la honra me acompañan, las verdaderas riquezas y la justicia. Mis frutos son mejores que el oro más refinado; mis ganancias sobrepasan a la plata escogida. Yo voy por el camino recto; camino por las sendas de la justicia, para dar su herencia a los que me aman, para saturarlos de tesoros. »Desde el principio, el Señor me poseía; desde antes de que empezara sus obras. Desde el principio mismo fui establecida, desde antes de que la tierra existiera. Fui engendrada antes de los abismos, antes de que existieran los grandes manantiales. Fui engendrada antes de que se formaran los montes y las colinas. Aún no había creado él la tierra ni los campos, ni los primeros granos de arena del mundo, ¡y ya estaba yo ahí! Mientras él formaba los cielos y trazaba el arco sobre la faz del abismo, mientras afirmaba las nubes en las alturas, mientras reforzaba las fuentes del abismo, mientras establecía los límites del mar para que las aguas no traspasaran su cauce, ¡mientras afirmaba los fundamentos de la tierra! Yo estaba a su lado, ordenándolo todo, danzando alegremente todos los días, disfrutando siempre de su presencia, regocijándome en la tierra, su creación; ¡deleitándome con el género humano!» Hijos, por favor, ¡escúchenme! ¡Dichosos los que siguen mis caminos! Sean sabios y préstenme atención; no dejen de lado la disciplina. Dichoso el hombre que me escucha y todo el tiempo se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. El que me halla, ha encontrado la vida y alcanzado el favor del Señor. El que peca contra mí, se daña a sí mismo; el que me aborrece, ama a la muerte.
El Libro de Mateo Capítulo 20 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
(33 d.C.)
LA PARÁBOLA DE LOS
OBREROS
PORQUE el Reino de los Cielos es semejante a un hombre, a un hacendado, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña (una Parábola — en efecto, Jesús está contestando la pregunta de Pedro, “¿qué pues tendremos?”, la lección fundamental que aprenderemos es que la recompensa del Reino no es de deuda, sino de Gracia).
2 Y habiéndose concertado con los obreros en un denario al día (casi cuarenta dólares por día el equivalente al dinero actual), los envió a su viña.
3 Y saliendo cerca de la hora tercera (a las 9:00 de la mañana), vio otros que estaban en la plaza ociosos,
4 Y les dijo, Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que fuere justo. Y ellos fueron (dejaron la cantidad del pago a discreción del hacendado).
5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena (a las 12:00 del mediodía y a las 3:00 de la tarde), e hizo lo mismo.
6 Y saliendo cerca de la hora undécima (a las 5:00 de la tarde), halló otros que estaban ociosos, y les dijo, ¿Por qué estáis aquí todo el día ociosos?
7 Ellos le dijeron, Porque nadie nos ha contratado. Les dijo, Id también vosotros a la viña; y recibiréis lo que fuere justo (ellos también, aceptaron su palabra).
8 Y cuando fue la tarde (casi a las 6:00 de la tarde), el señor de la viña dijo a su mayordomo, Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros (los que fueron contratados por último debían pagarles primero, y los primeros que fueron contratados pagarles por último).
9 Y viniendo los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario (casi el equivalente de cuarenta dólares por el trabajo de una hora).
10 Y viniendo también los primeros (los primeros contratados), pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario (cuarenta dólares).
11 Y tomándolo, murmuraban contra el hacendado,
12 Diciendo, Estos postreros sólo han trabajado (laborado) una hora, y los han hecho iguales a nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día.
13 Mas él respondiendo, dijo a uno de ellos, Amigo, no te hago injusticia alguna; ¿no te conviniste conmigo por un denario?
14 Toma lo que es tuyo, y vete: mas quiero dar a este último, como a ti (nuestro Señor enseña sobre la Gracia aquí, lo que quiere decir que no obtenemos la Salvación de Él por mérito alguno, sino también, se refiere a Israel y la Iglesia; la Iglesia aunque es última, recibirá tanto como Israel, quien fue el primero).
15 ¿No me es lícito a mí hacer lo que quiero con lo mío? O ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno? (Ningún hombre tiene el derecho de hacer reclamo a Dios basado en mérito. Todo debe ser por Fe en Cristo y la Cruz [Rom. 3:20-31].)
16 Así los primeros serán postreros (la Iglesia fue elegida por última, pero será primero, porque Israel que fue elegido primero, rechazó al Señor), y los postreros primeros: porque muchos son llamados, mas pocos los escogidos (muchos son llamados, pero solamente algunos escogen prestar atención al llamado).
JESÚS UNA VEZ MÁS PREDICE
SU MUERTE Y RESURRECCIÓN
17 Y subiendo Jesús a Jerusalén (cuándo y dónde Él sería Crucificado), tomó Sus Doce Discípulos aparte en el camino (en privado), y les dijo,
18 He aquí, subimos a Jerusalén; y el Hijo del Hombre será entregado a los Principales Sacerdotes y a los Escribas, y Le condenarán a Él a la muerte,
19 Y Le entregarán a los Gentiles (los Romanos) para que Lo escarnezcan, y Lo azoten (golpearlo), y crucifiquen: mas al tercer día Él resucitará (los Judíos y los Gentiles condenaron a Cristo).
LA MADRE DE SANTIAGO
Y JUAN
20 Entonces se llegó a Él la madre de los hijos de Zebedeo (Salomé) con sus hijos (Santiago y Juan), adorándole, y pidiéndole algo (la cuarta predicción de la Crucifixión fracasó como la de 17:22-23 para desplazar en los corazones de los Discípulos el interés propio y la presunción).
21 Y Él le dijo, ¿Qué quieres? Ella le dijo, Di que se sienten estos dos hijos míos (Santiago y Juan), el uno a Tu Mano Derecha, y el otro a Tu Izquierda, en Tu Reino (percibimos aquí las primeras muestras de la política en la Iglesia).
22 Entonces Jesús respondiendo dijo, No sabéis lo que pedís (a menos que el Espíritu Santo ilumine el corazón, la enseñanza espiritual más clara no tiene ni son ni ton ni poder alguno; este hecho humilla el orgullo del hombre). ¿Podéis beber el vaso que Yo he de beber (la copa del sufrimiento), y ser bautizados del bautismo de que Yo soy bautizado? (Es el bautismo que resulta del sufrimiento. La Cruz causará la oposición tanto de la Iglesia como del mundo, pero más proviene de la Iglesia.) Y ellos le dicen, Podemos (no sabían lo que decían; estaban pensando acerca de tronos en gloria, y definitivamente no en el sufrimiento).
23 Y Él les dice, A la verdad de Mi vaso beberéis, y del bautismo con que Yo soy bautizado, seréis bautizados (cada Cristiano verdadero sufrirá las indignidades de la Cruz; si no, no están viviendo y predicando la Cruz, que quiere decir que no están viviendo y predicando el Evangelio): mas el sentaros a Mi Mano Derecha y a Mi Izquierda, no es Mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado de Mi Padre (las posiciones en el Reino del Hijo fueron planeadas por el Padre y el Hijo y la Unidad de la Trinidad, daría solamente tales posiciones a aquellas personas a quienes el Padre había determinado concedérselas).
24 Y cuando los diez (los Discípulos restantes) oyeron esto (oído lo que fue solicitado por Salomé), se indignaron (ellos mismos desearon las posiciones) de los dos hermanos (Santiago y Juan).
25 Entonces Jesús llamándolos (todos los Doce), dijo, Sabéis que los príncipes de los Gentiles se enseñorean sobre ellos, y los que son grandes ejercen autoridad sobre ellos (grandeza mundana, que es lo contrario de la grandeza espiritual).
26 Mas entre vosotros no será así (el Creyente no debe aspirar a la grandeza mundana): sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, será vuestro servidor (siervo);
27 Y el que quisiere entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo (alguien que se entrega enteramente a la voluntad de otra persona, por lo menos lo que es Bíblico):
28 Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido (no para tener servidores sirviéndole a Él), sino para servir (servir a los demás), y para dar Su vida en rescate por muchos (lo que Él cumplió en la Cruz).
JESÚS SANA A DOS
HOMBRES CIEGOS
29 Entonces saliendo ellos de Jericó (la única oportunidad en que Él fue a Jericó de la cual estamos enterados), Le seguía gran compañía (Jesús está en Su jornada a Jerusalén).
30 Y, he aquí, dos ciegos sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo, Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros (Bartimeo era uno de estos hombres; ambos fueron sanados).
31 Y la gente les reprendía para que callasen (exigieron que se callaran); mas ellos clamaban más, diciendo, Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros (esta designación reconoció a Cristo como el Mesías).
32 Y parándose Jesús, los llamó, y dijo, ¿Qué queréis que haga por vosotros?
33 Ellos Le dicen, Señor, que sean abiertos nuestros ojos.
34 Entonces Jesús, teniendo compasión de ellos, les tocó los ojos: y luego sus ojos recibieron la vista, y Le siguieron (dos hombres ciegos son mencionados por Mateo en armonía con su Evangelio; representan la Nación Hebrea en sus dos divisiones de Israel y de Judá; y al recibir la vista ilustra y predice la luz que brillará sobre la Nación en el día futuro, cuando el Hijo de David hará Su magnífica entrada en Jerusalén en la Segunda Venida).
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