28 March 2022

El 28 de marzo Lectura Bíblica Diaria

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El 28 de marzo Lectura Bíblica Diaria:

1 Reyes 3-5:
Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó la hija de Faraón, y la trajo a la ciudad de David, entre tanto que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor. Hasta entonces el pueblo sacrificaba en los lugares altos; porque no había casa edificada al nombre de Jehová hasta aquellos tiempos. Mas Salomón amó a Jehová, andando en los estatutos de su padre David; solamente sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos. E iba el rey a Gabaón, porque aquél era el lugar alto principal, y sacrificaba allí; mil holocaustos sacrificaba Salomón sobre aquel altar. Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: Pide lo que quieras que yo te dé. Y Salomón dijo: Tú hiciste gran misericordia a tu siervo David mi padre, porque él anduvo delante de ti en verdad, en justicia, y con rectitud de corazón para contigo; y tú le has reservado esta tu gran misericordia, en que le diste hijo que se sentase en su trono, como sucede en este día. Ahora pues, Jehová Dios mío, tú me has puesto a mí tu siervo por rey en lugar de David mi padre; y yo soy joven, y no sé cómo entrar ni salir. Y tu siervo está en medio de tu pueblo al cual tú escogiste; un pueblo grande, que no se puede contar ni numerar por su multitud. Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande? Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto. Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio, he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. Y aun también te he dado las cosas que no pediste, riquezas y gloria, de tal manera que entre los reyes ninguno haya como tú en todos tus días. Y si anduvieres en mis caminos, guardando mis estatutos y mis mandamientos, como anduvo David tu padre, yo alargaré tus días. Cuando Salomón despertó, vio que era sueño; y vino a Jerusalén, y se presentó delante del arca del pacto de Jehová, y sacrificó holocaustos y ofreció sacrificios de paz, e hizo también banquete a todos sus siervos. En aquel tiempo vinieron al rey dos mujeres rameras, y se presentaron delante de él. Y dijo una de ellas: ¡Ah, señor mío! Yo y esta mujer morábamos en una misma casa, y yo di a luz estando con ella en la casa. Aconteció al tercer día después de dar yo a luz, que ésta dio a luz también, y morábamos nosotras juntas; ninguno de fuera estaba en casa, sino nosotras dos en la casa. Y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él. Y se levantó a medianoche y tomó a mi hijo de junto a mí, estando yo tu sierva durmiendo, y lo puso a su lado, y puso al lado mío su hijo muerto. Y cuando yo me levanté de madrugada para dar el pecho a mi hijo, he aquí que estaba muerto; pero lo observé por la mañana, y vi que no era mi hijo, el que yo había dado a luz. Entonces la otra mujer dijo: No; mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto. Y la otra volvió a decir: No; tu hijo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Así hablaban delante del rey. El rey entonces dijo: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: No, mas el tuyo es el muerto, y mi hijo es el que vive. Y dijo el rey: Traedme una espada. Y trajeron al rey una espada. En seguida el rey dijo: Partid por medio al niño vivo, y dad la mitad a la una, y la otra mitad a la otra. Entonces la mujer de quien era el hijo vivo, habló al rey (porque sus entrañas se le conmovieron por su hijo), y dijo: ¡Ah, señor mío! dad a ésta el niño vivo, y no lo matéis. Mas la otra dijo: Ni a mí ni a ti; partidlo. Entonces el rey respondió y dijo: Dad a aquélla el hijo vivo, y no lo matéis; ella es su madre. Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey, porque vieron que había en él sabiduría de Dios para juzgar. 4 Reinó, pues, el rey Salomón sobre todo Israel. Y estos fueron los jefes que tuvo: Azarías hijo del sacerdote Sadoc; Elihoref y Ahías, hijos de Sisa, secretarios; Josafat hijo de Ahilud, canciller; Benaía hijo de Joiada sobre el ejército; Sadoc y Abiatar, los sacerdotes; Azarías hijo de Natán, sobre los gobernadores; Zabud hijo de Natán, ministro principal y amigo del rey; Ahisar, mayordomo; y Adoniram hijo de Abda, sobre el tributo. Tenía Salomón doce gobernadores sobre todo Israel, los cuales mantenían al rey y a su casa. Cada uno de ellos estaba obligado a abastecerlo por un mes en el año. Y estos son los nombres de ellos: el hijo de Hur en el monte de Efraín; el hijo de Decar en Macaz, en Saalbim, en Bet-semes, en Elón y en Bet-hanán; el hijo de Hesed en Arubot; éste tenía también a Soco y toda la tierra de Hefer; el hijo de Abinadab en todos los territorios de Dor; éste tenía por mujer a Tafat hija de Salomón; Baana hijo de Ahilud en Taanac y Meguido, en toda Bet-seán, que está cerca de Saretán, más abajo de Jezreel, desde Bet-seán hasta Abel-mehola, y hasta el otro lado de Jocmeam; el hijo de Geber en Ramot de Galaad; éste tenía también las ciudades de Jair hijo de Manasés, las cuales estaban en Galaad; tenía también la provincia de Argob que estaba en Basán, sesenta grandes ciudades con muro y cerraduras de bronce; Ahinadab hijo de Iddo en Mahanaim; Ahimaas en Neftalí; éste tomó también por mujer a Basemat hija de Salomón. Baana hijo de Husai, en Aser y en Alot; Josafat hijo de Parúa, en Isacar; Simei hijo de Ela, en Benjamín; Geber hijo de Uri, en la tierra de Galaad, la tierra de Sehón rey de los amorreos y de Og rey de Basán; éste era el único gobernador en aquella tierra. Judá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo, bebiendo y alegrándose. Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos desde el Eufrates hasta la tierra de los filisteos y el límite con Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió. Y la provisión de Salomón para cada día era de treinta coros de flor de harina, sesenta coros de harina, diez bueyes gordos, veinte bueyes de pasto y cien ovejas; sin los ciervos, gacelas, corzos y aves gordas. Porque él señoreaba en toda la región al oeste del Eufrates, desde Tifsa hasta Gaza, sobre todos los reyes al oeste del Eufrates; y tuvo paz por todos lados alrededor. Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su parra y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón. Además de esto, Salomón tenía cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil jinetes. Y estos gobernadores mantenían al rey Salomón, y a todos los que a la mesa del rey Salomón venían, cada uno un mes, y hacían que nada faltase. Hacían también traer cebada y paja para los caballos y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al turno que tenía. Y Dios dio a Salomón sabiduría y prudencia muy grandes, y anchura de corazón como la arena que está a la orilla del mar. Era mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los egipcios. Aun fue más sabio que todos los hombres, más que Etán ezraíta, y que Hemán, Calcol y Darda, hijos de Mahol; y fue conocido entre todas las naciones de alrededor. Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. También disertó sobre los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó sobre los animales, sobre las aves, sobre los reptiles y sobre los peces. Y para oír la sabiduría de Salomón venían de todos los pueblos y de todos los reyes de la tierra, adonde había llegado la fama de su sabiduría. 5 Hiram rey de Tiro envió también sus siervos a Salomón, luego que oyó que lo habían ungido por rey en lugar de su padre; porque Hiram siempre había amado a David. Entonces Salomón envió a decir a Hiram: Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de Jehová su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que Jehová puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies. Ahora Jehová mi Dios me ha dado paz por todas partes; pues ni hay adversarios, ni mal que temer. Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, según lo que Jehová habló a David mi padre, diciendo: Tu hijo, a quien yo pondré en lugar tuyo en tu trono, él edificará casa a mi nombre. Manda, pues, ahora, que me corten cedros del Líbano; y mis siervos estarán con los tuyos, y yo te daré por tus siervos el salario que tú dijeres; porque tú sabes bien que ninguno hay entre nosotros que sepa labrar madera como los sidonios. Cuando Hiram oyó las palabras de Salomón, se alegró en gran manera, y dijo: Bendito sea hoy Jehová, que dio hijo sabio a David sobre este pueblo tan grande. Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído lo que me mandaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro y la madera de ciprés. Mis siervos la llevarán desde el Líbano al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia. Dio, pues, Hiram a Salomón madera de cedro y madera de ciprés, toda la que quiso. Y Salomón daba a Hiram veinte mil coros de trigo para el sustento de su familia, y veinte coros de aceite puro; esto daba Salomón a Hiram cada año. Jehová, pues, dio a Salomón sabiduría como le había dicho; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron pacto entre ambos. Y el rey Salomón decretó leva en todo Israel, y la leva fue de treinta mil hombres, los cuales enviaba al Líbano de diez mil en diez mil, cada mes por turno, viniendo así a estar un mes en el Líbano, y dos meses en sus casas; y Adoniram estaba encargado de aquella leva. Tenía también Salomón setenta mil que llevaban las cargas, y ochenta mil cortadores en el monte; sin los principales oficiales de Salomón que estaban sobre la obra, tres mil trescientos, los cuales tenían a cargo el pueblo que hacía la obra. Y mandó el rey que trajesen piedras grandes, piedras costosas, para los cimientos de la casa, y piedras labradas. Y los albañiles de Salomón y los de Hiram, y los hombres de Gebal, cortaron y prepararon la madera y la cantería para labrar la casa.

Salmo 106:
¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. ¿Quién puede proclamar las proezas del Señor, o expresar toda su alabanza? Dichosos los que practican la justicia y hacen siempre lo que es justo. Recuérdame, Señor, cuando te compadezcas de tu pueblo; ven en mi ayuda el día de tu salvación. Hazme disfrutar del bienestar de tus escogidos, participar de la alegría de tu pueblo y expresar mis alabanzas con tu heredad. Hemos pecado, lo mismo que nuestros padres; hemos hecho lo malo y actuado con iniquidad. Cuando nuestros padres estaban en Egipto, no tomaron en cuenta tus maravillas; no tuvieron presente tu bondad infinita y se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. Pero Dios los salvó, haciendo honor a su nombre, para mostrar su gran poder. Reprendió al Mar Rojo, y éste quedó seco; los condujo por las profundidades del mar como si cruzaran el desierto. Los salvó del poder de sus enemigos, del poder de quienes los odiaban. Las aguas envolvieron a sus adversarios, y ninguno de éstos quedó con vida. Entonces ellos creyeron en sus promesas y le entonaron alabanzas. Pero muy pronto olvidaron sus acciones y no esperaron a conocer sus planes. En el desierto cedieron a sus propios deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios. Y él les dio lo que pidieron, pero les envió una enfermedad devastadora. En el campamento tuvieron envidia de Moisés y de Aarón, el que estaba consagrado al Señor. Se abrió la tierra y se tragó a Datán; sepultó a los seguidores de Abirán. Un fuego devoró a esa pandilla; las llamas consumieron a los impíos. En Horeb hicieron un becerro; se postraron ante un ídolo de fundición. Cambiaron al que era su motivo de orgullo por la imagen de un toro que come hierba. Se olvidaron del Dios que los salvó y que había hecho grandes cosas en Egipto: milagros en la tierra de Cam y portentos junto al Mar Rojo. Dios amenazó con destruirlos, pero no lo hizo por Moisés, su escogido, que se puso ante él en la brecha e impidió que su ira los destruyera. Menospreciaron esa bella tierra; no creyeron en la promesa de Dios. Refunfuñaron en sus tiendas de campaña y no obedecieron al Señor. Por tanto, él levantó su mano contra ellos para hacerlos caer en el desierto, para hacer caer a sus descendientes entre las naciones y dispersarlos por todos los países. Se sometieron al yugo de Baal Peor y comieron de las ofrendas a ídolos sin vida. Provocaron al Señor con sus malvadas acciones, y les sobrevino una plaga. Pero Finés se levantó e hizo justicia, y la plaga se detuvo. Esto se le acreditó como un acto de justicia para siempre, por todas las generaciones. Junto a las aguas de Meribá hicieron enojar al Señor, y a Moisés le fue mal por culpa de ellos, pues lo sacaron de quicio y él habló sin pensar lo que decía. No destruyeron a los pueblos que el Señor les había señalado, sino que se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. Rindieron culto a sus ídolos, y se les volvieron una trampa. Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas. Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán, su sangre derramada profanó la tierra. Tales hechos los contaminaron; tales acciones los corrompieron. La ira del Señor se encendió contra su pueblo; su heredad le resultó aborrecible. Por eso los entregó a los paganos, y fueron dominados por quienes los odiaban. Sus enemigos los oprimieron, los sometieron a su poder. Muchas veces Dios los libró; pero ellos, empeñados en su rebeldía, se hundieron en la maldad. Al verlos Dios angustiados, y al escuchar su clamor, se acordó del pacto que había hecho con ellos y por su gran amor les tuvo compasión. Hizo que todos sus opresores también se apiadaran de ellos. Sálvanos, Señor, Dios nuestro; vuelve a reunirnos de entre las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre y orgullosos te alabemos. ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, eternamente y para siempre! ¡Que todo el pueblo diga: " Amén y amén."! ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!


Proverbios 9:

La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares. Preparó un banquete, mezcló su vino y tendió la mesa. Envió a sus doncellas, y ahora clama desde lo más alto de la ciudad. "¡Vengan conmigo los inexpertos! dice a los faltos de juicio. Vengan, disfruten de mi pan y beban del vino que he mezclado. Dejen su insensatez, y vivirán; andarán por el camino del discernimiento. "El que corrige al burlón se gana que lo insulten; el que reprende al malvado se gana su desprecio. No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará. Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. "El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; conocer al Santo es tener discernimiento. Por mí aumentarán tus días; muchos años de vida te serán añadidos. Si eres sabio, tu premio será tu sabiduría; si eres insolente, sólo tú lo sufrirás." La mujer necia es escandalosa, frívola y desvergonzada. Se sienta a las puertas de su casa, sienta sus reales en lo más alto de la ciudad, y llama a los que van por el camino, a los que no se apartan de su senda. "¡Vengan conmigo, inexpertos! dice a los faltos de juicio. ¡Las aguas robadas saben a gloria! ¡El pan sabe a miel si se come a escondidas!" Pero éstos ignoran que allí está la muerte, que sus invitados caen al fondo de la fosa.




El Libro de Los Romanos Capítulo 11 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS
ROMANOS
CAPÍTULO 11
(60 d.C.)
EL PROPÓSITO DE DIOS
DIGO pues, ¿ha desechado Dios a Su pueblo? (Está expresado en el Texto Griego de modo que se requiere una respuesta negativa.) De ninguna manera. Porque también yo soy Israelita, de la simiente de Abraham, de la Tribu de Benjamín ("Israelita" es el título más augusto de los tres nombres).
2 No ha desechado Dios a Su pueblo al cual antes conoció (se refiere a Israel como Nación, y muchas Promesas hicieron con respecto al futuro de este pueblo antiguo). ¿O no sabéis qué dice de Elías La Escritura? (I Rey. 19:10, 14) cómo hablando con Dios contra Israel, dice (conlleva el pensamiento de que el Profeta debería haber suplicado por Israel, no contra Israel),
3 Señor, a Tus Profetas han dado muerte, y Tus Altares han derribado (la adoración verdadera de Dios de ese entonces fue abandonada, y en su lugar fueron sustituidos por ídolos [I Rey. 12:28-33]); y yo he quedado solo, y procuran matarme (de hecho, Elías no estaba solo, justo como lo veremos).
4 Mas ¿qué le dice la divina respuesta? He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal (nos dice que la Fe Verdadera siempre se adhiere a la acción espiritual).
UN REMANENTE

5 Así también aun en este tiempo (durante la época de Pablo) han quedado un Remanente por la elección de Gracia (definitivamente habla de la Predestinación, pero no de la manera como muchos piensan; es "el Remanente" que se ha elegido o predestinado, no son aquellos que estarán en el Remanente).
6 Y si por Gracia (la Bondad de Dios, todo hecho posible por la Cruz), luego no es por las obras (nadie puede señalar a sus obras como base de la Salvación): de otra manera la Gracia ya no es Gracia (si las obras se mezclan con la Gracia, éstas anulan la Gracia). Y si por las obras, ya no es Gracia (las obras nunca pueden producir la Gracia): de otra manera la obra ya no es obra (por ejemplo, el Bautismo en Agua, si se procede erróneamente, anula su sentido verdadero; es cierto también para todas las otras grandes Ordenanzas del Señor).
LA REBELIÓN Y LA
INCREDULIDAD

7 ¿Qué pues? (Esto se preguntó con respecto a Israel, ¡pero también puede aplicarse a la Iglesia!) Lo que buscaba Israel, aquello no ha alcanzado (categóricamente declara que la Salvación no se puede obtener de ninguna otra manera o por otro camino que no sea por el Camino de Dios, que es la Cruz); mas la elección lo ha alcanzado (se refiere a los Judíos que no intentaron reclamar la Salvación por Mérito, sino más bien por la Gracia), y los demás fueron endurecidos (se refiere a una ceguera judicial).
8 (Como está escrito (Isa. 29:10), Les dio Dios espíritu embotado (esto es lo que ellos quisieron, ¡por lo tanto es lo que recibieron!), ojos con que no vean, y oídos con que no oigan;) (Se refiere a la incapacidad "de ver" aunque la evidencia sea claramente visible, u "oír" aunque las palabras sean claramente dichas.) hasta el día de hoy (se refiere a una condición que no se corregirá, sino que seguirá empeorando).
9 Y David dice (Sal. 69:22), Que se convierta su mesa en trampa (se refiere a su prosperidad), y en red (el resultado final de la "trampa"), y en tropezadero (Israel tropezó en las mismas bendiciones que fueron previstas para su mejoría), y en paga (un resultado final negativo):
10 Sus ojos sean oscurecidos, para que no vean (no quisieron "ver," luego el Señor les dio lo que querían), y agóbiales siempre la espalda (se refiere a aquellos que caen bajo el agobio del cautiverio, que es exactamente lo que pasó).
LOS GENTILES
11 Digo pues, ¿han tropezado para que cayesen? (¿Para nunca levantarse otra vez?) De ninguna manera: mas por el tropiezo de ellos vino la Salvación a los Gentiles (es otra manera de expresar la formación o edificación de la Iglesia), para que fuesen provocados a celos (se remonta a la Profecía de Noé después del diluvio, "Engrandezca Dios a Jafet [los Gentiles], y habite en las tiendas de Sem," es decir, "Israel"; Jafet recibirá las bendiciones provistas para Sem, que es exactamente lo que sucedió [Gén. 9:26-27]).
12 Y si la caída de ellos es la riqueza del mundo (la idea es que su Caída no detuvo que el Evangelio viniera al mundo; la manera en que la versión lo interpreta es como que si el mundo se ha enriquecido mucho por la Caída de Israel; ¡sin embargo, ese no es el caso!), y la pérdida de ellos la riqueza de los Gentiles (las Bendiciones que debieran ser para Israel, las recibieron los Gentiles, y nos referimos a la Iglesia, es decir, "la Verdadera Iglesia"); ¿cuánto más la plenitud de ellos? (En esta pregunta, Pablo insinúa que el lugar legítimo de Israel en el Reino de Dios está todavía por venir, lo cual entonces va a estar todo en orden, e Israel va a ser la gran Bendición que Dios siempre intentó que fuera.)
13 Porque a vosotros hablo, Gentiles (se refiere a las naciones que son distintas de Israel), por cuanto pues yo soy Apóstol de los Gentiles (habla del Llamamiento especial de Pablo por el Señor), mi ministerio honro (el Ministerio del Apóstol, que se refiere al Mensaje de la Gracia que afectaría a todo Creyente):
14 Por si en alguna manera provocase a celos a mi carne, e hiciese salvos a algunos de ellos (Pablo esperaba que Israel pudiera ver las Bendiciones del Señor sobre los Gentiles, y, al desear esas Bendiciones, iba a aceptar a Cristo y, por consiguiente, ser salvo).
15 Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo (se refiere a la Acción de Dios en apartar temporalmente a Israel como un canal para traer las Buenas Nuevas de Salvación al mundo, y en su lugar poner la Iglesia como sustituto), ¿qué será su admisión, sino vida de los muertos? (Todo es con miras de devolver a Israel al compañerismo con Él y al servicio en el Milenio venidero. Su conversión es comparada a una Resurrección.)
16 Y si el Primer Fruto es Santo (se refiere a los Patriarcas de Israel, quienes eran Abraham, Isaac y Jacob), también lo es el todo (no se refiere a los atributos personales, sino simplemente que Israel ha sido Llamado de Dios, y apartado por Dios para una tarea especial que finalmente será realizada): y si la raíz es Santa, también lo son las ramas (corresponde a su obra, su motivo de existir; están ahora mismo en la etapa en que comienzan a ser devueltos "de los muertos").
17 Que si algunas de las ramas fueron quebradas (no todas las ramas, sino algunas; refiriéndose al hecho de que Israel será finalmente devuelto), y tú (se refiere a la Iglesia, es decir, "los Gentiles"), siendo olivo silvestre (inferior), has sido injertado entre ellas (indica el inferior que se injerta en el superior, que es totalmente contra la  naturaleza), y has sido hecho participante de la raíz y de la grosura del olivo (quiere decir que la vida de la Iglesia procede de la Raíz común lo que al principio se le dio a Israel de hace mucho tiempo);
18 No te jactes contra las ramas (la Iglesia no ha sustituido a Israel en el Plan de Dios, aunque la Iglesia está incluida en el Plan de Dios debido a que Israel rechazó a Cristo). Y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti (como se mencionó, la Iglesia fue injertada y edificada sobre las Promesas que originalmente se les dieron a Israel, las cuales se aplican todavía a Israel y un día serán cumplidas).
19 Pues las ramas, dirás, fueron quebradas, para que yo fuese injertada (la Iglesia tiene siempre que saber y entender que fue y es la segunda alternativa).
20 Bien; por su (Israel) incredulidad fueron quebradas (la incredulidad con respecto a Cristo y la Cruz), mas tú por la Fe estás en pie (indica que se le dio entrada a la Iglesia debido a la Fe y no por su propio mérito, y se mantiene en su posición presente por la Fe y no por su propio mérito). No te ensoberbezcas, antes teme (la razón se da en el siguiente Versículo).
21 Que si Dios no perdonó a las ramas naturales (Israel), a ti tampoco te perdonará (otra vez, se refiere a la Iglesia, como es obvio).
22 Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios (no confunda la Bondad de Dios con la licencia): la severidad ciertamente en los que cayeron (habla del Juicio que vino sobre Israel, el Pueblo escogido de Dios); mas la bondad para contigo, si permanecieres en Su Bondad (declara la condición; la continuación de "la Bondad" que pertenece a la Fe persistente en Cristo y la Cruz): pues de otra manera tú también serás cortado (¿está la Iglesia moderna al borde de esto ahora mismo? ¡Apocalipsis 3:15-22 nos dice que este es el caso!).
23 Y aun ellos (Israel), si no permanecieren en incredulidad, serán injertados (la incredulidad de Israel se terminará en la Segunda Venida): que poderoso es Dios para volverlos a injertar (¡y esto Él hará!).
24 Porque si tú eres cortado de naturaleza silvestre (se refiere al mundo Gentil, y en este caso la Iglesia), y contra de lo normal fuiste injertado en el buen olivo (el inferior en el superior): ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Israel falló, pero el Plan no falló. Israel será al fin devuelto y Evangelizará el mundo como fue planeado al principio. Ocurrirá en la Edad del Reino venidero [Isa. 66:19].)
LA RESTAURACIÓN
25 Porque no quiero, Hermanos, que ignoréis este misterio (lo que le ha pasado a Israel), para que no os ensoberbezcáis en cuanto a vosotros mismos (los Gentiles no fueron incluidos por ningún mérito o Justicia de su parte, sino estrictamente por la Gracia de Dios); que la ceguera en parte ha acontecido en Israel (es el "misterio" del cual Pablo habla), hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles (se refiere a la Iglesia; de hecho, la Edad de la Iglesia está ahora mismo por clausurar).
26 Y luego todo Israel será salvo (cuando la Edad de la Iglesia se termine, y la Segunda Venida comience; entonces Israel aceptará a Cristo y será salvo): como está escrito (Isa. 27:9; 59:20-21), Vendrá de Sión el Libertador (Jesucristo será el Libertador), que quitará de Jacob la impiedad (Cristo librará a Israel del Anticristo, y lo más importante es que los librará de sus pecados):
27 Y este es mi Pacto con ellos (una Promesa), cuando quitare sus pecados (como se declaró, se realizará en la Segunda Venida [Zac. 13:1]).
28 Así que, en cuanto al Evangelio, son enemigos por causa de vosotros (se refiere al Evangelio de Jesucristo): mas en cuanto a la elección, son muy amados por causa de los padres (habla de su Llamamiento).
29 Porque sin Arrepentimiento son los Dones y el Llamamiento de Dios (los Dones y el Llamamiento de Dios no están sujetos a un cambio de opinión de Parte de Dios).
30 Porque como también vosotros en algún tiempo no creísteis a Dios (corresponde al mundo Gentil que vivía fuera de las Promesas de Dios durante aproximadamente 4.000 años), mas ahora habéis alcanzado Misericordia por la incredulidad de ellos (se refiere a la incredulidad de Israel, pero su incredulidad no detuvo la Misericordia otorgada a los Gentiles, que Dios había planeado desde el principio):
31 Así también éstos ahora no han creído (corresponde otra vez a Israel, y el hecho de que ellos estén aun ahora en la incredulidad; se cambiará al final), para que por la Misericordia para con vosotros (la Iglesia), ellos también alcancen Misericordia (la Misericordia que se extendió a los Gentiles al final se le devolverá a Israel también, con la totalidad del Plan de Dios que ya vuelve al punto de partida).
32 Porque Dios encerró a todos en incredulidad (tanto Judíos como Gentiles; los Judíos detestaron aceptar esta conclusión), para tener Misericordia de todos (indica la condición de Dios con que trata a la totalidad de la familia humana, tanto Judío como Gentil).
LA GRANDEZA DE DIOS
33 ¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! (Esta profundidad está más allá de nuestra comprensión.) ¡Cuán incomprensibles son sus Juicios, e inescrutables Sus Caminos! (Ellos no pueden comprender por el intelecto, sólo por la Revelación que viene del Espíritu.)
34 Porque ¿quién entendió la Mente del Señor? (Como se mencionó, el único modo como se puede conocer la Mente del Señor es por medio de la revelación del Espíritu Santo.) ¿O quién fue Su consejero? (Tendría que ser, "nadie.")
35 ¿O quién le dio a Él primero (Job 41:11), para que le sea pagado? (¡Lo que sembramos, cosechamos!)
36 Porque de Él (se refiere a la Creación), y por Él (se refiere a Su Conocimiento Perfecto), y en Él (Su Presencia está en todas partes), son todas las cosas (Él Solo es la Primera Causa): a Él sea Gloria por los siglos (Él Solo merece la Gloria). Amén (Verdad).


Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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