25 January 2015

El 25 de enero Lectura Bíblica Diaria





El 25 de enero Lectura Bíblica Diaria:


Levítico 18 a 20:
El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: "Yo soy el Señor su Dios. No imitarán ustedes las costumbres de Egipto, donde antes habitaban, ni tampoco las de Canaán, adonde los llevo. No se conducirán según sus estatutos, sino que pondrán en práctica mis preceptos y observarán atentamente mis leyes. Yo soy el Señor su Dios. Observen mis estatutos y mis preceptos, pues todo el que los practique vivirá por ellos. Yo soy el Señor. "Nadie se acercará a ningún pariente cercano para tener relaciones sexuales con él o con ella. Yo soy el Señor. "No deshonrarás a tu padre, teniendo relaciones sexuales con tu madre. No lo hagas, porque es tu madre. "No tendrás relaciones sexuales con la esposa de tu padre, porque sería como tenerlas con él. "No tendrás relaciones sexuales con tu hermana por parte de padre o de madre, ya sea nacida en la misma casa o en otro lugar. "No tendrás relaciones sexuales con la hija de tu hijo, ni con la hija de tu hija, porque sería deshonrarte a ti mismo. "No tendrás relaciones sexuales con la hija que tu padre haya tenido con su mujer. No la deshonres, porque es tu hermana. "No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu padre, porque sería como tenerlas con tu padre. "No tendrás relaciones sexuales con la hermana de tu madre, porque sería como tenerlas con tu madre. "No deshonrarás al hermano de tu padre, teniendo relaciones sexuales con su mujer, porque es tu tía. "No tendrás relaciones sexuales con tu nuera. No las tendrás, porque sería como tenerlas con tu hijo. "No tendrás relaciones sexuales con la mujer de tu hermano, porque sería como tenerlas con él mismo. "No tendrás relaciones sexuales con dos mujeres que sean madre e hija, ni con las nietas de ellas, ya sea por parte de un hijo o de una hija de las mismas. Son parientes cercanas, de modo que eso sería una perversión. "No te casarás con la hermana de tu esposa, ni tendrás relaciones sexuales con ella mientras tu esposa viva, para no crear rivalidades entre ellas. "No tendrás relaciones sexuales con ninguna mujer durante su período de impureza menstrual. "No tendrás trato sexual con la mujer de tu prójimo, para que no te hagas impuro por causa de ella. "No profanarás el nombre de tu Dios, entregando a tus hijos para que sean quemados como sacrificio a Moloc. Yo soy el Señor. "No te acostarás con un hombre como quien se acuesta con una mujer. Eso es una abominación. "No tendrás trato sexual con ningún animal. No te hagas impuro por causa de él. "Ninguna mujer tendrá trato sexual con ningún animal. Eso es una depravación. "No se contaminen con estas prácticas, porque así se contaminaron las naciones que por amor a ustedes estoy por arrojar, y aun la tierra misma se contaminó. Por eso la castigué por su perversidad, y ella vomitó a sus habitantes. Ustedes obedezcan mis estatutos y preceptos. Ni los nativos ni los extranjeros que vivan entre ustedes deben practicar ninguna de estas abominaciones, pues las practicaron los que vivían en esta tierra antes que ustedes, y la tierra se contaminó. Si ustedes contaminan la tierra, ella los vomitará como vomitó a las naciones que la habitaron antes que ustedes. "Cualquiera que practique alguna de estas abominaciones será eliminado de su pueblo. Ustedes observen mis mandamientos y absténganse de seguir las abominables costumbres que se practicaban en la tierra antes de que ustedes llegaran. No se contaminen por causa de ellas. Yo soy el Señor su Dios." El Señor le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: "Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. "Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios. "No se vuelvan a los ídolos inútiles, ni se hagan dioses de metal fundido. Yo soy el Señor su Dios. "Cuando le ofrezcan al Señor un sacrificio de comunión, háganlo de tal manera que el Señor lo acepte de buen grado. Cómanselo el día en que lo sacrifiquen, o al día siguiente. Lo que sobre para el tercer día deberán quemarlo. Si alguien lo come al tercer día, tal sacrificio no le será válido, pues la carne ya se habrá descompuesto. Cualquiera que lo coma sufrirá las consecuencias de su pecado por profanar lo que ha sido consagrado al Señor. Tal persona será eliminada de su pueblo. "Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden. "No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios. "No roben. "No mientan. "No engañen a su prójimo. "No juren en mi nombre sólo por jurar, ni profanen el nombre de su Dios. Yo soy el Señor. "No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada. "No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente. "No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor. "No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia. "No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor. "No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado. "No seas vengativo con tu prójimo, ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor. "Cumplan mis estatutos: "No crucen animales de especies diferentes. "No planten en su campo dos clases distintas de semilla. "No usen ropa tejida con dos clases distintas de hilo. "Si un hombre se acuesta con una esclava prometida a otro en matrimonio, pero que aún no ha sido rescatada ni declarada libre, a los dos se les impondrá el castigo debido, pero no se les condenará a muerte porque ella aún no ha sido declarada libre. No obstante, el hombre deberá ofrecer al Señor un carnero como ofrenda por su culpa. Lo llevará a la entrada de la Tienda de reunión, y el sacerdote hará expiación ante el Señor por el pecado cometido. De este modo su pecado le será perdonado. "Cuando ustedes entren en la tierra y planten cualquier clase de árboles frutales, durante tres años no comerán su fruto, sino que lo considerarán inmundo. En el cuarto año todo su fruto será consagrado como una ofrenda de alabanza al Señor, y en el quinto año ya podrán comer de su fruto. De este modo aumentarán sus cosechas. Yo soy el Señor su Dios. "No coman nada que tenga sangre. "No practiquen la adivinación ni los sortilegios. "No se corten el cabello en redondo ni se despunten la barba. "No se hagan heridas en el cuerpo por causa de los muertos, ni tatuajes en la piel. Yo soy el Señor. "No degraden a su hija haciendo de ella una prostituta, para que tampoco se prostituya la tierra ni se llene de perversidad. "Observen mis sábados, y tengan reverencia por mi santuario. Yo soy el Señor. "No acudan a la nigromancia, ni busquen a los espiritistas, porque se harán impuros por causa de ellos. Yo soy el Señor su Dios. "Ponte de pie en presencia de los mayores. "Respeta a los *ancianos. "Teme a tu Dios. Yo soy el Señor. "Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal. Al contrario, trátenlo como si fuera uno de ustedes. Ámenlo como a ustedes mismos, porque también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Señor y Dios de Israel. "No cometan injusticias falseando las medidas de longitud, de peso y de capacidad. Usen balanzas, pesas y medidas justas. Yo soy el Señor su Dios, que los saqué de Egipto. "Obedezcan todos mis estatutos. Pongan por obra todos mis preceptos. Yo soy el Señor." El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a los israelitas: "Todo israelita o extranjero residente en Israel que entregue a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc, será condenado a muerte. Los miembros de la comunidad lo matarán a pedradas. Yo mismo me pondré en contra de ese hombre y lo eliminaré de su pueblo porque, al entregar a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc, profana mi santuario y mi santo nombre. "Si los miembros de la comunidad hacen caso omiso del hombre que haya entregado alguno de sus hijos a Moloc, y no lo condenan a muerte, yo mismo me pondré en contra de él y de su familia; eliminaré del pueblo a ese hombre y a todos los que se hayan prostituido con él, siguiendo a Moloc. "También me pondré en contra de quien acuda a la nigromancia y a los espiritistas, y por seguirlos se prostituya. Lo eliminaré de su pueblo. "Conságrense a mí, y sean santos, porque yo soy el Señor su Dios. "Obedezcan mis estatutos y pónganlos por obra. Yo soy el Señor, que los santifica. "Si alguien maldice a su padre o a su madre, será condenado a muerte: ha maldecido a su padre o a su madre, y será responsable de su propia muerte. "Si alguien comete adulterio con la mujer de su prójimo, tanto el adúltero como la adúltera serán condenados a muerte. "Si alguien se acuesta con la mujer de su padre, deshonra a su padre. Tanto el hombre como la mujer serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables. "Si alguien se acuesta con su nuera, hombre y mujer serán condenados a muerte. Han cometido un acto depravado, y ellos mismos serán responsables de su propia muerte. "Si alguien se acuesta con otro hombre como quien se acuesta con una mujer, comete un acto abominable y los dos serán condenados a muerte, de la cual ellos mismos serán responsables. "Si alguien tiene relaciones sexuales con hija y madre, comete un acto depravado. Tanto él como ellas morirán quemados, para que no haya tal depravación entre ustedes. "Si alguien tiene trato sexual con un animal, será condenado a muerte, y se matará también al animal. "Si una mujer tiene trato sexual con un animal, se les dará muerte a ambos, y ellos serán responsables de su muerte. "Si alguien tiene relaciones sexuales con una hermana suya, comete un acto vergonzoso y los dos serán ejecutados en público. Ha deshonrado a su hermana, y sufrirá las consecuencias de su pecado. "Si alguien se acuesta con una mujer y tiene relaciones sexuales con ella durante su período menstrual, pone al descubierto su flujo, y también ella expone el flujo de su sangre. Los dos serán eliminados de su pueblo. "No tendrás relaciones sexuales ni con tu tía materna ni con tu tía paterna, pues eso significaría la deshonra de un pariente cercano y los dos sufrirían las consecuencias de su pecado. "Si alguien se acuesta con su tía, deshonra a su tío, y los dos sufrirán las consecuencias de su pecado: morirán sin tener descendencia. "Si alguien viola a la esposa de su hermano, comete un acto de impureza: ha deshonrado a su hermano, y los dos se quedarán sin descendencia. "Cumplan todos mis estatutos y preceptos; pónganlos por obra, para que no los vomite la tierra adonde los llevo a vivir. No vivan según las costumbres de las naciones que por amor a ustedes voy a expulsar. Porque ellas hicieron todas estas cosas, y yo las aborrecí. Pero a ustedes les digo: Poseerán la tierra que perteneció a esas naciones, tierra donde abundan la leche y la miel. Yo mismo se la daré a ustedes como herencia. "Yo soy el Señor su Dios, que los he distinguido entre las demás naciones. Por consiguiente, también ustedes deben distinguir entre los animales puros y los impuros, y entre las aves puras y las impuras. No se hagan detestables ustedes mismos por causa de animales, de aves o de cualquier alimaña que se arrastra por el suelo, pues yo se los he señalado como impuros. Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos. "Cualquiera de ustedes, hombre o mujer, que sea nigromante o espiritista, será condenado a muerte. Morirá apedreado, y será responsable de su propia muerte."


Salmo 107:
Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre. Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario, a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur. Vagaban perdidos por parajes desiertos, sin dar con el camino a una ciudad habitable. Hambrientos y sedientos, la vida se les iba consumiendo. En su angustia clamaron al Señor, y él los libró de su aflicción. Los llevó por el camino recto hasta llegar a una ciudad habitable. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento! Afligidos y encadenados, habitaban en las más densas tinieblas por haberse rebelado contra las palabras de Dios, por menospreciar los designios del Altísimo. Los sometió a trabajos forzados; tropezaban, y no había quien los ayudara. En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Los sacó de las sombras tenebrosas y rompió en pedazos sus cadenas. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Él hace añicos las puertas de bronce y rompe en mil pedazos las barras de hierro! Trastornados por su rebeldía, afligidos por su iniquidad, todo alimento les causaba asco. ¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte! En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud, y jubilosos proclamen sus obras! Se hicieron a la mar en sus barcos; para comerciar surcaron las muchas aguas. Allí, en las aguas profundas, vieron las obras del Señor y sus maravillas. Habló Dios, y se desató un fuerte viento que tanto encrespó las olas que subían a los cielos y bajaban al abismo. Ante el peligro, ellos perdieron el coraje. Como ebrios tropezaban, se tambaleaban; de nada les valía toda su pericia. En su angustia clamaron al Señor, y él los sacó de su aflicción. Cambió la tempestad en suave brisa: se sosegaron las olas del mar. Ante esa calma se alegraron, y Dios los llevó al puerto anhelado. ¡Que den gracias al Señor por su gran amor, por sus maravillas en favor de los hombres! ¡Que lo exalten en la asamblea del pueblo! ¡Que lo alaben en el consejo de los ancianos! Dios convirtió los ríos en desiertos, los manantiales en tierra seca, los fértiles terrenos en tierra salitrosa, por la maldad de sus habitantes. Convirtió el desierto en fuentes de agua, la tierra seca en manantiales; hizo habitar allí a los hambrientos, y ellos fundaron una ciudad habitable. Sembraron campos, plantaron viñedos, obtuvieron abundantes cosechas. Dios los bendijo y se multiplicaron, y no dejó que menguaran sus rebaños. Pero si merman y son humillados, es por la opresión, la maldad y la aflicción. Dios desdeña a los nobles y los hace vagar por desiertos sin senderos. Pero a los necesitados los saca de su miseria, y hace que sus familias crezcan como rebaños. Los rectos lo verán y se alegrarán, pero todos los impíos serán acallados. Quien sea sabio, que considere estas cosas y entienda bien el gran amor del Señor.



Proverbios 2:
Hijo mío, si haces tuyas mis palabras y atesoras mis mandamientos; si tu oído inclinas hacia la sabiduría y de corazón te entregas a la inteligencia; si llamas a la inteligencia y pides discernimiento; si la buscas como a la plata, como a un tesoro escondido, entonces comprenderás el temor del Señor y hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios. Él reserva su ayuda para la gente íntegra y protege a los de conducta intachable. Él cuida el sendero de los justos y protege el camino de sus fieles. Entonces comprenderás la justicia y el derecho, la equidad y todo buen camino; la sabiduría vendrá a tu corazón, y el conocimiento te endulzará la vida. La discreción te cuidará, la inteligencia te protegerá. La sabiduría te librará del camino de los malvados, de los que profieren palabras perversas, de los que se apartan del camino recto para andar por sendas tenebrosas, de los que se complacen en hacer lo malo y festejan la perversidad, de los que andan por caminos torcidos y por sendas extraviadas; te librará de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras que, olvidándose de su pacto con Dios, abandona al compañero de su juventud. Ciertamente su casa conduce a la muerte; sus sendas llevan al reino de las sombras. El que se enreda con ella no vuelve jamás, ni alcanza los senderos de la vida. Así andarás por el camino de los buenos y seguirás la senda de los justos. Pues los íntegros, los perfectos, habitarán la tierra y permanecerán en ella. Pero los malvados, los impíos, serán desarraigados y expulsados de la tierra.




El Libro de Efesios Capítulo 2 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:


LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS

CAPÍTULO 2
(64 d.C.)
VIVO EN CRISTO


Y DE ella recibisteis vosotros (cobraron vida), que estabais muertos en vuestros delitos y pecados (depravación total debido a la Caída y pecado original);
2 En los cuales en otro tiempo anduvisteis según el corriente de este mundo (se refiere al hecho de que las personas que no son redimidas ponen en órden su comportamiento y viven con arreglos dentro de esta esfera de transgresiones y pecados), conforme al príncipe de la potestad del aire (corresponde al hecho de que Satanás encabeza el sistema de este mundo), el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia (el espíritu de Satanás, lo cual cubre a todos los incrédulos, por ello obrando la desobediencia):
3 Entre los cuales (los hijos de desobediencia) todos nosotros también vivimos (estilo de vida) en otro tiempo en los deseos de nuestra carne (ansias depravadas), haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos (la mente de las personas que no son redimidas son el laboratorio de pensamientos pervertidos, impresiones, imaginaciones, etc.); y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás. (La ira de Dios está de modo inalterable en contra del pecado, y la única solución es la Cruz.)
4 Empero Dios, Que es rico en Misericordia (Su Misericordia nos llega por medio de la Cruz), por Su mucho Amor con que nos amó (el Amor demostrado en el Calvario),
5 Aun estando nosotros muertos en pecados (se refiere a una condición en la cual no podemos de ningún modo hacer nada para ayudarnos), nos dio vida juntamente con Cristo (se nos concede esta nueva vida por nuestra identificación con Cristo en Su Muerte y Resurrección), (por Gracia sois salvos;) (La Gracia es hecha posible únicamente por la Cruz, y fluye sin interrupción cuando siempre hagamos la Cruz el Objeto de nuestra Fe.)
6 Y juntamente nos resucitó (la Resurrección de Cristo desde la Tumba era incluso nuestra Resurrección, el significado espiritual es que nos dio “novedad de vida” [Rom. 6:3-5]), y asimismo nos hizo sentar en los Cielos (hecho posible por la Cruz) con Cristo Jesús (efectuado todo en Cristo, y se refiere a la manera cómo lo hizo, que es por la Cruz):
7 Para mostrar en los siglos venideros (en las edades próximas, una tras otra, interminable) las abundantes riquezas de Su Gracia (presenta la edad de oro del Creyente que es siempre futuro, nunca pasado) en Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Dios puede mostrarnos bondad sólo a través de la Cruz. El Estudiante de la Biblia debe darse cuenta que la Cruz es la Doctrina más antigua en la Biblia [I Ped. 1:18-20], y de hecho, es el Fundamento en el cual debe edificarse toda Doctrina.)

LA REDENCIÓN

8 Porque por Gracia (la Bondad de Dios) sois salvos por la Fe (Fe en Cristo, y la Cruz siempre como su Objeto); y esto no de vosotros (nada de esto es de nosotros, pero todo es de Él): pues es Don de Dios (cada vez que se usa la palabra “Don,” Dios está refiriéndose a Su Hijo y Su Obra Sustitutiva en la Cruz, que hace todo esto posible):
9 No por obras (el hombre no merece la Salvación; independientemente de lo que haga), para que nadie se gloríe (jactarse en su propia capacidad y fuerza; sólo se permite jactarse en la Cruz [Gál. 6:14]).
10 Porque somos hechura Suya (si somos hechura de Dios, nuestra Salvación no proviene de nosotros mismos), creados en Cristo Jesús para buenas obras (los resultados de la Salvación y no la causa), las cuales Dios preparó para que anduviésemos en ellas. (Las “buenas obras” a las que se refiere el Apóstol tienen que ver con la Fe en Cristo y la Cruz, lo que permite al Creyente vivir una vida Santa.)

LA UNIDAD

11 Por tanto, acordaos que en otro tiempo vosotros los Gentiles en la carne, que erais llamados Incircuncisión (se refería a los Gentiles que no estaban en Convenio con Dios; la Circuncisión física bajo la Antigua Economía era su prueba externa) por la que se llama Circuncisión, hecha con mano en la carne (dicho por Pablo de esta manera, con respecto a los Judíos, en contraposición de la Circuncisión del corazón);
12 Que en aquel tiempo estabais sin Cristo (describe la antigua condición de los Gentiles, ellos no tenían conexión alguna con Cristo antes de la Cruz), alejados de la ciudadanía de Israel, y ajenos a los Pactos de la Promesa, sin esperanza, y sin Dios en el mundo (todo esto revela un corazón oscurecido y pervertido; los Gentiles no tenían ningún conocimiento de Dios en aquel entonces):
13 Mas ahora en Cristo Jesús (la base de toda la Salvación), vosotros que en otro tiempo (tiempos pasados) estabais lejos (lejos de la Salvación), habéis sido hechos cercanos (cerca) por la Sangre de Cristo. (La Muerte Expiatoria del Sacrificio de Jesucristo transformó las relaciones de Dios con la humanidad. En Cristo, Dios no reconcilió a una nación, sino a “un mundo” a Él [II Cor. 5:19].)
14 Porque Él (Cristo) es nuestra paz (por Cristo y lo que Él hizo en la Cruz, tenemos la paz con Dios), Que de ambos hizo uno (los Judíos y los Gentiles), derribando la pared intermedia de separación (entre los Judíos y los Gentiles);
15 Aboliendo en Su carne (corresponde a Su Muerte en la Cruz, por la cual Él Redimió a la humanidad, lo que también significa que Él no murió espiritualmente, como algunos afirman) las enemistades (el odio entre Dios y el hombre, causado por el pecado), la Ley de los Mandamientos en Ordenanzas (la Ley de Moisés, y más en particular a los Diez Mandamientos); para edificar en Sí Mismo los dos (los Judíos y los Gentiles) en un nuevo hombre, haciendo la paz (lo cual nuevamente fue efectuado por la Cruz);
16 Y Él (Cristo) podía reconciliar por la Cruz (es sólo por la Expiación en que los hombres se hayan reconciliados a Dios) con Dios a ambos (los Judíos y los Gentiles) en un mismo cuerpo (la Iglesia), matando en ella las enemistades (quitada la barrera entre Dios y el hombre pecador):
17 Y vino y anunció la paz a vosotros que estabais lejos (proclama el Evangelio que va a los Gentiles), y a los que estaban cerca. (Se refiere a los Judíos. Es el mismo Mensaje para ambos.)
18 Que por Él (por Cristo) los unos y los otros (los Judíos y los Gentiles) tenemos entrada por Un mismo Espíritu al Padre. (Si el pecador pasa por la Cruz, el Espíritu Santo abre la puerta, de lo contrario pone una tranca [Jn. 10:1].)
19 Así que (se refiere a la condición actual de los Creyentes) ya no sois extranjeros ni advenedizos (lo que una vez fueron los Gentiles), sino ciudadanos junto con los Santos (los Gentiles ya tienen el mismo acceso que los Judíos, todo debido a la Cruz), y forma parte de la familia de Dios (una relación progresiva con Dios en Cristo);
20 Edificados sobre el Fundamento (la Cruz) de los Apóstoles y Profetas (los Apóstoles sirven de liderazgo bajo el Nuevo Convenio, y los Profetas habiendo servido en aquella capacidad bajo el Antiguo Pacto), siendo la Principal Piedra del Ángulo Jesucristo Mismo (demuestra la parte del Fundamento que mantiene todo unido; Jesucristo es “la Principal Piedra del Ángulo” en virtud de lo que Él hizo en la Cruz);
21 En El Cual (Cristo) bien ajustado todo el edificio va creciendo para ser un Templo Santo en el Señor:
22 En El Cual vosotros también sois juntamente edificados (los Judíos y los Gentiles), para morada de Dios en el Espíritu. (Todo fue hecho posible por lo que Jesús hizo en la Cruz.)






Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no vivan según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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