22 October 2014

El 22 de octubre Lectura Bíblica Diaria





El 22 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

Jeremías 7 a 9:
Ésta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor: "Párate a la entrada de la casa del Señor, y desde allí proclama este mensaje: ¡Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, habitantes de Judá que entran por estas puertas para adorar al Señor! Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo los dejaré seguir viviendo en este país. No confíen en esas palabras engañosas que repiten: ‘¡Éste es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor! Si en verdad enmiendan su conducta y sus acciones, si en verdad practican la justicia los unos con los otros, si no oprimen al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar, ni siguen a otros dioses para su propio mal, entonces los dejaré seguir viviendo en este país, en la tierra que di a sus antepasados para siempre. "¡Pero ustedes confían en palabras engañosas, que no tienen validez alguna! Roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, queman incienso a Baal, siguen a otros dioses que jamás conocieron, ¡y vienen y se presentan ante mí en esta casa que lleva mi nombre, y dicen: ‘Estamos a salvo, para luego seguir cometiendo todas estas abominaciones! ¿Creen acaso que esta casa que lleva mi nombre es una cueva de ladrones? ¡Pero si yo mismo lo he visto! afirma el Señor. "Vayan ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y vean lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel. Y ahora, puesto que ustedes han hecho todas estas cosas afirma el Señor, y puesto que una y otra vez les he hablado y no me han querido escuchar, y puesto que los he llamado y no me han respondido, lo mismo que hice con Siló haré con esta casa, que lleva mi nombre y en la que ustedes confían, y con el lugar que les di a ustedes y a sus antepasados. Los echaré de mi presencia, así como eché a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efraín. "Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos. No me insistas, porque no te escucharé. ¿Acaso no ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres hacen la masa para cocer tortas y ofrecérselas a la reina del cielo. Además, para ofenderme derraman libaciones a otros dioses. Pero no es a mí al que ofenden afirma el Señor. Más bien se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza. "Por eso, así dice el Señor omnipotente: Descargaré mi enojo y mi furor sobre este lugar: sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra, ¡y arderá mi enojo y no se apagará! "Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ¡Junten sus holocaustos con sus sacrificios, y cómanse la carne! En verdad, cuando yo saqué de Egipto a sus antepasados, no les dije nada ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios. Lo que sí les ordené fue lo siguiente: ‘Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien. Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron. Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviarles, día tras día, a mis servidores los profetas. Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados. "Tú les dirás todas estas cosas, pero no te escucharán. Los llamarás, pero no te responderán. Entonces les dirás: Ésta es la nación que no ha obedecido la voz del Señor su Dios, ni ha aceptado su corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca. "Córtate la cabellera, y tírala; eleva tu lamento en las lomas desoladas, porque el Señor ha rechazado y abandonado a la generación que provocó su ira. "La gente de Judá ha hecho el mal que yo detesto afirma el Señor. Han profanado la casa que lleva mi nombre al instalar allí sus ídolos abominables. Además, construyeron el santuario pagano de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la mente. Por eso llegarán días afirma el Señor, cuando ya no lo llamarán más Tofet ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza; y a falta de otro lugar, en Tofet enterrarán a sus muertos. Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante. Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo, y los cánticos del novio y de la novia, porque el país se convertirá en desolación. "En aquel tiempo afirma el Señor, se exhumarán los huesos de los reyes y de los jefes de Judá, de los sacerdotes y de los profetas, y de los habitantes de Jerusalén. Quedarán expuestos al sol y a la luna, y a todas las estrellas del cielo, cuerpos celestes a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No se les recogerá ni se les enterrará; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra! En todos los lugares por donde yo disperse a los sobrevivientes de esta nación malvada, los que hayan quedado preferirán la muerte a la vida. Lo afirma el Señor Todopoderoso. "Pero tú les advertirás que así dice el Señor: "Cuando los hombres caen, ¿acaso no se levantan? Cuando uno se desvía, ¿acaso no vuelve al camino? ¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía? Se aferran al engaño, y no quieren volver a mí. He escuchado con suma atención, para ver si alguien habla con rectitud, pero nadie se arrepiente de su maldad; nadie reconoce el mal que ha hecho. Todos siguen su loca carrera, como caballos desbocados en combate. Aun la cigüeña en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla saben cuándo deben emigrar. las leyes del Señor. "¿Cómo se atreven a decir: ‘Somos sabios; la ley del Señor nos apoya, si la pluma engañosa de los escribas la ha falsificado? Los sabios serán avergonzados, serán atrapados y abatidos. Si han rechazado la palabra del Señor, ¿qué sabiduría pueden tener? Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres, y sus campos a otros dueños. Porque desde el más pequeño hasta el más grande, todos codician ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, todos practican el engaño. Curan por encima la herida de mi pueblo, y les desean: ‘¡Paz, paz!, cuando en realidad no hay paz. ¿Acaso se han avergonzado de la abominación que han cometido? ¡No, no se han avergonzado de nada, y ni siquiera saben lo que es la vergüenza! Por eso, caerán con los que caigan; cuando los castigue, serán derribados dice el Señor. "Cuando quiero cosechar afirma el Señor, no encuentro uvas en la viña, ni hay higos en la higuera; sus hojas están marchitas. ¡Voy, pues, a quitarles lo que les he dado! " "¿Qué hacemos aquí sentados? ¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas para morir allí! El Señor nuestro Dios nos está destruyendo. Nos ha dado a beber agua envenenada, porque hemos pecado contra él. Esperábamos paz, pero no llegó nada bueno. Esperábamos un tiempo de salud, pero sólo nos llegó el terror. Desde Dan se escucha el resoplar de sus caballos; cuando relinchan sus corceles, tiembla toda la tierra. Vienen a devorarse el país, y todo lo que hay en él, la ciudad y todos sus habitantes." "¡Miren! Estoy lanzando contra ustedes serpientes venenosas que los morderán, y contra ellas no hay encantamiento", afirma el Señor. La aflicción me abruma; mi corazón desfallece. El clamor de mi pueblo se levanta desde todos los rincones del país: "¿Acaso no está el Señor en Sión? ¿No está allí su rey?" "¿Por qué me provocan con sus ídolos, con sus dioses inútiles y extraños?" "Pasó la cosecha, se acabó el verano, y nosotros no hemos sido salvados." Por la herida de mi pueblo estoy herido; estoy de luto, el terror se apoderó de mí. ¿No queda bálsamo en Galaad? ¿No queda allí médico alguno? ¿Por qué no se ha restaurado la salud de mi pueblo? ¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial, y mis ojos una fuente de lágrimas, para llorar de día y de noche por los muertos de mi pueblo! ¡Ojalá tuviera yo en el desierto una posada junto al camino! Abandonaría a mi pueblo, y me alejaría de ellos. Porque todos ellos son adúlteros, son una banda de traidores. "Tensan su lengua como un arco; en el país prevalece la mentira, no la verdad, porque van de mal en peor, y a mí no me conocen afirma el Señor. Cuídese cada uno de su amigo, no confíe ni siquiera en el hermano, porque todo hermano engaña, y todo amigo difama. Se engañan unos a otros; no se hablan con la verdad. Han enseñado sus lenguas a mentir, y pecan hasta el cansancio. "Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores, que por su engaño no quieren reconocerme", afirma el Señor. Por eso, así dice el Señor Todopoderoso: "Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba. ¿Qué más puedo hacer con mi pueblo? Su lengua es una flecha mortífera, su boca sólo sabe engañar; hablan cordialmente con su amigo, mientras en su interior le tienden una trampa. ¿Y no los he de castigar por esto? afirma el Señor. ¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?" Lloraré y gemiré por las montañas, haré lamentos por las praderas del desierto, porque están desoladas: ya nadie las transita ni se escuchan los mugidos del ganado. Desde las aves del cielo hasta los animales del campo, todos han huido. "Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas, en una guarida de chacales. Convertiré en desolación las ciudades de Judá; ¡las dejaré sin habitantes!" ¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién le habló el Señor, para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa? El Señor dice: "Ellos abandonaron la ley que yo les entregué; no me obedecieron ni vivieron conforme a ella. Siguieron la terquedad de su corazón; se fueron tras los baales, como les habían enseñado sus antepasados." Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: "A este pueblo le daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada. Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus antepasados conocieron; los perseguiré con espada hasta aniquilarlos." Así dice el Señor Todopoderoso: "¡Atención! Llamen a las plañideras. Que vengan las más expertas. Que se den prisa, que hagan lamentación por nosotros. Nuestros ojos se inundarán de lágrimas, y brotará de nuestros párpados el llanto. Desde *Sión se escuchan gemidos y lamentos: Hemos sido devastados; nos han avergonzado por completo. Tenemos que abandonar el país, porque han derribado nuestros hogares. " Escuchen, mujeres, la palabra del Señor; reciban sus oídos la palabra de su boca. Enseñen a sus hijas a entonar endechas; que unas a otras se enseñen este lamento: "La muerte se ha metido por nuestras ventanas, ha entrado en nuestros palacios; ha eliminado en las calles a los niños, y en las plazas a los jóvenes. Yacen tendidos los cadáveres como estiércol sobre los campos, como gavillas que caen tras el segador, sin que nadie las recoja", afirma el Señor. Así dice el Señor: "Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada afirma el Señor. "Vienen días afirma el Señor en que castigaré al que sólo haya sido circuncidado del prepucio: castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab, y a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón."



Salmo 12:



Sálvanos, Señor, que ya no hay gente fiel; ya no queda gente sincera en este mundo. No hacen sino mentirse unos a otros; sus labios lisonjeros hablan con doblez. El Señor cortará todo labio lisonjero y toda lengua jactanciosa que dice: "Venceremos con la lengua; en nuestros labios confiamos. ¿Quién puede dominarnos a nosotros?" Dice el Señor: "Voy ahora a levantarme, y pondré a salvo a los oprimidos, pues al pobre se le oprime, y el necesitado se queja." Las palabras del Señor son puras, son como la plata refinada, siete veces purificada en el crisol. Tú, Señor, nos protegerás; tú siempre nos defenderás de esta gente, aun cuando los malvados sigan merodeando, y la maldad sea exaltada en este mundo.





Proverbios 31:



Los dichos del rey Lemuel. Oráculo mediante el cual su madre lo instruyó: "¿Qué pasa, hijo mío? ¿Qué pasa, hijo de mis entrañas? ¿Qué pasa, fruto de mis votos al Señor? No gastes tu vigor en las mujeres, ni tu fuerza en las que arruinan a los reyes. "No conviene que los reyes, oh Lemuel, no conviene que los reyes se den al vino, ni que los gobernantes se entreguen al licor, no sea que al beber se olviden de lo que la ley ordena y priven de sus derechos a todos los oprimidos. Dales licor a los que están por morir, y vino a los amargados; ¡que beban y se olviden de su pobreza! ¡que no vuelvan a acordarse de sus penas! "¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles *justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!" Epílogo: Acróstico a la mujer ejemplar Álef - Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! Bet - Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. Guímel - Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. Dálet - Anda en busca de lana y de lino, y gustosa trabaja con sus manos. He - Es como los barcos mercantes, que traen de muy lejos su alimento. Vav - Se levanta de madrugada, da de comer a su familia y asigna tareas a sus criadas. Zayin - Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo. Jet - Decidida se ciñe la cintura y se apresta para el trabajo. Tet - Se complace en la prosperidad de sus negocios, y no se apaga su lámpara en la noche. Yod - Con una mano sostiene el huso y con la otra tuerce el hilo. Caf - Tiende la mano al pobre, y con ella sostiene al necesitado. Lámed - Si nieva, no tiene que preocuparse de su familia, pues todos están bien abrigados. Mem - Las colchas las cose ella misma, y se viste de púrpura y lino fino. Nun - Su esposo es respetado en la comunidad; ocupa un puesto entre las autoridades del lugar. Sámej - Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes. Ayin - Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Pe - Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor. Tsade - Está atenta a la marcha de su hogar, y el pan que come no es fruto del ocio. Qof - Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba: Resh - "Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas." Shin - Engañoso es el encanto y pasajera la belleza; la mujer que teme al Señor es digna de alabanza. Tav - ¡Sean reconocidos sus logros, y públicamente alabadas sus obras!



El Libro de Juan Capítulo 7 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN JUAN
CAPÍTULO 7
(32 d.C.)
LA FIESTA DE LOS
TABERNÁCULOS
Y PASADAS estas cosas andaba Jesús en Galilea (abarca aproximadamente seis meses de tiempo, de la Pascua en Abril a la Fiesta de los Tabernáculos en Octubre): que no quería andar en Judea, porque los Judíos procuraban matarle (se refiere a Jerusalén y a Judea; éstos eran los líderes religiosos de la Nación, y hay que hacer una distinción entre ellos y la multitud de la gente).
2 Y estaba cerca la Fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos.
3 Y Le dijeron Sus hermanos (se refiere a Santiago, José, Simón y Judas [Mat. 13:55]), Pásate de aquí, y vete a Judea, para que también Tus Discípulos vean las obras que haces (una declaración de sarcasmo; por el uso de las palabras, "Tus Discípulos," estaban diciendo que ellos [Sus hermanos] no eran Sus Discípulos, y quisieron que todos supieran que ellos no tenían asociación alguna con Su grupo).
4 Que ninguno que procura ser claro, hace algo en oculto (muy bien se daban cuenta de la animosidad de los líderes religiosos en contra de Jesús; por eso no podían evitar saber que Él se expondría si fuera allá en esta oportunidad). Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo (muy similar a las tentaciones ofrecidas por Satanás en el desierto [Mat. 4:1-11]).
5 Porque ni aun Sus hermanos creían en Él (de haberse presentado Su madre, Sus hermanos y hermanas como leprosos morales en necesidad de limpieza de sus pecados, ellos se hubieran dado cuenta Quién y Lo Que era Él, porque el conocimiento de las realidades espirituales sólo se llega al alma a través de un corazón convencido de pecado, no por el intelecto religioso).
6 Les dice entonces Jesús, Mi tiempo aún no ha venido (Él se refería al tiempo de Su Crucifixión, lo cual sucedería en unos seis meses; ellos no entendieron esto, y tampoco Sus Discípulos más allegados): mas cualquier tiempo siempre es bueno para vosotros (Su declaración expresa que las ideas de ellos eran similares a las del mundo y, por lo tanto, del Diablo).
7 No puede el mundo aborreceros a vosotros (el pensar de ellos en ese momento estaba de acuerdo con el pensar del mundo, lo cual era de Satanás); mas a Mí Me aborrece (el mundo de la religión), porque Yo doy testimonio de él, que sus obras son malas (corresponde mayormente a cualquier cosa en el sentido religioso que no es según Las Escrituras).
8 Vosotros subid a esta Fiesta (pertenece al hecho de que la mayoría de la gente que asistía a esta fiesta no entendieron casi el verdadero significado espiritual de esta Fiesta); Yo no subo aún a esta Fiesta, porque Mi tiempo aún no es cumplido (Su momento para cumplir lo que esta Fiesta representaba todavía no había llegado, y no llegará hasta el Milenio).
9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó aún en Galilea (esperó por dos o tres días antes de irse por fin a Jerusalén).
10 Mas cuando Sus hermanos hubieron subido, entonces Él también subió a la Fiesta (insinuúa que Jesús no quiso viajar con Sus hermanos, al darse cuenta de su hostilidad, aunque Sus otros motivos por la demora tenían más validez), no en público, sino como en secreto (declara que fue hecho por razones específicas).
11 Y Le buscaban los Judíos en la Fiesta, y decían, ¿Dónde está Aquél? (Se refiere a la jerarquía religiosa de Israel. Para estar seguro, ellos no Le buscaban por los motivos correctos.)
12 Y había grande murmullo de Él entre la gente (corresponde a los comentarios tanto negativos como positivos): porque unos decían, Bueno es: y otros decían, No; antes engaña a las gentes (el grupo último, sin lugar a dudas, intentaba conseguir el favor de los líderes religiosos de Israel, quienes estaban en contra de Cristo).
13 Más ninguno hablaba abiertamente de Él (se mostraba favorable) por miedo de los Judíos.
EL TEMPLO
14 Y había pasado la mitad de la Fiesta cuando subió Jesús al Templo, y enseñaba.
15 Y se maravillaban los Judíos (se refería a la clase gobernante y culta), diciendo, ¿Cómo sabe Éste letras, no habiendo aprendido? (Se refería a los grandes institutos teológicos en Jerusalén. A pesar de su oposición a Él, el efecto inmediato de Su Mensaje dio gran asombro. A pesar de sí mismos, ellos estaban conmovidos por lo que Él decía y cómo lo decía.)
16 Les respondió Jesús, y dijo, Mi Doctrina no es Mía, sino de Aquél que Me envió (una afirmación mucho mayor que cualquiera de los Profetas de la Antigüedad; en otras palabras, Su Doctrina es de Dios).
17 El que quisiere hacer Su Voluntad (dispuesto a hacer la Voluntad de Dios), conocerá de la Doctrina, si viene de Dios, o si Yo hablo de Mí Mismo (si verdaderamente usted conociera a Dios, e intentara hacer Su Voluntad, al instante reconocerá Mis Palabras como la Verdad, por ello sabrá que son de Dios).
18 El que habla de sí mismo su propia gloria busca (se refiere a aquéllos que hablan acerca del origen del hombre, ya sea de ellos mismos o de otros): mas el que busca Su Gloria Del Que Le envió (procura traer Gloria a Dios), Éste es verdadero, y no hay en Él injusticia (Cristo dice que Él es Verdadero y Justo porque Él procura que toda la Gloria sea para Dios).
19 ¿No os dio Moisés la Ley, y aún ninguno de vosotros hace la Ley? (Ellos afirmaban que guardaban la Ley, y Jesús, en efecto, les echa en cara que eran mentirosos.) ¿Por qué Me procuráis matar? (Era en sí una acusación en contra de sus afirmaciones de guardar la Ley, porque la Ley prohibía el asesinato.)
20 Respondió la gente y dijo, Demonio tienes (quienes dijeron esto eran la gente, y no los líderes religiosos): ¿quién Te procura matar? (Ellos ignoraban lo del complot, y por lo tanto, estaban asombrados por Su declaración.)
21 Jesús respondió y les dijo, Una obra hice, y todos os maravilláis (Él se refería a la sanidad de un hombre en el Sábado, la cual fue realizado un año y medio antes; es muy posible que los líderes religiosos habían planteado el tema).
22 Cierto, Moisés os dio la Circuncisión (quiere decir que el Señor le dijo a Moisés que incluyera la Circuncisión en la Ley) (no porque sea de Moisés, mas de los padres;) (quiere decir que en realidad tuvo su comienzo con Abraham [Gén. 17:9-14]) y en Sábado circuncidáis al hombre (Jesús señala que si la Circuncisión fuera legal en el Día Sábado, cuánto más legal sería una acción que le beneficiaría mucho a una persona, tal como una sanidad).
23 Si recibe el hombre la Circuncisión en Sábado, para que la Ley de Moisés no sea quebrantada; ¿os enojáis Conmigo porque en Sábado hice sano por completo a un hombre? (El interrogante quería decir que Jesús, Quién realmente era el cumplimiento de estas Leyes, y a Quién ellas en un principio señalaron, había cumplido lo que esas Leyes simbolizaban, pero no podrían desempeñar.)
24 No juzguéis según lo que parece (en efecto dice, "si ustedes piensan que no han violado el Sábado en la Circuncisión, entonces ¿cómo pueden pensar que Yo he quebrantado el Sábado cuando he sanado a uno de ustedes que estaba impotente hacía treinta y ocho años?"), mas juzgad justo juicio (dice que el Juicio debe hacerse según la Palabra de Dios completa, y no solamente tomar una sola porción y pervirtirla para su propia satisfacción).
25 Decían entonces unos de los de Jerusalén (concierne a los originarios de esa ciudad), ¿No es Éste Al Que buscan para matarlo? (Significa que el complot de matar a Jesús por las autoridades religiosas no era un secreto completo, al menos a aquéllos en Jerusalén.)
26 Y, he aquí, habla en público, y no le dicen nada (Cristo no retuvo nada, y los gobernantes en ese momento no Le dijeron nada simplemente debido a las muchedumbres masivas que Le escuchaban). ¿Si habrán entendido verdaderamente los principales, que Éste es el Cristo? (Declara qué extensa y cuán detallada era la idea de la Venida de Cristo.)
27 Más Éste, sabemos de dónde es (fue dicho en un sentido negativo; ellos aclaraban que conocían a Su familia, el lugar de Su niñez, etc.; ellos no Le respetaron): y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea (un error común de aquella época acerca del Mesías; la Biblia enseñaba todo lo contrario).
28 Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo, Y a Mí Me conocéis, y sabéis de dónde soy (en efecto, dice "ustedes piensan que Me conocen, y de dónde vengo, pero en realidad no saben"): y no he venido de Mí Mismo; mas El Que Me envió es verdadero (en efecto, dice "Me conocen como Jesús de Nazaret; y aún no Me conocen, ya que no conocen Al Que Me envió; pero Yo soy de Él y Él Me envió"), Al Cual vosotros no conocéis (a pesar de todas sus afirmaciones y gran demostración de religión, Él con franqueza les dice que ellos no conocen a Dios).
29 Yo Le conozco (ellos eran de la misma esencia): porque de Él soy, y Él Me envió (Él es del Padre de un modo y posición única, como ninguno de los Profetas ni los Ángeles eran).
30 Entonces procuraban prenderle (éstos eran los líderes religiosos de Israel, y estaban tan enfurecidos, tan enojados y facultados por Satanás y Lo odiaban): mas ninguno Le echó mano en Él, porque aún no había venido Su hora (el Espíritu Santo orquestaba acontecimientos para detener a estos sinvergüenzas; pues no era todavía el tiempo que Jesús había de ser Crucificado, iba a ocurrir seis meses más tarde).
31 Y muchos del pueblo creyeron en Él (de ningún modo se remitió a las autoridades religiosas, sino a la muchedumbre reunida para la Fiesta de los Tabernáculos, que habían venido de todas partes de Israel y hasta de otras partes del Imperio Romano), y decían, El Cristo cuando viniere, ¿hará más señales que las que Éste hace? (Las evidencias del Poder de Dios en la liberación de la gente fueron obvias a todos. En consecuencia, los líderes religiosos estaban ahora entre la espada y la pared.)
32 Los Fariseos oyeron a la gente que murmuraba de Él estas cosas (constituía un grupo diferente al de los gobernantes, pero al igual Le oponían); y los Principales Sacerdotes y los Fariseos enviaron oficiales para que Le prendiesen (estos dos grupos se unían contra Él).
33 Y Jesús dijo, Aún un poco de tiempo estaré con vosotros (en efecto, Jesús estaba diciendo que en unos seis meses, lo que en realidad sería en la siguiente Pascua, Él se convertiría en el Cordero Pascual para todos los hombres), e iré Al Que Me envió (¡de regreso a Dios el Padre, que en realidad fue lo que ocurrió!).
34 Me buscaréis, y no Me hallaréis (cuando ellos Lo necesitarían desesperadamente, lo que sería unos treinta y siete años en el futuro cuando Tito destruiría su ciudad y el mismo Templo en donde ellos ahora se encuentran): y donde Yo estaré, vosotros no podréis venir (en realidad quiere decir que ellos ya pueden venir, pero no lo harían debido a su incredulidad y rebelión).
35 Entonces los Judíos dijeron entre sí, ¿A dónde se ha de ir Éste que no Le hallemos? (Son mentes oscurecidas por la incredulidad, y por lo tanto, lanzan sentidos irónicos y confusos en Sus Palabras, a fin de echar un aire de desprecio a Su respuesta.) ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los Gentiles, y a enseñar a los Gentiles? (Su pregunta constituyó el desprecio expresado de la mente de los Judíos por un seudo-Mesías Quién le falló a Su Propio Pueblo y aquí en los Atrios de la Casa del Señor, en cambio acudiría a los Gentiles. Sin embargo, aunque para ellos era el insulto de todos los insultos, de todos modos estaban más cerca a la Verdad que ellos jamás se atreverían a darse cuenta.)
36 ¿Qué dicho es Éste que dijo, Me buscaréis, y no Me hallaréis; y donde Yo estaré, vosotros no podréis venir? (Por el mismo contenido de su composición, su sarcasmo declara el sentido espiritual de estar completamente perdido en ellos.)
LA FIESTA
37 Mas en el postrer día grande de la Fiesta (se refirió al octavo día de la Fiesta de los Tabernáculos), Jesús se ponía en pie y clamaba, diciendo, Si alguno tiene sed, venga a Mí, y beba (presenta la invitación más grande que jamás se haya dado al hombre mortal).
38 El que cree en Mí (no es "en hacer algo," sino más bien, en "creer"), como dice La Escritura (se refiere a la Palabra de Dios que es la Historia de Cristo y Él Crucificado; todos los Sacrificios señalaron a Cristo y lo que Él haría en la Cruz, así como la totalidad del Tabernáculo y del Templo y todos sus enseres), ríos de Agua Viva (se refiere a Cristo directamente, y a los Creyentes indirectamente) correrán de su vientre (de su ser interior).
39 (Y esto dijo del Espíritu (el Espíritu Santo) que habían de recibir los que creyesen en Él (comenzaría en el Día de Pentecostés): pues aún no había venido el Espíritu Santo (Él ya había llegado); porque Jesús no estaba aún glorificado.) (El tiempo del cual Juan escribió era poco antes de la Crucifixión. Cuando Jesús murió en la Cruz y fue Resucitado tres días más tarde, Él se levantó con un Cuerpo Glorificado, que era una de las señales que todo pecado ya se había expiado, ahora se abría paso para que el Espíritu Santo llegara en una dimensión nueva.)
DIVISIÓN
40 Entonces algunos de la multitud, oyendo este dicho, decían (ya que el Monte del Templo estaba repleto de gente de esa época, centenares de personas escucharon a Jesús y, también, se sintió el poder de lo que Él dijo), Verdaderamente Éste es el Profeta (probablemente se refiere a Deut. 18:15).
41 Otros decían, Éste es el Cristo (esto significa "El Ungido," que solo, al menos de esta manera, se refirió al Mesías). Algunos empero decían, ¿De Galilea ha de venir el Cristo? (Declara que ellos no conectaron Bíblicamente a Galilea con el Mesías. Ellos claramente pasaban por alto la predicción notable en Isaías 9:1.)
42 ¿No dice La Escritura, Que de la Simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, vendrá el Cristo? (Cristo era de la Simiente de David, y nació en Belén. Sin embargo, parece que ellos en cierto modo malentendieron la predicción de Miqueas, pensaron que el Mesías haría de este pequeño pueblo su residencia. ¡Eso no fue lo que dijo el Profeta Miqueas!)
43 Así que había división entre la gente acerca de Él (la "división" fue debida a la falta de entendimiento de Las Escrituras, además del deseo de algunas personas de ganar la aprobación de los líderes religiosos [Jn. 7:48]).
44 Y algunos de ellos querían prenderle (Lo habrían de arrestar); mas ninguno echó sobre Él manos (era evidente que fueron impedidos de alguna manera por el Espíritu Santo).
45 Y los oficiales vinieron a los Principales Sacerdotes y a los Fariseos (los oficiales que habían enviado para arrestarlo, como está bosquejado en el Versículo 32); y ellos les dijeron, ¿Por qué no Le trajisteis? (Significa que ellos tenían toda la intención de que Él fuera arrestado.)
46 Los oficiales respondieron, Nunca ha hablado hombre así como este Hombre (¡Era precisamente el Espíritu Santo que ellos sentían y percibían, aunque ellos casi no lo entendieron!).
47 Entonces los Fariseos les respondieron (parece indicar que estos hombres eran los espíritus principales en este asalto a Jesús), ¿Estáis también vosotros engañados? (Aunque esto fue dirigido a estos oficiales, era en realidad su problema.)
48 ¿Ha creído en Él alguno de los principales, o de los Fariseos? (Los Fariseos le interrogaban a estos oficiales.)
49 Mas estos comunales que no saben la Ley, malditos son (debiera traducirse, "pero esta gentuza ignorante, en la lengua vulgar de la gente, no versado en la Ley, son un montón de malditos"; ¡es lo que los líderes religiosos pensaban de la gente!).
50 Les dice Nicodemo (presenta a este miembro ostentoso del Sanedrín, quien excedía en sumo grado a los Fariseos, quien a propósito ahora defiende a Jesús) (el que vino a Él de noche, el cual era uno de ellos,) (Se refiere a unos tres años antes; Él era uno de los gobernantes.)
51 ¿Juzga nuestra Ley a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho? (Aunque débil y tímido parezca esta súplica de Nicodemo, era preciosa para el Señor, y por lo tanto, con honor el Espíritu Santo hace mención de esto.)
52 Respondieron y le dijeron (a Nicodemo), ¿Eres tú también Galileo? Escudriña y ve: que de Galilea nunca se levantó Profeta (ellos no comprobaron los hechos; Jesús nació en Belén, no en Galilea; también, si ellos buscaran en Las Escrituras, hubieran descubierto que Jonás, Oseas, Elías, Eliseo y otros eran del Reino del Norte y no de Judea).
53 Y fuese cada uno a su casa (aunque estos hombres tenían casas donde podían retirarse, Jesús no tenía ni siquiera dónde poner Su Cabeza; entonces el siguiente Versículo dice que Él "se fue al Monte de los Olivos").


Primera Corintios Capítulo 13:



Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4



Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:



Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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