15 October 2014

El 15 de octubre Lectura Bíblica Diaria





El 15 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

Isaías 52 a 54:
¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, que los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti. ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén! ¡Levántate, vuelve al trono! ¡Libérate de las cadenas de tu cuello, cautiva hija de Sión! Porque así dice el Señor: "Ustedes fueron vendidos por nada, y sin dinero serán redimidos." Porque así dice el Señor omnipotente: "En tiempos pasados, mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí; en estos últimos tiempos, Asiria los ha oprimido sin razón. "Y ahora afirma el Señor, ¿qué estoy haciendo aquí? Sin motivo se han llevado a mi pueblo; sus gobernantes se mofan de él. en que mi nombre no lo blasfemen. Por eso mi pueblo conocerá mi nombre, y en aquel día sabrán que yo soy quien dice: ¡Aquí estoy! " ¡Qué hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la salvación, del que dice a Sión: "Tu Dios reina"! ¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz, y juntos gritan de alegría, porque ven con sus propios ojos que el Señor vuelve a Sión. Ruinas de Jerusalén, ¡prorrumpan juntas en canciones de alegría! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ¡ha redimido a Jerusalén! El Señor desnudará su santo brazo a la vista de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios. Ustedes, que transportan los utensilios del Señor, ¡pónganse en marcha, salgan de allí! ¡Salgan de en medio de ella, purifíquense! ¡No toquen nada impuro! Pero no tendrán que apresurarse ni salir huyendo, porque el Señor marchará a la cabeza; ¡el Dios de Israel les cubrirá la espalda! Miren, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido. Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto! Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán, y en su presencia enmudecerán los reyes, porque verán lo que no se les había anunciado, y entenderán lo que no habían oído. ¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor? Creció en su presencia como vástago tierno, como raíz de tierra seca. No había en él belleza ni majestad alguna; su aspecto no era atractivo y nada en su apariencia lo hacía deseable. Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos. Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como ovejas; cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros. Maltratado y humillado, ni siquiera abrió su boca; como cordero, fue llevado al matadero; como oveja, enmudeció ante su trasquilador; y ni siquiera abrió su boca. Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte; nadie se preocupó de su descendencia. Fue arrancado de la tierra de los vivientes, y golpeado por la transgresión de mi pueblo. Se le asignó un sepulcro con los malvados, y murió entre los malhechores, aunque nunca cometió violencia alguna, ni hubo engaño en su boca. Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir, y como él ofreció su vida en expiación, verá su descendencia y prolongará sus días, y llevará a cabo la voluntad del Señor. Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su conocimiento mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de ellos. Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores. "Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! tendrá la desamparada dice el Señor. Ensancha el espacio de tu carpa, y despliega las cortinas de tu morada. ¡No te limites! Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas. Porque a derecha y a izquierda te extenderás; tu descendencia desalojará naciones, y poblará ciudades desoladas. "No temas, porque no serás avergonzada. No te turbes, porque no serás humillada. Olvidarás la vergüenza de tu juventud, y no recordarás más el oprobio de tu viudez. Porque el que te hizo es tu esposo; su nombre es el Señor Todopoderoso. Tu Redentor es el Santo de Israel; ¡Dios de toda la tierra es su nombre! El Señor te llamará como a esposa abandonada; como a mujer angustiada de espíritu, como a esposa que se casó joven tan sólo para ser rechazada dice tu Dios. Te abandoné por un instante, pero con profunda compasión volveré a unirme contigo. Por un momento, en un arrebato de enojo, escondí mi rostro de ti; pero con amor eterno te tendré compasión dice el Señor, tu Redentor. "Para mí es como en los días de Noé, cuando juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra. Así he jurado no enojarme más contigo, ni volver a reprenderte. Aunque cambien de lugar las montañas y se tambaleen las colinas, no cambiará mi fiel amor por ti ni vacilará mi pacto de paz, dice el Señor, que de ti se compadece. "¡Mira tú, ciudad afligida, atormentada y sin consuelo! ¡Te afirmaré con turquesas, y te cimentaré con zafiros! Con rubíes construiré tus almenas, con joyas brillantes tus puertas, y con piedras preciosas todos tus muros. El Señor mismo instruirá a todos tus hijos, y grande será su bienestar. Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará. Si alguien te ataca, no será de mi parte; cualquiera que te ataque caerá ante ti. "Mira, yo he creado al herrero que aviva las brasas del fuego y forja armas para sus propios fines. para que haga estragos. No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti; toda lengua que te acuse será refutada. Ésta es la herencia de los siervos del Señor, la *justicia que de mí procede afirma el Señor.



Salmo 5



Atiende, Señor, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la mañana, Señor, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta. Tú no eres un Dios que se complazca en lo malo; a tu lado no tienen cabida los malvados. No hay lugar en tu presencia para los altivos, pues aborreces a los malhechores. Tú destruyes a los mentirosos y aborreces a los tramposos y asesinos. Pero yo, por tu gran amor puedo entrar en tu casa; puedo postrarme reverente hacia tu santo templo. Señor, por causa de mis enemigos, dirígeme en tu justicia; empareja delante de mí tu senda. En sus palabras no hay sinceridad; en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren engaños. ¡Condénalos, oh Dios! ¡Que caigan por sus propias intrigas! ¡Recházalos por la multitud de sus crímenes, porque se han rebelado contra ti! Pero que se alegren todos los que en ti buscan refugio; ¡que canten siempre jubilosos! Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices a los justos; cual escudo los rodeas con tu buena voluntad.



Proverbios 24



No envidies a los malvados, ni procures su compañía; porque en su corazón traman violencia, y no hablan más que de cometer fechorías. Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. Con buen juicio se llenan sus cuartos de bellos y extraordinarios tesoros. El que es sabio tiene gran poder, y el que es entendido aumenta su fuerza. La guerra se hace con buena estrategia; la victoria se alcanza con muchos consejeros. La sabiduría no está al alcance del necio, que en la asamblea del pueblo nada tiene que decir. Al que hace planes malvados lo llamarán intrigante. Las intrigas del necio son pecado, y todos aborrecen a los insolentes. Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza. Rescata a los que van rumbo a la muerte; detén a los que a tumbos avanzan al suplicio. Pues aunque digas, "Yo no lo sabía", ¿no habrá de darse cuenta el que pesa los corazones? ¿No habrá de saberlo el que vigila tu vida? ¡Él le paga a cada uno según sus acciones! Come la miel, hijo mío, que es deliciosa; dulce al paladar es la miel del panal. Así de dulce sea la sabiduría a tu alma; si das con ella, tendrás buen futuro; tendrás una esperanza que no será destruida. No aceches cual malvado la casa del justo, ni arrases el lugar donde habita; porque siete veces podrá caer el justo, pero otras tantas se levantará; los malvados, en cambio, se hundirán en la desgracia. No te alegres cuando caiga tu enemigo, ni se regocije tu corazón ante su desgracia, no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe, y aparte de él su enojo. No te alteres por causa de los malvados, ni sientas envidia de los impíos, porque el malvado no tiene porvenir; ¡la lámpara del impío se apagará! 30 Hijo mío, teme al Señor y honra al rey, y no te juntes con los rebeldes, porque de los dos recibirás un castigo repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir! También éstos son dichos de los sabios: No es correcto ser parcial en el juicio. Maldecirán los pueblos, y despreciarán las naciones, a quien declare inocente al culpable. Pero bien vistos serán, y bendecidos, los que condenen al culpable. Una respuesta sincera es como un beso en los labios. Prepara primero tus faenas de cultivo y ten listos tus campos para la siembra; después de eso, construye tu casa. No testifiques sin razón contra tu prójimo, ni mientas con tus labios. No digas: "Le haré lo mismo que me hizo; le pagaré con la misma moneda." Pasé por el campo del perezoso, por la viña del falto de juicio. Había espinas por todas partes; la hierba cubría el terreno, y el lindero de piedras estaba en ruinas. Guardé en mi corazón lo observado, y de lo visto saqué una lección: Un corto sueño, una breve siesta, un pequeño descanso, cruzado de brazos... ¡y te asaltará la pobreza como un bandido, y la escasez, como un hombre armado!




El Libro de Lucas Capítulo 24 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:




EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS




CAPÍTULO 24
(33 d.C.)
LA RESURRECCIÓN




Y EL primer día de la semana (Domingo), muy de mañana (antes de la salida del sol), vinieron al sepulcro (se refiere a las mujeres del Versículo 55 del Capítulo anterior), trayendo las especias aromáticas que habían preparada (indica que ninguna de esas mujeres, ni los Discípulos, ni ninguna otra persona respecto a eso, creyeron que Jesús resucitaría de entre los muertos, porque si hubieran creído, ellos no hubieran venido al sepulcro con las especias para el cadáver), y algunas otras mujeres con ellas (quiénes eran, no nos dice).
2 Y hallaron la piedra removida del sepulcro (esta "piedra" pesaba más o menos cien libras, por lo tanto, se requería por lo menos varios hombres para remover esta piedra de la puerta donde estaba colocada; por eso, el hecho de que la piedra fue removida, indudablemente, les pareció muy extraño a ellas).
3 Y entrando (entraron en la tumba), no hallaron el Cuerpo del Señor Jesús (Su Título de Resurrección es, "Señor Jesús").
4 Y aconteció, que estando ellas espantadas de esto (no sabían qué pensar de esta situación), he aquí, se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes (éstos eran Ángeles, y sus "vestiduras resplandecientes" literalmente estas mujeres jamás habían visto cosa semejante, refiriéndose a la gloria de ellos):
5 Y estando ellas asustadas, se postraron rostro en Tierra (lo que se entiende es que la apariencia de estos Ángeles era tan resplandeciente que las enceguecían teniendo que mirar hacia abajo), les dijeron (los Ángeles les hablaron a las mujeres), ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? (Denota una reprensión suave, con un toque de sarcasmo.)
6 No está aquí, mas Él ha resucitado (esta frase, o derivado, llegó a ser el lema de la Iglesia Primitiva; "Él ha Resucitado"): acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea (indica que los Ángeles llamaron la atención a estas mujeres de las Palabras anteriores de Cristo, cuando Él les relataba tanto a ellas como a Sus Discípulos que Él había de morir en Jerusalén, y luego resucitar de entre los muertos; hasta les dijo cuánto tiempo estaría en la tumba [Mat. 12:40]),
7 Diciendo, Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día ([Luc. 18:32-33] los Ángeles se refirieron a los líderes religiosos de Israel y a los Romanos como "hombres pecadores").
8 Entonces ellos se acordaron de Sus palabras (el recuerdo es más importante que la información),
EL TESTIMONIO
9 Y volviendo del sepulcro, dieron nuevas de todas estas cosas a los Once, y a todos los demás (registra el hecho de que las mujeres eran las primeras Predicadoras de la Resurrección).
10 Y eran María Magdalena, y Juana (la esposa de Chuza, el mayordomo de Herodes [Luc. 8:3]), y María madre de Santiago (Santiago y Juan), y las demás con ellas, las que dijeron estas cosas a los Apóstoles.
11 Más a ellos les parecían como locura las palabras de ellas (en el Griego quiere decir, "tonterías ridículas"), y no las creyeron (el motivo de su incredulidad, como resultado de su comportamiento, era un desvío de la Palabra de Dios; cada maldad y dirección incorrecta son siempre, y sin excepción alguna, un desvío de la Palabra; la persistencia de los Apóstoles en Predicar acerca de la Resurrección en todas partes después de Pentecostés demuestra que la Resurrección era un hecho; y si no era un hecho, ¿cómo podrían ellos con seguridad afirmar que era cierto lo que habían rechazado rotundamente de creer?).
12 Pero levantándose Pedro, corrió al sepulcro (fue acompañado por Juan [Jn. 20:3]); y como miró dentro, vio solos los lienzos echados (prueba que el Cuerpo de Jesús no fue robado; si ese hubiera sido el caso, el ladrón de seguro no se hubiera detenido para tomarse el tiempo para deshacerse del lienzo con el cual estaba envuelto el Cuerpo; además, este lienzo estaba doblado con mucho cuidado y puesto a un lado, lo cual ningún ladrón hubiera hecho), y se fue maravillándose de lo que había sucedido (indica el comienzo de la Fe, pero aún muy débil).
LOS DOS DISCÍPULOS
13 Y, he aquí, dos de ellos (uno de ellos era Cleofas, el padre de Jacobo el menor y marido de María, la hermana de la Madre de Jesús [Jn. 19:25] no nos dice quién era el otro hombre; muchos eruditos antiguos sostienen que era Lucas mismo, y además dicen que él era uno de los Setenta, y el motivo por el cual no se mencionó a sí mismo era porque él era el escritor de este relato) iban el mismo día a una aldea que estaba de Jerusalén sesenta estadios (unos 11 kilómetros [siete millas]), llamada Emaús.
14 E iban hablando entre sí de todas aquellas cosas que habían acontecido (corresponde a la Crucifixión y, también, los testimonios de las mujeres con respecto a la aparición de los Ángeles, etc.).
15 Y aconteció, que, yendo hablando entre sí, y preguntándose el uno al otro (estaban absortos en sus pensamientos), el mismo Jesús se llegó, e iba con ellos juntamente (este acto en sí mismo no hubiera ocasionado sorpresa; los caminos de esa época estaban llenos de peatones transitando de un lado a otro, y alguien que hiciera esto no hubiera sido algo fuera de lo común).
16 Mas los ojos de ellos estaban velados para que no Le conociesen (el Señor lo hizo a propósito para que no Lo reconocieran; Él no se revelaría a esos dos Discípulos hasta que Él los pudiera traer a una condición apropiada del alma).
17 Y les dijo, ¿Qué pláticas son estas que tratáis entre vosotros andando, y estáis tristes? (¡Muchos de los Cristianos modernos están tristes inútilmente, aun como éstos a causa de la incredulidad!)
18 Y respondiendo el uno, que se llamaba Cleofas, Le dijo (si él se hubiera dado cuenta de que era Jesús, se hubiera comportado completamente diferente), ¿Tú sólo peregrino eres en Jerusalén, y no has sabido las cosas que en ella han acontecido estos días? (¡Se lo preguntó con un poco de sarcasmo!)
19 Entonces Él les dijo, ¿Qué cosas? (Esta pregunta fue hecha solamente para hacerles hablar.) Y ellos Le dijeron, De Jesús Nazareno, el cual fue varón Profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo (si es de notarse, Cleofas no mencionó que Jesús es el Mesías; aunque ellos una vez lo creyeron, ya su fe vacilaba):
20 Y cómo Le entregaron los Principales Sacerdotes y nuestros gobernadores a condenación de muerte, y Le crucificaron (¡la religión organizada hizo esto!).
21 Mas nosotros esperábamos que Él era el que había de redimir a Israel (habían concentrado su estudio de la Biblia en lo que Las Escrituras prometían con respecto a la Gloria y el Reino del Mesías, pero estaban ciegos con respecto a la multitud de Tipos y Profecías prediciendo Sus Sufrimientos como el Salvador Expiatorio): y ahora sobre todo esto, hoy es el tercer día que esto ha acontecido (hacen hincapié en el tercer día y tenían razón).
22 Aunque también ciertas mujeres de los nuestros nos han espantado, las cuales antes del día fueron al sepulcro (expresa su testimonio del sepulcro vacío);
23 Y no hallando Su Cuerpo, vinieron, diciendo, que también habían visto visión de Ángeles, los cuales dijeron que Él vive.
24 Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro (Pedro y Juan), y hallaron así como las mujeres habían dicho: mas a Él no Le vieron (la última frase lleva en sí un elemento de duda).
25 Entonces Él les dijo, Oh insensatos (debiera traducirse, "¡hombres insensatos!"), y ¡tardos de corazón para creer todo lo que los Profetas han dicho! (Declara que el Señor concluye como "insensatos" a aquéllos que no han hecho Su Palabra como la base de sus acciones y decisiones; los hace retornar una vez más hacia la Biblia; Ella solo es el criterio para todas las cosas.)
26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas (quiere decir que la Biblia había predicho Sus Sufrimientos, lo cual debía ser obvio a Sus seguidores si hubieran dedicado tiempo y atención a la Palabra de Dios), y que entrara en Su Gloria? (Declara que la Biblia traza las líneas generales del Reino de la Gloria venidero, por lo tanto, el "Mesías Triunfante"; sin embargo, debe antecederse por la misión del "Mesías Sufriente.")
27 Y comenzando desde Moisés, y de todos los Profetas (el Señor hace dos declaraciones con respecto a la Biblia: 1. Es la autoridad suprema en cuanto a la Fe y Doctrina ya que está inspirada; y, 2. Su tema es los Sufrimientos y Glorias de Cristo — Sus Sufrimientos como el Cargador del pecado y Sus Glorias como el Purgador del pecado [Fil. 2:5-11; Heb. 1:3]), Él les declaraba en todas Las Escrituras lo que de Él decían (se puede decir verdaderamente que Cristo entró en la muerte con la Biblia en la mano, y que Él salió de entre los muertos con la Biblia en la mano; Él insistió que se había predicho acerca de Su Muerte y Resurrección con relación al pecado y al juicio).
28 Y llegaron a la aldea adonde iban (Emaús): y Él hizo como que iba más lejos (a cuántos Él se les ha acercado, pero Él no se ha quedado con ellos, porque Lo han "dejado ir").
29 Mas ellos Le detuvieron por fuerza, diciendo, Quédate con nosotros (¡ellos insistieron, y fuertemente!): porque se hace tarde, y el día ya ha declinado. Entró pues a estarse con ellos (Él se quedará con cualquiera y todos quienes sinceramente lo desean).
30 Y aconteció, que estando sentado con ellos a la mesa, tomando el pan, bendijo, y partió, y les dio (simbólico de lo que Él hace con nosotros; Él "nos toma," y luego "nos bendice," y luego "nos quebranta," porque la carne al final, tiene que ser quebrantada, y luego "nos da" a la Iglesia; si no se sigue este modelo, no seremos de ninguna bendición en absoluto).
31 Entonces fueron abiertos los ojos de ellos (Él ahora les permitió que Lo vieran realmente), y Le conocieron (qué gozo debió haber llenado sus corazones; ¡Jesús está vivo!); mas Él se desapareció de los ojos de ellos (pero sólo después de haberse revelado a ellos).
32 Y decían el uno al otro, ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría Las Escrituras? (Los asuntos de Cristo, por medio del Espíritu Santo, es para ayudarnos a entender la Palabra de Dios.)
33 Y levantándose en la misma hora, se tornaron a Jerusalén (presenta una alegría que no podían contener, y no es extraño), y hallaron a los Once reunidos, y a los que estaban con ellos (se refiere a una reunión que pronto se cambiaría de desesperación a gran gozo; cierto es que ellos tuvieron que llegar a este lugar por etapas, pero estaban en camino; ¡gloria a Dios!).
34 Que decían, Ha resucitado el Señor verdaderamente (expone una conversación de victoria, de hecho, la mayor victoria jamás registrada en la historia humana), y ha aparecido a Simón (La Escritura no nos informa de esta aparición, pero la probabilidad es que Pedro fue el primer hombre que vio a Jesús después de Su Resurrección).
35 Entonces ellos contaban las cosas que les habían acontecido en el camino (una presentación emocionante), y cómo había sido conocido de ellos al partir el pan.
JESÚS APARECE
36 Y entre tanto que ellos hablaban estas cosas, Él se puso en medio de ellos (se refiere a una aparición inmediata y Revelación; Juan añadió que "las puertas fueron cerradas"), y les dijo, Paz a vosotros (les presenta Sus primeras palabras a ellos como un grupo después de la Resurrección).
37 Entonces ellos espantados y asombrados (indica lo improvisto del acontecimiento, y la manera en la cual fue hecho; ¡en un momento Él desaparece, y en otro momento Él aparece!), pensaban que veían espíritu (demuestra que todavía no entendían la Resurrección; ellos no dudaron de las apariciones, pero realmente no reconocieron estas apariciones por lo que eran verdaderamente).
38 Mas Él les dice, ¿Por qué estáis turbados (estar preocupado nos priva de la paz), y suben pensamientos a vuestros corazones? (Corresponde al temor, la duda, el desaliento y hasta la desesperación, provocados todos por la falta de Fe en la Palabra de Dios. Debiéramos tomar a pecho estas mismas preguntas.)
39 Mirad Mis Manos y Mis Pies, que Yo Mismo soy: palpad, y ved (ahora entenderían lo que Su Resurrección realmente era); que un espíritu ni tiene carne ni huesos, como veis que Yo tengo (en otras palabras, Jesús les decía que Él no era un espíritu incorpóreo; Él, de hecho, tenía un cuerpo físico de carne y huesos; no se menciona la sangre porque el Cuerpo Glorificado no tiene sangre; en tanto que ahora la vida de la carne está en la sangre, por eso, cuando nuestros cuerpos sean Glorificados, la vida será en el Espíritu, es decir, "el Espíritu Santo").
40 Y diciendo esto, les mostró Sus Manos y Sus Pies (Juan además añade que Él se había ofrecido, también, a que ellos vieran la herida en Su Costado; de hecho, Él retendrá estas heridas para siempre [Zac. 13:6; Apoc. 5:6]).
41 Y no creyéndolo aún ellos de gozo, y maravillados (indica que su fe todavía era débil; tenemos tendencia de corregirlos, pero ¿hubiéramos nosotros actuado mejor?), Él les dijo, ¿Tenéis aquí algo de comer? (Tiene la intención de demostrarles el hecho de que Él todavía retenía un Cuerpo humano, aunque Glorificado, y que como tal Él podía comer alimentos. Un "espíritu" no tiene carne y huesos, e igualmente no come.)
42 Entonces ellos Le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel (se especula que fue en la casa de Juan Marcos, quien escribió el Libro de Marcos).
43 Y Él tomó, y comió delante de ellos (debe fijarse que Jesús no le pidió a Sus Discípulos a creer algo que era contrario a su parecer).
44 Y Él les dijo, Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros, que era necesario que se cumpliesen todas las cosas, que están escritas de Mí en la Ley de Moisés, y en los Profetas, y en los Salmos (los Judíos dividían el Antiguo Testamento en tres partes — la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos, que consistían en los Libros de Sabiduría; la historia entera del Antiguo Testamento es la Historia de Jesús y la Cruz, y lo que la Cruz proporciona; de hecho, si no entendemos esto, no podemos entender totalmente la Palabra de Dios; como está claro aquí, "Cristo y Él Crucificado" es la clave de todo entendimiento).
45 Entonces les abrió el entendimiento, para que entendiesen Las Escrituras (el que no entiende Las Escrituras, entiende poco o nada; déjenos decirlo otra vez: "Jesucristo y Él Crucificado," es la Historia de la Biblia; toda Doctrina debe estar construida sobre este Fundamento, que constituye la casa construida sobre la Roca; de otro modo, es una casa construida sobre arena),
LA GRAN COMISIÓN
46 Y les dijo, Así está escrito (demuestra lo que acabo de declarar acerca de Cristo y la Cruz), y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día (déjenos decirlo otra vez, esto es la Historia de la Biblia):
47 Y que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados (indica el método de Dios de proclamar Su Palabra, y desempeñar Su Obra; cualquier otro método no es Bíblico) en todas las naciones, comenzando de Jerusalén (el Plan de Dios de la Salvación es idéntico para todos en cuanto a raza, color o cultura; es para el mundo entero).
48 Y vosotros sois testigos de estas cosas (el Cristianismo no se comenzó como resultado de una filosofía instructiva, como con todas las religiones; se comenzó por hombres y mujeres que literalmente atestiguaron del Hijo encarnado de Dios en todo Su Ministerio terrenal, así como Su Muerte y Resurrección; por consiguiente, podrían decir, "lo que hemos visto, y testificamos").
49 Y, he aquí, yo enviaré la Promesa de Mi Padre sobre vosotros (el Bautismo con el Espíritu Santo, que vendría durante el Día de Pentecostés [Hch. 1:4-5]): mas vosotros esperad en la ciudad de Jerusalén (era donde el Templo estaba situado, y donde siempre se celebraba el Día de Pentecostés, que ocasionaría el derramamiento del Espíritu; era sólo para el derramamiento inicial; desde entonces, Jesús Bautiza con el Espíritu Santo dondequiera que la persona pudiera estar [Hch., caps. 8-10, 19]), hasta que seáis investidos de potencia de lo alto (este es el Bautismo con el Espíritu Santo, que siempre es acompañado por el hablar en otras lenguas [Hch. 2:4; sin ser investido, el Creyente y la Iglesia son de poco valor para el Reino de Dios).
LA ASCENCIÓN
50 Y los sacó fuera hasta Betania (este pequeño pueblo estaba situado en el lado opuesto del Monte de los Olivos, y es en realidad un barrio residencial de Jerusalén; era la casa de María, Marta y Lázaro, los amigos amados de Jesús), y alzando Sus Manos, los bendijo (Lo proclama como el Sumo Sacerdote de Israel, habiendo hecho la Expiación, por consiguiente levantando Sus Manos y bendiciendo a la gente, que los Sumos Sacerdotes de Israel habían hecho durante casi 1.600 años; todo es un Tipo de lo que Él haría al final; pero que quede bien claro que Su Bendición es para todos, y no solamente para los Judíos).
51 Y aconteció, que bendiciéndolos (indica una bendición continua, lo que significa que sigue hasta hoy día, y de hecho, seguirá para siempre), se fue de ellos, y era llevado arriba al Cielo (corresponde a la Ascensión; Él se apresuró a la Cruz a fin de Expiar los pecados de Su Pueblo, pero Él no se apresuró a la Gloria, ya que Él no quiso dejar a Sus Ovejas Amadas).
52 Y ellos, después de haberle adorado (significa que Su Presencia estaba todavía con ellos, aunque ya Él había ascendido), se volvieron a Jerusalén con gran gozo (indica que era un grupo diferente de gente, al menos con respecto a la Fe, espíritu y emociones, que la de la Crucifixión; antes todo era tinieblas, ahora todo es luz):
53 Y estaban siempre en el Templo, alabando y bendiciendo a Dios (debido a la Promesa del Padre que se ha hecho real en nuestros corazones, ahora somos el Templo [I Cor. 3:16] y hemos de alabar al Señor continuamente). Amén (todos los cuatro Evangelios clausuran con la palabra "Amén," que significa "Verdad").


Primera Corintios Capítulo 13:



Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4



Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:



Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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