25 July 2022

El 25 de julio Lectura Bíblica Diaria

Sonidos del aire libre

Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1

 

El 25 de julio Lectura Bíblica Diaria:

Ezequiel 30-32:
30 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamentad: ¡Ay de aquel día! Porque cerca está el día, cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones será. Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos. Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo de espada. Así ha dicho Jehová: También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde Migdol hasta Sevene caerán en él a filo de espada, dice Jehová el Señor. Y serán asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades serán entre las ciudades desiertas. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados todos sus ayudadores. En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante de mí en naves, para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de Egipto; porque he aquí viene. Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré las riquezas de Egipto por mano de Nabucodonosor rey de Babilonia. El, y con él su pueblo, los más fuertes de las naciones, serán traídos para destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y llenarán de muertos la tierra. Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré la tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehová he hablado. Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y destruiré los ídolos de Menfis; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor. Asolaré a Patros, y pondré fuego a Zoán, y haré juicios en Tebas. Y derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y exterminaré a la multitud de Tebas. Y pondré fuego a Egipto; Sin tendrá gran dolor, y Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas angustias. Los jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en cautiverio. Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá, y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio. Haré, pues, juicios en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová. Aconteció en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras. Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte. Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de Egipto. Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová. 31 Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, dí a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza? He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas. Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes. Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado. En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones. Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas. Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia. Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura, yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su maldad. Yo lo he desechado. Y lo destruirán extranjeros, los poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo, para que no se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa. Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron. Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra. También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones. ¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el Señor. 32 Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas. Así ha dicho Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red. Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la faz del campo, y haré posar sobre ti todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la tierra. Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles de tus cadáveres. Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los arroyos se llenarán de ti. Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz. Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor. Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste. Y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída. Porque así ha dicho Jehová el Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti. Con espadas de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha. Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de bestia las enturbiará. Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor. Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto en ella hay, cuando mate a todos los que en ella moran, sabrán que yo soy Jehová. Esta es la endecha, y la cantarán; las hijas de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor. Aconteció en el año duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura. Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos. Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado; traedlo a él y a todos sus pueblos. De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada. Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada. Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de los vivientes. Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro. En medio de los muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos. Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes. Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes. Tú, pues, serás quebrantado entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada. Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro. Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusión con los que descienden al sepulcro. A éstos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor. Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también Faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con los muertos a espada, dice Jehová el Señor.

Salmo 73:
En verdad, ¡cuán bueno es Dios con Israel, con los puros de corazón! Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados. Ellos no tienen ningún problema; su cuerpo está fuerte y saludable. Libres están de los afanes de todos; no les afectan los infortunios humanos. Por eso lucen su orgullo como un collar, y hacen gala de su violencia. ¡Están que revientan de malicia, y hasta se les ven sus malas intenciones! Son burlones, hablan con doblez, y arrogantes oprimen y amenazan. Con la boca increpan al cielo, con la lengua dominan la tierra. Por eso la gente acude a ellos y cree todo lo que afirman. Hasta dicen: "¿Cómo puede Dios saberlo? ¿Acaso el Altísimo tiene entendimiento?" Así son los impíos; sin afanarse, aumentan sus riquezas. En verdad, ¿de qué me sirve mantener mi corazón limpio y mis manos lavadas en la inocencia, si todo el día me golpean y de mañana me castigan? Si hubiera dicho: "Voy a hablar como ellos", habría traicionado a tu linaje. Cuando traté de comprender todo esto, me resultó una carga insoportable, hasta que entré en el santuario de Dios; allí comprendí cuál será el destino de los malvados: En verdad, los has puesto en terreno resbaladizo, y los empujas a su propia destrucción. ¡En un instante serán destruidos, totalmente consumidos por el terror! Como quien despierta de un sueño, así, *Señor, cuando tú te levantes, desecharás su falsa apariencia. Se me afligía el corazón y se me amargaba el ánimo por mi *necedad e ignorancia. ¡Me porté contigo como una bestia! Pero yo siempre estoy contigo, pues tú me sostienes de la mano derecha. Me guías con tu consejo, y más tarde me acogerás en gloria. ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Si estoy contigo, ya nada quiero en la tierra. Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna. Perecerán los que se alejen de ti; tú destruyes a los que te son infieles. Para mí el bien es estar cerca de Dios. para contar todas sus obras.


Proverbios 5:
Hijo mío, pon atención a mi sabiduría y presta oído a mi buen juicio, para que al hablar mantengas la discreción y retengas el conocimiento. De los labios de la adúltera fluye miel; su lengua es más suave que el aceite. Pero al fin resulta más amarga que la hiel y más cortante que una espada de dos filos. Sus pies descienden hasta la muerte; sus pasos van derecho al sepulcro. No toma ella en cuenta el camino de la vida; sus sendas son torcidas, y ella no lo reconoce. Pues bien, hijo mío, préstame atención y no te apartes de mis palabras. Aléjate de la adúltera; no te acerques a la puerta de su casa, para que no entregues a otros tu vigor, ni tus años a gente cruel; para que no sacies con tu fuerza a gente extraña, ni vayan a dar en casa ajena tus esfuerzos. Porque al final acabarás por llorar, cuando todo tu ser se haya consumido. Y dirás: "¡Cómo pude aborrecer la corrección! ¡Cómo pudo mi corazón despreciar la disciplina! No atendí a la voz de mis maestros, ni presté oído a mis instructores. Ahora estoy al borde de la ruina, en medio de toda la comunidad." Bebe el agua de tu propio pozo, el  agua que fluye de tu propio manantial. ¿Habrán de derramarse tus fuentes por las calles y tus corrientes de aguas por las plazas públicas? Son tuyas, solamente tuyas, y no para que las compartas con extraños. ¡Bendita sea tu fuente! ¡Goza con la esposa de tu juventud! Es una gacela amorosa, es una cervatilla encantadora. ¡Que sus pechos te satisfagan siempre! ¡Que su amor te cautive todo el tiempo! ¿Por qué, hijo mío, dejarte cautivar por una adúltera? ¿Por qué abrazarte al pecho de la mujer ajena? Nuestros caminos están a la vista del Señor; él examina todas nuestras sendas. Al malvado lo atrapan sus malas obras; las cuerdas de su pecado lo aprisionan. Morirá por su falta de disciplina; perecerá por su gran insensatez.



El Libro de Apocalipsis Capítulo 9 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
EL APOCALIPSISDE SAN JUAN



CAPÍTULO 9
(96 d.C.)
LA QUINTA TROMPETA




Y EL quinto Ángel tocó la Trompeta (indica el quinto Juicio, y como se mencionó, el primer "Ay"), y vi una estrella que cayó del Cielo en la Tierra (realmente se refiere a Satanás, como lo indica la siguiente frase [Luc. 10:18]): y le fue dada la llave del pozo del abismo. (Cristo le da esta "llave" a Satanás aunque Él pueda dársela a un Ángel para que se la dé al Maligno [Apoc. 20:1].)
2 Y (Satanás) abrió el pozo del abismo; y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. (Probablemente estará concentrado en el antiguo territorio del Imperio Romano.)
3 Y del humo salieron langostas sobre la Tierra (son langostas de demonio, justo como los siguientes Versículos lo demuestran): y les fue dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la Tierra (se refiere al aguijón en sus colas y el dolor que ésto causará).
4 Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la Tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol (las langostas normales destruyen la vida vegetal; pero a éstos no se les permiten); sino solamente a los hombres que no tienen el Sello de Dios en sus frentes (se refiere a los 144.000 Judíos que han aceptado a Cristo como su Salvador [Apoc. 7:2-8]).
5 Y le fue dado que no los matasen, sino que los atormentasen cinco meses (será literal, más aún serán invisibles estas criaturas): y su tormento era como tormento de escorpión, cuando hiere al hombre (dolor e hinchazón).
6 Y en aquellos días buscarán los hombres la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, y la muerte huirá de ellos. (¡El dolor será tan terrible que la gente querrá morirse, será realmente terrible! Claramente los analgésicos no surtirán efectos. Sería  interesante notar cómo los médicos diagnosticarían todo esto, por no decir otra cosa más.)
7 Y el parecer de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; y sobre sus cabezas tenían como coronas semejantes al oro, y sus caras como caras de hombres. (Son espíritus demoníacos, pero serán invisibles. Si se pudieran verlos, así es como ellos se verían. La Biblia no nos dice su origen. Sabemos que al principio no fueron creados de esta manera, sino que naturalmente se transformaron así en la revolución instigada por Lucifer contra Dios [Isa. 14:12-20; Ezeq. 28:11-19].)
8 Y tenían cabellos como cabellos de mujeres: y sus dientes eran como dientes de leones. (Ellos, sin duda, fueron al principio creados por Dios para realizar una función particular de alabanza y adoración, justo como los "Seres Vivientes," pero han sufrido este destino debido a la rebelión contra Dios.)
9 Y tenían corazas como corazas de hierro; y el estruendo de sus alas, como el ruido de carros que con muchos caballos corren a la batalla. (Nos da una vislumbre del mundo de los espíritus. Es la razón por la cual la psicología humanística es una insensatez porque sus esfuerzos son inútiles contra dichos enemigos. La única solución es Cristo y la Cruz.)
10 Y tenían colas semejantes a las de los escorpiones, y tenían en sus colas aguijones: y su poder era de hacer daño a los hombres cinco meses. (Este Juicio está limitado a cinco meses, lo que nos indica que Satanás sólo puede hacer lo que Dios le permite.)
11 Y tienen sobre sí por rey al Ángel del abismo (nos da un mayor entendimiento del mundo de los espíritus de la oscuridad), cuyo nombre en Hebreo es Abadón, y en Griego, Apolión. (Es un poderoso Ángel caído, quien claramente compartió la suerte de Lucifer en la gran rebelión contra Dios. Solamente cuatro Ángeles se nombran en Las Escrituras, "Gabriel, Miguel, Lucifer y Apolión," los dos primeros son Justos.)
12 El primer Ay es pasado (se refiere al quinto Juicio de Trompetas); he aquí, vienen aún dos ayes después de estas cosas. (Las palabras "he aquí" llaman la atención al hecho de que los dos "ayes" restantes serán sumamente horrorosos.)
LA SEXTA TROMPETA
13 Y el sexto Ángel tocó la Trompeta (es el segundo "ay"), y oí una voz de los cuatro cuernos del Altar de Oro que estaba delante de Dios (es el "Altar del Incienso"; la "voz" es probablemente del mismo Ángel que vino y se paró delante del Altar y tuvo mucho Incienso [6:9; 8:3]),
14 Diciendo al sexto Ángel que tenía la Trompeta, Desata los cuatro Ángeles que están atados en el gran río Eufrates. (Son Ángeles malos, de aquí "atados" anteriormente. El río "Eufrates" señala el área. Es donde todo comenzó, es donde todo terminará y está en preparación ahora mismo.)
15 Y fueron desatados los cuatro Ángeles que estaban preparados para la hora, y día, y mes, y año, para matar la tercera parte de los hombres. (No se debe confundir a estos cuatro Ángeles con los cuatro Ángeles de Apoc. 7:1. Aquellos primeros son Ángeles Justos, mientras que estos otros cuatro son malos. Ellos son ejecutores de la ira de Dios. De nuevo, este Juicio estará limitado al antiguo territorio del Imperio Romano.)
16 Y el número del ejército de los de a caballo era doscientos millones (200 millones): y oí el número de ellos. (No es simbólico de un ejército humano sino de espíritus demoníacos, los cuales serán invisibles también.)
17 Y así vi los caballos en visión (caballos de demonios), y los que sobre ellos estaban sentados, los cuales tenían corazas de fuego, de jacinto, y de azufre: y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de la boca de ellos salía fuego, y humo, y azufre. (Todo esto representa a espíritus demoníacos montados en caballos de demonios.)
18 De estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los hombres, del fuego, y del humo, y del azufre, que salían de la boca de ellos. (Es muy posible que más de trescientos millones de personas mueran en consecuencia de esta plaga en particular. Lo que se crea que sea la causa, la causa concreta será lo que está descrito aquí.)
19 Porque su poder está en su boca y en sus colas: porque sus colas eran semejantes a serpientes, y tenían cabezas, y con ellas dañan. (De nuevo, nos dan una vislumbre en el mundo de los espíritus. Es la razón por la cual Pablo dijo que "no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra poderes, contra señores del mundo, contra gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en las regiones celestiales" [Ef. 6:12].)
20 Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas (de nuevo, probablemente limitado a la región del Medio Oriente), aun no se arrepintieron de las obras de sus manos (como es evidente, los hombres no se arrepienten fácilmente), para que no adorasen a los demonios, y a las imágenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de madera: las cuales no pueden ver, ni oír, ni andar (toda adoración a Dios debe basarse estrictamente en el Sacrificio de Cristo y el Nombre de Cristo, de otro modo es "una obra de las manos del hombre," que Dios nunca puede aceptar [Ef. 2:13-18]):
21 Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus latrocinios. (El Espíritu Santo otra vez recalca al hecho de que ellos no se van a arrepentir. El hombre, en la esfera del mundo debe Arrepentirse del pecado de crear otro dios. En la esfera de la Iglesia, debe Arrepentirse del pecado de crear otro Sacrificio.)



Primera Corintios Capítulo 13:
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas,  y no tengo amor,  vengo a ser como metal que resuena,  o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía,  y entendiese todos los misterios y toda ciencia,  y si tuviese toda la fe,  de tal manera que trasladase los montes,  y no tengo amor,  nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres,  y si entregase mi cuerpo para ser quemado,  y no tengo amor,  de nada me sirve. El amor es sufrido,  es benigno;  el amor no tiene envidia,  el amor no es jactancioso,  no se envanece; no hace nada indebido,  no busca lo suyo,  no se irrita,  no guarda rencor; no se goza de la injusticia,  mas se goza de la verdad. Todo lo sufre,  todo lo cree,  todo lo espera,  todo lo soporta. El amor nunca deja de ser;  pero las profecías se acabarán,  y cesarán las lenguas,  y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos,  y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto,  entonces lo que es en parte se acabará. Cuando yo era niño,  hablaba como niño,  pensaba como niño,  juzgaba como niño;  mas cuando ya fui hombre,  dejé lo que era de niño. Ahora vemos por espejo,  oscuramente;  mas entonces veremos cara a cara.  Ahora conozco en parte;  pero entonces conoceré como fui conocido. Y ahora permanecen la  fe,  la esperanza y el amor,  estos tres;  pero el mayor de ellos es el amor.




Hebreos 10:35-12:4
porque os es necesaria la paciencia,  para que habiendo hecho la voluntad de Dios,  obtengáis la promesa. Porque aún un poquito,
 Y el que ha de venir vendrá,  y no tardará. Mas el justo vivirá por fe;
 Y si retrocediere,  no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición,  sino de los que tienen fe para preservación del alma. Es,  pues,  la fe la certeza de lo que se espera,  la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios,  de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín,  por lo cual alcanzó testimonio de que era justo,  dando Dios testimonio de sus ofrendas;  y muerto,  aún habla por ella. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte,  y no fue hallado,  porque lo traspuso Dios;  y antes que fuese traspuesto,  tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios;  porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay,  y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé,  cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían,  con temor preparó el arca en que su casa se salvase;  y por esa fe condenó al mundo,  y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham,  siendo llamado,  obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia;  y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena,  morando en tiendas con Isaac y Jacob,  coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos,  cuyo arquitecto y constructor es Dios. Por la fe también la misma Sara,  siendo estéril,  recibió fuerza para concebir;  y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad,  porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también,  de uno,  y ése ya casi muerto,  salieron como las estrellas del cielo en multitud,  y como la arena innumerable que está a la orilla del mar. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido,  sino mirándolo de lejos,  y creyéndolo,  y saludándolo,  y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen,  claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron,  ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor,  esto es,  celestial;  por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos;  porque les ha preparado una ciudad. Por la fe Abraham,  cuando fue probado,  ofreció a Isaac;  y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho:  En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos,  de donde,  en sentido figurado,  también le volvió a recibir. Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Por la fe Jacob,  al morir,  bendijo a cada uno de los hijos de José,  y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. Por la fe José,  al morir,  mencionó la salida de los hijos de Israel,  y dio mandamiento acerca de sus huesos. Por la fe Moisés,  cuando nació,  fue escondido por sus padres por tres meses,  porque le vieron niño hermoso,  y no temieron el decreto del rey. Por la fe Moisés,  hecho ya grande,  rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios,  que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios;  porque tenía puesta la mirada en el galardón. Por la fe dejó a Egipto,  no temiendo la ira del rey;  porque se sostuvo como viendo al Invisible. Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre,  para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos. Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca;  e intentando los egipcios hacer lo mismo,  fueron ahogados. Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes,  habiendo recibido a los espías en paz. ¿Y qué más digo?  Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón,  de Barac,  de Sansón,  de Jefté,  de David,  así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos,  hicieron justicia,  alcanzaron promesas,  taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos,  evitaron filo de espada,  sacaron fuerzas de debilidad,  se hicieron fuertes en batallas,  pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección;  mas otros fueron atormentados,  no aceptando el rescate,  a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes,  y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados,  aserrados,  puestos a prueba,  muertos a filo de espada;  anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras,  pobres,  angustiados,  maltratados; de los cuales el mundo no era digno;  errando por los desiertos,  por los montes,  por las cuevas y por las cavernas de la tierra. Y todos éstos,  aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe,  no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros,  para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros. Por tanto,  nosotros también,  teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,  despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia,  y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús,  el autor y consumador de la fe,  el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,  menospreciando el oprobio,  y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo,  para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre,  combatiendo contra el pecado;



Romanos 8:
Ahora,  pues,  ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,  los que no andan conforme a la carne,  sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley,  por cuanto era débil por la carne,  Dios,  enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,  condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros,  que no andamos conforme a la carne,  sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne;  pero los que son del Espíritu,  en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte,  pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios;  porque no se sujetan a la ley de Dios,  ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Mas vosotros no vivís según la carne,  sino según el Espíritu,  si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros.  Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo,  no es de él. Pero si Cristo está en vosotros,  el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado,  mas el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros,  el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. Así que,  hermanos,  deudores somos,  no a la carne,  para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne,  moriréis;  mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne,  viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios,  éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor,  sino que habéis recibido el espíritu de adopción,  por el cual clamamos:  ¡Abba,  Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu,  de que somos hijos de Dios. Y si hijos,  también herederos;  herederos de Dios y coherederos con Cristo,  si es que padecemos juntamente con él,  para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad,  no por su propia voluntad,  sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción,  a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una,  y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella,  sino que también nosotros mismos,  que tenemos las primicias del Espíritu,  nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos,  esperando la adopción,  la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos;  pero la esperanza que se ve,  no es esperanza;  porque lo que alguno ve,  ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos,  con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;  pues qué hemos de pedir como conviene,  no lo sabemos,  pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu,  porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Y sabemos que a los que aman a Dios,  todas las cosas les ayudan a bien,  esto es,  a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció,  también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo,  para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó,  a éstos también llamó;  y a los que llamó,  a éstos también justificó;  y a los que justificó,  a éstos también glorificó. ¿Qué,  pues,  diremos a esto?  Si Dios es por nosotros,  ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo,  sino que lo entregó por todos nosotros,  ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios?  Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará?  Cristo es el que murió;  más aun,  el que también resucitó,  el que además está a la diestra de Dios,  el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación,  o angustia,  o persecución,  o hambre,  o desnudez,  o peligro,  o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes,  en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte,  ni la vida,  ni ángeles,  ni principados,  ni potestades,  ni lo presente,  ni lo por venir, ni lo alto,  ni lo profundo,  ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios,  que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

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