02 October 2018

El 2 de octubre Lectura Bíblica Diaria:

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Mensaje de la Cruz de Cristo Jesús-Capítulo-1
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El 2 de octubre Lectura Bíblica Diaria:


Isaías 13 a 15:

Profecía contra Babilonia que recibió Isaías hijo de Amoz: Sobre un monte pelado agiten la bandera; llamen a gritos a los soldados, háganles señas con la mano para que entren por las puertas de los nobles. Ya he dado orden a mis consagrados; he reclutado a mis valientes, a los que se alegran de mi triunfo, para que ejecuten mi castigo. ¡Escuchen! Se oye tumulto en las montañas, como el de una gran multitud. ¡Escuchen! Se oye un estruendo de reinos, de naciones que se han reunido. a un ejército para la batalla. Vienen de tierras lejanas, de los confines del horizonte. para destruir toda la tierra. ¡Giman, que el día del Señor está cerca! Llega de parte del Todopoderoso como una devastación. Por eso todas las manos desfallecen, todo el mundo pierde el ánimo. Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido! ¡Miren! ¡Ya viene el día del Señor día cruel, de furor y ardiente ira; convertirá en desolación la tierra y exterminará de ella a los pecadores! Las estrellas y las constelaciones del cielo dejarán de irradiar su luz; se oscurecerá el sol al salir y no brillará más la luna. Castigaré por su maldad al mundo, y por su iniquidad a los malvados. y humillaré el orgullo de los violentos. Voy a hacer que haya menos gente que oro fino, menos mortales que oro de Ofir. Por eso haré que tiemble el cielo y que la tierra se mueva de su sitio, por el furor del Señor Todopoderoso en el día de su ardiente ira. Como gacela acosada, como rebaño sin pastor, cada uno se volverá a su propio pueblo, cada cual huirá a su propia tierra. Al que atrapen lo traspasarán; el que caiga preso morirá a filo de espada. Ante sus propios ojos estrellarán a sus pequeños, saquearán sus casas y violarán a sus mujeres. ¡Miren! Yo incito contra ellos a los medos, pueblo al que no le importa la plata ni se deleita en el oro. Con sus arcos traspasarán a los jóvenes; no se apiadarán del fruto del vientre ni tendrán compasión de los niños. Babilonia, la perla de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, quedará como Sodoma y Gomorra cuando Dios las destruyó. Nunca más volverá a ser habitada, ni poblada en los tiempos venideros. No volverá a acampar allí el beduino, ni hará el pastor descansar a su rebaño. Allí descansarán las fieras del desierto; sus casas se llenarán de búhos. y brincarán las cabras salvajes. En sus fortalezas aullarán las hienas, y en sus lujosos palacios, los chacales. Su hora está por llegar, y no se prolongarán sus días. En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob. Los pueblos los acogerán y los llevarán hasta su patria. Los israelitas los tomarán como siervos y siervas en el suelo del Señor; apresarán a sus captores y dominarán a sus opresores. Cuando el Señor los haga descansar de su sufrimiento, de su tormento y de la cruel esclavitud a la que fueron sometidos, pronunciarán esta sátira contra el rey de Babilonia: ¡Hay que ver cómo terminó el opresor, y cómo acabó su furia insolente! Quebró el Señor la vara de los malvados; rompió el bastón de los tiranos que con furia y continuos golpes castigaba a los pueblos, que con implacable enojo dominaba y perseguía a las naciones. Toda la tierra descansa tranquila y prorrumpe en gritos de alegría. Hasta los pinos y cedros del Líbano se burlan de ti y te dicen: "Desde que yaces tendido, nadie viene a derribarnos." Allá en lo profundo, por tu causa, el sepulcro se estremece al salir a tu encuentro; por causa tuya despierta a los muertos, a los que fueron jefes de la tierra. se levanten de sus tronos. Todos ellos responden y te dicen: "¡También tú te has debilitado! ¡Ya eres uno más de los nuestros!" Tu majestad ha sido arrojada al sepulcro, junto con el sonido de tus arpas. ¡Duermes entre gusanos, y te cubren las lombrices! ¡Cómo has caído del cielo, lucero de la mañana! Tú, que sometías a las naciones, has caído por tierra. Decías en tu corazón: "Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo." ¡Pero has sido arrojado al sepulcro, a lo más profundo de la fosa! Los que te ven, te clavan la mirada y reflexionan en cuanto a tu destino: "¿Y éste es el que sacudía a la tierra y hacía temblar a los reinos, el que dejaba el mundo hecho un desierto, el que arrasaba sus ciudades y nunca dejaba libres a los presos?" Todos los reyes de las naciones reposan con honor, cada uno en su tumba. Pero a ti, el sepulcro te ha vomitado como a un vástago repugnante. Los que murieron a filo de espada, los que bajaron al fondo de la fosa, te han cubierto por completo. ¡Pareces un cadáver pisoteado! No tendrás sepultura con los reyes, porque destruiste a tu tierra y asesinaste a tu pueblo. ¡Jamás volverá a mencionarse la descendencia de los malhechores! Por causa de la maldad de los padres, preparen un matadero para los hijos. ¡Que no se levanten para heredar la tierra ni cubran con ciudades la faz del mundo! "Yo me levantaré contra ellos afirma el Señor. nombre y descendencia, vástago y posteridad afirma el Señor Todopoderoso. La convertiré en lugar de erizos, en charco de agua estancada; la barreré con la escoba de la destrucción", afirma el Señor Todopoderoso. El Señor Todopoderoso ha jurado: "Tal como lo he planeado, se cumplirá; tal como lo he decidido, se realizará. Destrozaré a Asiria en mi tierra; la pisotearé sobre mis montes. Mi pueblo dejará de llevar su yugo; ya no pesará esa carga sobre sus hombros." Esto es lo que he determinado para toda la tierra; ésta es la  mano que he extendido sobre todas las naciones. Si lo ha determinado el Señor Todopoderoso, ¿quién podrá impedirlo? Si él ha extendido su mano, ¿quién podrá detenerla? Esta profecía vino a Isaías el año en que murió el rey Acaz: Todos ustedes filisteos, no se alegren de que se haya roto el bastón que los golpeaba; porque una víbora saldrá de la raíz de la serpiente; su fruto será una serpiente voladora. Los más desvalidos pacerán como ovejas, los necesitados descansarán seguros. Pero mataré de hambre a su raíz; destruiré a sus sobrevivientes. ¡Gime y grita, puerta de la ciudad! ¡Ponte a temblar de miedo, Filistea entera! Porque viene del norte una nube de humo, y nadie rompe la formación. ¿Qué respuesta se dará a los mensajeros de esa nación? Pues que el Señor ha afirmado a Sión, y que allí se refugiarán los afligidos de su pueblo. Profecía contra Moab: La ciudad moabita de Ar está arruinada, ¡destruida en una noche! La ciudad moabita de Quir está arruinada, ¡destruida en una noche! Acuden los de Dibón al templo, a sus altares paganos, para llorar. por Nebo y por Medeba. Rapadas están todas las cabezas, y afeitadas todas las barbas. Todos, desechos en llanto, van por las calles, vestidos de luto; ¡gimen en los techos y en las plazas! Hesbón y Elalé claman a gritos, hasta Yahaza se escuchan sus clamores. Por eso  gritan los valientes de Moab, y flaquea su entereza. Mi corazón grita por Moab; sus fugitivos huyen hasta Zoar, hasta Eglat Selisiyá. Suben llorando por la cuesta de Luhit; ante el desastre, gritan desesperados por el camino de Joronayin. Se han secado las aguas de Nimrín; se ha marchitado la hierba. Ya no hay vegetación, no ha quedado nada verde. Por eso se llevaron, más allá del arroyo de los Sauces, las muchas riquezas que amasaron. Su grito desesperado va recorriendo la frontera de Moab. Llega su gemido hasta Eglayin, y aun llega hasta Ber Elín. Llenas están de sangre las aguas de Dimón, y aún más plagas le añadiré: enviaré un león contra los moabitas fugitivos y contra los que permanezcan en la tierra.




Salmo 142:



A voz en cuello, al Señor le pido ayuda; a voz en cuello, al Señor le pido compasión. Ante él expongo mis quejas; ante él expreso mis angustias. Cuando ya no me queda aliento, tú me muestras el camino. algunos me han tendido una trampa. Mira a mi derecha, y ve: nadie me tiende la mano. No tengo dónde refugiarme; por mí nadie se preocupa. A ti, Señor, te pido ayuda; a ti te digo: "Tú eres mi refugio, mi porción en la tierra de los vivientes." Atiende a mi clamor, porque me siento muy débil; líbrame de mis perseguidores, porque son más fuertes que yo. Sácame de la prisión, para que alabe yo tu nombre. por la bondad que me has mostrado.




Proverbios 11:



El Señor aborrece las balanzas adulteradas, pero aprueba las pesas exactas. Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría. A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía. En el día de la ira de nada sirve ser rico, pero la justicia libra de la muerte. La justicia endereza el camino de los íntegros,    pero la maldad hace caer a los impíos. La justicia libra a los justos, pero la codicia atrapa a los falsos. Muere el malvado, y con él su esperanza; muere también su ilusión de poder. El justo se salva de la calamidad, pero la desgracia le sobreviene al malvado. Con la boca el impío destruye a su prójimo, pero los justos se libran por el conocimiento. Cuando el justo prospera, la ciudad se alegra; cuando el malvado perece, hay gran regocijo. La bendición de los justos enaltece a la ciudad, pero la boca de los malvados la destruye. El falto de juicio desprecia a su prójimo, pero el entendido refrena su lengua. La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta. Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros. El fiador de un extraño saldrá perjudicado; negarse a dar fianza es vivir en paz. La mujer bondadosa se gana el respeto; los hombres violentos sólo ganan riquezas. El que es bondadoso se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica. El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia. El que es justo obtiene la vida; el que persigue el mal se encamina a la muerte. El Señor aborrece a los de corazón perverso, pero se complace en los que viven con rectitud. Una cosa es segura: Los malvados no quedarán impunes, pero los justos saldrán bien librados. Como argolla de oro en hocico de cerdo es la mujer bella pero indiscreta. Los deseos de los justos terminan bien; la esperanza de los malvados termina mal. Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan; otros ni sus deudas pagan, y acaban en la miseria. El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado. La gente maldice al que acapara el trigo, pero colma de bendiciones al que gustoso lo vende. El que madruga para el bien, halla buena voluntad; el que anda tras el mal, por el mal será alcanzado. El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje. El que perturba su casa no hereda más que el  viento, y el necio termina sirviendo al sabio. El fruto de la justicia es árbol de vida, pero el que arrebata vidas es violento. Si los justos reciben su pago aquí en la tierra, ¡cuánto más los impíos y los pecadores!



El Libro de Lucas Capítulo 11 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:




EL SANTO EVANGELIO SEGÚN
SAN LUCAS




CAPÍTULO 11
(33 d.C.)
LA ORACIÓN




Y ACONTECIÓ, que, estando Él orando en un cierto lugar (Jesús hace lo que Él le había amonestado a Marta que hiciera — tener compañerismo con el Padre, que fue lo que hizo María), cuando Él acabó, uno de Sus Discípulos Le dijo (evidentemente notaron la facilidad con la cual Él oraba), Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos (la contestación que Cristo les dio a su petición es la base para todas las oraciones).
2 Y les dijo, Cuando orareis (quiere decir que hay que tener un tiempo fijo cada día para orar), decid, Padre nuestro (se refiere a la relación, y que Él Solo puede suplir cada necesidad nuestra) que estás en los Cielos (la ayuda viene del Cielo; ninguna ayuda viene de esta Tierra), sea Tu Nombre Santificado (comienza con alabanza). Venga Tu Reino (el Creyente debe orar para que venga este Reino, y por todos los motivos obvios). Sea hecha Tu Voluntad, como en el Cielo, así también en la Tierra (la "Voluntad de Dios," y no la nuestra, debe ser el objetivo supremo de todo Creyente; la Voluntad de Dios no se hace ahora en la Tierra, pero será hecha cuando venga el Reino; entonces la guerra, la enfermedad y el sufrimiento se acabarán).
3 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy (el sustento físico y el sustento espiritual, que el Señor Solo puede dar).
4 Y perdónanos nuestros pecados (expresa el hecho de que no hay un solo Creyente perfecto, solamente un Dios Perfecto; el mejor de entre nosotros, quien sea, todavía vive en un cuerpo humano imperfecto; por consiguiente, debemos mantener la mirada en Cristo); porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben (al perdonarnos el Señor se basa además en que perdonemos a los demás). Y no nos metas en tentación (en efecto, declara que me ayude en mi debilidad a no ser conducido a la tentación); mas líbranos del malo (hay sólo Un Libertador, que es el Señor; el hombre no puede liberar al hombre, a pesar de las afirmaciones de la psicología humanística; y Dios libera por lo que hizo Jesús en la Cruz, y nuestra Fe en aquella Obra Terminada).
5 Les dijo también (la continuación de la explicación en cuanto a la oración), ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, e irá a él a medianoche, y le dirá, Amigo, préstame tres panes (un pedido insignificante);
6 Porque un amigo mío ha venido a mí de su jornada, y no tengo qué ponerle delante? (Como Creyentes debemos entregar el Mensaje de la Vida Eterna a toda la humanidad, pero la verdad es que por nosotros mismos, no tenemos nada que ofrecer.)
7 Y él de dentro respondiendo, dijere, No me seas molesto: la puerta está ya cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme y darte (una negación obvia).
8 Os digo, Que aunque no se levante a darle, por ser su amigo, cierto por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite (el argumento de esta Parábola es que si la capacidad por la necesidad diaria se puede, por importunidad, es decir, "persistencia," obtener de una fuente que no es voluntariosa, cuánto más de un Dador dispuesto, El Cual y Quien es el Señor).
9 Y Yo os digo (nos dice cómo acercarnos al Señor por todo lo que necesitamos), Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y os será abierto (todo esto habla de la persistencia y garantiza una respuesta positiva, por lo menos si está en la Voluntad de Dios).
10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá (Él dice "todo aquel," ¡y esto te incluye a ti!).
11 ¿Y cuál padre de vosotros si su hijo le pidiere pan, le dará una piedra? o, si pescado, ¿en lugar de pescado, le dará una serpiente?
12 O, si le pidiere un huevo, ¿le dará (un huevo que contiene) un escorpión?
13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos (quiere decir que un padre terrenal desde luego no le dará a su hijo una piedra si es que le pide pan, etc.): ¿cuánto más vuestro Padre Celestial dará el Espíritu Santo a los que lo pidieren de Él? (Se refiere a la bondad de Dios, y el hecho de que todo lo de la Deidad nos llega por la Persona y Mediación del Espíritu Santo; y todo lo que Él hace a nuestro favor se fundamenta en la Cruz de Cristo, y nuestra Fe en esa Obra Terminada.)
LA BLASFEMIA
14 Y estaba Él lanzando un demonio (espíritu demoníaco), el cual era mudo (el Texto Griego da a entender un silencio mudo, lo cual era una forma de locura). Y aconteció, que salido fuera el demonio (espíritu demoníaco), el mudo habló; y las gentes se maravillaron (de un momento a otro, el hombre fue completamente liberado y sanado).
15 Mas algunos de ellos (algunos de los líderes religiosos en Israel) decían, En Beelzebú, príncipe de los demonios (tiene que ver con una acusación sorprendente, la cual constituye el terrible pecado de blasfemar el Espíritu Santo, por lo cual no hay perdón; "Beelzebú" era el dios Filisteo de las moscas [II Rey. 1:2]; quería decir "el dios de estiércol," o "señor de la colina de estiércol"; un ídolo muy desdeñoso y vil), echa fuera los demonios (espíritus demoníacos).
16 Y otros, tentándole (intentaban enredar a Cristo en Sus palabras o Sus acciones), pedían de Él señal del Cielo (extraño, considerando que acababan de presenciar una señal de proporciones inauditas; exigían un truco, como hacer bajar fuego del Cielo; lo que estos hombres necios no calculaban era que si Él hubiera hecho tal cosa, el fuego hubiera caído sobre ellos; pero eran tan insensibles espiritualmente, no podían darse cuenta del peligro en que se encontraban).
17 Mas Él, conociendo los pensamientos de ellos (presenta al Espíritu Santo que le informa de lo que pensaban, quiere decir que no decían estas cosas para que la muchedumbre pudiera oír), les dijo, Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae (la división basada en la disensión es de veras lo que destruye todo).
18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo estará en pie su reino? (Nos dice inequívocamente de la existencia de tal reino del mal, todo armado y bien organizado para llevar a cabo sus pavorosos propósitos.) porque decís que en Beelzebú  (indica lo absurdo de tal acusación) echo Yo fuera los demonios (espíritus demoníacos).
19 Pues si Yo echo fuera los demonios (espíritus demoníacos) en nombre de Beelzebú, ¿vuestros hijos en quién los echan fuera? (Quiere decir que al condenarle a Él, en consecuencia se estaban condenando.) Por tanto, ellos serán vuestros jueces (la multitud sabía que jamás habían oído de alguien que echaba fuera demonios por el poder de Satanás).
20 Mas si por el Dedo de Dios (el Poder de Dios) echo Yo fuera los demonios (espíritus demoníacos) (no podían poner en tela de juicio las Sanidades, los Milagros, ni las Liberaciones), cierto el Reino de Dios ha llegado a vosotros (toda evidencia declaraba que Él era de Dios; ¡Su Poder era innegable!).
21 Cuando el fuerte armado (Satanás) guarda su palacio (el mundo), en paz está lo que posee (representa la libertad de tomar acción hostil, del cual Satanás disfrutó hasta la Primera Venida de Cristo).
22 Mas si sobreviniendo otro más fuerte que él (Jesucristo es el más fuerte), le venciere (se refiere a lo que Jesús hizo en la Cruz [Col. 2:14-15]), le toma todas sus armas en que confiaba (Jesucristo derrotó a Satanás total y completamente en la Cruz, donde Él expió todo pecado), y reparte sus despojos (quiere decir que millones han sido Redimidos de las garras de Satanás, y en lugar de ser prisioneros de Satanás son prisioneros de Jesucristo [Ef. 4:8-9]).
23 El que no es conmigo, contra mí es (presenta el hecho de que no existe la neutralidad con Cristo): y el que conmigo no recoge, desparrama (todo es del Diablo o de Cristo; no hay término intermedio).
24 Cuando el espíritu inmundo saliere del hombre (tiene que ver con los esfuerzos del hombre, los que sean, para salvarse por medios fuera de Cristo y Él Crucificado), anda por lugares secos, buscando reposo (tiene que ver con el "espíritu inmundo" el cual ya había salido); y no hallándolo, dice, Me volveré a mi casa de donde salí (a menos que Cristo afecte la obra, sea la que sea, en verdad no se afectará).
25 Y (el espíritu inmundo) viniendo, la halla barrida y adornada (quiere decir que estaba lleno de algo que no era Cristo).
26 Entonces va, y toma otros siete espíritus más malvados que él (se refiere a que los espíritus demoníacos que vuelven a entrar de donde salieron); y entrados, habitan allí (prueba que la mayoría del mundo está controlado por espíritus demoníacos): y lo postrero de tal hombre es peor que lo primero (era la condición de Israel después que ellos habían rechazado a Cristo, lo cual al final los llevó a su destrucción total).
27 Y aconteció, que diciendo estas cosas, una cierta mujer de la multitud, levantando la voz, Le dijo (el Señor enseñaba con sus verdades más solemnes acerca de los terrores del mundo espiritual de las tinieblas, y esta mujer interrumpió de una forma grosera con sus pensamientos carnales), Bienaventurado el vientre que te trajo, y los pechos que mamaste (fue verídico lo que la mujer dijo, pero todo fuera de lugar en ese momento).
28 Y Él dijo, Antes, bienaventurados los que oyen la Palabra de Dios, y la guardan (el Señor la reprendió con suavidad, señalando que el hombre natural y las relaciones naturales no son reconocidos en el reino de las realidades espirituales).
JONÁS
29 Y juntándose las gentes a Él, comenzó a decir, Esta generación mala es (indica la incredulidad de Israel; eran sumamente religiosos, y aún así no conocían a Dios de Quien hablaban siempre): señal busca; más señal no le será dada, sino la señal de Jonás el Profeta (la señal de la cual Jesús habló era la resurrección de Jonás del vientre de la ballena; de la misma manera, Jesús Resucitaría de entre los muertos, pero desgraciadamente, Israel no creyó en esa señal).
30 Porque como Jonás fue señal a los Ninivitas (han de haber escuchado de su liberación del pez grande; estuvo encerrado adentro de ese monstruo durante tres días y tres noches; y, por eso, era un Tipo de Aquél Quien estuvo por tres días y tres noches en el centro de la Tierra), así también será el Hijo del Hombre a esta generación (se le dio a Nínive cuarenta días para arrepentirse; se le dio a Jerusalén cuarenta años; el Arrepentimiento en el primer caso apartó el juicio; la incredulidad en el otro caso causó la destrucción).
31 La reina del sur se levantará en juicio con los hombres de esta generación, y los condenará: porque vino de los fines de la Tierra para oír la sabiduría de Salomón; y, he aquí, más que Salomón en este lugar.
32 Los hombres de Nínive se levantarán en juicio con esta generación, y la condenarán: porque a la Predicación de Jonás se arrepintieron; y, he aquí, más que Jonás en este lugar (en los Versículos 29 al 32, el Señor Jesús testifica a la veracidad de Las Escrituras con respecto a la Reina del Sur, además de Jonás y los hombres de Nínive; Él afirma el hecho de la Resurrección y del juicio venidero, y declaraba que todas aquellas personas resucitarán de entre los muertos; esta declaración suplementaria establece la verdad histórica del Libro de Jonás).
LA LUZ
33 Nadie pone en oculto la antorcha encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz (Cristo es la Luz del mundo; Él no escondió esa luz, resplandeció de lleno a todos los hombres; pero pocos la aceptaron, sin embargo para la mayoría, eran tan ciegos intencionadamente que quedaron sin iluminación).
34 La lámpara del cuerpo es el ojo (lo que una lámpara es para una habitación, el ojo es para el cuerpo): pues, si tu ojo fuere singular, también todo tu cuerpo será resplandeciente (el énfasis está en la palabra "singular"; quiere decir singular de propósito, lo cual nos guarda de lazos de tener dobles tesoros y en consecuencia un corazón dividido); mas si fuere malo, también tu cuerpo está en tinieblas (Jesús es la Luz; si el "ojo" no puede verle completamente, prevalecerán las tinieblas morales y espirituales).
35 Mira pues si la lumbre que en ti hay, es tinieblas (se refiere al engaño; el Versículo pudiera traducirse, "mira pues por lo tanto que la luz que está en ti no sea luz artificial y, por lo tanto, tinieblas").
36 Así que, siendo todo tu cuerpo resplandeciente, no teniendo alguna parte de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara de resplandor te alumbra (el problema con la Iglesia es "una parte oscura" y "una parte luz").
LOS FARISEOS
37 Y luego que hubo hablado, Le rogó un Fariseo que comiese con él: y entrado Jesús, se sentó a la mesa.
38 Y el Fariseo cuando lo vio, se maravilló de que Él (Jesús) no se lavó antes de comer (el "lavamiento" del cual se refiere aquí no tenía nada que ver con la higiene; los Fariseos enseñaban que un demonio estaba sentado sobre las manos no lavadas, y a menos que se celebrara cierto ritual, el demonio se podía ingerir al estar comiendo).
39 Y el Señor le dijo, Ahora vosotros los Fariseos lo de fuera del vaso y del plato limpiáis (la ostentosa demostración exterior); mas lo interior de vosotros está lleno de rapiña y de maldad (una censura mordaz).
40 Necios (¡qué acusación! y Él se lo dijo a la cara del hombre), ¿Él Que (Dios) hizo lo de fuera, no hizo también lo de dentro? (El hombre interior tiene que cambiar también, y sólo puede cambiarse por el Poder de Dios.)
41 Empero de lo que os resta, dad limosna; y, he aquí, todo os será limpio (el Griego lee: "Sino más bien las cosas que están dentro del hombre, que es el corazón, la voluntad, los afectos, entonces todas las otras acciones que provienen de un corazón realmente entregado a Dios, serán aceptables a Él; por otra parte tales acciones serán ‘obras muertas’; así, el Señor perpetuamente enseñó la necesidad del Nuevo Nacimiento").
42 ¡Mas ay de vosotros, Fariseos! (Otra vez, esta es una censura mordaz.) que diezmáis la menta, y la ruda (las hojas de ciertas plantas), y toda hortaliza (quiere decir que ellos eran meticulosos en pagar sus diezmos), más el juicio y el Amor de Dios   pasáis de largo (dar el dinero no tomará el lugar de la vida justa): pues, estas cosas os era necesario hacer (usted ha de pagar sus diezmos), y no dejar las otras.
43 ¡Ay de vosotros, Fariseos! que amáis las primeras sillas en las Sinagogas (posición de importancia), y las salutaciones en las plazas (ser saludado como un superior).
44 ¡Ay de vosotros, Escribas (eran los supuestos expertos en la Ley de Moisés) y Fariseos (eran los supuestos líderes religiosos de Israel), hipócritas! (Ustedes no son lo que afirman que son.) que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben (según la Ley Mosaica, no era correcto tocar algo relacionado a la muerte porque representaba el pecado; Jesús decía que estos líderes religiosos de Israel eran como tumbas encubiertas, con hombres que trepan sobre ellas y quedaban profanados, y no están conscientes de ello; en otras palabras, los líderes religiosos de Israel eran el pecado y, por lo tanto, la muerte y una abominación a Israel).
45 Y respondiendo uno de los Doctores de la Ley (eran los supuestos expertos en la Ley de Moisés), Le dice, Maestro, cuando dices esto, también nos afrentas a nosotros (nos insulta).
46 Y Él (Jesús) dijo, ¡Ay de vosotros también, Doctores de la Ley! que cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar (continuamente le agregaban a la Ley original de Moisés), mas vosotros ni aun con un dedo tocáis las cargas (no vivieron conforme a todo lo que ellos mismos exigieron de la gente; ¡así es la religión!).
47 ¡Ay de vosotros! que edificáis los sepulcros de los Profetas, y los mataron vuestros padres (construyeron tumbas espléndidas para los Profetas de la Antigüedad quienes habían muerto ya hace mucho, pero en verdad sus corazones eran tan crueles como sus padres del pasado que mataron a los Profetas).
48 De cierto dais testimonio que consentís en los hechos de vuestros padres (quiere decir que seguían en el mismo estilo): porque a la verdad ellos los mataron, mas vosotros edificáis sus sepulcros (es mucho más fácil admirar a los Santos muertos que identificarse con los Santos vivos).
49 Por tanto, la Sabiduría de Dios (Cristo [I Cor. 1:24]) también dijo, Yo enviaré a ellos Profetas y Apóstoles, y de ellos a unos matarán y a otros perseguirán ("Yo" es enfático, y se refiere a la propia conciencia Divina de Jesús; en otras palabras, el Redentor se identifica con Dios, y realmente como Dios; la palabra "ellos" se refiere a los líderes religiosos de Israel que mataron a los Profetas y a los Apóstoles):
50 Para que de esta generación sea demandada la sangre de todos los Profetas, que ha sido derramada desde la fundación del mundo (la "generación" de la cual Jesús se refirió era la generación de Su día; la razón que tal juicio fue derramado sobre sus cabezas, que se cumplió en el año 70 d.C., rechazaron Al Que los Profetas habían predicho que vendría, es decir, Cristo);
51 Desde la sangre de Abel, hasta la sangre de Zacarías, que murió entre el Altar y el Templo (Dios toma en cuenta cada injusticia, no importa cuan grande o pequeño): así os digo, Será demandada de esta generación.
52 ¡Ay de vosotros, Doctores de la Ley! que habéis quitado la llave de la ciencia (tomaron la Palabra de Dios de la gente, substituyeron sus propias glosas; ¡tal caracteriza la mayor parte del Ministerio moderno también!): vosotros mismos no entrasteis (ustedes mismos ni siquiera son Salvos), y a los que entraban impedisteis (por medio de enseñar el error, guardaron la Verdadera Palabra de Dios de la gente, por ello les estorbaba; ¡otra vez, es lo mismo en la actualidad!).
53 Y diciéndoles estas cosas, los Escribas y los Fariseos comenzaron a apretarle en gran manera (intentaban que Él dijera algo para poder acusarlo), y a provocarle a que hablase de muchas cosas:
54 Acechándole, y procurando cazar algo de su boca para acusarle (¡indica todos los tipos de trampas verbales que Le pusieron, pero todo fue en vano!).


Primera Corintios Capítulo 13:



Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4



Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta  en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:



Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los   muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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