01 January 2018

El 2 de enero Lectura Bíblica Diaria

Mensaje de la Cruz-capitulo-2
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El 2 de enero Lectura Bíblica Diaria:

Génesis 39 a 41:



CAPÍTULO 39

(1727 a.C.)

JOSÉ



     1 y llevaDO José a Egipto, lo compró Potifar, oficial del Faraón, capitán de los de la guardia, varón Egipcio, de mano de los Ismaelitas que lo habían llevado allá. (Una raza Oriental que en ese entonces gobernaba Egipto, por lo tanto, es el motivo por el que tres veces se declara que Potifar es un «Egipcio.» En la historia de José, percibiremos una cadena notable de eventos, todos tendiendo a un punto culminante, a saber, la exaltación del varón que ha estado en el hoyo — nuevamente, un Tipo de Cristo.)

     2 Pero el SEÑOR estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su SEÑOR el Egipcio. (Unas ocho veces en este Capítulo, de una manera u otra, se dice que el SEÑOR estaba con José. El número ocho se refiere a la Resurrección, entonces nos dice que lo que le sucedió a José, no importa cuán adverso parecía en el momento, estaba por venir una Resurrección.)



BENDICIONES



     3 Y vio su SEÑOR que el SEÑOR estaba con él, y que todo lo que él hacía, el SEÑOR lo hacía prosperar en su mano. (Potifar tenía más percepción que la mayoría de los Cristianos modernos. Él vio que la Mano del SEÑOR estaba sobre José, y se aprovechó de eso, como debió hacerlo. Muchas veces lamentablemente la Iglesia responde con envidia; por tanto, la Obra de Dios es obstaculizada por tales acciones y actitudes.)

     4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa, y entregó en su poder todo lo que tenía. (Esto no implica que Potifar conocía a Jehová, simplemente dedujo que José estaba bajo la protección Divina. Por lo tanto, le hizo mayordomo de todos sus negocios lo que, sin duda, era considerable.)

     5 Y aconteció que, desde cuando le dio el encargo de su casa, y de todo lo que tenía, el SEÑOR bendijo la casa del Egipcio a causa de José (somos bendecidos a causa de Jesús); y la Bendición del SEÑOR fue sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo. (¿Cómo correlacionamos todo esto, el SEÑOR está con José, y éste a la vez es esclavo? Aunque ni por un momento la maldad de sus hermanos es tolerado por el SEÑOR, aún, el SEÑOR estaba en todo esto; aunque José no sabía lo que le deparaba el futuro, él mantuvo su Fe en el SEÑOR, de este modo andaba por Fe y no por vista. Si lo hubiera hecho de otro modo, el SEÑOR no lo hubiera bendecido. Muchos Cristianos invalidan las bendiciones, simplemente porque rehúsan humillarse delante del SEÑOR. José fácilmente pudiera haberse amargado, hasta ser vencido. Pero él depositó todo en las Manos del SEÑOR, así como debemos hacerlo nosotros.)

     6 Y dejó todo lo que tenía en manos de José; ni con él sabía de nada más que del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia (él era intachablemente honesto y, también, muy bien parecido).

     7 Y aconteció después de esto, que la mujer de su SEÑOR puso sus ojos en José, y dijo:  Duerme conmigo. (La tradición dice que ella se llamaba Zuleika; en primera instancia ella era la más virtuosa de las mujeres, pero cuando vio a José, ella fue afectada, y perdió todo dominio propio, y vino a ser esclava de sus pasiones. Se dice que ella tuvo una cena invitando a 40 de las mujeres más bellas de Egipto, quienes, cuando vieron a José, fueron tan movidas con admiración que exclamaron todas juntas que a lo mejor él era un Ángel.)

     8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su SEÑOR:  He aquí que mi SEÑOR no se preocupa conmigo de las posesiones de su casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene (la acción de José en resistir la tentación que estaba frente a él demostró que él era verdaderamente el primogénito).

     9 En esta casa no hay otro mayor que yo; y ninguna cosa me ha rehusado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿Cómo, pues, haría yo este gran mal, y pecaría contra Dios? (Williams dice que José mostró tres razones en contra de esta maldad: «1. Gratitud a su amo, quien había puesto todo en su mano; 2. Respeto a la mujer, sabiendo que ella era la esposa de Potifar; y 3. Temor a Dios.»)

    10 Y fue que hablando ella a José cada día, no escuchándola él para acostarse al lado ella, para estar con ella (fue una tentación continua, que le acechaba día tras día, y que él resistía incesablemente).

    11 Aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio; y no había nadie de los de casa allí en casa. (Algunos evaluando la situación de José, afirmarían que después de tanta insistencia de la mujer, él no debiera de haber regresado a la casa; sin embargo, él no tenía alternativa. Su oficio exigía que frecuentara el lugar. Es cierto que él debiera haber hecho todo para evitar el contacto con esta mujer, pero la situación en realidad se presentó como una trampa. Y por último la trampa se activó.)

    12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo:  Duerme conmigo; pero él le dejó su ropa en la mano, y huyó, y se salió fuera. (Esta es la segunda ocasión que la Historia Sagrada habla de los vestidos de José. Sus hermanos le quitaron uno; la esposa de Potifar el otro. Ellos intentaron ocultar su pecado con ese vestido; ella intentó ocultar el suyo de la misma forma.)

    13 Y aconteció que cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,



ACUSADO INJUSTAMENTE



    14 Llamó a los de casa, y les habló diciendo:  Mirad, él (Potifar) nos ha traído un Hebreo para que hiciese burla de nosotros; vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces;

    15 Y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y salió huyendo afuera (Matthew Henry dice: «El amor casto y santo continuará, aunque despreciado; pero el amor pecaminoso fácilmente se transforma en pecaminoso odio. Los que han quebrantado los lazos de la modestia nunca serán sostenidos por los lazos de la Verdad.»)

    16 Y ella puso junto a sí la ropa de él, hasta que vino su SEÑOR (Potifar) a su casa. (El Diablo suponía que si no lograba que José hiciera lo malo, él lo tendría encerrado en prisión durante años. Por supuesto, el SEÑOR pudiera haber detenido todo esto; sin embargo, ¡el resto del Capítulo nos dice por qué no!)

    17 Entonces le habló (a Potifar) ella semejantes palabras, diciendo:  El siervo Hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme.

    18 Y como yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí, y huyó fuera.



LA PRISIÓN



    19 Y sucedió que como oyó su SEÑOR las palabras que su mujer le hablara, diciendo:  Así me ha tratado tu siervo; se encendió su furor (la trampa de Satanás ya funciona y ha sido activada).

    20 Y tomó su SEÑOR a José, y le puso en la casa de la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la casa de la cárcel. (En un momento, José pasó de un palacio a una prisión. El Salmo 105:17-20 declara que él fue puesto en hierro y le afligieron sus pies con grillos.)

    21 Pero el SEÑOR estaba con José, y extendió a él su misericordia, y le dio gracia en ojos del principal de la casa de la cárcel. (El SEÑOR estaba con José tanto en la prisión como lo estaba en el palacio. Debemos aprender de esto.)

    22 Y el principal de la casa de la cárcel entregó en mano de José todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que hacían allí, él lo hacía. (Era el campo de entrenamiento de José. ¿Saldría aprobado de esta prueba? De hecho, aprobado y con éxito.)

    23 No veía el principal de la cárcel cosa alguna que en su mano estaba; porque el SEÑOR estaba con él, y lo que él hacía, el SEÑOR lo prosperaba. (Sin embargo, no habría sido este el caso si José se hubiera amargado. Él aceptó esta posición, sin decir ni una palabra o intentando justificarse o defenderse. O sea que lo dejó todo al SEÑOR.)



CAPÍTULO 40

(1718 a.C.)

LOS SUEÑOS



     1 y ACONTECIÓ después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero ofendieron a su SEÑOR, el rey de Egipto.

     2 Y se enojó el Faraón contra sus dos eunucos, contra el principal de los coperos, y contra el principal de los panaderos;

     3 Y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la casa de la cárcel donde José estaba preso.

     4 Y el capitán de la guardia dio cargo de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. (En el Capítulo 39, Satanás utiliza a la esposa de Potifar; y en el Capítulo 40, él utilizó al principal de los coperos. Usó al anterior para poner a José en el calabozo; y al último por su negligencia ingrata lo usó para mantenerlo allí; pero todo fue en vano. Dios estaba presente. En todos los asuntos, Su Mano estaba guiando.)

     5 Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su sueño en una misma noche, cada uno conforme a la declaración de su sueño. (Al estudiar la Palabra de Dios, es obvio que el SEÑOR muy a menudo usa sueños para llevar a cabo Su Obra en cierta forma.)

     6 Y vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes.

     7 Y él preguntó a aquellos oficiales del Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su SEÑOR diciendo:  ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? (Ellos percibían que los sueños eran importantes.)

     8 Y ellos le dijeron:  Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo declare (parece que ya habían acudido a otros en busca de ayuda para interpretar los sueños, pero en vano). Entonces les dijo José:  ¿No son de Dios las declaraciones? Contádmelo ahora. (José «servía» a los prisioneros, y sin duda, con simpatía apacible; él agradaba a su amo; y predicó fielmente la Palabra del SEÑOR, ya sea que ésta anunciara Gracia o ira — Williams.)



EL SUEÑO DEL COPERO



     9 Entonces el principal de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí,

    10 Y en la vid tres sarmientos; y ella echaba brotes, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas;

    11 Y que la copa del Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa del Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón.

    12 Y le dijo José:  Ésta es su interpretación:  Los tres sarmientos son tres días;

    13 Al cabo de tres días levantará el Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto; y darás la copa al Faraón en su mano, como solías cuando eras su copero.



LA PETICIÓN DE JOSÉ



    14 Acuérdate, pues, de mí para contigo cuando tuvieres ese día, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí al Faraón, y me saques de esta casa;

    15 Porque la verdad es que fui secuestrado de la tierra de los Hebreos; y tampoco he hecho aquí nada para que me pusieran en la cárcel. (Los Versículos 14 y 15 hacen constar que José nunca acusó a sus hermanos. Él simplemente lo refería como que fue hurtado. Del mismo modo, Jesús no vino a condenar, sino a salvar.)



EL SUEÑO DEL PANADERO



    16 Y viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José:  También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza;

    17 Y en el canastillo más alto estaba lleno de toda clase de manjares hechos especialmente para el Faraón, obra de panadero; y que las aves se los comieron del canastillo encima de mi cabeza.

    18 Entonces respondió José, y dijo:  Ésta es su interpretación:  Los tres canastillos tres días son;

    19 Al cabo de tres días quitará el Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tus carnes. (Sólo Dios conoce el futuro, y si Él desea puede revelarlo al hombre. La manera en que el Espíritu Santo usó a José en esta instancia se puede calificar bajo el título de tres Dones del Espíritu en el Nuevo Testamento: «discernimiento de espíritus», «Palabra de Ciencia» y « Palabra de Sabiduría» [I Cor. 12:8-10].)



LOS SUEÑOS cumpliDOS



    20 Y aconteció que al tercer día, que era el día del cumpleaños del Faraón, e hizo banquete a todos sus siervos; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus siervos.

    21 E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos; y dio él la copa en mano del Faraón (tal como había dicho José que acontecería).

    22 Pero hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José (nuevamente, tal como le había declarado José).

    23 Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó. (Disciplina divina permitió que José fuera tentado en todas las cosas, y por lo tanto el jefe de los coperos lo olvidó, aunque él se daba cuenta de su inocencia, y que poseía una relación misteriosa con Dios. Todos estos hechos ayudaron a José a formar un impresionante Tipo del Salvador de Israel y del Redentor del mundo.)



CAPÍTULO 41

(1715 a.C.)

EL SUEÑO DEL FARAÓN



     1 y ACONTECIÓ que pasados dos años tuvo el Faraón un sueño; le parecía que estaba junto al río (no se nos dice exactamente cuánto tiempo pasó José en prisión; sin embargo, sabemos que después de la interpretación del sueño del jefe de los coperos él estuvo allí dos años);

     2 Y que del río subían siete vacas, hermosas a la vista, y muy gordas, y pastaban en el prado.

     3 Y que otras siete vacas subían tras ellas del río, de feo aspecto y enjutas de carne, y se pararon cerca de las vacas hermosas a la orilla del río;

     4 Y que las vacas de feo aspecto y enjutas de carne devoraban a las siete vacas hermosas y muy gordas. Y despertó el Faraón.

     5 Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: He aquí, siete espigas (ya sea cebada o trigo, en esa parte del mundo de esa época, no había maíz como lo conocemos actualmente) llenas y hermosa brotaban de una sola caña,

     6 Y que otras siete espigas menudas y abatidas del viento abrasador, salían después de ellas,

     7 Y las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas y llenas. Y despertó Faraón, y he aquí que era sueño.



SE BUSCA INTERPRETACIÓN



     8 Y aconteció que a la mañana estaba agitado su espíritu; y envió e hizo llamar a todos los magos de Egipto, y a todos sus sabios; y les contó el Faraón sus sueños; pero no había quien al Faraón los declarase. (El «Libro de los Muertos» de Egipto que se encuentra ahora en el Museo Británico en Londres, con sus vacas sagradas y el místico número «siete» — un libro sin lugar a dudas bien conocido a Faraón — debió haber ayudado a convencer al rey que este doble sueño era sobrenatural.)

     9 Entonces el jefe de los coperos habló al Faraón, diciendo:  Me acuerdo hoy de mis faltas (con ninguno de los magos capaces de interpretar el sueño, o al menos para la satisfacción de Faraón, ya comenzaba a ser conocido el asunto en el Palacio en cuanto a este dilema, hasta que la noticia llegó al jefe de los coperos).

    10 El Faraón se enojó contra sus siervos, y a mí me echó a la prisión de la casa del capitán de la guardia, a mí y al jefe de los panaderos.

    11 Y yo y él vimos un sueño una misma noche; cada uno soñó conforme a la declaración de su sueño.

    12 Y estaba allí con nosotros un joven Hebreo, siervo del capitán de la guardia; y se lo contamos, y él nos declaró nuestros sueños, y declaró a cada uno conforme a su sueño.

    13 Y aconteció que como él nos declaró, así fue; a mí (usted) me hizo volver a mi puesto, e hizo (usted) colgar al otro.



LA INTERPRETACIÓN



    14 Entonces el Faraón envió y llamó a José; y le hicieron salir apresuradamente de la cárcel, y le cortaron el pelo, y mudaron sus vestidos, y vino al Faraón. (Ahora los eventos ocurren como ninguna mano humana pudiera controlar. Sólo Dios pudo haber hecho tal cosa. Esto nos debe enseñar que debemos dejar que el SEÑOR planifique por nosotros. Los hombres se olvidaron de José, pero ciertamente Dios nunca se olvidó de él. Y tampoco Él se olvidará de ti. Esta es por lo menos una de las razones porque debemos mirar a Dios en lugar de mirar a los hombres.)

    15 Y dijo el Faraón a José:  Yo he tenido un sueño, y no hay quien lo declare; mas he oído decir de ti, que oyes un sueño y lo puedes interpretar. (El SEÑOR, una vez más, usa los sueños para revelar Su Voluntad.)

    16 Y respondió José al Faraón, diciendo:  No está en mí; Dios será el que responda paz al Faraón. (José pudiera haber afirmado grandes cosas, pero al contrario dio toda la gloria a Dios por darle la interpretación de estos sueños.)

    17 Entonces el Faraón dijo a José:  En mi sueño, me parecía que estaba a la orilla del río (el Río Nilo);

    18 Y que del río subían siete vacas de gruesas carnes y hermosa apariencia; que pastaban en el prado;

    19 Y que otras siete vacas subían después de ellas, flacas y de muy feo aspecto; tan extenuadas, que no he visto otras semejantes en toda la tierra de Egipto en fealdad.

    20 Y las vacas flacas y feas devoraban a las siete primeras vacas gruesas,

    21 Y cuando las habían entrado en sus entrañas, no se conocía que hubiesen entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

    22 Vi también soñando, que siete espigas subían en una misma caña llenas y hermosas.

    23 Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento abrasador, subían después de ellas,

    24 Y las espigas menudas devoraban a las siete espigas hermosas; y lo he dicho a los magos, pero no hay quién me lo interprete.

    25 Entonces respondió José al Faraón:  El sueño del Faraón es uno mismo; Dios ha mostrado al Faraón lo que va a hacer. (El sueño fue doble, para poder, como dijo José en el Versículo 32, denotar su certeza Divina y, también, para describir tanto su acontecimiento inmediato, como su futuro.)

    26 Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años:  el sueño es uno mismo.

    27 También las siete vacas flacas, feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento abrasador, siete años serán de hambre. (Descubrimientos de hace muchos años de la Primera Catarata, y en El-Kab, comprueba el hecho de estos siete años de hambre. La fecha es dada como 1700 a.C. Esta fecha concuerda con la aceptada cronología Bíblica.)

    28 Esto es lo que respondo al Faraón:  Lo que Dios va a hacer, lo ha mostrado al Faraón.

    29 He aquí vienen siete años de gran abundancia en toda la tierra de Egipto;

    30 Y tras ellos vendrán siete años de hambre, y será olvidada toda la abundancia en la tierra de Egipto; y el hambre consumirá la tierra.

    31 Y aquella abundancia no se echará de ver a causa del hambre siguiente, la cual será gravísima.

    32 Y el suceder el sueño al Faraón dos veces, significa que la cosa es firme de parte de Dios, y que Dios se apresura a hacerla. (La interpretación, dada por José, y que preocupaba enormemente a Faraón, estaba a punto de acontecer en el futuro inmediato. Pero debido a que el sueño era doble, tiene también significado respecto a los Últimos Tiempos, y que será de mayor magnitud que el que aconteció en el día de José. Es como sigue:

    Sabemos que esta terrible hambre que seguiría a los siete años de abundancia traería por último a José sus hermanos junto con su padre, Jacob. Esto representa a Israel viniendo a Cristo, porque José es un Tipo de Cristo, lo que ellos harán al final de los siete años del Período de la Gran Tribulación. Por lo tanto, los siete años de hambre señalan los siete años venideros del Período de la Gran Tribulación profetizado por Daniel y predicho por nuestro SEÑOR [Dan. 9:27; Mat. 24:21].

    Igualmente, el «viento solano» mencionado en el Versículo 27 ubica el Gran Período de la Gran Tribulación que está por venir, que afectará la totalidad de la Tierra, pero tendrá su comienzo en el Medio Oriente.

    En cuanto a los siete años de abundancia que precedieron los siete años de hambre, contemplándolo en el sentido profético, se puede tomar el número «siete» en dos maneras diferentes.

    El número «siete,» que es el número de Dios de perfección, podría corresponder a la Iglesia cuando sea completada y luego sacada del mundo inmediatamente antes de los siete años de la Tribulación. O, incluso los siete años de hambre que corresponden exactamente a los siete años venideros de la Gran Tribulación, los siete años de abundancia pudieran referirse a la tremenda cosecha de almas que antecederá inmediatamente al Arrebatamiento, que será seguido por la Gran Tribulación. Es muy posible, que ambas circunstancias desempeñarán un papel en esa escena. Habrá una gran cosecha de almas, en cumplimiento de la Profecía de Joel acerca del derramamiento del Espíritu del SEÑOR sobre toda carne, lo cual Pedro señala que en los últimos días será en una medida mayor como nunca antes, y que concluirá la Edad de la Iglesia [Hch. 2:16-21].)

    33 Por tanto, busque ahora el Faraón un varón prudente y sabio, y póngalo sobre la tierra de Egipto.

    34 Haga esto el Faraón, y ponga gobernadores sobre el país, y recaude una quinta parte de la producción de la tierra de Egipto en los siete años de la abundancia.

    35 Y junten toda la provisión de estos buenos años que vienen, y almacenen el trigo (grano) bajo la mano del Faraón para mantenimiento de las ciudades; y guárdenlo.

    36 Y esté aquella provisión en depósito para el país, para los siete años del hambre que serán en la tierra de Egipto; y el país no perecerá de hambre. (Esta hambre fue por designio de Dios, no sólo para bendecir e instruir a Egipto, sino principalmente para ser el medio de traer a los hermanos de José arrepentidos a sus pies. Todo es, también como se dijo, un cuadro de hechos del presente y del futuro.)



JOSÉ



    37 Y el asunto pareció bien al Faraón, y a sus siervos (Faraón reconoció la sabiduría de lo que él escuchaba de ese joven, José),

    38 Y dijo el Faraón a sus siervos:  ¿Hemos de hallar otro hombre como éste, en quien haya Espíritu de Dios? (El término «Espíritu de Dios», como lo usó Faraón, en el Hebreo es «el Ruaj de Elojím», y hubiera sido entendido por el Faraón como refiriéndose a la sagacidad e inteligencia de una Deidad. Fuera de eso, él no hubiera tenido conocimiento en cuanto a Qué o Quién era en realidad el Espíritu de Dios.)

    39 Y dijo El Faraón a José:  Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú (José, aún en humillación, llega a ser el intérprete de los pensamientos y consejos de Dios; y en su ascenso ejecuta con poder esos consejos, y subyuga a todo Egipto Al Que está sentado en el trono.

    En todo esto José era un maravilloso y completo Tipo de Cristo, Quien, en la humillación de Su Primer Advenimiento, reveló los consejos y afectos del Corazón de Dios, y Quien, en la gloria de Su Segundo Advenimiento, establecerá el Reino de Dios en poder sobre toda la Tierra.).

    40 Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. (Entonces, en un momento, José fue ascendido a la posición augusta de Primer Ministro de Egipto, y por tanto uno de los varones más poderosos en la tierra.)

    41 Dijo además el Faraón a José:  He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.

    42 Entonces el Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y le hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello (al darle su anillo a José declara que la posición de José era real y no simplemente honorífica; la autoridad de José era absoluta y universal, que es lo que fue; no había ninguna parte de Egipto sobre la cual él no tenía control);

    43 Y lo hizo subir en su segundo carro y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla! Y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.

    44 Y dijo el Faraón a José:  Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto.

    45 Y llamó el Faraón el nombre de José Zafenat Panea (el nombre mismo que dio Faraón a José era profético; su nombre Hebreo, José, significa «Jehová agregará»; su nombre Egipcio significa «vida más abundante»; en esencia, los dos nombres significan «Jehová añadirá vida más abundante,» lo que describe también a Cristo [Jn. 10:10]); y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto.

    46 Y era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante del Faraón rey de Egipto. Y salió José de delante del Faraón, y transitó por toda la tierra de Egipto. (Nuestro SEÑOR, también, comenzó Su ministerio público a la edad de 30 años.)

    47 Y produjo a montones la tierra durante los siete años de abundancia.

    48 Y él (José) juntó todo el alimento de los siete años que fueron en la tierra de Egipto, y guardó el alimento en las ciudades, poniendo en ellas la producción del campo circundante a cada ciudad.

    49 Y almacenó José trigo (grano) como arena del mar, mucho en extremo, hasta no poderse contar, porque no tenía número.

    50 Y nacieron a José dos hijos antes que viniese el primer año del hambre, los cuales le dio a luz Asenat, hija de Potifera sacerdote de On.

    51 Y llamó José el nombre del primogénito Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.

    52 Y el nombre del segundo lo llamó Efraín; porque dijo:  Dios me hizo fértil en la tierra de mi aflicción. (A José le fue dada una esposa Gentil, que es un tipo de la esposa Gentil dada a Cristo, porque la Iglesia es mayormente Gentil. Manasés significa «olvido», mientras que Efraín significa «fecundidad». Esto es indicativo de su condición espiritual. El olvidó la injusticia que le hicieron, y el SEÑOR lo prosperó. Debe ser una lección para nosotros.)

    53 Y se cumplieron los siete años de la abundancia, que hubo en la tierra de Egipto.

EL HAMBRE


    54 Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países (se refiere a todas las tierras del Medio Oriente), pero en toda la tierra de Egipto había pan. (Sólo Egipto tenía alimentos, porque Faraón prestó atención a lo que había dicho el SEÑOR, y designó a José para guiar el programa.)

    55 Y cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó al Faraón por pan; y dijo el Faraón a todos los Egipcios:  Id a José, y haced lo que él os dijere. (Ninguna nación ha tenido un varón más honesto para guiar sus asuntos como tenía Egipto en José.)

    56 Y el hambre estaba por toda la extensión del país (esa parte del mundo). Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los Egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto. (¡Así como el SEÑOR dijo que iba a suceder!)

    57 Toda la tierra (en el Medio Oriente) venía a Egipto para comprar (grano) de José; porque por toda la tierra había crecido el hambre. (Mientras sin duda, hubo muchas razones para el hambre, al menos una de las razones principales era para traer a Jacob y a su familia a Egipto, así como la Gran Tribulación venidera traerá a Israel a Cristo.)



Salmo 84:
¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida. Señor Todopoderoso, rey mío y Dios mío, aun el gorrión halla casa cerca de tus altares; también la golondrina hace allí su nido, para poner sus polluelos. Dichoso el que habita en tu templo, pues siempre te está alabando. Selah. Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle. Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, y en Sión se presentan ante el Dios de dioses. Oye mi oración, Señor, Dios Todopoderoso; escúchame, Dios de Jacob. Selah. Oh Dios, escudo nuestro, pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos. Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos. El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!


Proverbios 10:
Proverbios de Salomón: El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. Las riquezas mal habidas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte. El Señor no deja sin comer al justo, pero frustra la avidez de los malvados. Las manos ociosas conducen a la pobreza; las manos hábiles atraen riquezas. El hijo prevenido se abastece en el verano, pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha. El justo se ve coronado de bendiciones, pero la boca del malvado encubre violencia. La memoria de los justos es una bendición, pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos. El de sabio corazón acata las órdenes, pero el necio y rezongón va camino al desastre. Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto. Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar; el necio y rezongón va camino al desastre. Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado encubre violencia. El odio es motivo de disensiones, pero el amor cubre todas las faltas. En los labios del prudente hay sabiduría; en la espalda del falto de juicio, sólo garrotazos. El que es sabio atesora el conocimiento, pero la boca del necio es un peligro inminente. La riqueza del rico es su baluarte; la pobreza del pobre es su ruina. El salario del justo es la vida; la ganancia del malvado es el pecado. El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde. El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio. El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. Los labios del justo orientan a muchos; los necios mueren por falta de juicio. La bendición del Señor trae riquezas, y nada se gana con preocuparse. El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se recrea con la sabiduría. Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe. Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre. Como vinagre a los dientes y humo a los ojos es el perezoso para quienes lo emplean. El temor del Señor prolonga la vida, pero los años del malvado se acortan. El futuro de los justos es halagüeño; la esperanza de los malvados se desvanece. El camino del Señor es refugio de los justos y ruina de los malhechores. Los justos no tropezarán jamás; los malvados no habitarán la tierra. La boca del justo profiere sabiduría, pero la lengua perversa será cercenada. Los labios del justo destilan bondad; de la boca del malvado brota perversidad.



El Libro de Primera Corintios Capítulo 14 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:

LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS

CAPÍTULO 14
(59 d.C.)
PROFECÍAS Y LENGUAS

SEGUID la Caridad (permita que el Amor sea el factor de motivación en todo), y procurad los Dones espirituales (quiere decir desear, pero del modo correcto), sino más bien que Profeticéis. (No significa que la “Profecía” es el mayor Don de todos, sino más bien que es el mayor de los dos Dones vocales de expresión en Lenguas y Profecía.) 2 Porque el que habla en Lenguas, no habla a los hombres, sino a Dios (se refiere a “Lenguas” como uno de los nueve Dones, y no la lengua de oración que todo Creyente recibe al ser Bautizado con el Espíritu; como es evidente aquí, cuando alguien habla en Lenguas, ya sea en su lengua devocional o como un Don, está hablando directamente a Dios): porque nadie le entiende (a menos que sea interpretado); aunque en el Espíritu hable misterios (pertenece a Dios y es un misterio a todos, a menos que sea revelado por el Espíritu Santo). 3 Mas el que Profetiza (habla del sexto Don del Espíritu [I Cor. 12:8-10]), habla a los hombres (lo opuesto de las Lenguas, que le habla a Dios) para Edificación (fortalecer), y Exhortación (implorar), y Consolación (consolar). 4 El que habla lengua extraña, a sí mismo se edifica (ya sea el Don de Lenguas o lengua devocional); mas el que Profetisa, edifica a la Iglesia (para la Edificación de la totalidad del Cuerpo, no sólo para el orador). 5 Así que, quisiera que todos vosotros hablaseis Lenguas (se refiere en este caso a la lengua devocional), empero más bien que Profetizaseis (ahora vuelve a este Don del Espíritu): porque mayor es el que Profetiza que el que habla con Lenguas, a menos que alguien interprete, para que la Iglesia tome Edificación. (Es evidente porque la Profecía se da en la lengua de la gente, y es, por lo tanto, entendida por todos. No se puede entender las lenguas a menos que se interpreten. De nuevo, se refiere a los Cultos de Iglesia, y no la propia devoción privada de la persona.) 6 Ahora pues, Hermanos, si yo fuere a vosotros hablando Lenguas, ¿qué os aprovecharé (no se refiere al “Don de Lenguas” como uno de los nueve Dones del Espíritu, que tiene la intención de ser interpretado, sino más bien a la alabanza y adoración de los Creyentes al Señor en Lenguas en voz alta durante el Culto), si no os hablare, o con Revelación, o con Ciencia, o con Profecía, o con Doctrina? (Estas cosas revelan la Verdad a la gente, en tanto que alguien que adora al Señor en voz alta en Lenguas, sin la intención de ser interpretado, no edifica a nadie, sino sólo al orador. Pablo no está degradando las Lenguas, sino que sólo insistiendo que sean usados en la forma correcta.) 7 Ciertamente las cosas inanimadas que hacen sonidos, como la flauta o el arpa, si no dieren distinción de sonidos, ¿como se sabrá lo que se tañe con la flauta, o con el arpa? (¡A menos que se pueda seguir el compás en una melodía, si no, entonces es solamente ruido!) 8 Y si la trompeta diere sonido incierto, ¿quién se alistará para la batalla? (Pablo no está denigrando la trompeta, sino sólo declarando que sea usado correctamente.) 9 Así también vosotros, si por la lengua no diereis palabra bien significante, ¿cómo se entenderá lo que se dice? (Se refiere a los Creyentes en la Iglesia que se sueltan en Lenguas en voz alta y que muy a menudo resulta sólo en crear confusión. Nadie sabe lo que se dice. De este modo, aunque sólo el que está hablando es bendecido, pero nadie más es bendecido.) porque hablaréis al aire (no tiene importancia, al menos en ese momento). 10 Tantos géneros de voces, por ejemplo, hay en el mundo (habla de muchos variados lenguajes que componen la totalidad del género humano), y nada hay mudo. (El lenguaje, independientemente de cuál podría ser, es importante para la persona que lo habla y lo entienda.) 11 Mas si yo no entiendo lo que alguien me dice, seré como un extranjero al que habla, y el que habla será como extranjero para mí (nada se lleva a cabo). 12 Así también vosotros, pues que anheláis Dones Espirituales (Pablo no critica su deseo de tal, en vista de que ya él les ha dicho “anheláis Dones Espirituales”), procurad ser excelentes para la Edificación de la Iglesia (el verdadero fundamento de todo lo que está siendo dicho). 13 Por lo cual, el que habla Lengua extraña (el octavo Don del Espíritu), pida que la Interprete (también tiene ese Don en particular, que es el noveno Don). 14 Porque si yo orare en Lengua desconocida, mi espíritu ora (la lengua devocional, no el Don del Espíritu, y declara que viene del espíritu de la persona y no de la mente), mas mi entendimiento es sin fruto (significa que no viene de la mente). 15 ¿Qué pues? (Tiene la intención de poner la cariz apropiada en lo que Pablo ha estado diciendo.) Oraré con el espíritu (orar de mi espíritu en Lenguas, que se refiere a la lengua devocional), mas oraré también con entendimiento (orar en mi lenguaje normal, o sea en el idioma materno, que para mí es el Inglés): cantaré con el espíritu (cantar de mi espíritu en otras Lenguas), mas cantaré también con entendimiento (cantar al Señor en Inglés; Pablo se refiere a sus propios devocionales privados, y no a los Cultos ordinarios de Iglesia). 16 Porque si bendijeres con el espíritu, el que ocupa lugar de un mero particular, ¿cómo dirá Amén a tu acción de gracias? pues no sabe lo que has dicho. (Se refiere a la bendición de alguien o la oración de gracias en las comidas. Si se hace en Lenguas, los demás presentes, no sabiendo lo que se está diciendo, difícilmente serían bendecidos.) 17 Porque tú, a la verdad, bien das gracias, mas el otro no es edificado. 18 Doy gracias a Dios que hablo lenguas más que todos vosotros (como es evidente, el Apóstol no está denigrando las Lenguas, sino más bien regulando las Lenguas, y por el Espíritu de Dios): 19 Pero en la Iglesia (cuando sea el momento para dar la instrucción) más bien quiero hablar cinco palabras con mi sentido, para que enseñe también a los otros (que es el propósito de la asamblea), que diez mil palabras en Lengua desconocida (lo que la gente no puede entender, y por lo tanto, no será edificada). 20 Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar (significa que lo que él ha dicho es fácil de entender): sino sed niños en la malicia (normalmente los niños no desean causarle dolor a otros), empero perfectos en la manera de pensar (sea adulto, maduro). 21 En la Ley está escrito (Isa. 28:11), En otras lenguas y en otros labios hablaré a este pueblo (concierne una Profecía dada por Isaías hacía casi 800 años antes de Cristo, que concierne el Bautismo con el Espíritu Santo con pruebas del hablar con otras Lenguas); y ni aún así me oirán, dice el Señor (predice que muchos, si no la mayoría, rehusarán hacer caso a esto que es del Señor). 22 Así que, las Lenguas son por señal, no a los fieles, sino a los incrédulos (una señal al mundo que vivimos en los últimos días): mas la Profecía, no a los incrédulos, sino a los fieles (se refiere a la Edificación, Exhortación y Consolación a la Iglesia).ORDEN 23 De manera que, si toda la Iglesia se juntare en uno, y todos hablan Lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? (¡Pienso que eso sería obvio!) 24 Mas si todos Profetizan (pronunciando palabras que todos pueden entender), y entra algún incrédulo o indocto, de todos es convencido, de todos es juzgado (él puede entender lo que se dice, ya sea lo crea o no): 25 Lo oculto de su corazón se hace manifiesto (él puede entender lo que se dice, y esto le habla personalmente); y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está en vosotros (es decir, si hace caso al Mensaje). 26 ¿Qué hay pues, Hermanos? Cuando os reunáis (un Culto de la Iglesia), cada uno de vosotros tiene Salmo, tiene Doctrina, tiene Lengua, tiene Revelación, tiene Interpretación (se refiere a las cosas muy buenas que son usadas en forma incorrecta, diciéndonos que no solamente son las Lenguas que pueden ser usadas incorrectamente). Hágase todo para edificación. (Todo lo que se hace en la Iglesia tiene la intención de edificar la totalidad del Cuerpo, sin tener en cuenta cual es.) 27 Si hablare alguno en Lengua extraña (se refiere al Don del Espíritu y cómo se debe usar en reuniones públicas), sea esto por dos, o a lo más tres (no se refiere a las expresiones, sino más bien las personas que emiten las expresiones), y por turno (simplemente quiere decir que estos dos o tres no deberían interrumpir el uno al otro); mas uno interprete. (Las Lenguas tienen la intención de ser interpretadas. No necesariamente significa que habría que interpretar todos los Mensajes, aunque ellos pueden. Sino más bien solamente “uno” debiera interpretar a la vez, lo que ha de ser evidente.) 28 Y si no hubiere intérprete, calle en la Iglesia (de qué sirve si no hay nadie que interprete); y hable a sí mismo y a Dios (que hable en Lenguas a sí mismo, lo que todos los Creyentes debieran hacer a menudo). 29 Asimismo, los Profetas hablen dos o tres (se refiere no sólo de aquellos que tienen el Don de la Profecía, sino también de aquellos que ocupan la Oficina del Profeta), y los demás juzguen. (Se refiere al hecho de que todo debe ser juzgado según la validez Bíblica.) 30 Y si a otro que estuviere sentado, fuere revelado (se refiere a alguien que siente que el Señor le da una Revelación lo que debería darse a la Iglesia), calle el primero. (Aquellos que dan Profecías no deberían estar interrumpiendo el uno al otro.) 31 Porque podéis todos Profetizar uno por uno (en su debido orden), para que todos aprendan, y todos sean exhortados. (El Espíritu Santo siempre tiene en mente la totalidad del Cuerpo.) 32 Y los espíritus de los que Profetizaren, sujétense a los Profetas. (Significa que si las personas afirman que son obligados a lanzar palabras en voz alta en cualquier momento, tal está fuera de orden. El Espíritu Santo obra con el espíritu de la persona, y ambos deciden el momento apropiado.) 33 Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz (el Espíritu Santo nunca se contradecirá), como en todas las Iglesias de los Santos. (Estas instrucciones dadas por Pablo conciernen a todas las Iglesias, y no solamente a la Iglesia en Corinto.) 34 Vuestras mujeres callen en las Congregaciones: porque no les es permitido hablar (no se refiere a mujeres usadas por el Señor en los Dones [Hch. 2:17; I Cor. 11:5]; en las Iglesias en ese momento, normalmente los hombres y las mujeres no se sentaban juntos, sino en lados opuestos del salón; las mujeres llamaban a sus maridos pidiendo una explicación acerca de ciertas cosas, que interrumpía los Cultos); sino que estén sujetas, como también la Ley dice (se refiere a Génesis 3:16 y el modelo de la Creación). 35 Y si quieren aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos (confirmando lo que hemos dicho en el Versículo anterior): porque es cosa vergonzosa el hablar una mujer en la Congregación (para hablar más fuerte en la manera que Pablo acaba de mencionar; no se refiere a las mujeres Maestras o Predicadores, etc.; de ser así, no estaría bien que las mujeres cantaran o dijeran algo en la Iglesia, sabemos que este concepto es erróneo). 36 ¿Qué? (Pablo está por concluir esta discusión con respecto al orden en la Iglesia.) ¿Ha salido de vosotros la Palabra de Dios? ¿O a vosotros solos ha llegado? (El Apóstol le dice a los Corintios que su falta de orden no es del Señor.) 37 Si alguno a su parecer es Profeta, o Espiritual, reconozca lo que os escribo, porque son Mandamientos del Señor. (Si ellos realmente son Profetas, y si verdaderamente son Espirituales, sabrán que lo que el Apóstol está diciendo es del Señor.) 38 Mas el que ignora, ignore. (En otras palabras, si no van a aceptar lo que Pablo está diciendo, no hay manera alguna en que van a aprender la Verdad en absoluto. Ellos permanecerán ignorantes, y hasta podrían perder sus almas.) 39 Así que, Hermanos, procurad Profetizar (desead el Don de Profecía), y no impidáis el hablar lenguas. (Todas las instrucciones que él ha dado no tienen la intención de prohibir las Lenguas, sino ponerlas en su orden legítimo. ¿Entonces dónde quedan los que proclaman ser líderes religiosos que no hacen caso a esta declaración concreta, lo cual es en realidad un “Mandamiento del Señor”?) 40 Empero hágase todo decentemente y con orden. (Es el motivo por la cual todas las instrucciones son incluidas en este Capítulo.)


Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no vivan según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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