El 24 de noviembre Lectura Bíblica Diaria
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Daniel 2 a 4:
Salmo 45:
Rebosa mi corazón con un bello poema. Esta obra mía se la dedico al rey. ¡Mi lengua es la pluma de inspirado poeta! Eres el más hermoso de los mortales; la gracia mana de tus labios; ¡por eso Dios te ha bendecido para siempre! ¡Cíñete la espada, valiente guerrero, y cúbrete de honra y majestad! ¡Que tengas prosperidad y gloria! ¡Cabalga defendiendo la verdad, la humildad y la justicia, guiado por tu diestra portentosa! ¡Que penetren, oh rey, tus agudas flechas en el corazón de tus enemigos, y que los pueblos se rindan ante ti! Oh Dios, tu trono es eterno y permanente; tu cetro real es un cetro de justicia. Porque amas la justicia y odias la maldad, Dios, tu Dios, te ha ungido como rey; ha derramado en ti el perfume de alegría; ¡te eligió a ti, y no a tus compañeros! Mirra, áloe y canela perfuman tus vestidos, y en los palacios de marfil te brindan alegría. Entre tus favoritas hay muchas princesas; La reina, a tu derecha, luce joyas de oro de Ofir. «Hija mía, inclina tu oído y préstame atención: Olvídate de tu pueblo y de la casa paterna, que el rey desea poseer tu hermosura; él es tu señor, y le debes obediencia. Gente de Tiro vendrá a ti con presentes; los ricos del pueblo implorarán tu favor.» ¡Esplendorosa se ve la princesa en su alcoba! ¡Sus vestidos son de brocado de oro! Así ataviada se presenta ante el rey, seguida por su séquito de doncellas, traídas de lejos para hacerle compañía; y entre jubilosas voces de alegría serán conducidas al palacio real. Tus hijos sucederán a tus padres, y los harás príncipes de toda la tierra. Yo perpetuaré tu nombre para siempre, y perpetuamente los pueblos te alabarán.
Proverbios 2:
El Libro de Los Hechos Capítulo 19 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
CAPÍTULO 19
(58 d.C.)
ÉFESO
Y ACONTECIÓ que entre tanto que Apolos estaba en Corinto (pertenece a Hch. 18:27), Pablo, habiendo recorrido las regiones superiores, vino a Éfeso (se refiere anteriormente a Hch. 18:23): y hallando ciertos Discípulos (eran seguidores de Cristo, pero deficientes en su entendimiento),
2 Les dijo, ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? (En el Griego, es literalmente, ¿habiendo creído, recibió usted? Sabemos que estos hombres ya fueron salvos porque cada vez que se usaba la palabra Discípulos en el Libro de los Hechos, se refiere a las personas que habían aceptado a Cristo. Pablo reconocía que estas personas, aunque eran salvas, todavía no habían sido Bautizados con el Espíritu Santo.) Y ellos le dijeron, Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo (no significa que no sabían de la existencia del Espíritu Santo, sino que no estaban conscientes de que había venido la época del Espíritu, y que los Creyentes podían literalmente ser Bautizados con Él; en la Salvación, el Espíritu Santo Bautiza a los pecadores que creen colocándoles en Cristo; en el Bautismo del Espíritu, Jesús Bautiza a los Creyentes en el Espíritu Santo [Mat. 3:11]).
3 Entonces dijo, ¿En qué pues sois bautizados? (Después de preguntar sobre el Bautismo del Espíritu Santo, Pablo recibió sólo una mirada fija y vacía, por así decirlo.) Y ellos dijeron, en el Bautismo de Juan (era el Bautismo de Arrepentimiento).
4 Y dijo Pablo, Juan bautizó con Bautismo de Arrepentimiento (que, en efecto, era todo lo que podía hacer durante ese tiempo), diciendo al pueblo que creyesen en Él que había de venir después de él, es a saber, en Jesús el Cristo (revela a Juan el Bautista que proclama a Jesús como el Salvador de la humanidad).
5 Oído que hubieron esto (sin duda, Pablo dijo mucho más; sin embargo, la evidencia es que ellos al instante creyeron y aceptaron lo que Pablo dijo, y entonces desearon lo que él dijo), fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús (quiere decir, por la autoridad del Señor Jesús; la única fórmula Bautismal en la Palabra de Dios es Mat. 28:19).
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos (constituye un principio Bíblico [Hch. 8:17; 9:17-18]), vino sobre ellos el Espíritu Santo (se refiere a ellos que son Bautizados con el Espíritu Santo); y hablaban en lenguas, y profetizaban (proclama las Lenguas como evidencia física inicial que ha sido Bautizado con el Espíritu Santo; a veces está acompañada con la Profecía en ese momento y a veces no [Hch. 8:17; 9:17; 10:46]).
7 Y eran en todos como unos doce hombres (al parecer no habían mujeres implicadas en este tiempo).
LA SINAGOGA
8 Y entrando él (Pablo) dentro de la Sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses (parece ser que él pasaba más tiempo aquí que en la mayoría de las Sinagogas), disputando y persuadiendo del Reino de Dios (había traído pruebas razonables de Las Escrituras del Antiguo Testamento para demostrar que el Reino [la autoridad del gobierno] de Dios son reveladas en Jesús, Quien Ascendió a la Diestra del Padre y está sentado en el Trono del Padre [Hch. 2:30-33]).
LA IGLESIA
9 Mas endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud (se rebelaron contra el Evangelio de Cristo), apartándose Pablo de ellos separó a los Discípulos (expone la ruptura con la Sinagoga), disputando cada día en la escuela de un cierto Tirano (se cree que es la Sala de Conferencias de un Filósofo Griego).
10 Y esto fue por espacio de dos años (es posible que se refiera a muchas noches, y a veces, durante el día también; él pasó un total de tres años en Éfeso [Hch. 20:31]); de manera que todos los que habitaban en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la Palabra del Señor Jesús (no se refiere a cada una de las personas, sino más bien de personas de toda clase social y de todas las áreas circundantes)
LOS MILAGROS
11 Y hacía Dios singulares Maravillas por manos de Pablo (el Señor obró estas cosas, no Pablo):
12 De tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo (no hay ninguna indicación en el Texto que él deliberadamente envió estas cosas, aunque él definitivamente pudiera haberlo hecho, sino más bien que la gente por su propia cuenta los recogió; se llevaron al afectado o al poseído por demonios, evidentemente colocaban la tela sobre la persona, y recibía sanidad y/o liberación), y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos (no eran los pedazos de la tela que obraban la sanidad, sino más bien el Poder de Dios que utilizaba estas telas como un punto de contacto con respecto a la Fe).
13 Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos (habla de personas que practicaban la adivinación, y quienes no eran de Dios, sino más bien de Satanás), tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos (por lo visto esta gente había oído a Pablo ministrar y lo habían observado orar por los enfermos y expulsar a los demonios; evidentemente notaron que él usó el Nombre de Jesús, que tenía un efecto poderoso), diciendo, Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica (parece que se inventaron su propia fórmula o conjuro al observar a Pablo).
14 Y había siete hijos de un tal Esceva, Judío, Dirigente de los Sacerdotes, que hacían esto (deduce que este hombre puede haber sido un miembro del Consejo Judío en Éfeso).
15 Y respondiendo el espíritu malo, dijo (señala a un hombre que fue poseído por demonios, y que algunos o todos sus siete hijos habían sido contratados para exorcizar este espíritu), A Jesús conozco y sé quién es Pablo; mas vosotros ¿quiénes sois? (Representa dos verbos Griegos diferentes y distintos en cuanto a la palabra conozco. ¡Con respecto a Jesús, se insinúa temor! Con respecto a Pablo, había menos acción.)
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos (es probable que los siete hijos se vieron envueltos en esa situación y vencidos por el hombre poseído por los demonios), de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos (el Texto Griego indica que sufrieron heridas lo bastante severas para estar afectados por un buen período de tiempo).
17 Y esto fue notorio a todos, así Judíos como Griegos, los que habitaban en Éfeso (todos no quiere decir cada una de estas personas, sino más bien un buen número); y cayó temor sobre todos ellos (se daban cuenta ya que no han de jugar con el Nombre de Jesús), y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús (presenta la idea constante del Espíritu Santo que Jesús siempre será glorificado [Jn. 16:14]).
18 Y muchos de los que habían creído, venían (habla de aquellos que habían confiado en el Señor para la Salvación, pero todavía no dejaban ciertos pecados), confesando y dando cuenta de sus hechos (tiene que ver con el Espíritu Santo que ahora guía a los Creyentes a la Santidad y a la Justicia, así como anteriormente los había guiado a la Salvación).
19 Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos (artes curiosas se refiere a la práctica de la magia; entonces el Espíritu Santo estaba obrando con poder en las vidas de la gente, como él lo desea hacer siempre; si Le permitimos, Él nos limpiará; y lo hace a través de la Fe en Cristo y Su Cruz [Rom. 8:2]): y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios (debe haber sido muchos, muchos libros, etc., por la cantidad en el año 2003 sumaba en valor de unos dos millones de dólares).
20 Así crecía poderosamente la Palabra del Señor, y prevalecía (no dice que la Iglesia crecía con fuerza, sino mas bien la Palabra de Dios. . .).
21 Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo en Espíritu (se refiere al Espíritu Santo) partir a Jerusalén, después de pasar por Macedonia y Acaya (quería estar allí para la Fiesta de Pentecostés [Hch. 20:16]), diciendo, Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma (el Texto Griego indica que había una Mano Divina colocada sobre Pablo).
22 Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto (tiene que ver con las preparaciones que ellos harían en las Iglesias para la visita de Pablo dentro de poco tiempo); él se estuvo por algún tiempo en Asia (se quedó en Éfeso un poco más de tiempo, tal vez dos o tres meses).
ÉFESO
23 Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino (del Camino es el Camino Pentecostal, que caracteriza la totalidad del Libro de los Hechos).
24 Porque un platero llamado Demetrio (es posible que era el maestro-gremio del gremio de los plateros o del sindicato), el cual hacía de plata templecillos de Diana (habla de las miniaturas del templo de Diana con la diosa al fondo en medio del templo), daba a los artífices no poca ganancia (habla de aquellos que se ganaban la vida trabajando en este tipo de artesanía);
25 A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio (a los cuales Demetrio los llamó para reunirse), dijo, Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia (nos dice que su mayor preocupación no era en realidad la adoración o el honor a esta diosa, sino de su prosperidad).
26 Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino a muchas gentes de casi toda el Asia (presenta un testimonio poderoso, que proviene de un enemigo, al poder y la eficacia de las labores de Pablo y de su Mensaje), ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos (proclama lo que Pablo predicaba, y al cual muchas personas habían llegado a creer, y con toda la razón):
27 Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche (conlleva la idea de que esto caería en desprestigio); sino también que el Templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo (había aquí algo de exageración).
28 Oídas estas cosas, se llenaron de ira (las acusaciones de Demetrio tuvieron el efecto deseado), y dieron alarido diciendo, ¡Grande es Diana de los Efesios! (en realidad, la gran riqueza y la prominencia de la ciudad de Éfeso fue en gran parte debido al gran Templo de Diana, pero que básicamente se localizó en esa ciudad.)
29 Y la ciudad se llenó de confusión (se formaba la turba): y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo (reconociendo a estos dos hombres como compañeros de Pablo, los arrastraron al anfiteatro).
30 Y queriendo Pablo salir al pueblo (Pablo decidió entrar en el teatro y dirigirse a la muchedumbre), los Discípulos no le dejaron (los Creyentes que eran parte de la Iglesia en Éfeso, y sabían del peligro que le esperaba a Pablo).
31 También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos (eran hombres de alto rango y gran riqueza, que representa una vez más la asombrosa prueba de la gran influencia de la predicación de Pablo en Asia), enviaron a él rogando que no se presentase en el teatro (me parece que enviaron mensaje a Pablo, pero no se presentaron en persona).
32 Y otros gritaban otra cosa (representa las acciones y peculiaridades de una turba): porque la concurrencia estaba confusa; y los más no sabían por qué se habían juntado (quiere decir que habían unos cuántos que agitaban a muchos).
33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los Judíos (no está claro quién exactamente era este Alejandro). Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo (representa lo que no sirve de nada).
34 Mas cuando conocieron que era Judío (explica el motivo por la cual siguió con sus arranques), un grito se levantó de todos ellos, que gritaron casi por dos horas, Grande es Diana de los Efesios (a pesar de todo esto, la historia hace mención que el Evangelio que Pablo predicó, tenía tanto efecto que los adoradores de la diosa Diana se reducían en números cada vez, mientras que la Iglesia en Éfeso seguía floreciendo).
35 Entonces el escribano, cuando había calmado la gente (presenta una oficina de influencia), dijo, Varones Efesios ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? (La idea es que Éfeso es el orgulloso poseedor de esta diosa, de la cual ninguna otra ciudad en el mundo podía jactarse.)
36 Así que, pues esto no puede ser contradicho (apela al orgullo de estas personas, en cuanto a la grandeza de Diana), conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis imprudentemente (representa el buen consejo, aunque provenía de un pagano).
37 Pues habéis traído a estos hombres (se refiere a Gayo y Aristarco), sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa (quiere decir que Pablo no había dirigido su atención a este ídolo, pero, sin duda, se había referido a ídolos hechos por manos humanas [v. 26]).
38 Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen (refleja el sentido común del funcionario de la municipalidad), y procónsules hay; acúsense los unos a los otros (él les decía que si Demetrio realmente tuviera un caso contra Pablo y aquellos que estaban con él, entonces debería presentarlo en el Tribunal abierto).
39 Y si demandáis alguna otra cosa (en efecto, dice, si hay otras quejas contra Pablo además de lo mencionado, habría de dirigirlo correctamente, y no por la acción de la turba), en legítima asamblea se pueda decidir (Tribunal abierto).
40 Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por hoy (se refiere a la perturbación de la paz Romana por ninguna razón), no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso (expone que el funcionario de la municipalidad se pregunta cómo iba a explicar la acción de la turba a las autoridades Romanas, al tener que dar cuentas).
41 Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia (prevaleció el sentido común, y de inmediato fueron liberados Gayo y Aristarco).
Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Daniel 2 a 4:
Capítulo 2
(603
a.C.)
SUEÑO
DE NABUCODONOSOR;
LOS SABIOS SON LLAMADOS
1 Y EN el segundo
año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbó su
espíritu, y se le fue el sueño. (El «segundo año» corresponde a su reinado
como el único rey. En realidad, antes él
había reinado bajo su padre durante varios años. Eso aconteció en parte o todo durante
el período de tiempo de tres años. El
«sueño» que le «perturbó» fue enviado por el Señor.)
2 Y mandó el rey a llamar magos, astrólogos,
encantadores y Caldeos, para que mostrasen al rey sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del
rey. (La acción del rey
cuando consultó a los sacerdotes y encantadores es una de las muchas pruebas de
la exactitud de esta historia, porque en sus dificultades el hombre inconverso
busca ayuda en toda dirección fuera del Señor.)
3 Y el
rey les dijo: He tenido un sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el
sueño.
PEDIDO DE NABUCODONOSOR
4 Entonces
hablaron los Caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para siempre vive; dí el
sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación. (Si el Rey les hubiera dicho el sueño, la
«interpretación» que ellos hubieran dado hubiera sido algo inventado de sus
propias mentes, y no la verdadera interpretación.)
5 Respondió el rey y dijo a los Caldeos: El asunto lo olvidé; si no me mostráis el
sueño y su interpretación, seréis hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas
en muladares.
(El Señor permitió que Nabucodonosor ni siquiera pudiera recordar su
sueño, mucho menos el significado.)
6 Y si mostrareis el sueño y su interpretación,
recibiréis de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y su
interpretación.
(Como Nabucodonosor amenazó con la muerte a estos magos y astrólogos por
la falta de habilidad, ahora les promete grandes riquezas si ellos pueden
probar lo que dicen ser.)
7 Respondieron por segunda vez, y dijeron: Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos
la interpretación.
8 El
rey respondió, y dijo: Yo conozco
ciertamente que vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha
ido. (Su respuesta no fue
lo que ellos esperaban.)
9 Si
no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y
perversa que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo. Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que
me podéis dar su interpretación. (El rey ahora se da cuenta que su silencio
era debido a su incapacidad de contestar.)
INCAPACIDAD
DE LOS SABIOS
10 Los
Caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la Tierra que pueda
declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor
preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo, ni Caldeo. (¡Ellos estaban equivocados! Había por lo menos un hombre que podía
hacerlo, y era porque él conocía al Señor.
Su nombre era Daniel.)
11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil,
y no hay quien lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es con
la carne.
(Los Caldeos estaban equivocados al usar la palabra «dioses». No había
ningún «dios, solamente Uno, Jehová. ¡El rey pronto sabrá de Jehová!)
DECRETO
DE NABUCODONOSOR
12 Por
esto el rey con ira y con gran enojo, mandó que matasen a todos los sabios de
Babilonia. (Hasta
cierto grado, él había perdido la fe en sus dioses, Nebo y Bel, a quienes estos
sabios representaban.)
13 Y se
publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron a
Daniel y a sus compañeros para matarlos.
DANIEL OFRECE INTERPRETAR EL
SUEÑO
Y SU ORACIÓN POR AYUDA
14 Entonces
Daniel habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que
había salido para matar a los sabios de Babilonia.
15 Habló
y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es
la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan
apresuradamente? Entonces Arioc declaró
el asunto a Daniel.
(Esto presenta a «Arioc», de quien el Espíritu Santo habla de manera
favorable, buscando hallar salida de este dilema.)
16 Y
Daniel entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que el mostraría al rey la
interpretación.
(«Y que él mostraría al rey la interpretación», muestra seguridad de
parte de Daniel que el Señor le revelaría el sueño. ¡El Plan de Dios estaba siendo llevado a cabo
exactamente como el Espíritu Santo lo designó!)
17 Entonces
Daniel se fue a su casa, y declaró el asunto a Ananías, Misael y Azarías, sus
compañeros.
18 para
que pidiesen misericordias del Dios del Cielo sobre este misterio, a fin de que
Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia. (¡Se unieron en oración!)
EL
SUEÑO REVELADO A DANIEL
19 Entonces
el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche; por lo cual Daniel bendijo
al Dios del Cielo.
(Este Pasaje significa que el mismo sueño que tuvo Nabucodonosor ahora
le fue dado a Daniel, y sin duda esa misma noche.)
20 Y
Daniel habló, y dijo: Sea Bendito el
nombre de Dios de siglos en siglos, porque Suyos son el poder y la sabiduría (en
este y los Pasajes siguientes, se nos da un relato del señorío y control total
y absoluto del Señor sobre toda Su Creación).
21 Él
muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los
sabios, y la ciencia a los entendidos («Él muda los tiempos y las
edades», ello tiene referencia a los Imperios sucesivos, permitidos por el
Señor y que Daniel vio en la visión de la noche).
22 Él
revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz
mora con Él.
(Dios no solamente es Dios de la naturaleza, de la providencia y del
hombre, sino también de la Revelación.
Él le puede dar a conocer al hombre lo que de otro modo nunca lograría
conocer. Él es la misma fuente de toda
luz e iluminación [I Tim. 6:16].)
23 A
Ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y Te alabo, que me has dado sabiduría
y fortaleza, y ahora me has revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a
conocer el asunto del rey. (Daniel da sus razones por la alabanza y
acción de gracias. Él se dirige a Dios
como el Dios de sus padres. Él le llama
como el Dios del Pacto de Israel, Quien condujo a sus padres a través del
desierto.)
DANIEL
ANTE NABUCODONOSOR;
GLORIFICA
A DIOS; DECLARA
AL REY
EL SUEÑO
24 Después
de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios
de Babilonia; y le dijo así: No mates a
los sabios de Babilonia; llévame delante del rey, que yo le mostraré la
interpretación.
25 Entonces
Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de
Judá, el cual dará al rey la interpretación. (No se nos dice si Daniel había contado algo
a Arioc.)
26 Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual
llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer
el sueño que vi, y su interpretación?
27 Daniel
respondió delante del rey, y dijo: El
misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo
pueden revelar al rey (en la respuesta de Daniel hay cierta reprensión
al rey. Sin duda, él hizo la pregunta instigado
del Espíritu Santo).
28 Pero
hay un Dios en los Cielos, El Cual revela los misterios, y Él ha hecho saber al
rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño,
y las visiones que has tenido en tu cama (¡«Lo que ha de acontecer
en los últimos días», es en realidad muy revelador! Aquellos que afirman que las Profecías de
Daniel no tienen referencia a los últimos días, sino que fueron cumplidos en la
época de Cristo, obviamente no han leído este Versículo):
29 Estando
tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser
en lo por venir; y El Que revela los misterios te mostró lo que ha de ser. (La declaración de Daniel es que el rey supiera
que este sueño y su interpretación son de gran importancia, es la razón por la
cual el rey estaba tan perturbado por conocer su significación.)
30 Y a
mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en
todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y
para que entiendas los pensamientos de tu corazón. (¡Daniel dio toda la gloria al Señor! ¡Además, en todo esto el Señor tuvo compasión
de estos sabios paganos! ¡Así es Dios, y
tal Su Misericordia!
«Y para que entiendas los pensamientos de tu
corazón», presenta el comienzo del llamado del Espíritu Santo a este Monarca
pagano, que muy posiblemente después resultó en su Salvación.)
31 Tú,
oh rey, veías, y he aquí una gran imagen.
Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba
en pie delante de ti, y su aspecto era terrible. (Las palabras, «sublime» y «terrible», ambas
caracterizan la historia de los poderes Gentiles desde los días de
Nabucodonosor continuando hasta la venida de Cristo con Sus Santos. Muchas veces cosas sublimes y terribles están
lado a lado. Cuando Cristo establezca Su
Reino Milenario, solamente existirá lo excelente.
La «gran imagen» representaba todos los
Imperios Mundiales en el futuro, al menos en su relación a Israel.)
32 La
cabeza de esta imagen era de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su
vientre y sus muslos, de bronce;
33 sus piernas
de hierro; sus pies, en parte de hierro y en parte de barro cocido. (El Espíritu Santo delinea los reinos
sucesivos por una representación de metales preciosos, hierro y barro.)
34 Estabas mirando, hasta que una Piedra fue
cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro
cocido, y los desmenuzó. (La «Piedra» es el Señor Jesucristo, y
simboliza Su Segunda Venida. «No con
mano», es una expresión que hace énfasis en la ausencia de toda acción humana
dejando todo el acto solamente a Dios.
Esto destruye la creencia popular de que el Cristianismo gradualmente
dominará al mundo, con el Evangelio.
En realidad, el Cristianismo Bíblico por
último cubrirá la totalidad de la Tierra, pero solamente después de la Segunda
Venida, como este Versículo declara.)
35 Entonces
fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y
el oro, y se fueron como tamo de las eras del verano; y los levantó el viento,
y nunca más se les halló lugar. Pero la
Piedra que hirió a la imagen vino a ser un gran monte que llenó toda la Tierra. (Esto representa la Segunda Venida del Señor y
la destrucción de todos los poderes Gentiles, que significa que nunca más un
poder Gentil dominará, porque esa época ha terminado para siempre.
Después de la Segunda Venida, Cristo
establecerá Su Reino de Justicia, con Israel como la nación predominante en el
mundo para siempre. Por lo tanto, las
promesas hechas a los Patriarcas y Profetas de antaño serán cumplidas en su totalidad.)
INTERPRETACIÓN:
LA CABEZA
DE ORO
ES BABILONIA
36 Este
es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.
37 Tú,
oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del Cielo te ha dado reino, poder,
fuerza, y majestad. (Esto
confirma la declaración de Daniel en el Versículo 21, «Él quita reyes, y pone
reyes».)
38 Y
dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo,
Él los ha entregado en tu mano, y a ti te ha dado el dominio sobre todo. Tú eres aquella cabeza de oro. («Esa cabeza de oro» representaba el Imperio
Babilónico, el más grandioso de todos, al menos en cuanto a su esplendor y
gloria corresponden.)
El
pecho y los brazos DE PLATA:
MEDO
PERSA; VIENTRE Y
muslos
DE BRONCE: GRECIA
39 Y
después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino
de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. (El primer reino [después de Babilonia] fue
el «Imperio Medo Persa», que reemplazaría al Imperio Babilónico, y vendría en
unos cuantos años. Sería «inferior»
solamente en lo grandioso, no en fuerza.
El «tercer reino» aquí mencionado es el Imperio Greco, que proclamaría
el ascenso de Alejandro el Grande.
Acontecerá cerca de unos doscientos años después de esta época.)
las
piernas de hierro: roma
40 Y el
cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas
las cosas; desmenuzará y quebrantará todo. (Este «cuarto reino» es el imperio Romano, y
está representado por las «piernas de hierro».
¡Sería el más fuerte de todos!)
LOS
PIES DE HIERRO Y BARRO:
EL
IMPERIO ROMANO enmendado
41 Y lo
que viste de los pies y los dedos, en parte barro cocido de alfarero y en parte
de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del
hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. (Todo lo que hemos estudiado representa
Imperios que han venido y pasado; sin embargo, los «pies» y los «dedos» de la
estatua de hierro y barro representan lo que está por venir.)
42 Y
por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el
reino será en parte fuerte, y en parte frágil. (Este Versículo representa la confederación
de diez naciones, los «dedos de los pies» es simbólico de esta confederación,
que se opondrá a Israel enormemente en el futuro muy cercano.)
43 Así
como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas
humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con
el barro.
(Su confederación no tendrá éxito, porque el «barro cocido», muestra que
algunos de los reinos son débiles. Como
dicho, esto acontecerá en el futuro cercano.)
LA
PIEDRA: EL REINO DEL CIELO
en LA
TIERRA BAJO EL MESÍAS
44 Y en
los días de estos reyes el Dios del Cielo levantará un reino que no será jamás
destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos
estos reinos, pero él permanecerá para siempre, (Este Versículo es básicamente el mismo como
los Versículos 34 y 35. Representa la
Venida del Señor, y el Reino Milenario que Él establecerá.)
45 de la
manera que viste que del monte fue cortada una Piedra, no con mano, la cual
desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha
mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es
verdadero, y fiel su interpretación. (Puesto que el rey ha visto todo esto en su
sueño, él por consiguiente ahora no tiene excusa para continuar en su culto a
los ídolos muertos; pero debe adorar al «Gran Dios» Quien «ha mostrado al rey
lo que ha de acontecer en lo por venir».)
DANIEL
ASCENDIDO
46 Entonces
el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro, y se humilló ante Daniel, y
mandó que le ofreciesen presentes e incienso. (No hay indicación que Daniel aceptó esa
adoración.)
47 El
rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente
el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el
que revela los misterios; pues pudiste revelar este misterio. (La frase «el rey habló a Daniel» apoya la
convicción de que Daniel rehusó los honores Divinos y condujo al rey a
Dios. En esta declaración, Nabucodonosor
reconoce que Jehová es lo más grandioso, al menos como el «revelador de misterios».)
48 Entonces
el rey hizo engrandecer a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le
constituyó gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de
todos los sabios de Babilonia. (Por lo tanto, junto al rey, Daniel era el
hombre más poderoso en el mundo.
¡También considerado como el hombre más sabio en el mundo, y con razón!)
49 Y Daniel
pidió entonces al rey, y obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia
de Babilonia a Sadrac, Mesac y Abednego; y Daniel estaba en la corte del rey. («Y Daniel estaba en la corte del rey»,
significa que él fue designado Primer Ministro, la posición más poderosa en el
mundo de aquel día fuera del rey mismo. )
Capítulo
3
(580
a.C.)
LA
IMAGEN DE ORO Y EL
MANDATO
DE ADORARLA
1 EL rey
Nabucodonosor hizo una estatua de oro, la altura de la cual era de sesenta
codos, su anchura de seis codos; la levantó en el campo de Dura, en la
provincia de Babilonia. (Según la Septuaginta, Nabucodonosor
construyó la imagen de oro en el décimo octavo año de su reinado, cerca de un
año antes de quemar a Jerusalén [586 a.C.].
Daniel y sus amigos ya habían estado en Babilonia cerca de 20 años. El erguimiento de esta imagen fue aproximadamente
15 años después de los eventos del sueño y su interpretación. Esto ilustra la oscuridad y rebelión
incurable del corazón natural. Prueba
que, aparte del nuevo nacimiento espiritual, ninguna circunstancia, no importa
cuán poderosa, puede enseñar al hombre a conocer y adorar a Dios.)
2 Y
envió el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados y
capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores de
las provincias, para que viniesen a la dedicación de la estatua que el rey
Nabucodonosor había levantado.
3 Fueron,
pues, reunidos los sátrapas, magistrados, capitanes, oidores, tesoreros, consejeros,
jueces, y todos los gobernadores de las provincias, a la dedicación de la
estatua que el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante de
la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor. (Hay cierta indicación que este grupo de gente
notable también incluía a todas las naciones conquistadas. Sin embargo, es solamente una indicación y de
ninguna manera cierto según el texto original.)
4 Y el
pregonero anunciaba en alta voz: Mándase
a vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,
5 que
al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio,
de la zampoña y de todo instrumento musical, os postréis y adoréis la estatua
de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado;
6 y cualquiera
que no se postre y adore, en la misma hora será echado dentro de un horno de
fuego ardiendo.
(Satanás no solamente exige adoración, y de muchas maneras, sino que añade
pena a todos aquellos quienes no obedecen.
¡En realidad, solamente unos cuantos rehúsan obedecer!)
7 Por
lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina, de la flauta, del
tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todos los instrumentos
musicales, todos los pueblos, naciones, y lenguas, se postraron, y adoraron la
estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado. (Este Pasaje indica que todos los dirigentes
de las naciones conquistadas de todas partes del Imperio Babilónico fueron
traídos para este evento.)
SADRAC,
MESAC Y ABEDNEGO
ENJUICIADOS
POR desobedecer
8 Por
esto en el mismo tiempo algunos varones Caldeos se llegaron, y denunciaron a
los Judíos.
(«Denunciaron en particular a «Sadrac, Mesac y Abednego», pero en
realidad a todos los Judíos.)
9 Hablando y diciendo al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.
10 Tú,
oh rey, has dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la
flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo
instrumento musical, se postre y adore la estatua de oro;
11 y el
que no se postre y adore, sea echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
12 Hay
ciertos varones Judíos, los cuales pusiste sobre los asuntos de la provincia de
Babilonia; Sadrac, Mesac y Abednego; estos varones, oh rey, no te han respetado;
no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado. (Al leer este narrativo, se podría creer que todo
esto tenía que ver con el ego exaltado de este Monarca. Sin duda eso era en gran parte la razón, pero
todo era debido a la supremacía de Babilonia y el culto a sus dioses.)
13 Entonces Nabucodonosor
dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abednego. Al instante fueron traídos estos varones
delante del rey.
(Es muy posible, que además de su desacato, esto era muestra de la
envidia de los oficiales Babilonios a estos « varones Judíos». Ellos, bajo Daniel, habían sido elevados a
altas posiciones de poder en el Imperio; por lo tanto, con gran gozo, los
acusadores señalarán un dedo de acusación contra «estos varones», cuando fueron
llamados, exigiendo que Nabucodonosor tome medidas.)
14 Habló Nabucodonosor, y
les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y
Abednego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que
he levantado? (Esa
misma pregunta, «¿Es verdad?» respecto a su negación de doblegarse, es en
realidad en una forma u otra preguntado a cada persona. ¡La respuesta no es incierta; o es, un «sí» inequívoco o un
«no» inequívoco!)
15 Ahora,
pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del
tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña, y de todo instrumento musical,
os postréis, y adoréis la estatua que he hecho?
Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de
un horno de fuego ardiendo; ¿y Qué Dios será Aquel que os libre de mis manos? (¡El rey pronto sabría Quién exactamente era
ese «Dios»!)
16 Sadrac,
Mesac y Abednego respondieron y dijeron al rey Nabucodonosor: No es necesario que te respondamos sobre este
asunto.
(«No es necesario que te respondamos sobre este asunto», la traducción
castellana es un poco incompleta. En
realidad significa que no es algo en que tenemos que pensar ni considerar
cuidadosamente, porque el asunto no tiene opción, es una decisión que ellos
habían tomado mucho tiempo antes, y las consecuencias no tienen importancia.)
17 He aquí nuestro Dios a Quien servimos puede
librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. (En ese momento, ellos no tienen ninguna
seguridad que serán librados, solamente saben que el Señor puede librarles.)
18 Y si
no, sepas, oh rey, que a tu dios no adoraremos, y la estatua que levantaste, no
honraremos.
(Las palabras, «y si no», no demuestran falta de fe, sino que no están
siendo presumidos, como hacen tantos Creyentes.)
NABUCODONOSOR
LES CONDENA
AL
HORNO DE FUEGO ARDIENDO
19 Entonces
Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de su rostro contra
Sadrac, Mesac y Abednego, y ordenó que el horno se calentase siete veces más de
lo acostumbrado.
(Para expresar su ira y apaciguar los dioses, él manda que el horno sea
calentado siete veces más. Los
Babilonios reconocían siete planetas y siete dioses de los planetas, uno por
cada uno. Por lo tanto, el número
«siete» pudiera haber sido usado para apaciguar a esos «dioses».)
20 Y mandó
a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que atasen a Sadrac, Mesac y
Abednego, para echarlos en el horno de fuego ardiendo. (Estos «hombres muy vigorosos» sin duda se
escogieron por una razón en particular.
El rey pudiera estar dispuesto a admitir que ninguna acumulación de
poder humano pudiera igualar el poder Divino, pero a pesar de esto es obvio que
estos hombres fueron escogidos para que, a pesar del poder Divino [al menos si
se manifestara], la sentencia real pudiera todavía ser llevada a cabo.)
21 Entonces estos varones fueron atados con sus
mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron echados dentro del
horno de fuego ardiendo. (Sin duda esto fue hecho porque el rey creyó
que estos vestidos, siendo de material inflamable, cogerían fuego más rápido. Pero fue todo lo opuesto, demostrando el
Poder milagroso de Dios.)
22 Y como la orden del rey era apremiante, y lo
habían calentado mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a
Sadrac, Mesac y Abednego.
23 Y
estos tres varones, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados dentro del horno
de fuego ardiendo.
(El horno estaba tan caliente que estos «hombres muy vigorosos»
empleados por Nabucodonosor fueron matados por el extremo calor.)
LIBERACIÓN
SOBRENATURAL DE DIOS;
EL REY
ASOMBRADO
24 Entonces
el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó aprisa, y dijo a los de su
consejo: ¿No echaron a tres varones atados
dentro del fuego? Ellos respondieron al
rey: Es verdad, oh rey. (La palabra «espantó» significa «aterrorizado». ¡Lo que el rey vio le aterrorizó!)
25 Y él
dijo: He aquí yo veo cuatro varones
sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño ; y el aspecto
del cuarto es semejante a hijo de los dioses. (El idioma original se lee: «un Hijo de
Dios».)
26 Entonces
Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios
Altísimo, salid y venid. Entonces
Sadrac, Mesac y Abednego, salieron de en medio del fuego. (La repetición constante de los nombres,
«Sadrac, Mesac y Abednego», no es debido a una pobre estructura de la frase de
parte del Espíritu Santo, sino por designio.
El desea que el mundo conozca que eran los mismos tres hombres quienes
fueron echados en el fuego que también salieron del fuego.)
27 Y se juntaron los sátrapas, los gobernadores,
los capitanes y los consejeros del rey, para mirar a estos varones, como el
fuego no había tenido poder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus
cabezas se había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor de
fuego tenían.
(El dios Babilonio de fuego era «Iz-bar». Por consiguiente, este evento era de suma
importancia para los Babilonios. Y así
el Dios de Israel se manifestó superior a este «Iz-bar», pudiendo Él liberar a
sus siervos aun cuando el mismo elemento en el cual «Iz-bar» supuestamente
tenía su poder.)
28 Entonces
Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios
de ellos, de Sadrac, Mesac y Abednego, que envió Su Ángel, y libró a Sus
siervos que confiaron en Él, y que no cumplieron el edicto del rey, y
entregaron sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios. (No hay evidencia, que aun con estas
declaraciones del Monarca, que él aceptó al Señor en esta oportunidad. ¡En realidad, toda la evidencia es que él no
lo hizo! Esto vendría en una fecha
posterior. Pero todavía, ante todo, él
reconoce la supremacía de Jehová en comparación con sus deidades nacionales.)
DECRETO
DE NABUcodONOSOR
29 Por lo tanto, decreto que
todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac,
Mesac y Abednego, sea descuartizado, y su casa convertida en muladar; por
cuanto no hay otro Dios que pueda librar como Éste. (La idea expresada en este Versículo es que hablar
en contra de Jehová podría provocar Su Ira y traer daño al Imperio. Por lo tanto, Nabucodonosor no estaba
necesariamente celoso de dar honor a Jehová, sino por la seguridad de la
supremacía Babilónica. En esto, al menos
tenía más inteligencia que la mayoría de los modernos líderes políticos.)
30 Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y
Abednego en la provincia de Babilonia. (Sólo unos cuanto minutos antes, el rey les
mandó a matar, y ahora él ordena su ascenso.
¡Tal es el Señor!)
Capítulo
4
(570
a.C.)
PROCLAMACIÓN
DEL REY
1 NABUCODONOSOR rey, a todos los pueblos,
naciones y lenguas, que moran en toda la Tierra: Paz os sea multiplicada. (La salutación es en realidad una
bendición. El rey comienza dando gloria
a Dios después de un terrible periodo de siete años de demencia. Él comienza después de la realidad que todo
lo que sufrió era innecesario, y fue resultado de su orgullo y terquedad
delante de Dios. Ahora lo reconoce y
comienza el capítulo dando alabanza al Señor, lo que demuestra su
Arrepentimiento.
La frase, «En toda la Tierra», debe
entenderse como toda la Tierra bajo el dominio de Nabucodonosor — no de otras
partes.)
2 Conviene
que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo...
3 ¡Cuán
grandes son Sus señales, y cuán potentes Sus maravillas! Su Reino, reino sempiterno, y Su Señorío de generación
en generación.
(«Las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo», es todo
debido a Daniel y los tres jóvenes Hebreos.
Cuán afortunado fue este rey de haber tenido a esos hombres en su
Imperio, y, sobre todo, que tuvo la percepción para reconocerlo, y después ser
bendecido.)
VISIÓN
DE NABUCODONOSOR DE UN ÁRBOL
4 Yo
Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.
5 Vi
un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi
cabeza me turbaron.
(Ahora el rey comienza su relato de lo que le aconteció, que le trajo al
lugar mostrado en los Versículos 1 al 3.
Este era el decimoctavo año de su reinado, cerca de 15 años después del
sueño de la imagen y la interpretación.
Fue aproximadamente un año antes de la captura de Jerusalén, que, según
Jer. 52:12, aconteció en el decimonoveno año de Nabucodonosor. Por lo tanto, él quemó a Jerusalén casi
inmediatamente antes de su demencia.)
6 Por esto
mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me
mostrasen la interpretación del sueño.
7 Y
vinieron magos, astrólogos, Caldeos, y adivinos, y les dije el sueño, pero no
me pudieron mostrar su interpretación. (Es muy probable que en su espíritu él se dio
cuenta que la «interpretación» que le dieron era incorrecta. Por lo tanto, él llamó a Daniel.)
8 Hasta
tanto que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre
de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de
él el sueño, diciendo («Cuyo nombre es Beltsasar, como el
nombre de mi dios», revela que todavía él está inclinado a estas falsas
deidades de Babilonia. El gran milagro de
años atrás, en cuanto a la Revelación del sueño y la interpretación, y el
milagro reciente del horno ardiendo fueron cosas impresionantes dando al rey
suficiente lugar; pero como no estaba involucrado personalmente, al menos en
manera negativa, él no se rindió.
La frase, «Y en el cual hay espíritu de los
dioses santos», le muestra poniendo al Dios de Daniel en una posición superior,
pero todavía adherido a los antiguos dioses).
9 Beltsasar,
jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses
santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño
que he visto, y su declaración. (La manera como Nabucodonosor se refirió a
Daniel no significa que él era parte de los magos, etc., sino que era
reconocido como alguien que tenía más sabiduría que todos los llamados sabios
del Imperio Babilónico.)
10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras
estaba en mi cama: Me parecía ver en
medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande. (En realidad, los Asirios, a los cuales los
Babilonios habían derrotado, tenían un árbol sagrado, símbolo de la vida, que
estaba perpetuamente introducido en las esculturas de Nínive, y también visto
en algunos de los cilindros Babilónicos, especialmente en conexión con los
actos reales de culto.)
11 Crecía
este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le
alcanzaba a ver desde todos los confines de la Tierra.
12 Su
follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las
bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se
mantenía de él toda carne. (Como este árbol es simbólico del Imperio
Babilónico, su descripción es apropiada.
Es probable se extendía desde el Golfo Pérsico al Mar Mediterráneo, y
desde las Cataratas del Nilo hasta el Asia Menor.)
13 Vi en
las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un Vigilante
y Santo descendía del Cielo (la palabra «Vigilante»
ocurre solamente en este Capítulo en la Biblia; sin embargo, se emplea decenas
de veces en el Libro de Enoc, que supuestamente había sido escrito acerca de
130 años a.C. Ese Libro, como es obvio,
no está incluido en el Canon de las Escrituras).
14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle
el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y
las aves de sus ramas (el «Vigilante» da instrucciones en
cuanto a lo que se debe hacer con el árbol).
15 Pero
deja el tronco con las raíces en la Tierra, y con atadura de hierro y de bronce
quede atado en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su
parte sea con las bestias en la hierba de la Tierra
(el «árbol» no debía ser destruido, solamente derribado; por lo tanto, brotará
otra vez. En realidad, la «atadura de
hierro y de bronce» simboliza la oscuridad mental a la cual Nabucodonosor
estaría sujeto con cadenas, al menos hasta cierta medida).
16 Su
corazón sea cambiado de corazón de hombre, y le sea dado corazón de bestia, y
pasen sobre él siete tiempos. (Este Versículo no deja ninguna duda en
absoluto que el Espíritu Santo aquí está hablando de un hombre. «Siete tiempos» representa siete años.)
17 La
sentencia es por decreto de los Vigilantes, y por dicho de los Santos la
demanda; para que conozcan los vivientes que el Altísimo se enseñorea del reino
de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más
bajo de los hombres.
(¡Quiere decir que, de una forma u otra, Dios lo controla todo!)
18 Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú pues, Beltsasar, dirás la declaración de
él, porque todos los sabios de mi reino nunca pudieron mostrarme su
interpretación; pero tú puedes, porque hay en ti espíritu de los dioses santos. (Este sería totalmente diferente del sueño
anterior de años atrás, cuando Daniel le dijo, «Tú eres aquella cabeza de oro»
[2:38]. Ahora esta «cabeza de oro» será
reducida a un «tronco».)
DANIEL
INTERPRETA EL SUEÑO DEL REY
19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, se
quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo espantaban: El rey habló, y dijo: Beltsasar, no te espante el sueño ni su
interpretación. Respondió Beltsasar, y
dijo: Señor mío, sea el sueño para tus
enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren. (Cuando Daniel escuchó el sueño del rey, la
interpretación que el Señor le dio literalmente le espantó, tanto que su
semblante cambió.)
20 El
árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y que su altura llegaba hasta el
cielo, y su vista para toda la Tierra;
21 y cuya
copa era hermosa, y su fruto en abundancia, y que para todos había
mantenimiento en él; debajo del cual moraban las bestias del campo, y en sus
ramas habitaban las aves del cielo,
22 tú mismo
eres, oh rey, que creciste, y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza, y ha
llegado hasta el cielo, y tu señorío hasta el extremo de la Tierra. (Estas declaraciones muestran que el domino
del Monarca era vasto, pero le fue dado por el Señor. ¡Él no reconoció esto, y por lo tanto le vino
Juicio!)
23 Y en
cuanto a lo que vio el rey, un Vigilante y Santo que descendía del Cielo, y
decía: Cortad el árbol y destruidlo; pero
dejaréis el tronco de sus raíces en la Tierra, y con atadura de hierro y de
bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y su parte
sea con las bestias del campo, hasta que pasen sobre él siete tiempos
(«Cortad el árbol y destruidlo», se refiere a Nabucodonosor cuando fue
derribado de su lugar de posición y autoridad, por razón de su demencia. «Dejaréis el tronco de sus raíces en la
Tierra», eso es su vida que le fue perdonada, con restauración en el
futuro. La frase, «Y sea mojado con el
rocío del cielo», habla del tipo de demencia, que le causó buscar habitación en
el campo como un animal. Algunos creen
que su forma de demencia es una enfermedad conocida como «licantropía», en la
cual un hombre se imagina ser un animal);
24 esta
es la interpretación, oh rey, la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre el
rey mi señor («El Altísimo», es un apelativo que
denota predominio de supremacía. ¡Él
tiene la palabra final! ¡Éste es a Quien
por último todos tienen que dar cuenta!).
25 Que
te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y
con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo
serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que El
Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien Él quiere. (A pesar de todo lo que Nabucodonosor había
visto, todavía, el orgullo y ego era la razón de su rebelión contra Dios. Él se consideraba el maestro de su destino y
el gobernador de su propio reino. Él no
reconocía que había sido puesto en esta posición por «El Altísimo», pero se daba
a sí mismo el crédito, haciéndose un dios.
Sin embargo, el Señor le amaba tanto que tomó medidas drásticas para
despertarle a la realidad.)
26 Y lo
que dijeron, que dejasen en la tierra el tronco de las raíces del mismo árbol,
significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el Cielo gobierna. (Otra vez, el Espíritu Santo repite la causa
y razón de este acto de Dios: «Luego que
reconozcas que el Cielo gobierna».)
CONSEJO
DADO AL REY;
CONSEJO
RECHAZADO
27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo; tus
pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con
los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad. (Se le aconseja que se arrepienta, que si lo
acepta, anulará este juicio.
Lamentablemente, no lo aceptó.)
28 Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor. (Le vino, porque rechazó la Palabra del
Señor. ¡Le fue dado un tiempo de doce
meses para que se arrepintiera, pero en vano!)
29 Al
cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia, (¡«Paseando en el palacio real de Babilonia»
denota una actitud de orgullo, de pompa, majestad, un sentido de bienestar y,
en su caso, él pensó, maestro del mundo!
¡Él era su propio hombre, capitán de su propio destino y, por lo tanto,
no subyugado a ninguno! ¿No era este
«palacio» y la ciudad misma prueba de tal?)
30 Habló
el rey, y dijo: ¿No es ésta la gran
Babilonia, que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para
gloria de mi majestad?
(Ahora él responde al llamado del Espíritu Santo. Será una respuesta pomposa, así como es la
mayoría del mundo. Ciertamente, así como
él fue llamado a cuentas, todos por último seremos llamados a cuentas.)
EL
SUEÑO CUMPLIDO
31 Aun
estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del Cielo: A
ti se te dice, Rey Nabucodonosor: el reino ha sido quitado de ti;
(¡«El reino ha sido quitado de ti», es efectivamente una declaración
asombrosa! Todo esto que él afirmaba
como suyo y que su propia mano había hecho, ahora pasará a otro. Se puede decir, sobre la Biblia y todas sus
advertencias y ruegos a la totalidad de la humanidad, «¡A ti se te dice!»)
32 y de
entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación,
y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que
reconozcas que El Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da
a quien Él quiere.
(La descripción del Juicio que se menciona aquí es casi igual al
veredicto original del Versículo 25, sin duda porque el rey, durante el plazo
de doce meses de espera, había menospreciado la terrible predicción, creyendo
que algo tan extraño nunca pasaría.)
33 En
la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre
los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío
del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las
de aves.
(«En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor», significa
que su mente se trastornó casi inmediatamente después que la voz fue oída del
Cielo.)
NABUCODONOSOR
RESTAURADO;
ALABA
A DIOS
34 Pero al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé
mis ojos al Cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije Al Altísimo, y alabé y
glorifiqué Al Que Vive para siempre; cuyo dominio es sempiterno, y Su reino por
todas las edades (exactamente como el Espíritu Santo por
medio de Daniel había dicho, al cumplirse los «siete años» su razón le fue restaurada
tan pronto como la había perdido. La
frase, «Yo Nabucodonosor alcé mis ojos al Cielo», significa que, al volver su
razón, él se arrepintió y dio Gloria a Dios).
35 Todos
los habitantes de la Tierra son considerados como nada; y Él hace según Su
Voluntad en el Ejército del Cielo, y en los habitantes de la Tierra, y no hay
quien detenga Su mano, y le diga: ¿Qué
haces?
(«Todos los habitantes de la Tierra son considerados como nada», se
refiere a Nabucodonosor y a todos quienes piensan que su lugar y posición les
da a ellos mismos su importancia. Y como
ningún hombre ha reinado como Nabucodonosor; por tanto, ningún hombre ha sido
reducido tan bajo como Nabucodonosor, lo que muestra la supremacía de Jehová.)
36 En
el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi
dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me
buscaron; y fui reestablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida. (Como el reino le fue quitado, ahora le es devuelto. En realidad, una de las funciones del
Espíritu Santo es la Restauración.)
37 Ahora
yo Nabucodonosor alabo, exalto y glorifico al Rey del Cielo, porque todas Sus obras
son verdaderas, y Sus caminos justos; y Él puede humillar a los que andan con
soberbia.
(El Versículo comienza con la palabra «ahora». Acontece después de que él había sido
humillado, castigado y restaurado.
¡Antes de su demencia, él no «alababa, exaltaba y honraba al Rey del
Cielo» en absoluto! ¡«Ahora» es todo lo
que él hace!)
Salmo 45:
Rebosa mi corazón con un bello poema. Esta obra mía se la dedico al rey. ¡Mi lengua es la pluma de inspirado poeta! Eres el más hermoso de los mortales; la gracia mana de tus labios; ¡por eso Dios te ha bendecido para siempre! ¡Cíñete la espada, valiente guerrero, y cúbrete de honra y majestad! ¡Que tengas prosperidad y gloria! ¡Cabalga defendiendo la verdad, la humildad y la justicia, guiado por tu diestra portentosa! ¡Que penetren, oh rey, tus agudas flechas en el corazón de tus enemigos, y que los pueblos se rindan ante ti! Oh Dios, tu trono es eterno y permanente; tu cetro real es un cetro de justicia. Porque amas la justicia y odias la maldad, Dios, tu Dios, te ha ungido como rey; ha derramado en ti el perfume de alegría; ¡te eligió a ti, y no a tus compañeros! Mirra, áloe y canela perfuman tus vestidos, y en los palacios de marfil te brindan alegría. Entre tus favoritas hay muchas princesas; La reina, a tu derecha, luce joyas de oro de Ofir. «Hija mía, inclina tu oído y préstame atención: Olvídate de tu pueblo y de la casa paterna, que el rey desea poseer tu hermosura; él es tu señor, y le debes obediencia. Gente de Tiro vendrá a ti con presentes; los ricos del pueblo implorarán tu favor.» ¡Esplendorosa se ve la princesa en su alcoba! ¡Sus vestidos son de brocado de oro! Así ataviada se presenta ante el rey, seguida por su séquito de doncellas, traídas de lejos para hacerle compañía; y entre jubilosas voces de alegría serán conducidas al palacio real. Tus hijos sucederán a tus padres, y los harás príncipes de toda la tierra. Yo perpetuaré tu nombre para siempre, y perpetuamente los pueblos te alabarán.
Proverbios 2:
Hijo
mío, si recibes mis palabras y en tu mente guardas mis mandamientos, si
tu oído está atento a la sabiduría e inclinas tu corazón a la
prudencia, si pides la ayuda de la inteligencia y llamas a gritos a la
prudencia, si la buscas como a la plata, y la rebuscas como a un tesoro,
entonces sabrás lo que es temer al Señor, y hallarás el conocimiento de
Dios. Porque el Señor da la sabiduría; de sus labios brotan
conocimiento e inteligencia. El Señor da sabiduría a los hombres rectos,
y es el escudo de los que viven con rectitud. El Señor vigila las
sendas de la justicia, y preserva el camino de sus fieles. Así
entenderás lo que es el derecho y la justicia, la equidad y todo buen
camino. Cuando la sabiduría entre en tu corazón, Y te deleites con el
conocimiento, la discreción te protegerá y la inteligencia cuidará de
ti. Te librará del mal camino y de los que dicen cosas perversas, de los
que dejan el camino recto para andar por senderos tenebrosos; de los
que gozan haciendo el mal, y se alegran de sus actos perversos. Sus
senderos son torcidos; sus caminos han perdido el rumbo. Te librarás de
la mujer ajena, de esa extraña que con sus palabras te halaga pero
abandona al compañero de su juventud y se olvida de su pacto con Dios.
Por eso su casa conduce a la muerte y sus sendas terminan entre los
muertos. Quien a ella se allega, no vuelve jamás; ¡ya no reencuentra los
senderos de la vida! Por eso, sigue el camino de los buenos y ve por
las veredas de los justos, porque los hombres rectos habitarán la
tierra; los perfectos permanecerán en ella. Pero los impíos serán
eliminados de la tierra; los pecadores serán expulsados de ella.
El Libro de Los Hechos Capítulo 19 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
CAPÍTULO 19
(58 d.C.)
ÉFESO
Y ACONTECIÓ que entre tanto que Apolos estaba en Corinto (pertenece a Hch. 18:27), Pablo, habiendo recorrido las regiones superiores, vino a Éfeso (se refiere anteriormente a Hch. 18:23): y hallando ciertos Discípulos (eran seguidores de Cristo, pero deficientes en su entendimiento),
2 Les dijo, ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? (En el Griego, es literalmente, ¿habiendo creído, recibió usted? Sabemos que estos hombres ya fueron salvos porque cada vez que se usaba la palabra Discípulos en el Libro de los Hechos, se refiere a las personas que habían aceptado a Cristo. Pablo reconocía que estas personas, aunque eran salvas, todavía no habían sido Bautizados con el Espíritu Santo.) Y ellos le dijeron, Antes ni aun hemos oído si hay Espíritu Santo (no significa que no sabían de la existencia del Espíritu Santo, sino que no estaban conscientes de que había venido la época del Espíritu, y que los Creyentes podían literalmente ser Bautizados con Él; en la Salvación, el Espíritu Santo Bautiza a los pecadores que creen colocándoles en Cristo; en el Bautismo del Espíritu, Jesús Bautiza a los Creyentes en el Espíritu Santo [Mat. 3:11]).
3 Entonces dijo, ¿En qué pues sois bautizados? (Después de preguntar sobre el Bautismo del Espíritu Santo, Pablo recibió sólo una mirada fija y vacía, por así decirlo.) Y ellos dijeron, en el Bautismo de Juan (era el Bautismo de Arrepentimiento).
4 Y dijo Pablo, Juan bautizó con Bautismo de Arrepentimiento (que, en efecto, era todo lo que podía hacer durante ese tiempo), diciendo al pueblo que creyesen en Él que había de venir después de él, es a saber, en Jesús el Cristo (revela a Juan el Bautista que proclama a Jesús como el Salvador de la humanidad).
5 Oído que hubieron esto (sin duda, Pablo dijo mucho más; sin embargo, la evidencia es que ellos al instante creyeron y aceptaron lo que Pablo dijo, y entonces desearon lo que él dijo), fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús (quiere decir, por la autoridad del Señor Jesús; la única fórmula Bautismal en la Palabra de Dios es Mat. 28:19).
6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos (constituye un principio Bíblico [Hch. 8:17; 9:17-18]), vino sobre ellos el Espíritu Santo (se refiere a ellos que son Bautizados con el Espíritu Santo); y hablaban en lenguas, y profetizaban (proclama las Lenguas como evidencia física inicial que ha sido Bautizado con el Espíritu Santo; a veces está acompañada con la Profecía en ese momento y a veces no [Hch. 8:17; 9:17; 10:46]).
7 Y eran en todos como unos doce hombres (al parecer no habían mujeres implicadas en este tiempo).
LA SINAGOGA
8 Y entrando él (Pablo) dentro de la Sinagoga, hablaba libremente por espacio de tres meses (parece ser que él pasaba más tiempo aquí que en la mayoría de las Sinagogas), disputando y persuadiendo del Reino de Dios (había traído pruebas razonables de Las Escrituras del Antiguo Testamento para demostrar que el Reino [la autoridad del gobierno] de Dios son reveladas en Jesús, Quien Ascendió a la Diestra del Padre y está sentado en el Trono del Padre [Hch. 2:30-33]).
LA IGLESIA
9 Mas endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud (se rebelaron contra el Evangelio de Cristo), apartándose Pablo de ellos separó a los Discípulos (expone la ruptura con la Sinagoga), disputando cada día en la escuela de un cierto Tirano (se cree que es la Sala de Conferencias de un Filósofo Griego).
10 Y esto fue por espacio de dos años (es posible que se refiera a muchas noches, y a veces, durante el día también; él pasó un total de tres años en Éfeso [Hch. 20:31]); de manera que todos los que habitaban en Asia, Judíos y Griegos, oyeron la Palabra del Señor Jesús (no se refiere a cada una de las personas, sino más bien de personas de toda clase social y de todas las áreas circundantes)
LOS MILAGROS
11 Y hacía Dios singulares Maravillas por manos de Pablo (el Señor obró estas cosas, no Pablo):
12 De tal manera que aun se llevaban sobre los enfermos los sudarios y los pañuelos de su cuerpo (no hay ninguna indicación en el Texto que él deliberadamente envió estas cosas, aunque él definitivamente pudiera haberlo hecho, sino más bien que la gente por su propia cuenta los recogió; se llevaron al afectado o al poseído por demonios, evidentemente colocaban la tela sobre la persona, y recibía sanidad y/o liberación), y las enfermedades se iban de ellos, y los malos espíritus salían de ellos (no eran los pedazos de la tela que obraban la sanidad, sino más bien el Poder de Dios que utilizaba estas telas como un punto de contacto con respecto a la Fe).
13 Y algunos de los Judíos, exorcistas vagabundos (habla de personas que practicaban la adivinación, y quienes no eran de Dios, sino más bien de Satanás), tentaron a invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos (por lo visto esta gente había oído a Pablo ministrar y lo habían observado orar por los enfermos y expulsar a los demonios; evidentemente notaron que él usó el Nombre de Jesús, que tenía un efecto poderoso), diciendo, Os conjuro por Jesús, el que Pablo predica (parece que se inventaron su propia fórmula o conjuro al observar a Pablo).
14 Y había siete hijos de un tal Esceva, Judío, Dirigente de los Sacerdotes, que hacían esto (deduce que este hombre puede haber sido un miembro del Consejo Judío en Éfeso).
15 Y respondiendo el espíritu malo, dijo (señala a un hombre que fue poseído por demonios, y que algunos o todos sus siete hijos habían sido contratados para exorcizar este espíritu), A Jesús conozco y sé quién es Pablo; mas vosotros ¿quiénes sois? (Representa dos verbos Griegos diferentes y distintos en cuanto a la palabra conozco. ¡Con respecto a Jesús, se insinúa temor! Con respecto a Pablo, había menos acción.)
16 Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando en ellos, y enseñoreándose de ellos, pudo más que ellos (es probable que los siete hijos se vieron envueltos en esa situación y vencidos por el hombre poseído por los demonios), de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos (el Texto Griego indica que sufrieron heridas lo bastante severas para estar afectados por un buen período de tiempo).
17 Y esto fue notorio a todos, así Judíos como Griegos, los que habitaban en Éfeso (todos no quiere decir cada una de estas personas, sino más bien un buen número); y cayó temor sobre todos ellos (se daban cuenta ya que no han de jugar con el Nombre de Jesús), y era ensalzado el Nombre del Señor Jesús (presenta la idea constante del Espíritu Santo que Jesús siempre será glorificado [Jn. 16:14]).
18 Y muchos de los que habían creído, venían (habla de aquellos que habían confiado en el Señor para la Salvación, pero todavía no dejaban ciertos pecados), confesando y dando cuenta de sus hechos (tiene que ver con el Espíritu Santo que ahora guía a los Creyentes a la Santidad y a la Justicia, así como anteriormente los había guiado a la Salvación).
19 Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos (artes curiosas se refiere a la práctica de la magia; entonces el Espíritu Santo estaba obrando con poder en las vidas de la gente, como él lo desea hacer siempre; si Le permitimos, Él nos limpiará; y lo hace a través de la Fe en Cristo y Su Cruz [Rom. 8:2]): y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios (debe haber sido muchos, muchos libros, etc., por la cantidad en el año 2003 sumaba en valor de unos dos millones de dólares).
20 Así crecía poderosamente la Palabra del Señor, y prevalecía (no dice que la Iglesia crecía con fuerza, sino mas bien la Palabra de Dios. . .).
21 Y acabadas estas cosas, se propuso Pablo en Espíritu (se refiere al Espíritu Santo) partir a Jerusalén, después de pasar por Macedonia y Acaya (quería estar allí para la Fiesta de Pentecostés [Hch. 20:16]), diciendo, Después que hubiere estado allá me será necesario ver también a Roma (el Texto Griego indica que había una Mano Divina colocada sobre Pablo).
22 Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto (tiene que ver con las preparaciones que ellos harían en las Iglesias para la visita de Pablo dentro de poco tiempo); él se estuvo por algún tiempo en Asia (se quedó en Éfeso un poco más de tiempo, tal vez dos o tres meses).
ÉFESO
23 Entonces hubo un alboroto no pequeño acerca del Camino (del Camino es el Camino Pentecostal, que caracteriza la totalidad del Libro de los Hechos).
24 Porque un platero llamado Demetrio (es posible que era el maestro-gremio del gremio de los plateros o del sindicato), el cual hacía de plata templecillos de Diana (habla de las miniaturas del templo de Diana con la diosa al fondo en medio del templo), daba a los artífices no poca ganancia (habla de aquellos que se ganaban la vida trabajando en este tipo de artesanía);
25 A los cuales, reunidos con los oficiales de semejante oficio (a los cuales Demetrio los llamó para reunirse), dijo, Varones, sabéis que de este oficio tenemos ganancia (nos dice que su mayor preocupación no era en realidad la adoración o el honor a esta diosa, sino de su prosperidad).
26 Y veis y oís que este Pablo, no solamente en Éfeso, sino a muchas gentes de casi toda el Asia (presenta un testimonio poderoso, que proviene de un enemigo, al poder y la eficacia de las labores de Pablo y de su Mensaje), ha apartado con persuasión, diciendo, que no son dioses los que se hacen con las manos (proclama lo que Pablo predicaba, y al cual muchas personas habían llegado a creer, y con toda la razón):
27 Y no solamente hay peligro de que este negocio se nos vuelva en reproche (conlleva la idea de que esto caería en desprestigio); sino también que el Templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida su majestad, la cual honra toda el Asia y el mundo (había aquí algo de exageración).
28 Oídas estas cosas, se llenaron de ira (las acusaciones de Demetrio tuvieron el efecto deseado), y dieron alarido diciendo, ¡Grande es Diana de los Efesios! (en realidad, la gran riqueza y la prominencia de la ciudad de Éfeso fue en gran parte debido al gran Templo de Diana, pero que básicamente se localizó en esa ciudad.)
29 Y la ciudad se llenó de confusión (se formaba la turba): y unánimes se arrojaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, Macedonios, compañeros de Pablo (reconociendo a estos dos hombres como compañeros de Pablo, los arrastraron al anfiteatro).
30 Y queriendo Pablo salir al pueblo (Pablo decidió entrar en el teatro y dirigirse a la muchedumbre), los Discípulos no le dejaron (los Creyentes que eran parte de la Iglesia en Éfeso, y sabían del peligro que le esperaba a Pablo).
31 También algunos de los principales de Asia, que eran sus amigos (eran hombres de alto rango y gran riqueza, que representa una vez más la asombrosa prueba de la gran influencia de la predicación de Pablo en Asia), enviaron a él rogando que no se presentase en el teatro (me parece que enviaron mensaje a Pablo, pero no se presentaron en persona).
32 Y otros gritaban otra cosa (representa las acciones y peculiaridades de una turba): porque la concurrencia estaba confusa; y los más no sabían por qué se habían juntado (quiere decir que habían unos cuántos que agitaban a muchos).
33 Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los Judíos (no está claro quién exactamente era este Alejandro). Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería dar razón al pueblo (representa lo que no sirve de nada).
34 Mas cuando conocieron que era Judío (explica el motivo por la cual siguió con sus arranques), un grito se levantó de todos ellos, que gritaron casi por dos horas, Grande es Diana de los Efesios (a pesar de todo esto, la historia hace mención que el Evangelio que Pablo predicó, tenía tanto efecto que los adoradores de la diosa Diana se reducían en números cada vez, mientras que la Iglesia en Éfeso seguía floreciendo).
35 Entonces el escribano, cuando había calmado la gente (presenta una oficina de influencia), dijo, Varones Efesios ¿y quién hay de los hombres que no sepa que la ciudad de los Efesios es honradora de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? (La idea es que Éfeso es el orgulloso poseedor de esta diosa, de la cual ninguna otra ciudad en el mundo podía jactarse.)
36 Así que, pues esto no puede ser contradicho (apela al orgullo de estas personas, en cuanto a la grandeza de Diana), conviene que os apacigüéis, y que nada hagáis imprudentemente (representa el buen consejo, aunque provenía de un pagano).
37 Pues habéis traído a estos hombres (se refiere a Gayo y Aristarco), sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa (quiere decir que Pablo no había dirigido su atención a este ídolo, pero, sin duda, se había referido a ídolos hechos por manos humanas [v. 26]).
38 Que si Demetrio y los oficiales que están con él tienen negocio con alguno, audiencias se hacen (refleja el sentido común del funcionario de la municipalidad), y procónsules hay; acúsense los unos a los otros (él les decía que si Demetrio realmente tuviera un caso contra Pablo y aquellos que estaban con él, entonces debería presentarlo en el Tribunal abierto).
39 Y si demandáis alguna otra cosa (en efecto, dice, si hay otras quejas contra Pablo además de lo mencionado, habría de dirigirlo correctamente, y no por la acción de la turba), en legítima asamblea se pueda decidir (Tribunal abierto).
40 Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por hoy (se refiere a la perturbación de la paz Romana por ninguna razón), no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso (expone que el funcionario de la municipalidad se pregunta cómo iba a explicar la acción de la turba a las autoridades Romanas, al tener que dar cuentas).
41 Y habiendo dicho esto, despidió la concurrencia (prevaleció el sentido común, y de inmediato fueron liberados Gayo y Aristarco).
Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.
Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
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