31 December 2012

El 31 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria



El 31 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria:

Génesis 33 a 35:




CAPÍTULO 33
(1739 a.C.)
LA RECONCILIACIÓN

     1 y ALZANDO Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él, entonces repartió los niños de Lea (los que pertenecían a Lea) y Raquel (los que pertenecían a Raquel) y las dos siervas (etc.).
     2 Y puso las siervas y sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y a Raquel y a José los postreros (los que él consideraba como su mayor amor estaban en la parte de atrás).
     3 Y él pasó delante de ellos, y se inclinó a tierra siete veces, hasta que llegó a su hermano.
     4 Y Esaú corrió a su encuentro, y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron (la acción de Esaú muestra cuán infundados eran los temores de Jacob, y cuán innecesarios sus planes).
     5 Y alzó sus ojos, y vio las mujeres y los niños, y dijo:  ¿Quiénes son éstos que vienen contigo? Y él respondió:  Son los niños que Dios ha dado a tu siervo. (Es obvio que Esaú es un Jefe poderoso. Qué triste es que este hombre no pudo ver las grandes verdades espirituales. En ese caso, hubiera sido «el Dios de Abraham, Isaac y Esaú.» ¡Pero no fue así!)
     6 Y se acercaron las siervas, ellas y sus niños, y se inclinaron.
     7 Y se acercó Lea con sus niños, y se inclinaron; y después se acercaron José y Raquel, y también se inclinaron.
     8 Y él dijo: ¿Qué te propones con todas estas cuadrillas que he encontrado? Y él respondió (Jacob dijo):  El hallar gracia en los ojos de mi SEÑOR.
     9 Y dijo Esaú:  Suficiente tengo yo, hermano mío; sea para ti lo que es tuyo.
    10 Y dijo Jacob:  No, yo te ruego, si he hallado ahora gracia en tus ojos, toma mi regalo de mi mano, pues que así he visto tu rostro, como si hubiera visto el Rostro de Dios, y me complacerás.
    11 Toma, te ruego, mi regalo que te he traído; porque Dios me ha hecho merced, y todo lo que hay aquí es mío. Y le insistió, y él lo aceptó. (Esaú aceptó el regalo, también declaraba que había aceptado a Jacob, y que no había resentimiento.)
    12 Y él dijo (Esaú):  Anda, y vamos; y yo iré delante de ti.
    13 Y él (Jacob) le dijo:  Mi SEÑOR sabe que los niños son tiernos, y que tengo ovejas y vacas paridas; y si las fatigan, en un día morirán todas las ovejas.
    14 Pase ahora mi SEÑOR delante de su siervo; y yo me iré poco a poco al paso del ganado que va delante de mí, y al paso de los niños, hasta que llegue a mi SEÑOR a Seír (Jacob nunca llegó a Seír).
    15 Y Esaú dijo:  Dejaré ahora contigo de la gente que viene conmigo. Y él dijo:  ¿Para qué si he hallado gracia a los ojos de mi SEÑOR?
    16 Así se volvió Esaú aquel día por su camino a Seír.

CANAÁN

    17 Y Jacob partió a Sucot, y edificó allí casa para sí (esta es la primera mención de una «casa» respecto a los Patriarcas), e hizo cabañas para su ganado; por tanto, llamó el nombre de aquel lugar Sucot. (Jacob se fue a Sucot. Pero el SEÑOR no le había dicho: «Yo soy el Dios de Sucot», sino más bien, «Yo soy el Dios de Betel». Los eventos van a probar que Jacob no estaba en la Voluntad de Dios.)
    18 Y vino Jacob a la ciudad de Siquén, que está en la tierra de Canaán, cuando venía de Padán Aram; y acampó delante de la ciudad (él reclamaba esta área como su domicilio).
    19 Y compró una parte del campo, donde tendió su carpa, de mano de los hijos de Jamor, padre de Siquén, por cien piezas de moneda.
    20 Y erigió allí un Altar, y lo llamó:  El Dios de Israel. (Jacob construye un Altar en Siquén, porque la conciencia no está tranquila sin las formas religiosas, pero el lugar divinamente escogido para el Altar era Betel.)

CAPÍTULO 34
(1739 a.C.)
DINA

     1 y SALIÓ Dina la hija de Lea, a quien ésta había dado a luz a Jacob, salió a ver las hijas del país (esto parece muy inocente; sin embargo, estas hijas representaban una amistad no saludable. El Cristiano debe tener cuidado con el mundo y sus caminos).
     2 Y la vio Siquén, hijo de Jamor, el Heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la violó (Pulpit dice: «Dina pagó la pena completa por su descuido; ella sufrió el destino que Satanás había planeado para Sara y Rebeca en la tierra de Faraón y Abimelec; fue vista y tomada por fuerza por el hijo de un príncipe, pero aun afirmando que la amaba).
     3 Y su alma se apegó a Dina la hija de Jacob, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de la joven (es probable que se refiere a matrimonio).
     4 Y habló Siquén a Jamor su padre, diciendo:  Tómame por mujer a esta joven (en esa época se predeterminaban los matrimonios, por lo tanto, Siquén le pidió a su padre Jamor que hiciera los arreglos).
     5 Y oyó Jacob que Siquén había mancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.
     6 Y se dirigió Jamor padre de Siquén a Jacob, para hablar con él (supuestamente para hacer los arreglos de matrimonio).
     7 Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enfurecieron mucho, porque él (Siquén) hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho (en este Versículo, la palabra «Israel» se utiliza por primera vez para designar a los descendientes de Jacob, que en realidad llegaron a ser la gran nación de Israel; la frase, «vileza en Israel», llegó a ser una expresión permanente para los actos hechos contra el carácter sagrado que pertenecía a Israel como una comunidad separada y de Pacto como el pueblo
de Dios)
.
     8 Y Jamor habló con ellos, diciendo:  El alma de mi hijo Siquén se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer (la maldad específica de Siquén consistió en deshonrar a la hija de uno que era la cabeza de la línea teocrática y, por lo tanto, bajo obligaciones concretas de vivir una vida santa).
     9 Y emparentad con nosotros; dadnos vuestras hijas, y tomad vosotros las nuestras (por el acto del matrimonio mixto, Satanás comprometerá y corromperá el linaje sagrado).
    10 Y habitad con nosotros; porque la tierra estará delante de vosotros; morad y negociad en ella, y tomad en ella posesión (el resultado final de este plan, fomentado por Satanás, era detener la Encarnación; el linaje debía mantenerse puro).
    11 Siquén también dijo a su padre y a sus hermanos:  Halle yo gracia en vuestros ojos, y daré lo que me dijereis (Siquén en realidad decía, que estaba dispuesto a pagar lo que ellos le pidieran).
    12 Aumentad a cargo mío mucho dote y dones, que yo daré cuanto me dijereis, y dadme la joven por mujer.
    13 Y respondieron los hijos de Jacob a Siquén y a Jamor su padre con engaño; y hablaron, por cuanto había mancillado a Dina su hermana (los hijos de Jacob actuaron con engaño en esta situación, en la cual Jacob no tenía nada que ver; sin embargo, Dios no pasa por alto el engaño en los Suyos como no lo hace con los que están fuera del Pacto).
    14 Y ellos (los hermanos de Dina) les dijeron (a Siquén y los que estaban con él):  No podemos hacer esto de dar nuestra hermana a hombre que tiene prepucio; porque entre nosotros es abominación;
    15 Pero con esta condición os complaceremos, si habéis de ser como nosotros, que se circuncide entre vosotros todo varón;
    16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos nosotros las vuestras; y habitaremos con vosotros, y seremos un pueblo (los hijos de Jacob comienzan a mostrar las características que al fin y al cabo les llevará al deseo de asesinar a José).
    17 Pero si no nos prestareis oídos para circuncidaros, tomaremos nuestra hija, y nos iremos.

LA VENGANZA

    18 Y parecieron bien sus palabras a Jamor y a Siquén, hijo de Jamor.
    19 Y no tardó el joven en hacerlo (no quería postergarlo), porque la hija de Jacob le había agradado; y él era el más honrado de toda la casa de su padre (en otras palabraso sea, Siquén era sincero).
    20 Entonces Jamor y Siquén su hijo vinieron a la puerta de su ciudad, y hablaron a los varones de su ciudad, diciendo (presentó la propuesta a ellos):
    21 Esos varones son pacíficos con nosotros, y habitarán en el país, y traficarán en él; pues he aquí la tierra es bastante ancha para ellos; nosotros tomaremos sus hijas por mujeres, y les daremos las nuestras (los hijos de Jacob eran del linaje Semítico y, por lo tanto, poseían altas dotaciones físicas y mentales; y, como ellos eran ricos en ganado y otras riquezas, su incorporación con el pueblo de Siquén, o como ellos razonaron, los elevaría a un rango más alto; entonces estuvieron de acuerdo, con la propuesta de Jamor).
    22 Pero sólo con esta condición consentirán (la tribu de Jacob) en morar con nosotros, y para que seamos un sólo pueblo:  que se circuncide todo varón entre nosotros, como ellos están circuncidados.
    23 He aquí que sus riquezas y sus posesiones y todo su ganado serán nuestros. Consentimos sólo en esto, y ellos morarán con nosotros (encontramos aquí que Jamor también practica el engaño; no era la idea de Siquén, él era más honorable que su padre, pero fue idea de su padre y de los demás varones de la ciudad).
    24 Y obedecieron a Jamor y a Siquén su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, a cuantos salían por la puerta de su ciudad (el que Jamor estuvo de acuerdo tan precipitadamente, nos hace llegar a la conclusión que la circuncisión era algo conocido por ellos y, también, algo que contaron como un precio pequeño que pagar por lo que creyeron que recibirían).
    25 Y sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, los dos hijos de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad confiadamente, y mataron a todo varón (no hay justificación para lo que hicieron estos hombres).
    26 Y dieron muerte a filo de espada a Jamor y a Siquén su hijo; y tomaron a Dina de casa de Siquén, y salieron.
    27 Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos y saquearon la ciudad; por cuanto habían amancillado a su hermana (incluso, los registros cronológicos de la guerra incivilizada escasamente registran un crimen más atroz).
    28 Tomaron sus ovejas y vacas y sus asnos, y lo que había en la ciudad y en el campo,
    29 Y toda su riqueza; se llevaron cautivos a todos sus niños y sus mujeres, y robaron todo lo que había en casa (¡debemos entender que ésta era la Iglesia de esa época!).
    30 Entonces dijo Jacob a Simeón y a Leví:  Me habéis turbado con hacerme abominable a los moradores de esta tierra, el Cananeo y el Ferezeo; y teniendo yo pocos hombres, se juntarán contra mí y me herirán, y seré destruido yo y mi casa (Jacob ve la mano de Satanás en todo esto y, él tiene razón, de no ser por la protección de Dios).
    31 Y ellos respondieron:  ¿Había él de tratar a nuestra hermana como a una ramera?


CAPÍTULO 35
(1732 a.C.)
BETEL

     1 y DIJO Dios a Jacob:  Levántate, sube a Betel, y habita allí (en resumen, es lo que el SEÑOR le había dicho a Jacob que hiciera cuando regresó por primera vez a Canaán. ¡Estar fuera de la Voluntad de Dios, como lo estaba Jacob, siempre invita al desastre!); y haz allí un Altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú. (Casi diez años han transcurrido desde que Jacob había vuelto a la Tierra Prometida. En esos diez años, el SEÑOR le había dicho a Jacob: «Regresa a tu Tierra, Yo soy el Dios de Betel». El SEÑOR no le dijo: «Yo soy el Dios de Sucot». ¡Pero él fue lento para obedecer este mandato! Y le costó caro.)
     2 Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudaos vuestros vestidos (cuando Jacob se entera que tiene que encontrarse en público con Dios en Betel, al instante se da cuenta que los ídolos no pueden tener comunión con aquella Casa y, por tanto, ordena la entrega de todos los dioses extraños que usaban en las manos y en las orejas, y enterrarlos bajo una encina en Siquén; éstos fueron traídos de Mesopotamia por los siervos de Jacob, los tales fueron adoptados en Canaán, o quizá eran posesión de las mujeres que fueron capturadas durante el reciente problema).
     3 Y levantémonos, y subamos a Betel (ahora por fin él «sube a Betel»; física y moralmente, fue en verdad un ascenso; ¡pero cuán lento había sido durante los últimos diez años para obedecer este mandato! Si él hubiera ido rápidamente a Betel cuando salió de Siria, y si hubiera «morado» allí, como le fue ordenado, ¡cuánto pecado y tristeza se hubiera evitado!); y haré allí Altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha sido conmigo en el camino que he andado. (El «Altar» era un Tipo de Cristo y de la muerte que Él moriría en la Cruz para redimir la humanidad caída. Fue el enfoque de la relación del hombre con Dios en tiempos del Antiguo Testamento, y sigue siendo lo mismo en el presente en la forma de la Cruz. Si la Cruz es quitada, ignorada, o puesta a un lado de cualquier forma, entonces cesa de ser Fe que Dios reconoce. La Fe que Dios reconoce es la que está anclada de lleno a la Cruz [Rom. 6:3-14; 8:1-2, 11; I Cor. 1:17-18, 21, 23; 2:2; Col. 2:14-15]).
     4 Así dieron a Jacob todos los dioses extraños que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquén. (En Siquén Jacob se reservó su Salvador y su Salvación para sí mismo, y permitió a su familia y su casa retener sus ídolos. Pero esto no puede permitirse si Dios va a ser reconocido y confesado en público como el Dios de Betel. ¡Hay que terminar con los «dioses extraños»!)
     5 Y partieron; y el terror de Dios fue sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no siguieron tras los hijos de Jacob (el SEÑOR los protegía, o hubieran sido asesinados por los enemigos que los rodeaban).
     6 Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán, ésta es Betel, él y todo el pueblo que con él estaba.
     7 Y edificó allí un Altar, y llamó el lugar El Betel (el «Dios de la Casa de Dios»), porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano (unos treinta años antes).
     8 Entonces murió Débora, nodriza de Rebeca, y fue sepultada al pie de Betel debajo de una encina; y se llamó su nombre la cual fue llamada Elón Bacut («la encina del llanto»; Rebeca era la madre de Jacob; sin duda, estaba muy apegado a Débora, quien fue una sierva de su madre durante muchos años; y él la extrañaría mucho).
     9 Y se le apareció otra vez Dios a Jacob, cuando se había vuelto de Padán Aram, y le bendijo (esto sucedió unos diez años antes, cuando Jacob luchó con el SEÑOR; vale notar que el SEÑOR no le apareció a Jacob mientras estuvo en Sucot, con excepción de cuando le habló para decirle que saliera del lugar. No podemos recibir Revelación del SEÑOR respecto a la bendición, a menos que estemos en el centro de la Voluntad de Dios).
    10 Y le dijo Dios:  Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob, sino Israel será tu nombre; y Él (Dios) llamó su nombre Israel (el cambio de nombre dado a Jacob unos diez años atrás en Peniel fue hecho posiblemente porque el Patriarca temía que él hubiera perdido la Bendición; pero el llamamiento de los dones de Dios no cambia).
    11 Y le dijo Dios:  Yo soy el Dios Todopoderoso (El Shaddái, el que es todo suficiente):  crece y multiplícate (lo que sólo se puede hacer con las Bendiciones del SEÑOR); una Nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos (y así fue).
    12 Y la Tierra que Yo he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu simiente después de ti daré la Tierra. (Satanás ha luchado en contra de esto desde aquel entonces hasta ahora. Los últimos en una larga línea de opositores son los Palestinos; sin embargo, debe saberse, lo que Dios dice que va a suceder, sucederá. En la Edad del Reino venidero, Israel poseerá en su totalidad todo lo que Dios ha prometido.)
    13 Y subió Dios de él, en el lugar donde había hablado con él.
    14 Y Jacob erigió un pilar en el lugar donde Él había hablado con él, un pilar de piedra (un Tipo de Cristo); y derramó sobre él una Ofrenda de Libación (la primera mención de una «Ofrenda de Libación» en Las Escrituras), y echó sobre él aceite. (Esta Piedra prefigura a Cristo como la Roca de la Eternidad, ungida con el Espíritu Santo, tipificado por el aceite, y llenado con el gozo de Dios, tipificado por la «Ofrenda de Libación».)
    15 Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Betel (Casa de Dios).

BENJAMÍN

    16 Y partieron de Betel; y había aún como media legua de tierra para llegar a Efrata, cuando dio a luz Raquel, y tuvo gran dificultad en su parto.
    17 Y aconteció que cuando estaba en lo más duro del parto, le dijo la partera:   No temas que también tendrás este hijo (la partera está hablando de la profecía dada a Raquel cuando nació José, que «me añadirá el SEÑOR otro hijo» [30:22-24]).
    18 Y cuando su alma partía, (pues murió) llamó su nombre Benoní; pero su padre lo llamó Benjamín. (La naturaleza dolorosa le llama «Benoní», es decir, «hijo de mis dolores». La Fe lo llama «Benjamín», o sea, hijo de mi diestra». Esto es precisamente el cuadro profético de Aquel Quien sería primero el «Varón de Dolores», y luego el «Varón a la Diestra de Dios».)
    19 Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén (ella fue sepultada donde unos 1.700 años después nacería el Hijo de Dios).
    20 Y puso Jacob un pilar sobre su sepultura; éste es el pilar de la sepultura de Raquel hasta hoy.
    21 Y partió Israel (a través del Capítulo, el Patriarca es llamado Jacob, excepto en los Versículos 21-22, donde tres veces el Espíritu Santo le llama Israel; ¡qué extraña parece esta contradicción a la sabiduría humana! Jacob es su nombre de debilidad, Israel, de fuerza; sin embargo sólo se le llama Israel en conexión con su nomadismo y deshonra. Cuando somos débiles, Él es fuerte [II Cor. 12:10]), y tendió su carpa más allá de Migdal Edar.
    22 Y aconteció que mientras Israel moraba en aquella tierra, que fue Rubén y durmió con Bilhá la concubina de su padre; y se enteró Israel de ello. Ahora bien, los hijos de Jacob fueron doce (con este pecado, Rubén, el primogénito, perdió la primogenitura; Jesús no nacería a través de ese linaje, sino a través de la Tribu de Judá).
    23 Los hijos de Lea:  Rubén, el primogénito de Jacob, Simeón, Leví, Judá, Isacar y Zabulón;
    24 Los hijos de Raquel:  José y Benjamín;
    25 Y los hijos de Bilhá, sierva de Raquel:  Dan y Neftalí;
    26 Y los hijos de Zilpá, sierva de Lea:  Gad y Aser. Éstos fueron los hijos de Jacob que le nacieron en Padán Aram. (Los doce hijos de Jacob están incluidos en la lista aquí, quienes encabezarían las Tribus de Israel, con Manasés y Efraín tomando el lugar de José, sumando un total de trece. En realidad eran trece Tribus, contando Leví, la cual era la Tribu Sacerdotal.)

la muerte de isaac

    27 Y vino Jacob a Isaac su padre a Mamré, a la ciudad de Arbá, que es Hebrón, donde habitaron Abraham e Isaac.
    28 Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años (180 años).
    29 Y exhaló Isaac el espíritu, y murió, y fue reunido a su pueblo, anciano y lleno de días; y lo sepultaron Esaú y Jacob sus hijos. (Pusieron a Isaac junto a sus grandes antepasados en el lugar de sepultura de la familia en Macpela, donde yacían los cuerpos de Abraham y Sara, esperando la Resurrección, mientras su espíritu se fue a acompañar a los suyos en un lugar mejor, aún Celestial. Jacob estaba con Isaac cuando él murió, y Esaú vino al sepulcro.)


Salmo 82:
Dios preside el consejo celestial; entre los dioses dicta sentencia: "¿Hasta cuándo defenderán la injusticia y favorecerán a los impíos? Selah. Defiendan la causa del huérfano y del desvalido; al pobre y al oprimido háganles justicia. Salven al menesteroso y al necesitado; líbrenlos de la mano de los impíos. "Ellos no saben nada, no entienden nada. Deambulan en la oscuridad; se estremecen todos los cimientos de la tierra. "Yo les he dicho: Ustedes son dioses; todos ustedes son hijos del Altísimo. Pero morirán como cualquier mortal; caerán como cualquier otro gobernante." Levántate, oh Dios, y juzga a la tierra, pues tuyas son todas las naciones.


Proverbios 8:
¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿No está elevando su voz la inteligencia? Toma su puesto en las alturas, a la vera del camino y en las encrucijadas. Junto a las puertas que dan a la ciudad, a la entrada misma, grita a voz en cuello: "A ustedes los hombres, los estoy llamando; dirijo mi voz a toda la humanidad. Ustedes los inexpertos, ¡adquieran prudencia! Ustedes los necios, ¡obtengan discernimiento! Escúchenme, que diré cosas importantes; mis labios hablarán con justicia. Mi boca expresará la verdad, pues mis labios detestan la mentira. Las palabras de mi boca son todas justas; no hay en ellas maldad ni doblez. Son claras para los entendidos, e irreprochables para los sabios. Opten por mi instrucción, no por la plata; por el conocimiento, no por el oro refinado. Vale más la sabiduría que las piedras preciosas, y ni lo más deseable se le compara. "Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción. Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso. Míos son el consejo y el buen juicio; míos son el entendimiento y el poder. Por mí reinan los reyes y promulgan leyes justas los gobernantes. Por mí gobiernan los príncipes y todos los nobles que rigen la tierra. A los que me aman, les correspondo; a los que me buscan, me doy a conocer. Conmigo están las riquezas y la honra, la prosperidad y los bienes duraderos. Mi fruto es mejor que el oro fino; mi cosecha sobrepasa a la plata refinada. Voy por el camino de la rectitud, por los senderos de la justicia, enriqueciendo a los que me aman y acrecentando sus tesoros. "El Señor me dio la vida como primicia de sus obras, mucho antes de sus obras de antaño. Fui establecida desde la eternidad, desde antes que existiera el mundo. No existían los grandes mares cuando yo nací; no había entonces manantiales de abundantes aguas. Nací antes que fueran formadas las colinas, antes que se cimentaran las montañas, antes que él creara la tierra y sus paisajes y el polvo primordial con que hizo el mundo. Cuando Dios cimentó la bóveda celeste y trazó el horizonte sobre las aguas, allí estaba yo presente. Cuando estableció las nubes en los cielos y reforzó las fuentes del mar profundo; cuando señaló los límites del mar, para que las aguas obedecieran su mandato; cuando plantó los fundamentos de la tierra, allí estaba yo, afirmando su obra. Día tras día me llenaba yo de alegría, siempre disfrutaba de estar en su presencia; me regocijaba en el mundo que él creó; ¡en el género humano me deleitaba! "Y ahora, hijos míos, escúchenme: dichosos los que van por mis caminos. Atiendan a mi instrucción, y sean sabios; no la descuiden. Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. En verdad, quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor del Señor. Quien me rechaza, se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la muerte."

El Libro de Primera Corintios Capítulo 12 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:


LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS


CAPÍTULO 12
(59 d.C.)
LOS DONES ESPIRITUALES


Y ACERCA de los Dones Espirituales (en este caso, tiene que ver con los nueve Dones del Espíritu delineados en los Versículos 8 al 10), no quiero, Hermanos, que ignoréis (proclama el Espíritu de Dios, a través de Pablo, diciendo que Él quiso que la totalidad de la Iglesia supiera acerca de estos Dones).
2 Sabéis que cuando erais Gentiles (significa que, antes de su conversión, ellos no tenían conocimiento de Dios), ibais, como erais llevados, a los ídolos mudos. (Ellos fueron llevados ante todo por la superstición y la brujería.)
3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema a Jesús (el Espíritu Verdadero de Dios nunca haría tal cosa; por eso aquellos que hacían eso, no eran de Dios): y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. (Cualquier otra manera sería incorrecta. Es el Espíritu Santo Solo, Quien revela el Señorío de Cristo al Creyente.)
DIVERSIDADES
4 Empero hay repartimiento de Dones (tipos diferentes de Dones), pero es el mismo Espíritu (todo esto significa que el Espíritu Santo nunca se contradice).
5 Y hay repartimiento de Ministerios (diferentes Servicios, Ministerios, Oficinas), pero es el mismo Señor. (Cristo es El Que asigna los diferentes Ministerios, y entonces el Espíritu Santo lleva a cabo la función. Al igual, Cristo nunca se contradice.)
6 Y hay diversidades de Operaciones (varias maneras como obran los Dones), mas el mismo Dios es Quien obra todas las cosas en todos (tiene referencia al hecho de que es Dios el Padre Quien estimula todas las cosas y todas las maneras).
EL PROPÓSITO
7 Empero a cada uno le es dada manifestación del Espíritu (pertenece a lo que los Dones hacen manifiesto o revelado) para provecho. (Si se permite que los Dones funcionen correctamente, que, sin duda alguna, ellos harían si el Espíritu Santo tiene Su Voluntad, todos sacarían provecho.)
LOS NUEVE DONES
8 Porque a la verdad, a éste es dada por el Espíritu (el Espíritu Santo es El Que lleva a cabo las instrucciones de Cristo, con relación a quién recibe cuál Don) Palabra de Sabiduría (la información acerca del futuro, con respecto a la gente, sitios o cosas); a otro, Palabra de Ciencia (concierne el pasado o el presente, con relación a personas, sitios o cosas; hay que observar que es la Palabra de, la que significa una pequeña cantidad) según el mismo Espíritu (es el Espíritu Santo Quien funciona en todos estos Dones);
9 A otro, Fe (Fe especial) por el mismo Espíritu; y a otro, Dones de Sanidades (oración por los enfermos) por el mismo Espíritu;
10 A otro, operaciones de Milagros (cosas extraordinarias); y a otro, Profecía (es para edificación, exhortación y consolación [I Cor. 14:3]; no tiene nada que ver con la Oficina del Profeta); y a otro, discernimiento de espíritus (ya sea el Espíritu de Dios, espíritus humanos o espíritus malignos); y a otro, géneros de lenguas (tiene la intención de ser interpretado); y a otro, interpretación de lenguas:
EL REPARTIMIENTO
11 Mas todas estas cosas obra uno y el mismo Espíritu (todas las capacidades y los poderes de los Dones son producidos y obrados por la energía del Espíritu), repartiendo particularmente a cada uno como Él (el Espíritu Santo) quiere. (Todo el repartimiento es a discreción del Espíritu Santo, lo que significa que los hombres o las mujeres no pueden impartir Dones a otras personas. ¡Es esfera del Espíritu Solo!)
UN SOLO CUERPO
12 Porque de la manera que el Cuerpo (la Iglesia) es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del Cuerpo, siendo muchos, son un Cuerpo (la Iglesia como el Cuerpo de Cristo); así también Cristo (presenta al Salvador como unidad en multiplicidad, como es la Iglesia).
13 Porque por un Espíritu (el Espíritu Santo Solo hace esto) somos todos bautizados en un Cuerpo (en la Salvación, el Espíritu Santo Bautiza al pecador Creyente en el Cuerpo de Cristo, que es la experiencia de Nacer de Nuevo; no se refiere al Bautismo en Agua), ya sea Judíos o Griegos, ya sea siervos o libres (todos deben venir de la misma manera, por medio y a través de Jesucristo y lo que Él hizo por nosotros en la Cruz); y todos hemos bebido de un mismo Espíritu. (El Espíritu Santo es el agente Quien afecta la obra de la Redención realizada en nuestras vidas, que es hecho posible por la Muerte, Sepultura, Resurrección, Ascensión y Exaltación de Cristo.)
14 Pues ni tampoco el cuerpo (cuerpo humano) es un miembro, sino muchos.
15 Si dijere el pie, Porque no soy mano, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo?
16 Y si dijere la oreja, Porque no soy ojo, no soy del cuerpo; ¿por eso no será del cuerpo? (Sólo porque estos órganos diversos son diferentes en sus funciones no los hace menos útiles para el funcionamiento acertado de la totalidad del cuerpo humano.)
17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? (Para que un cuerpo humano sea sano, tiene que tener diversos órganos diferentes.)
18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo (cuerpo humano), como quiso.
19 Que si todos fueran un miembro, ¿dónde estuviera el cuerpo? (Si el cuerpo humano fuera un gran ojo o un oído grande, etc., ya no sería un cuerpo, sino una monstruosidad.)
20 Mas ahora muchos miembros son a la verdad, empero un cuerpo.
21 Ni el ojo puede decir a la mano, No te necesito: ni asimismo la cabeza a los pies, No tengo necesidad de vosotros (una interdependencia mutua en el cuerpo humano, que maravillosamente tipifica la interdependencia en el Cuerpo de Cristo).
22 Antes, mucho más los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son necesarios (todos desempeñan un papel importante, sin el cual habría una repercusión seria):
23 Y a aquellos del cuerpo que estimamos ser más viles, a éstos vestimos más honrosamente (probablemente se refiere a los órganos internos); y los que en nosotros son menos honrosos, reciben un trato con más honra (en referencia a cubrirse y vestirse).
24 Porque los que en nosotros son más honrosos, no tienen necesidad (los honrosos, no requieren la misma atención que otros): mas Dios ordenó el cuerpo (dar dignidad a todos, pero una dignidad especial a las partes inferiores), dando más abundante honor al que le faltaba:
25 Para que no haya desavenencia en el cuerpo (la desunión y la interrupción); sino que los miembros todos se interesen los unos por los otros (todos debieran ser tratados por igual).
26 De esta forma si un miembro padece, todos los miembros a una se duelen (lo presenta en la manera que debe ser); y si un miembro es honrado, todos los miembros regocijan con él.
27 Pues vosotros sois el Cuerpo de Cristo (se refiere a la Iglesia), y miembros en parte. (Cada persona en la Iglesia que verdaderamente es Nacida de Nuevo.)
28 Y a unos puso Dios en la Iglesia (el hombre o las denominaciones religiosas no pueden poner, pues es la esfera de Dios en su totalidad), primeramente Apóstoles (los Apóstoles llamados por Dios marcan las pautas para la Iglesia debido al Mensaje especial que Dios les ha dado), luego Profetas (tiene la intención de incluir a los Evangelistas también, justo como los Maestros tienen la intención de incluir a los Pastores; los Profetas tienen la misma función bajo el Nuevo Convenio como el Antiguo, con una excepción; los Apóstoles han tomado su lugar en la esfera del Liderazgo; además, es la Oficina del Profeta), lo tercero Maestros (aquellos que explican la Palabra); luego Milagros (un Don particular del Espíritu); luego Dones de Sanidades (los ejemplos de los Dones del Espíritu que deben funcionar en el Ministerio), Ayudas (toda clase de ayuda que Dios establece en la Iglesia, independientemente de lo que podría ser), Administraciones (aquellos que procuran mantener la Iglesia estrictamente en el Gobierno de Dios, con todas sus muchas funciones), Géneros (muchas lenguas diferentes, pero desconocidas por el orador y normalmente desconocidas por el oyente) de Lenguas (el Don que requiere interpretación).
29 ¿Son todos Apóstoles? ¿Son todos Profetas? ¿Son todos Maestros? ¿Son todos obradores de Milagros? (Hay diferentes Oficinas y Dones, pero todos son necesarios, así como todos los órganos del cuerpo físico son necesarios.)
30 ¿Tienen todos Dones de Sanidad? (La respuesta es obviamente No.) ¿Hablan todos lenguas? (Pablo no se dirige al Bautismo con el Espíritu inicial, que es siempre y sin excepción alguna acompañado con el hablar en otras Lenguas, sino que se dirige al Don de Lenguas, lo que no todos tienen, aunque esté Bautizado con el Espíritu.) ¿Interpretan todos? (¡Nuevamente, la respuesta es No, pero algunos sí!)
31 Empero procurad los mejores Dones (en esencia, se refiere a lo que el Espíritu Santo quiere que tenga un Creyente en particular): mas aún yo os muestro un camino más excelente. (Se refiere al Fundamento del Amor que debe apoyar todo lo que tenemos y hacemos en el Señor, al cual el Apóstol se dirige en el siguiente Capítulo.)


Primera Corintios Capítulo 13:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebreos 10:35-12:4
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romanos 8:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no vivan según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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