26 December 2012

El 26 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria


El 26 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria:
Génesis 18 a 20:



CAPÍTULO 18
(1898 a.C.)
LOS VISITANTES CELESTIALES

     1 y SE LE APARECIÓ (a Abraham) el SEÑOR en el valle de Mamré, y estando él sentado a la puerta de su carpa en el calor del día (el Primer Versículo de este Capítulo confirma la experiencia del Cristiano que una Revelación fresca del SEÑOR para el alma sigue a la obediencia a un mandato Divino — Williams).
     2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres Varones que estaban junto a Él (de pie junto al SEÑOR; éstos eran Ángeles); y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su carpa a recibirlos, y se inclinó hacia la tierra (implica adoración, porque él se daba cuenta que Éste era el SEÑOR),
     3 Y dijo:  SEÑOR, si ahora he hallado gracia en Tus ojos, Te ruego que no pases de Tu siervo (Abraham había hallado favor delante de Dios, pero sólo y por medio de la Fe que él mostró).
     4 Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad Vuestros Pies; y descansad debajo de un árbol (el SEÑOR y los ángeles no necesitan tales cosas; sin embargo, el «lavado de los pies» y el «descanso» simbolizan una Verdad Espiritual; se refiere a la humildad que se requiere de parte de los Creyentes y, además, el «descanso» que sólo el SEÑOR puede proporcionar),
     5 Y traeré un bocado de pan, y confortad Vuestro Corazón (el pan es un Tipo de la Palabra de Dios y, además, del SEÑOR Jesucristo [Jn. 6:35]; cuando Abraham dio pan al SEÑOR, junto con Sus acompañantes Angelicales, declara lo que el SEÑOR hará para toda la humanidad y, sobre todo, que Él sería en realidad aquel pan; este es el «pan» que satisface toda hambre espiritual); después pasaréis (pero no antes de que yo os demuestre la dignidad y el respeto que merecéis); pues por eso habéis pasado cerca de Vuestro Siervo. Y ellos dijeron:  Haz así como has dicho (al recibir con favor al SEÑOR garantiza la bendición).
     6 Entonces Abraham fue de prisa a la carpa a Sara, y le dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz panes cocidos debajo del rescoldo (la actividad espiritual en el corazón de un siervo de Cristo despierta la actividad en el corazón de los demás siervos).
     7 Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al mozo, éste se apresuró a prepararlo (así como se mataría el becerro, del mismo modo se haría con el Hijo de Dios, todo lo cual era un Tipo).
     8 Tomó también manteca y leche, y el becerro que había aderezado, y lo puso delante de Ellos; y él estaba junto a Ellos debajo del árbol, y comieron (Jesús nos dijo que también debemos comer; me refiero al «comer de Cristo», que, en efecto, habla de manifestar la Fe en Él y lo que Él ha hecho por nosotros en la Cruz [Jn. 6:53-58, 63]).

SARA

     9 Y Ellos (el SEÑOR y los Ángeles) le dijeron (a Abraham):  ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió:  Aquí en la carpa (uno de los más grandes anuncios que jamás se ha hecho en la historia de la humanidad ahora está por manifestarse).
    10 Entonces Él (el SEÑOR) dijo:  De cierto volveré a ti según el tiempo de la vida (según este tiempo el próximo año); y he aquí, que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la carpa, que estaba detrás de Él.
    11 Y Abraham y Sara eran viejos, entrados en días (Abraham tenía 100 años y Sara 90); y a Sara había cesado ya la costumbre de las mujeres.
    12 Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo:  ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi SEÑOR (Abraham) ya viejo? (La incredulidad hace tímidos y mentirosos a los hombres. Sara se ríe con incredulidad, y luego, por miedo, niega el hecho. Sin embargo, a pesar de su incredulidad, y a pesar del éxito aparente de Satanás en haber retrasado el nacimiento de un hijo hasta que era imposible para la naturaleza — a pesar de todo, las poderosas palabras de Gracia y Promesa se proclaman — «¡Sara tendrá un hijo!»)
    13 Entonces el SEÑOR dijo a Abraham:  ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja? (En Las Escrituras hallamos risa de fe y risa de incredulidad. Salmo 126:2 es la primera y Mateo 9:24 la segunda. La risa de Sara fue de incredulidad.)
    14 ¿Hay para Dios alguna cosa difícil? (el Hebreo en realidad dice: «¿Hay algo demasiado maravilloso para Jehová?») Al tiempo señalado volveré a ti, según el tiempo de la vida, y Sara tendrá un hijo.
    15 Entonces Sara negó diciendo:  No me reí (ella mintió); porque tuve miedo (la incredulidad produce temor). Y Él dijo:  No es así, sino que te has reído (el SEÑOR la reprende suavemente).

SODOMA Y GOMORRA

    16 Y los Varones (el SEÑOR y los Ángeles) se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma (no fue una Mirada de Gracia, por razón de su gran pecado); y Abraham iba con ellos acompañándolos (caminó una corta distancia con Ellos).
    17 Y el SEÑOR dijo:  ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer (el secreto del SEÑOR está con los que Le temen),
    18 Habiendo de ser Abraham una Nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la Tierra? (Ambas predicciones se cumplieron exactamente como fue dicho por el SEÑOR.)
    19 Porque yo lo he conocido, sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí (el Hebreo en realidad dice: «le He conocido a él a fin de que él mande a sus hijos»), para que guarden el Camino del SEÑOR, haciendo justicia y juicio (esa es también la responsabilidad de la Iglesia moderna, pero que por regla general ha sido abrogada), para que haga venir el SEÑOR sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él (mirando hacia atrás desde el tiempo presente hasta la época de Abraham, todo se ha cumplido exactamente como lo prometió el SEÑOR).
    20 Entonces el SEÑOR le dijo:  Por cuanto el clamor de Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo (el pecado de estas dos ciudades hermanas llegó a ser tan grande que amenazaba con la contaminación de la totalidad de esa parte del mundo; por lo tanto, tuvieron que ser destruidas; en otras palabras, el SEÑOR tuvo que realizar una cirugía mayor, igual como actualmente hace un cirujano a fin de salvar al paciente).
    21 Descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta Mí; y si no, lo sabré (todo pecado es propiamente ofensivo a los Ojos del Todopoderoso; pero algunas formas de maldad son más insolentemente presuntuosas o más intrínsecamente aborrecibles que otras, y de ese especie fueron los pecados de Sodoma; la frase, «lo sabré» no significa que Dios no lo sabía, porque Él sabe todas las cosas, pasado, presente y futuro; la declaración tiene referencia a la Perfecta Justicia de Dios; en el Juicio, no se podrá reclamar la indiferencia o injusticia de parte de Dios [Apoc. 20:11-15]).
    22 Y se apartaron de allí (de Abraham) los Varones (los dos Ángeles), y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante del SEÑOR (después de que el SEÑOR explica a Abraham lo que estaba a punto de hacer, Abraham ahora intercede por Lot).

LOT

    23 Y se acercó Abraham y dijo:  ¿Destruirás también al justo con el impío (él estaba pensando en Lot)?
    24 Quizá haya cincuenta justos dentro de la ciudad:  ¿Destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él (por esta descripción vemos cuán importante son los justos, como participan en el régimen global de las cosas)?
    25 Lejos de Ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El Juez de toda la Tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo? (Podemos tener confianza en que el Juez de la Tierra hará lo correcto. ¡El SEÑOR es ese Juez!)
    26 Entonces respondió el SEÑOR:  Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor de ellos.
    27 Y Abraham replicó y dijo:  He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi SEÑOR, aunque soy polvo y ceniza (aquí vemos la humildad del gran Patriarca).
    28 Quizá faltarán de cincuenta justos cinco: ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco.
    29 Y  (Abraham) volvió a hablarle (al SEÑOR), y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió:  No lo haré por amor de los cuarenta.
    30 Y dijo:  No se enoje ahora mi SEÑOR, si hablare (creo que se puede decir fácilmente que el SEÑOR se deleita en el Creyente que persevera, en lo que se refiere a peticiones y deseos); Quizá se hallarán allí treinta. Y respondió:  No lo haré si hallare allí treinta.
    31 Y dijo:  He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi SEÑOR; Quizá se hallarán allí veinte. No la destruiré, respondió, por amor de los veinte.
    32 Y volvió a decir:  No se enoje ahora mi SEÑOR, si hablare solamente esta vez; Quizá se hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor de los diez. (Esto atestigua verdadera Intercesión.)
    33 Y se fue el SEÑOR, luego que acabó de hablar con Abraham; y Abraham se volvió a su lugar. (Mientras el SEÑOR ahora va por Su camino, no lo hace hasta que Abraham deja de presentar su petición. Abraham dejó de pedir antes que Dios dejara de seguir concediendo.)

CAPÍTULO 19
(1898 a.C.)
DOS ÁNGELES

     1 llegaron, pues, los dos Ángeles (anteriormente se refirió a ellos como dos hombres) a Sodoma a la caída de la tarde; Lot estaba sentado junto a la puerta de Sodoma (Lot sentado a la puerta probablemente denota posición y autoridad; incluso él pudo haber sido el alcalde de Sodoma); y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo (por esta acción, es posible que los dos Ángeles revelaron a Lot en esta oportunidad quienes eran ellos y la misión que traían),
     2 Y dijo:  Ahora, pues, mis Señores, os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo, y os hospedéis, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis, y seguiréis vuestro camino (respecto a Abraham y a Lot, el SEÑOR se quedó para tener comunión con el Patriarca, mientras que solo envió a Sus dos Ángeles a Sodoma y Gomorra para tratar con Lot). Y ellos respondieron:  No, que en la plaza nos quedaremos esta noche (los Ángeles, ni siquiera deseaban entrar en la casa de Lot; ¡qué reprimenda!).
     3 Pero él (Lot) insistió tanto, y se vinieron con él, y entraron en su casa (los Ángeles, fueron presionados a aceptar la hospitalidad del sobrino que antes gustosamente aceptaron de parte del tío. La relación con el mundo estorba y limita la comunión y hace apática el alma); y les hizo banquete, y coció panes sin levadura, y comieron (el «Pan sin levadura» habla de Cristo).

LA TURBA

     4 Y antes que se acostasen (para pasar la noche), cercaron la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma (homosexuales), todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo; (El principio del mal, que la Biblia llama «pecado», y que ha causado tanta ruina a la naturaleza humana, dolorosamente aparece en este Capítulo. Sodoma es el resultado final de la mente reprobada [Rom. 1:24-28].)
     5 Y llamaron a Lot, y le dijeron:  ¿Dónde están los Varones que vinieron a ti esta noche? (el pecado de la homosexualidad fue el principal pecado que dio lugar a la destrucción de Sodoma y Gomorra [Jud., vv. 6-7]) sácanoslos, para que los conozcamos (las palabras «los conozcamos» se referían al vil acto homosexual).
     6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí (aseguró la puerta de su casa, para que estos hombres depravados no pudieran entrar),
     7 Y dijo:  Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad (el Texto marca este pecado como indescriptiblemente vil, al decirnos que ellos demandaron que Lot llevara afuera a sus invitados a fin de que pudieran seducirlos públicamente y a la vista de toda la población; ellos habían perdido todo sentido de vergüenza y decencia, porque no intentaron perpetrar en secreto este vergonzoso vicio).
     8 He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré afuera, y haced de ellas como bien os pareciere (la sabiduría de un Creyente tibio siempre es imperfecta, como es evidente aquí); solamente a estos Varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi techo (no podemos beneficiarnos del mundo y, a la vez, dar testimonio eficaz en contra de su maldad.).
     9 Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron:  Vino éste aquí para habitar como extranjero, ¿y quiere hacerse juez (sin embargo parece que Lot había pronunciado en contra de estas cosas con tanta frecuencia que los hombres de Sodoma lo acusaron de querer desempeñar el papel de juez)? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta. (Debido a que Abraham había rescatado a muchos Sodomitas de Quedorlaómer, evidentemente estos homosexuales habían declarado a Lot, sobrino de Abraham, de ser zona prohibida. Pero ahora, debido a la protección que Lot proporcionó a los dos Ángeles, ellos están quebrantando su compromiso.)

LOS ÁNGELES

    10 Entonces los Varones (los dos Ángeles) alargaron la mano (abrieron la puerta y tomaron a Lot), y metieron a Lot en casa con Ellos, y cerraron la puerta (poco sabían estos pervertidos quienes eran en realidad estos hombres).
    11 Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor; pero ellos se fatigaban buscando la puerta (en el Hebreo realmente significa que no estaban totalmente ciegos, sino que no veían bien).

LOT

    12 Y dijeron los Varones (los Ángeles) a Lot:  ¿Tienes aquí algunos más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar (intentar reprender al mundo, mientras nos beneficiamos al asociarnos con ellos, es vanidad; por lo tanto, fue igual con el testimonio de Lot a sus yernos).
    13 Porque vamos a destruir este lugar (ha sucedido, sin duda, muchas veces en muchos lugares en la historia del pasado), por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante del SEÑOR (todo pecado está contra Dios, que por último, si no hay arrepentimiento, terminará en juicio); por tanto el SEÑOR nos ha enviado para destruirlo.

LOS YERNOS

    14 Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas (estaban por casarse), y les dijo:  Levantaos, salid de este lugar; porque el SEÑOR va a destruir esta ciudad. Pero pareció a sus yernos como que se burlaba (entre más se aproxima el mundo al fin, más se burla de las advertencias Divinas dadas a los impíos).

LOT LIBERADO

    15 Y al rayar el alba, los Ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu mujer, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad (como los Ángeles apresuraron a Lot, también el Espíritu Santo está apresurando a la Iglesia moderna, respecto al Arrebatamiento).
    16 Y deteniéndose él (Lot), los Varones (los dos Ángeles) asieron de su mano, y de la mano de su mujer, y de las manos de sus dos hijas según la misericordia del Señor para con él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad (la paciencia tierna de los Ángeles con este pobre hombre lento para actuar, fue muy conmovedor; su causa se manifiesta en las palabras, «según la misericordia del Señor para con él»).
    17 Y fue que cuando (los dos Ángeles) los hubo sacado fuera, (uno de los Ángeles) dijo:  Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas (Dios demandó de ellos que de corazón y voluntad abandonaran las ciudades condenadas).
    18 Y Lot le dijo:  No, yo te ruego, Señor mío (parece que ahora Jehová mismo, aunque no se menciona, aparece en escena).
    19 He aquí ahora ha hallado Tu Siervo gracia en Tus ojos, y has engrandecido Tu Misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; pero yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal y muera (la insensatez de Lot en demorarse y además, preferir su propio lugar de seguridad en lugar del que fue propuesto por los Ángeles, ilustra la profunda incredulidad del corazón).
    20 He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; escaparé ahora allá, (¿no es ella pequeña?) y vivirá mi alma (cuando la gente está en la Voluntad de Dios no comete necedades; es cuando intentan funcionar siendo desobedientes que se convierten en necios en sus decisiones).
    21 Y Él (el Señor) le respondió:  He aquí he recibido aquí tu súplica sobre esto (su pedido de ir a una pequeña ciudad en lugar del monte), y no destruiré la ciudad de que has hablado (fue una oración que Lot luego deseó que no hubiera sido contestada positivamente. El Creyente debe cuidarse de pedir según la Voluntad de Dios).
    22 Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que allí hayas llegado. (El Señor había prometido a Abraham que perdonaría la vida de Lot; por lo tanto, la destrucción no llegó a Sodoma y Gomorra hasta que Lot fue quitado y trasladado con seguridad, En cierto sentido, esto caracteriza el Arrebatamiento venidero de la Iglesia; el Juicio de Dios, que está por venir a este mundo, realmente, no puede ejecutarse hasta que los Creyentes sean quitados [I Tes. 5:9].) Por esto fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar (la ciudad en la cual el Señor permitió a Lot llegar).

LA DESTRUCCIÓN

    23 El sol salía sobre la Tierra, cuando Lot llegó a Zoar.
    24 Entonces llovió el Señor sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte del Señor desde los cielos (el Señor, a Quien hoy conocemos como Dios el Hijo, pidió juicio del Señor del cielo, a Quien hoy conocemos como Dios el Padre; y el Espíritu Santo Quien inspiró la escritura de esto, representa entonces la Trinidad);
    25 Y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra (todas las ciudades de la llanura fueron destruidas, excepto Zoar; la causa fue sobrenatural, no natural; por lo tanto, como algunos han afirmado no se trató de un terremoto).

LA ESPOSA DE LOT

    26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él (desobedeció la Palabra del Señor [v. 17]; el Hebreo significa que «ella siguió mirando hacia atrás detenidamente, tristemente, con añoranza y deseo;» su Corazón estaba en Sodoma, por lo tanto su alma estaba en Sodoma, también; lamentable y tristemente, ahora está en el Infierno), y se volvió estatua de sal (Jesús hizo recordar este episodio al mundo al decirlo deliberada­mente: «Acordaos de la mujer de Lot» [Luc. 17:32]).

ABRAHAM

    27 Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante del Señor (indica que él estaba en oración).
    28 Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno (estas ciudades estaban situadas en el extremo sur del Mar Muerto; la palabra «horno» indica que no era un fuego ordinario, sino que el calor era tan intenso que lo fundió todo, y no quedó nada).
    29 Así fue que, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, se acordó Dios de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba (las palabras, «se acordó Dios de Abraham,» declara que la petición intercesora de Abraham no quedó sin respuesta; en este caso, Abraham era un Tipo de Cristo, que sirve como mediador entre Dios y Lot).

MOAB Y BEN AMÍ

    30 Pero Lot subió de Zoar, y habitó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar (después de haber desobedecido al Señor, ahora Lot vive en temor; teme de que Dios destruirá Zoar también y, por lo tanto se traslada a un monte cercano) y se alojó en una cueva, él y sus dos hijas (su riqueza una vez había sido tan grande que él y Abraham no pudieron habitar juntos por la cantidad de sus rebaños; pero ahora habita en una cueva, siendo ésta su miserable hogar; riqueza o no riqueza, no hay beneficio en seguir la dirección de Satanás).
    31 Entonces la mayor dijo a la menor:  Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la Tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la Tierra (la preservación del linaje familiar era importante en los antiguos tiempos; puesto que Lot ya era viejo, y ahora pobre, con todas sus efectos personales destruidos junto con Sodoma, sus hijas no vieron indicio alguno de matrimonio; por eso ahora, van a cometer un pecado monstruoso).
    32 Ven, demos a beber vino a nuestro padre (la segunda ocasión en la Biblia que la palabra «vino» se utiliza para indicar la bebida intoxicante, la primera ocasión siendo la de Noé [9:20-22]; la alternativa para un hijo de Dios es la abstinencia total de bebidas intoxicantes), y durmamos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia. (Sus propias hijas lo embriagaron y en su embriaguez él se convierte en el instrumento para traer a existencia a los Amorreos y los Moabitas — los determinados enemigos del pueblo de Dios. ¡Esto contiene un enorme volumen de solemne instrucción!)
    33 Y dieron a beber vino a su padre aquella noche; y entró la mayor, y durmió con su padre; pero él no supo cuando se acostó ella, ni cuando se levantó (no fue una orgía de borrachera, pero sí, un pecado asqueroso; la causa fue falta de fe, como la causa de todo pecado es falta de fe).
    34 El día siguiente dijo la mayor a la menor: He aquí yo dormí la noche pasada con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y duerme con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia (los detalles de este relato indican claramente que Lot, cuando se fue a la cueva del monte, intentaba escapar de sus problemas, no por medio de llevarlos al Trono de Dios, donde todos los Creyentes deben llevarlos, sino por medio de ahogarlos en el olvido).
    35 Y dieron de beber a su padre también aquella noche; y se levantó la menor, y durmió con él; pero no echó de ver cuando se acostó ella, ni cuando se levantó (al tener en cuenta que estas hijas se habían criado en Sodoma, por lo menos durante una buena parte de su vida, no fue extraño que la hija mayor sugiriera el incesto como la única forma que ellas podrían preservar el linaje familiar; ellas habían sido fuertemente influenciadas por las bajas normas morales de su ambiente).
    36 Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre (después de esto, Lot desaparece de la historia sagrada, ni siquiera su muerte se registra; aunque no hay prueba Bíblica, se cree que Abraham recibió a Lot y sus hijas en su casa y los sostenía).
    37 Y la mayor dio a luz un hijo, y llamó su nombre Moab (significa «de mi padre»), el cual es padre de los Moabitas hasta hoy.
    38 La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben Amí (significa «hijo de mi pueblo»), el cual es padre de los Amonitas hasta hoy (a pesar de su despreciable principio, el Señor mostró preocupación por ellos como descendientes de Lot [Deut. 2:9, 19], pero lamentablemente más tarde se convirtieron en enemigos de Israel [I Sam. 14:47; II Rey. 3:5; II Crón. 20:1, 22]).

CAPÍTULO 20
(1898 a.C.)
ABRAHAM Y ABIMELEC

     1 dE allí partió Abraham a la tierra del Néguev, y se acampó entre Cades y Sur, y habitó como forastero en Guerar. (El pecado y la miseria que años antes fue el resultado de viajar «hacia al sur del país» debería haberle enseñado a nunca moverse en esa dirección. Pero el hombre, como es, nunca aprende ni puede aprender lecciones espirituales. Aquí hallaremos que el pecado es tan odioso en el varón de Dios como lo es en el hombre del mundo, y su culpa es mayor. Abraham debió disgustarse demasiado por el poder de la incredulidad en su sobrino Lot, pero ¿se disgustó igual por el poder del mal en sí mismo, como lo describe este Capítulo?)
     2 Y dijo Abraham de Sara su mujer:  Mi hermana es (Abraham una vez más abandona el camino de la Fe; y, al negar que ella es su esposa, se hunde en una profunda degradación moral que es despreciable en extremo; nos damos cuenta que un pecado antiguo es un pecado fácil). Y Abimelec, rey de Guerar envió y tomó a Sara. (Su caída en esta ocasión fue más profunda que la anterior; porque él ya tiene la Promesa Divina de que ese mismo año, Sara llegaría ser la madre de un hijo milagroso. Por lo tanto, siempre y cuando el Cristiano ande en el camino de la Fe, está vestido con dignidad y ennoblecido con valentía. Pero, cuando se sale de ese camino, el cae aún más bajo que los hijos del Maligno.)
     3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo:  He aquí muerto eres a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. (Si Dios no hubiera intervenido, el pecado de Abraham habría sido desastroso. Debe notarse, Sara es de nuevo llamada por el Espíritu Santo la esposa de Abraham. El asunto de ser la «hermana« fue mencionado sólo por Abraham, y no por el SEÑOR. Aunque ella era hermanastra de Abraham, todavía, la afirmación de Abraham a Abimelec era la verdad a medias, por lo tanto, considerado por Dios como una mentira.)
     4 Pero Abimelec no se había llegado a ella; dijo pues: SEÑOR, ¿también a una nación justa matarás? (El Príncipe Filisteo, ya enterado de la destrucción de Sodoma y Gomorra, teme que él y su pueblo sufrirán la misma destrucción, a menos que el SEÑOR se pacifique.)
     5 ¿No me dijo él mismo:  Mi hermana es; y ella también dijo:  Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con inocencia de mis manos he hecho esto (en realidad, el hombre era inocente; fueron Abraham y Sara los que hicieron mal).
     6 Y le dijo Dios en sueños: Sí, yo sé que con sencillez de tu corazón has hecho esto; y también te detuve yo de pecar contra Mí; por eso no te permití tocarla.
     7 Ahora pues, devuelve la mujer a su marido; porque es Profeta, y orará por ti, y vivirás; y si no la devolvieres, sabe que de seguro morirás tú, y todos los tuyos. (Todos estos hechos ponen de manifiesto la inevitable verdad y dejan en claro, que Abraham por disposición natural y carácter, era tímido y falso. Sólo era noble cuando era vigorizado por la fe.
     8 Y por la mañana, madrugando Abimelec, llamó a todos sus siervos, y refirió en sus oídos todas esas palabras; Y los hombres temieron mucho (En este Capítulo se hace hincapié que la bondad natural e integridad, como en el caso de Abimelec, no necesariamente hace a un hombre hijo de Dios y, por otro lado, tampoco una falta momentánea moral debido al temor descalifica al Creyente de ser miembro de la familia de la fe).
     9 Entonces llamó Abimelec a Abraham, y le dijo:  ¿Qué nos has hecho? ¿Y en qué he pecado contra ti, para que hayas traído sobre mí y sobre mi reino tan gran pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo. (Es interesante que este rey pagano entendiera la palabra «pecado», lo que significa que tenía algo del conocimiento de Dios, que aumentó considerablemente después del sueño que tuvo. En el camino de la Fe, el pueblo de Dios es una bendición para el mundo. En el camino de la incredulidad, es una maldición.)
    10 Y dijo Abimelec a Abraham:  ¿Qué viste para que hicieses esto? (Cuán culpables somos todos nosotros con respecto a esto. Como Creyentes somos receptores y proyectores de Su Luz. Pero, muchas veces en verdad lo que proyectamos no es enteramente lo que hemos recibido.)
    11 Y Abraham respondió:  Porque dije para mí:  Cierto no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer (una vez que se abandona el camino de la Fe, el hijo de Dios juzga equivocadamente).
    12 Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer (como se dijo, Abraham insiste que Sara es su hermanastra, mientras que el Espíritu Santo hace hincapié en que la dama es su esposa [vs. 2-3, 7]).
    13 Y fue que, cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tu me harás, que en todos los lugares donde llegáremos, digas de mí: Mi hermano es (este plan, elaborado por Abraham al principio, no era de Dios, sino de sí mismo, por lo tanto, una obra de la carne, seguir esa dirección siempre trae extremas dificultades).
    14 Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer (a pesar del error de Abraham, el SEÑOR bendijo al Patriarca; como muy a menudo él hace lo mismo con nosotros).
    15 Y dijo Abimelec:  He aquí mi tierra está delante de ti, habita donde bien te parezca (Abimelec tenía suficiente inteligencia para darse cuenta que las Bendiciones de Dios estaban sobre Abraham; por lo tanto, él le ofrece un lugar en «su tierra;» sin duda, él experimentó grandes Bendiciones de Dios por este acto, al igual que cualquiera que bendice a los hijos de Dios).
    16 Y a Sara dijo:  He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano (al referirse a Abraham como su «hermano», en efecto, este príncipe pagano estaba diciéndole a ella, «No lo vuelvas hacer; es impropio»); mira que él te es por velo de ojos para todos los que están contigo, y para con todos; así fue reprendida. (Abimelec, en efecto, está diciendo, «Si abiertamente afirmas que Abraham es tu marido, ciertamente será protección suficiente para ti y, de igual modo, para la totalidad de tu grupo. Es triste cuando nosotros, como Creyentes, tenemos que recibir la reprimenda del mundo. Un principio Divino, sin embargo, brilla en este triste Capítulo. Y es que Dios, en Su Gracia Sublime, no se avergüenza de llamarse el Dios de un pobre, débil, imperfecto y tambaleante hombre, si existe, a pesar de toda la debilidad, la fe y el amor en el corazón. El Patriarca, por su propia infidelidad, se ha degradado profundamente a sí mismo para ser debidamente reprendido por el príncipe pagano, pero Dios, en Su fidelidad, lo reviste con dignidad, y lo honra en presencia de Abimelec.)
    17 Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y las cuales tuvieron hijos.
    18 Porque había del todo cerrado el SEÑOR toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham. (Los Versículos finales de este Capítulo contienen una lección solemne para todo Creyente. Debido a que Abraham se apartó de la senda de la Fe, mientras él dejó de andar en esa senda, no nacieron hijos a Abimelec y a su hogar. Este hecho físico ilustra una realidad espiritual en la experiencia Cristiana. Es razonable aprender de todo esto que el nacimiento de hijos espirituales en el Evangelio es impedido o se retrasa por el comportamiento inestable de los Creyentes — Williams.)


Salmo 77:A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche. Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo. Me acuerdo de Dios, y me lamento; medito en él, y desfallezco. Selah. No me dejas conciliar el sueño; tan turbado estoy que ni hablar puedo. Me pongo a pensar en los tiempos de antaño; de los años ya idos me acuerdo. Mi corazón reflexiona por las noches; mi espíritu medita e inquiere: "¿Nos rechazará el Señor para siempre? ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad? ¿Se habrá agotado su gran amor eterno, y sus promesas por todas las generaciones? ¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?" Selah. Y me pongo a pensar: "Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo." Prefiero recordar las hazañas del Señor, traer a la memoria sus milagros de antaño. Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas. Santos, oh Dios, son tus caminos; ¿qué dios hay tan excelso como nuestro Dios? Tú eres el Dios que realiza maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos. Con tu brazo poderoso redimiste a tu pueblo, a los descendientes de Jacob y de José. Selah. Las aguas te vieron, oh Dios, las aguas te vieron y se agitaron; el propio abismo se estremeció con violencia. Derramaron su lluvia las nubes; retumbaron con estruendo los cielos; rasgaron el espacio tus centellas. Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores. Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas. Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo.




Proverbios 3:Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán prosperidad. Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón. Contarás con el favor de Dios y tendrás buena fama entre la gente. Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo. Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. *Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro. Es más valiosa que las piedras preciosas: ¡ni lo más deseable se le puede comparar! Con la mano derecha ofrece larga vida; con la izquierda, honor y riquezas. Sus caminos son placenteros y en sus senderos hay paz. Ella es árbol de vida para quienes la abrazan; ¡dichosos los que la retienen! Con sabiduría afirmó el Señor la tierra, con inteligencia estableció los cielos. Por su conocimiento se separaron las aguas, y las nubes dejaron caer su rocío. Hijo mío, conserva el buen juicio; no pierdas de vista la discreción. Te serán fuente de vida, te adornarán como un collar. Podrás recorrer tranquilo tu camino, y tus pies no tropezarán. Al acostarte, no tendrás temor alguno; te acostarás y dormirás tranquilo. No temerás ningún desastre repentino, ni la desgracia que sobreviene a los impíos. Porque el Señor estará siempre a tu lado y te librará de caer en la trampa. No niegues un favor a quien te lo pida, si en tu mano está el otorgarlo. Nunca digas a tu prójimo: "Vuelve más tarde; te ayudaré mañana", si hoy tienes con qué ayudarlo. No urdas el mal contra tu prójimo, contra el que ha puesto en ti su confianza. No entres en pleito con nadie que no te haya hecho ningún daño. No envidies a los violentos, ni optes por andar en sus caminos. Porque el Señor aborrece al perverso, pero al íntegro le brinda su amistad. La maldición del Señor cae sobre la casa del malvado; su bendición, sobre el hogar de los justos. El Señor se burla de los *burlones, pero muestra su favor a los humildes. Los sabios son dignos de honra, pero los necios sólo merecen deshonra.



El Libro de Primera Corintios Capítulo 7 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LA PRIMERA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS
CAPÍTULO 7(59 d.C.)LOS CRISTIANOS NO CASADOS
EN CUANTO a las cosas de que me escribisteis (el Apóstol se dirigirá ahora a los asuntos de los cuales le preguntaron en una carta; los Capítulos anteriores trató sobre lo que le habían dicho): bien es al hombre no tocar mujer (no es incorrecto que un hombre no se case, si es lo que el Señor desea para la vida personal de este hombre). 2 Mas a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido (es una regla, no solamente un permiso).
LOS CRISTIANOS CASADOS
3 El marido pague a la mujer la debida benevolencia (se refiere al marido que ha de respetar las necesidades sexuales de su esposa, y en consecuencia suplirlas; por supuesto, hablamos de las necesidades legítimas): y asimismo la mujer al marido (proclama el mismo deber impuesto sobre la esposa en cuanto al marido). 4 La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido: e igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer (se refiere al hecho de que el marido y la esposa se pertenecen el uno a la otra, queriendo decir que ninguno tiene el derecho de rechazar las demandas normales). 5 No os defraudéis el uno al otro (parece que algunas parejas casadas en aquella época se abstenían de la actividad sexual, ellos erróneamente pensaban que les permitía vivir una vida más espiritual; ¡el hombre quiere ir de un extremo al otro!), a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos en ayuno y oración (no es obligatorio, sino que fue dado como sugerencia); y volved a juntaros en uno, porque no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia (el Creyente no necesariamente se coloca en una represión de autotormento más allá de lo que Dios exige). 6 Mas esto digo por concesión, no por Mandamiento. (El Espíritu Santo, por Pablo, deja los detalles de vida, ya sea célibe o casado, a las conciencias individuales, sin embargo, con sabiduría y caridad dadivosa. Él los emanciparía de restricciones humanas ilícitas.)
LOS NO CASADOS
7 Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo (no fue dicho por Pablo para denigrar el matrimonio como algunos han afirmado; en efecto, él estaba diciendo que deseaba ya la Resurrección Venidera, para que todos serían como él). No obstante cada uno tiene su propio Don de Dios, uno a la verdad así, y otro así (se refiere a diferentes tipos de Ministerio). 8 Digo pues a los solteros y a las viudas (naturalmente dio un consejo en contestación a la pregunta), que es bueno para ellos si se quedaren como yo (se explicó en el Versículo 26, donde él dice, “de la presente angustia,” se refiere a la hostilidad de Roma). 9 Y si no tienen don de continencia, cásense (se refiere al apetito sexual): que mejor es casarse que quemarse (se refiere a debida a con la pasión).
REGULACIONES
10 Mas a los que están juntos en matrimonio, les ordeno, no yo, sino el Señor (quiere decir que no es solamente el permiso como lo era en el Versículo 6, sino más bien un Mandamiento), Que la mujer no se separe del marido (la separación por motivos que no eran Bíblicos; en otras palabras, el marido inconverso no le dio a la esposa el derecho de divorciarse por esos motivos): 11 Y si se separare, que se quede sin casar, o reconcíliese con su marido (se refiere a obtener un divorcio o Pablo no le hubiera prohibido que permaneciera sola, no volver a casarse a menos que fuera con su antiguo marido): y que el marido no despida a su mujer (al igual que a la esposa le prohibe al marido; el Espíritu Santo, por medio del Apóstol, le da a las mujeres los mismos derechos que a los hombres). 12 Y a los demás yo digo, no el Señor (¡No significa que no es inspirado! El Apóstol nada más está diciendo que Jesús no dio instrucciones acerca qué hacer con matrimonios mixtos, es decir, “Creyentes e incrédulos”): si algún hermano tiene mujer incrédula (no es Cristiana), y ella consiente en habitar con él, no la despida (tal situación no proporciona motivos de divorcio). 13 Y la mujer que tiene marido incrédulo, y él consiente en habitar con ella, no lo deje (igual que el Versículo anterior). 14 Porque el marido incrédulo es Santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido (el Creyente, en virtud de ser una sola carne con su cónyuge incrédulo o incrédula, no se considera que está viviendo en una relación ilegal; “Santificado” significa que Dios considera Cristiano el hogar y el matrimonio, sin importar que el uno o la otra sea incrédulo): pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos; no obstante ahora son Santos (el Señor lo considera nacido en un hogar Cristiano, a pesar de que la Madre o el Padre es incrédulo). 15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese (se refiere al abandono, y el único propósito del abandono es por la Causa de Cristo). Que no es el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso (nada podía el Creyente hacer para impedir que se marchara el cónyuge incrédulo, y en este caso, el Creyente está libre de volver a casarse): antes bien, Dios nos llamó a la paz. (La esposa o el marido incrédulo que no quiere seguir en el matrimonio destruye la paz creando una situación insostenible.) 16 Porque ¿de dónde sabes, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O de dónde sabes, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer? (Se debe hacer todo lo posible para seguir en el matrimonio, creyendo que con el tiempo el cónyuge incrédulo vendrá al Señor, lo que podría ser su única oportunidad.) 17 Empero cada uno como el Señor le repartió (se refiere a la regla de que las circunstancias de nuestras vidas son reguladas por la Providencia de Dios, y no deben ser cambiadas arbitrariamente por nuestro propio capricho), y como Dios llamó a cada uno, así ande (el Señor asigna nuestro camino, por lo tanto, no intente cambiar la posición a menos que vea que está equivocado, o no haya nada que usted pueda hacer en cuanto al cambio). Y así enseño en todas las Iglesias (estas instrucciones son aplicables a los Creyentes en todas partes y para siempre). 18 ¿Es llamado alguno Circuncidado? (los Judíos) quédese circunciso. ¿Es llamado alguno incircunciso? (los Gentiles) que no se Circuncide. 19 La Circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es (Pablo dice que Cristo ha cumplido toda la antigua Ley Levítica, por eso ya no es obligatoria), sino la observancia de los Mandamientos de Dios. (Estos Mandamientos se encuentran en Mat. 22:36-40. Solamente se pueden guardar cuando el Creyente entienda que todo el poder y la fuerza vienen a través de la Cruz, lo que siempre debe ser el Objeto de nuestra Fe. Por lo tanto, da libertad de acción al Espíritu Santo para que obre en nuestras vidas, ayudándonos a hacer lo que tiene que hacerse.) 20 Cada uno en la vocación en que fue llamado, en ella se quede. (La condición o posición en que la persona se encuentra cuando acepta a Cristo, respetando posiciones o ciertos empleos que son honorables.) 21 ¿Eres llamado siendo siervo? no te preocupes (se refiere a un esclavo; el Espíritu Santo puede hacer Su Morada en el corazón de un esclavo como lo puede hacer en cualquiera otra persona): mas también si puedes hacerte libre, procúralo más bien (la libertad como preferencia, si es que se puede obtener; de otro modo, sirva a Dios como un esclavo; los esclavos eran la mayoría de la población en esa época). 22 Porque el que en el Señor es llamado, siendo siervo (esclavo), liberto es del Señor (en el Señor tal persona es libre, a pesar de su posición en la vida; es todo lo que realmente importa): asimismo también el que es llamado, siendo libre, siervo es de Cristo (una persona que no es un esclavo se hace un Esclavo Voluntario de Cristo). 23 Por precio sois comprados (el precio de rescate era la Preciosa Sangre Derramada de Jesús en la Cruz del Calvario); no os hagáis siervos de los hombres. (La Liberación por Jesucristo no sólo nos libera del pecado, sino también del temor del hombre y lo que el hombre puede hacernos.) 24 Cada uno, Hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede para con Dios. (La tercera vez que Pablo dice esto [vv. 17, 20]; el Espíritu Santo nos coloca al mismo nivel en el Cristianismo.)
VÍRGENES
25 No obstante de las vírgenes no tengo Mandamiento del Señor (el Antiguo Testamento o el Señor en Su Ministerio terrenal no dijo nada acerca de esta cuestión; aún así lo que Él dirá ahora es sin duda alguna inspirado por Dios); mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. (Pablo parece implicar aquí que él había sido célibe toda su vida, y el Señor le había dado la Gracia respecto al apetito sexual.) 26 Tengo, pues, esto por bueno en vista de la presente angustia (persecución por Roma), que bueno es al hombre estarse así. (Él se refiere principalmente a los Predicadores y las adversidades que ellos se encontrarían con respecto a “la presente angustia” si tuvieran una familia.) 27 ¿Estás ligado a mujer? no procures soltarte (como se mencionó, él se refiere principalmente a los Predicadores). ¿Estáis suelto de mujer? no busques casarte. (En otras palabras, si usted no está casado, lo mejor sería que se quedara así. Pero entienda que Pablo se refería sólo de esa época en concreto, lo que también tendría que ver con cierto porvenir.) 28 Mas también si tomares mujer, no pecaste (se refiere a los hombres cuyas mujeres los habían abandonado debido a su aceptación de Cristo y la Predicación del Evangelio; no es pecado volver a casarse para aquel hombre [o mujer]); y si la doncella se casare, no pecó (se refiere a las señoritas que tenían en mente seguir solteras por el resto de sus vidas, pero luego resulta que se enamoran de un joven, etc.). Pero aflicción de carne tendrán los tales (“la presente angustia,” es decir, “la persecución”): mas yo os dejo. (¡Si él puede, quiere salvarlos de ciertos problemas!)
CRISTIANOS CASADOS
29 Esto empero digo, Hermanos, que el tiempo es corto (hay que aprovechar el tiempo que tenemos y no agobiarnos sin necesidad, de ese modo, haciendo difícil nuestra vida para el Señor): lo que resta es, que los que tienen mujeres sean como los que no las tienen (los Cristianos han de estar relajados en cuanto al interés terrenal; el Señor debe ser primero en todo); 30 Y los que lloran, como los que no lloran (todo lo terrenal es pasajero; ¡hay que recordar esto!); y los que se regocijan, como los que no se regocijan; y los que compran, como los que no poseen; 31 Y los que usan de este mundo, como los que no lo usan plenamente (sólo estamos de paso): porque la apariencia de este mundo se pasa (es como un vapor que se esfuma, por eso, los Cristianos no debieran aferrarse en ello).
LAS RESPONSABILIDADES
32 Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja (no hay que estar agobiados de preocupación). El soltero tiene cuidado de las cosas que son del Señor, cómo ha de agradar al Señor (se refiere otra vez a los Predicadores del Evangelio, y sobre todo considerando “la presente angustia”): 33 Empero el que se casó tiene cuidado de las cosas que son del mundo, cómo ha de agradar a su mujer. (De nuevo, “la angustia presente” concernía lo que Nerón estuvo a punto de hacer, lo que resultaría en que muchos Cristianos perderían sus vidas.) 34 Hay asimismo diferencia entre la casada y la doncella (concierne sólo la manera de disponibilidad por el Señor). La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser Santa así en el cuerpo como en el espíritu (Pablo no le está hablando a todas las mujeres Cristianas, sólo a aquellas que son llamadas al Ministerio, y más expresamente sólo a aquellas para las cuales sería la Voluntad de Dios): mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, cómo ha de agradar a su marido. (¡Realmente quiere decir que su interés está dividido entre el Señor y su marido, mientras que la de una mujer soltera es sólo del Señor, o al menos se supone que deba ser así!) 35 Esto empero digo para vuestro provecho; no para echaros lazo (sus palabras no son obligatorias, pero tienen la intención de servir como consejos e instrucción; toda persona debe buscar al Señor con respecto a su propia vida y Ministerio), sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os lleguéis al Señor (cual sea la Voluntad del Señor en cada caso individual). 36 Mas si a alguno parece que no está obrando correctamente con su hija virgen (no se refiere a una novia como lo indica aquí, sino más bien el Padre de esta doncella), que pase ya de edad (se consideraba que tenía veinte años en ese momento; por eso, debían ya permitirle que tomara su propia decisión con respecto al matrimonio, etc.), y que así conviene que se haga, haga lo que quisiere, no peca (por ser ya su hija una adulta, ella tiene la libertad de tomar sus propias decisiones, y el Padre ya no es el responsable): cásese. 37 Pero el que está firme en su corazón, y no tiene necesidad (la hija no desea casarse; por lo tanto, el Padre podía seguir dedicándose a ella), sino que tiene libertad de su voluntad, y determinó en su corazón esto, el guardar su hija virgen, bien hace (le concierne al Padre la dedicación de ella al Señor, lo cual es también el deseo de ella, con el entendimiento que él la mantendría por toda su vida). 38 Así que el que la da en casamiento, bien hace (si es lo que ella quiere); y el que no la da en casamiento, hace mejor (no tiene la intención de declarar que es mejor moralmente, sino más bien “mejor con relación a la Obra de Dios”).
VIUDAS CRISTIANAS
39 La mujer casada está atada a la ley mientras vive su marido; mas si su marido muriere, libre es, cásese con quien quisiere; con tal que sea en el Señor (casarse con otro Cristiano). 40 Empero más venturosa será si se quedare así, según mi consejo (permanece soltera): y pienso que también yo tengo Espíritu de Dios (pone el consejo de Pablo fuera de la esfera del juicio humano y dentro de la esfera del Divino).



Primera Corintios Capítulo 13:Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.

Hebreos 10:35-12:4Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.

Romanos 8:Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no vivan según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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