05 February 2008

El 5 de Febrero Lectura Bíblica Diaria


El 5 de Febrero Lectura Bíblica Diaria:


Isaiah 42-44 NVI:
"Éste es mi siervo, a quien sostengo, mi escogido, en quien me deleito; sobre él he puesto mi Espíritu, y llevará justicia a las naciones. No clamará, ni gritará, ni alzará su voz por las calles. No acabará de romper la caña quebrada, ni apagará la mecha que apenas arde. Con fidelidad hará justicia; no vacilará ni se desanimará hasta implantar la justicia en la tierra. Las costas lejanas esperan su enseñanza." Así dice Dios, el Señor, el que creó y desplegó los cielos; el que expandió la tierra y todo lo que ella produce; el que da aliento al pueblo que la habita, y vida a los que en ella se mueven: "Yo, el Señor, te he llamado en justicia; te he tomado de la mano. Yo te formé, yo te constituí como pacto para el pueblo, como luz para las naciones, para abrir los ojos de los ciegos, para librar de la cárcel a los presos, y del calabozo a los que habitan en tinieblas. "Yo soy el Señor; ¡ése es mi nombre! No entrego a otros mi gloria, ni mi alabanza a los ídolos. Las cosas pasadas se han cumplido, y ahora anuncio cosas nuevas; ¡las anuncio antes que sucedan!" Canten al Señor un cántico nuevo, ustedes, que descienden al mar, y todo lo que hay en él; canten su alabanza desde los confines de la tierra, ustedes, costas lejanas y sus habitantes. Que alcen la voz el desierto y sus ciudades, y los poblados donde Cedar habita. Que canten de alegría los habitantes de Selá, y griten desde las cimas de las montañas. Den gloria al Señor y proclamen su alabanza en las costas lejanas. El Señor marchará como guerrero; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate, y triunfará sobre sus enemigos. "Por mucho tiempo he guardado silencio, he estado callado y me he contenido. Pero ahora voy a gritar como parturienta, voy a resollar y jadear al mismo tiempo. Devastaré montañas y cerros, y secaré toda su vegetación; convertiré los ríos en tierra seca, y secaré los estanques; conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré, y no los abandonaré. Pero retrocederán llenos de vergüenza los que confían en los ídolos, los que dicen a las imágenes: Ustedes son nuestros dioses. "Sordos, ¡escuchen! Ciegos, ¡fíjense bien! ¿Quién es más ciego que mi siervo, y más sordo que mi mensajero? ¿Quién es más ciego que mi enviado, y más ciego que el siervo del Señor? Tú has visto muchas cosas, pero no las has captado; tienes abiertos los oídos, pero no oyes nada." Le agradó al Señor, por amor a su justicia, hacer su ley grande y gloriosa. Pero éste es un pueblo saqueado y despojado, todos atrapados en cuevas o encerrados en cárceles. Son saqueados, y nadie los libra; son despojados, y nadie reclama. ¿Quién de ustedes escuchará esto y prestará atención en el futuro? ¿Quién entregó a Jacob para el despojo, a Israel para el saqueo? ¿No es acaso el Señor a quien su pueblo ha ofendido? ni obedeció su ley. Por eso el Señor derramó sobre él su ardiente ira y el furor de la guerra. Lo envolvió en llamas, pero no comprendió; lo consumió, pero no lo tomó en serio. Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: "No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador; yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate, a Cus y a Seba en tu lugar. A cambio de ti entregaré hombres; ¡a cambio de tu vida entregaré pueblos! precioso y digno de honra. No temas, porque yo estoy contigo; desde el oriente traeré a tu descendencia, desde el occidente te reuniré. Al norte le diré: ¡Entrégalos! y al sur: ¡No los retengas! y a mis hijas desde los confines de la tierra. Trae a todo el que sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé. " Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos, al pueblo sordo, aunque tiene oídos. Que se reúnan todas las naciones y se congreguen los pueblos. ¿Quién de entre ellos profetizó estas cosas y nos anunció lo ocurrido en el pasado? y demuestren tener razón, para que otros oigan y digan: "Es verdad." "Ustedes son mis testigos afirma el Señor, son mis siervos escogidos, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios, ni habrá ninguno después de mí. Yo, yo soy el Señor, fuera de mí no hay ningún otro salvador. Yo he anunciado, salvado y proclamado; yo entre ustedes, y no un dios extraño. Ustedes son mis testigos afirma el Señor, y yo soy Dios. Desde los tiempos antiguos, yo soy. No hay quien pueda librar de mi mano. Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo." Así dice el Señor, su Redentor, el Santo de Israel: "Por ustedes enviaré gente a Babilonia; abatiré a todos como fugitivos. En los barcos que eran su orgullo, abatiré también a los caldeos. Yo soy el Señor, su santo; soy su rey, el creador de Israel." Así dice el Señor, el que abrió un camino en el mar, una senda a través de las aguas impetuosas; el que hizo salir carros de combate y caballos, ejército y guerrero al mismo tiempo, los cuales quedaron tendidos para nunca más levantarse, extinguidos como mecha que se apaga: "Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto, y ríos en lugares desolados. Me honran los animales salvajes, los chacales y los avestruces; yo hago brotar agua en el desierto, ríos en lugares desolados, para dar de beber a mi pueblo escogido, al pueblo que formé para mí mismo, para que proclame mi alabanza. "Pero tú, Jacob, no me has invocado; tú, Israel, te has cansado de mí. No me has traído el cordero de tus holocaustos, ni me has honrado con tus sacrificios. No te he abrumado exigiendo ofrendas de grano, ni te he agobiado reclamando incienso. No me has comprado caña aromática, ni me has saciado con el sebo de tus sacrificios. ¡En cambio, tú me has abrumado con tus pecados y me has agobiado con tus iniquidades! "Yo soy el que por amor a mí mismo borra tus transgresiones y no se acuerda más de tus pecados. ¡Hazme recordar! Presentémonos a juicio; plantea el argumento de tu inocencia. Tu primer antepasado pecó; tus voceros se rebelaron contra mí. Por eso humillé a las autoridades del templo; entregué a Jacob a la destrucción total, entregué a Israel al menosprecio. "Pero ahora, Jacob, mi siervo, Israel, a quien he escogido, ¡escucha! Así dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el seno materno y te brinda su ayuda: No temas, Jacob, mi siervo, Jesurún, a quien he escogido, que regaré con agua la tierra sedienta, y con arroyos el suelo seco; derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia, y mi bendición sobre tus vástagos, y brotarán como hierba en un prado, como sauces junto a arroyos. Uno dirá: ‘Pertenezco al Señor; otro llevará el nombre de Jacob, y otro escribirá en su mano: ‘Yo soy del Señor, y tomará para sí el nombre de Israel. "Así dice el Señor, el Señor Todopoderoso, rey y redentor de Israel: Yo soy el primero y el último; fuera de mí no hay otro dios. ¿Quién es como yo? Que lo diga. desde que establecí a mi antiguo pueblo; que exponga ante mí lo que está por venir, ¡que anuncie lo que va a suceder! No tiemblen ni se asusten. ¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo? Ustedes son mis testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna. " Los que fabrican ídolos no valen nada; inútiles son sus obras más preciadas. Para su propia vergüenza, sus propios testigos no ven ni conocen. ¿Quién modela un dios o funde un ídolo, que no le sirve para nada? Todos sus devotos quedarán avergonzados; ¡simples mortales son los artesanos! Que todos se reúnan y comparezcan; ¡aterrados y avergonzados quedarán todos ellos! El herrero toma una herramienta, y con ella trabaja sobre las brasas; con martillo modela un ídolo, con la fuerza de su brazo lo forja. Siente hambre, y pierde las fuerzas; no bebe agua, y desfallece. El carpintero mide con un cordel, hace un boceto con un estilete, lo trabaja con el escoplo y lo traza con el compás. Le da forma humana; le imprime la belleza de un ser humano, para que habite en un santuario. Derriba los cedros, y escoge un ciprés o un roble, y lo deja crecer entre los árboles del bosque; o planta un pino, que la lluvia hace crecer. Al hombre le sirve de combustible, y toma una parte para calentarse; enciende un fuego y hornea pan. Pero también labra un dios y lo adora; hace un ídolo y se postra ante él. La mitad de la madera la quema en el fuego, sobre esa mitad prepara su comida; asa la carne y se sacia. También se calienta y dice: "¡Ah! Ya voy entrando en calor, mientras contemplo las llamas." Con el resto hace un dios, su ídolo; se postra ante él y lo adora. Y suplicante le dice: "Sálvame, pues tú eres mi dios." No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados, y no ven; su mente está cerrada, y no entienden. Les falta conocimiento y entendimiento; no se ponen a pensar ni a decir: "Usé la mitad para combustible; incluso horneé pan sobre las brasas, asé carne y la comí. ¿Y haré algo abominable con lo que queda? ¿Me postraré ante un pedazo de madera?" Se alimentan de cenizas, se dejan engañar por su iluso corazón, no pueden salvarse a sí mismos, ni decir: "¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!" "Recuerda estas cosas, Jacob, porque tú eres mi siervo, Israel. Yo te formé, tú eres mi siervo; Israel, yo no te olvidaré. He disipado tus transgresiones como el rocío, y tus pecados como la bruma de la mañana. Vuelve a mí, que te he redimido." ¡Canten de alegría, cielos, que esto lo ha hecho el Señor! ¡Griten con fuerte voz, profundidades de la tierra! ¡Prorrumpan en canciones, montañas; y bosques, con todos sus árboles! Porque el Señor ha redimido a Jacob, Dios ha manifestado su gloria en Israel. "Así dice el Señor, tu Redentor, quien te formó en el seno materno: Yo soy el Señor, que ha hecho todas las cosas, yo solo desplegué los cielos y expandí la tierra. ¿Quién estaba conmigo? "Yo frustro las señales de los falsos profetas y ridiculizo a los adivinos; yo hago retroceder a los sabios y convierto su sabiduría en necedad. Yo confirmo la palabra de mis siervos y cumplo el consejo de mis mensajeros. Yo digo que Jerusalén será habitada, que los pueblos de Judá serán reconstruidos; y sus ruinas las restauraré. Yo mando que se seque lo profundo del mar, y ordeno que se sequen sus corrientes. Yo afirmo que Ciro es mi pastor, y dará cumplimiento a mis deseos; dispondrá que Jerusalén sea reconstruida, y que se repongan los cimientos del templo. "


Psalms 54 NVI:
Sálvame, oh Dios, por tu nombre; defiéndeme con tu poder. Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca. Pues gente extraña me ataca; tratan de matarme los violentos, gente que no toma en cuenta a Dios. Selah. Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene, y hará recaer el mal sobre mis adversarios. Por tu fidelidad, Señor, ¡destrúyelos! Te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor, tu buen nombre; pues me has librado de todas mis angustias, y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.


Proverbs 19 NVI:
Más vale pobre e intachable que necio y embustero. El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre. La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo se irrita contra el Señor. Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona. El testigo falso no quedará sin castigo; el que esparce mentiras no saldrá bien librado. Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos. Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra. El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera. El testigo falso no quedará sin castigo; el que difunde mentiras perecerá. No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los príncipes. El buen juicio hace al hombre paciente; su gloria es pasar por alto la ofensa. Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto. El hijo necio es la ruina del padre; la mujer pendenciera es gotera constante. La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor. La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre. El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá. Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte. El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo. Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio. El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso. El temor del Señor conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas. El perezoso mete la mano en el plato, pero es incapaz de llevarse el bocado a la boca. Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido, y ganará en conocimiento. El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo infame y sinvergüenza. Hijo mío, si dejas de atender a la corrección, te apartarás de las palabras del saber. El testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado engulle maldad. El castigo se dispuso para los insolentes, y los azotes para la espalda de los necios.




Juan 7:
CAPÍTULO 7
(32 d.C.)
LA FIESTA DE LOS
TABERNÁCULOS

Y PASADAS estas cosas andaba Jesús en Galilea (abarca aproximadamente seis meses de tiempo, de la Pascua en Abril a la Fiesta de los Tabernáculos en Octubre): que no quería andar en Judea, porque los Judíos procuraban matarle (se refiere a Jerusalén y a Judea; éstos eran los líderes religiosos de la Nación, y hay que hacer una distinción entre ellos y la multitud de la gente).
2 Y estaba cerca la Fiesta de los Judíos, la de los Tabernáculos.
3 Y Le dijeron Sus hermanos (se refiere a Santiago, José, Simón y Judas [Mat. 13:55]), Pásate de aquí, y vete a Judea, para que también Tus Discípulos vean las obras que haces (una declaración de sarcasmo; por el uso de las palabras, “Tus Discípulos,” estaban diciendo que ellos [Sus hermanos] no eran Sus Discípulos, y quisieron que todos supieran que ellos no tenían asociación alguna con Su grupo).
4 Que ninguno que procura ser claro, hace algo en oculto (muy bien se daban cuenta de la animosidad de los líderes religiosos en contra de Jesús; por eso no podían evitar saber que Él se expondría si fuera allá en esta oportunidad). Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo (muy similar a las tentaciones ofrecidas por Satanás en el desierto [Mat. 4:1-11]).
5 Porque ni aun Sus hermanos creían en Él (de haberse presentado Su madre, Sus hermanos y hermanas como leprosos morales en necesidad de limpieza de sus pecados, ellos se hubieran dado cuenta Quién y Lo Que era Él, porque el conocimiento de las realidades espirituales sólo se llega al alma a través de un corazón convencido de pecado, no por el intelecto religioso).
6 Les dice entonces Jesús, Mi tiempo aún no ha venido (Él se refería al tiempo de Su Crucifixión, lo cual sucedería en unos seis meses; ellos no entendieron esto, y tampoco Sus Discípulos más allegados): mas cualquier tiempo siempre es bueno para vosotros (Su declaración expresa que las ideas de ellos eran similares a las del mundo y, por lo tanto, del Diablo).
7 No puede el mundo aborreceros a vosotros (el pensar de ellos en ese momento estaba de acuerdo con el pensar del mundo, lo cual era de Satanás); mas a Mí Me aborrece (el mundo de la religión), porque Yo doy testimonio de él, que sus obras son malas (corresponde mayormente a cualquier cosa en el sentido religioso que no es según Las Escrituras).
8 Vosotros subid a esta Fiesta (pertenece al hecho de que la mayoría de la gente que asistía a esta fiesta no entendieron casi el verdadero significado espiritual de esta Fiesta); Yo no subo aún a esta Fiesta, porque Mi tiempo aún no es cumplido (Su momento para cumplir lo que esta Fiesta representaba todavía no había llegado, y no llegará hasta el Milenio).
9 Y habiéndoles dicho esto, se quedó aún en Galilea (esperó por dos o tres días antes de irse por fin a Jerusalén).
10 Mas cuando Sus hermanos hubieron subido, entonces Él también subió a la Fiesta (insinuúa que Jesús no quiso viajar con Sus hermanos, al darse cuenta de su hostilidad, aunque Sus otros motivos por la demora tenían más validez), no en público, sino como en secreto (declara que fue hecho por razones específicas).
11 Y Le buscaban los Judíos en la Fiesta, y decían, ¿Dónde está Aquél? (Se refiere a la jerarquía religiosa de Israel. Para estar seguro, ellos no Le buscaban por los motivos correctos.)
12 Y había grande murmullo de Él entre la gente (corresponde a los comentarios tanto negativos como positivos): porque unos decían, Bueno es: y otros decían, No; antes engaña a las gentes (el grupo último, sin lugar a dudas, intentaba conseguir el favor de los líderes religiosos de Israel, quienes estaban en contra de Cristo).
13 Más ninguno hablaba abiertamente de Él (se mostraba favorable) por miedo de los Judíos.

EL TEMPLO

14 Y había pasado la mitad de la Fiesta cuando subió Jesús al Templo, y enseñaba.
15 Y se maravillaban los Judíos (se refería a la clase gobernante y culta), diciendo, ¿Cómo sabe Éste letras, no habiendo aprendido? (Se refería a los grandes institutos teológicos en Jerusalén. A pesar de su oposición a Él, el efecto inmediato de Su Mensaje dio gran asombro. A pesar de sí mismos, ellos estaban conmovidos por lo que Él decía y cómo lo decía.)
16 Les respondió Jesús, y dijo, Mi Doctrina no es Mía, sino de Aquél que Me envió (una afirmación mucho mayor que cualquiera de los Profetas de la Antigüedad; en otras palabras, Su Doctrina es de Dios).
17 El que quisiere hacer Su Voluntad (dispuesto a hacer la Voluntad de Dios), conocerá de la Doctrina, si viene de Dios, o si Yo hablo de Mí Mismo (si verdaderamente usted conociera a Dios, e intentara hacer Su Voluntad, al instante reconocerá Mis Palabras como la Verdad, por ello sabrá que son de Dios).
18 El que habla de sí mismo su propia gloria busca (se refiere a aquéllos que hablan acerca del origen del hombre, ya sea de ellos mismos o de otros): mas el que busca Su Gloria Del Que Le envió (procura traer Gloria a Dios), Éste es verdadero, y no hay en Él injusticia (Cristo dice que Él es Verdadero y Justo porque Él procura que toda la Gloria sea para Dios).
19 ¿No os dio Moisés la Ley, y aún ninguno de vosotros hace la Ley? (Ellos afirmaban que guardaban la Ley, y Jesús, en efecto, les echa en cara que eran mentirosos.) ¿Por qué Me procuráis matar? (Era en sí una acusación en contra de sus afirmaciones de guardar la Ley, porque la Ley prohibía el asesinato.)
20 Respondió la gente y dijo, Demonio tienes (quienes dijeron esto eran la gente, y no los líderes religiosos): ¿quién Te procura matar? (Ellos ignoraban lo del complot, y por lo tanto, estaban asombrados por Su declaración.)
21 Jesús respondió y les dijo, Una obra hice, y todos os maravilláis (Él se refería a la sanidad de un hombre en el Sábado, la cual fue realizado un año y medio antes; es muy posible que los líderes religiosos habían planteado el tema).
22 Cierto, Moisés os dio la Circuncisión (quiere decir que el Señor le dijo a Moisés que incluyera la Circuncisión en la Ley) (no porque sea de Moisés, mas de los padres;) (quiere decir que en realidad tuvo su comienzo con Abraham [Gén. 17:9-14]) y en Sábado circuncidáis al hombre (Jesús señala que si la Circuncisión fuera legal en el Día Sábado, cuánto más legal sería una acción que le beneficiaría mucho a una persona, tal como una sanidad).
23 Si recibe el hombre la Circuncisión en Sábado, para que la Ley de Moisés no sea quebrantada; ¿os enojáis Conmigo porque en Sábado hice sano por completo a un hombre? (El interrogante quería decir que Jesús, Quién realmente era el cumplimiento de estas Leyes, y a Quién ellas en un principio señalaron, había cumplido lo que esas Leyes simbolizaban, pero no podrían desempeñar.)
24 No juzguéis según lo que parece (en efecto dice, “si ustedes piensan que no han violado el Sábado en la Circuncisión, entonces ¿cómo pueden pensar que Yo he quebrantado el Sábado cuando he sanado a uno de ustedes que estaba impotente hacía treinta y ocho años?”), mas juzgad justo juicio (dice que el Juicio debe hacerse según la Palabra de Dios completa, y no solamente tomar una sola porción y pervirtirla para su propia satisfacción).
25 Decían entonces unos de los de Jerusalén (concierne a los originarios de esa ciudad), ¿No es Éste Al Que buscan para matarlo? (Significa que el complot de matar a Jesús por las autoridades religiosas no era un secreto completo, al menos a aquéllos en Jerusalén.)
26 Y, he aquí, habla en público, y no le dicen nada (Cristo no retuvo nada, y los gobernantes en ese momento no Le dijeron nada simplemente debido a las muchedumbres masivas que Le escuchaban). ¿Si habrán entendido verdaderamente los principales, que Éste es el Cristo? (Declara qué extensa y cuán detallada era la idea de la Venida de Cristo.)
27 Más Éste, sabemos de dónde es (fue dicho en un sentido negativo; ellos aclaraban que conocían a Su familia, el lugar de Su niñez, etc.; ellos no Le respetaron): y cuando viniere el Cristo, nadie sabrá de dónde sea (un error común de aquella época acerca del Mesías; la Biblia enseñaba todo lo contrario).
28 Entonces clamaba Jesús en el Templo, enseñando y diciendo, Y a Mí Me conocéis, y sabéis de dónde soy (en efecto, dice “ustedes piensan que Me conocen, y de dónde vengo, pero en realidad no saben”): y no he venido de Mí Mismo; mas El Que Me envió es verdadero (en efecto, dice “Me conocen como Jesús de Nazaret; y aún no Me conocen, ya que no conocen Al Que Me envió; pero Yo soy de Él y Él Me envió”), Al Cual vosotros no conocéis (a pesar de todas sus afirmaciones y gran demostración de religión, Él con franqueza les dice que ellos no conocen a Dios).
29 Yo Le conozco (ellos eran de la misma esencia): porque de Él soy, y Él Me envió (Él es del Padre de un modo y posición única, como ninguno de los Profetas ni los Ángeles eran).
30 Entonces procuraban prenderle (éstos eran los líderes religiosos de Israel, y estaban tan enfurecidos, tan enojados y facultados por Satanás y Lo odiaban): mas ninguno Le echó mano en Él, porque aún no había venido Su hora (el Espíritu Santo orquestaba acontecimientos para detener a estos sinvergüenzas; pues no era todavía el tiempo que Jesús había de ser Crucificado, iba a ocurrir seis meses más tarde).
31 Y muchos del pueblo creyeron en Él (de ningún modo se remitió a las autoridades religiosas, sino a la muchedumbre reunida para la Fiesta de los Tabernáculos, que habían venido de todas partes de Israel y hasta de otras partes del Imperio Romano), y decían, El Cristo cuando viniere, ¿hará más señales que las que Éste hace? (Las evidencias del Poder de Dios en la liberación de la gente fueron obvias a todos. En consecuencia, los líderes religiosos estaban ahora entre la espada y la pared.)
32 Los Fariseos oyeron a la gente que murmuraba de Él estas cosas (constituía un grupo diferente al de los gobernantes, pero al igual Le oponían); y los Principales Sacerdotes y los Fariseos enviaron oficiales para que Le prendiesen (estos dos grupos se unían contra Él).
33 Y Jesús dijo, Aún un poco de tiempo estaré con vosotros (en efecto, Jesús estaba diciendo que en unos seis meses, lo que en realidad sería en la siguiente Pascua, Él se convertiría en el Cordero Pascual para todos los hombres), e iré Al Que Me envió (¡de regreso a Dios el Padre, que en realidad fue lo que ocurrió!).
34 Me buscaréis, y no Me hallaréis (cuando ellos Lo necesitarían desesperadamente, lo que sería unos treinta y siete años en el futuro cuando Tito destruiría su ciudad y el mismo Templo en donde ellos ahora se encuentran): y donde Yo estaré, vosotros no podréis venir (en realidad quiere decir que ellos ya pueden venir, pero no lo harían debido a su incredulidad y rebelión).
35 Entonces los Judíos dijeron entre sí, ¿A dónde se ha de ir Éste que no Le hallemos? (Son mentes oscurecidas por la incredulidad, y por lo tanto, lanzan sentidos irónicos y confusos en Sus Palabras, a fin de echar un aire de desprecio a Su respuesta.) ¿Se ha de ir a los esparcidos entre los Gentiles, y a enseñar a los Gentiles? (Su pregunta constituyó el desprecio expresado de la mente de los Judíos por un seudo-Mesías Quién le falló a Su Propio Pueblo y aquí en los Atrios de la Casa del Señor, en cambio acudiría a los Gentiles. Sin embargo, aunque para ellos era el insulto de todos los insultos, de todos modos estaban más cerca a la Verdad que ellos jamás se atreverían a darse cuenta.)
36 ¿Qué dicho es Éste que dijo, Me buscaréis, y no Me hallaréis; y donde Yo estaré, vosotros no podréis venir? (Por el mismo contenido de su composición, su sarcasmo declara el sentido espiritual de estar completamente perdido en ellos.)

LA FIESTA

37 Más en el postrer día grande de la Fiesta (se refirió al octavo día de la Fiesta de los Tabernáculos), Jesús se ponía en pie y clamaba, diciendo, Si alguno tiene sed, venga a Mí, y beba (presenta la invitación más grande que jamás se haya dado al hombre mortal).
38 El que cree en Mí (no es “en hacer algo,” sino más bien, en “creer”), como dice La Escritura (se refiere a la Palabra de Dios que es la Historia de Cristo y Él Crucificado; todos los Sacrificios señalaron a Cristo y lo que Él haría en la Cruz, así como la totalidad del Tabernáculo y del Templo y todos sus enseres), ríos de Agua Viva (se refiere a Cristo directamente, y a los Creyentes indirectamente) correrán de su vientre (de su ser interior).
39 (Y esto dijo del Espíritu (el Espíritu Santo) que habían de recibir los que creyesen en Él (comenzaría en el Día de Pentecostés): pues aún no había venido el Espíritu Santo (Él ya había llegado); porque Jesús no estaba aún glorificado.) (El tiempo del cual Juan escribió era poco antes de la Crucifixión. Cuando Jesús murió en la Cruz y fue Resucitado tres días más tarde, Él se levantó con un Cuerpo Glorificado, que era una de las señales que todo pecado ya se había expiado, ahora se abría paso para que el Espíritu Santo llegara en una dimensión nueva.)

DIVISIÓN

40 Entonces algunos de la multitud, oyendo este dicho, decían (ya que el Monte del Templo estaba repleto de gente de esa época, centenares de personas escucharon a Jesús y, también, se sintió el poder de lo que Él dijo), Verdaderamente Éste es el Profeta (probablemente se refiere a Deut. 18:15).
41 Otros decían, Éste es el Cristo (esto significa “El Ungido,” que solo, al menos de esta manera, se refirió al Mesías). Algunos empero decían, ¿De Galilea ha de venir el Cristo? (Declara que ellos no conectaron Bíblicamente a Galilea con el Mesías. Ellos claramente pasaban por alto la predicción notable en Isaías 9:1.)
42 ¿No dice La Escritura, Que de la Simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, vendrá el Cristo? (Cristo era de la Simiente de David, y nació en Belén. Sin embargo, parece que ellos en cierto modo malentendieron la predicción de Miqueas, pensaron que el Mesías haría de este pequeño pueblo su residencia. ¡Eso no fue lo que dijo el Profeta Miqueas!)
43 Así que había división entre la gente acerca de Él (la “división” fue debida a la falta de entendimiento de Las Escrituras, además del deseo de algunas personas de ganar la aprobación de los líderes religiosos [Jn. 7:48]).
44 Y algunos de ellos querían prenderle (Lo habrían de arrestar); mas ninguno echó sobre Él manos (era evidente que fueron impedidos de alguna manera por el Espíritu Santo).
45 Y los oficiales vinieron a los Principales Sacerdotes y a los Fariseos (los oficiales que habían enviado para arrestarlo, como está bosquejado en el Versículo 32); y ellos les dijeron, ¿Por qué no Le trajisteis? (Significa que ellos tenían toda la intención de que Él fuera arrestado.)
46 Los oficiales respondieron, Nunca ha hablado hombre así como este Hombre (¡Era precisamente el Espíritu Santo que ellos sentían y percibían, aunque ellos casi no lo entendieron!).
47 Entonces los Fariseos les respondieron (parece indicar que estos hombres eran los espíritus principales en este asalto a Jesús), ¿Estáis también vosotros engañados? (Aunque esto fue dirigido a estos oficiales, era en realidad su problema.)
48 ¿Ha creído en Él alguno de los principales, o de los Fariseos? (Los Fariseos le interrogaban a estos oficiales.)
49 Mas estos comunales que no saben la Ley, malditos son (debiera traducirse, “pero esta gentuza ignorante, en la lengua vulgar de la gente, no versado en la Ley, son un montón de malditos”; ¡es lo que los líderes religiosos pensaban de la gente!).
50 Les dice Nicodemo (presenta a este miembro ostentoso del Sanedrín, quien excedía en sumo grado a los Fariseos, quien a propósito ahora defiende a Jesús) (el que vino a Él de noche, el cual era uno de ellos,) (Se refiere a unos tres años antes; Él era uno de los gobernantes.)
51 ¿Juzga nuestra Ley a hombre, si primero no oyere de él, y entendiere lo que ha hecho? (Aunque débil y tímido parezca esta súplica de Nicodemo, era preciosa para el Señor, y por lo tanto, con honor el Espíritu Santo hace mención de esto.)
52 Respondieron y le dijeron (a Nicodemo), ¿Eres tú también Galileo? Escudriña y ve: que de Galilea nunca se levantó Profeta (ellos no comprobaron los hechos; Jesús nació en Belén, no en Galilea; también, si ellos buscaran en Las Escrituras, hubieran descubierto que Jonás, Oseas, Elías, Eliseo y otros eran del Reino del Norte y no de Judea). 53 Y fuese cada uno a su casa (aunque estos hombres tenían casas donde podían retirarse, Jesús no tenía ni siquiera dónde poner Su Cabeza; entonces el siguiente Versículo dice que Él “se fue al Monte de los Olivos”).


1 Corinthians 13 NVI:
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor.


Hebrews 10:35-12:4 NVI:
Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse, sino de los que tienen fe y preservan su vida.
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos, porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac."* Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel. Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los desobedientes,* pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades, afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre.


Romans 8 NVI:
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.

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