
El 4 de Diciembre Lectura Bíblica Diaria:
Amós 3 - 5:
Oh  hijos de Israel, escuchad la palabra que YHVH habla contra vosotros,  Contra toda la familia que saqué de la tierra de Egipto: A vosotros  solamente he conocido de todas las familias de la tierra. Por eso os  pediré cuentas de todas vuestras iniquidades. ¿Andarán dos juntos sin  estar de acuerdo? ¿Rugirá el león en la espesura sin que haya presa?  ¿Rugirá el leoncillo en su guarida sin haber apresado? ¿Caerá el pájaro  al suelo si no hay trampa? ¿Saltará la trampa del suelo sin haber  atrapado? ¿Se soplará el shofar en la ciudad sin que se alborote el  pueblo? ¿Sucederá alguna desgracia en la ciudad Sin que YHVH la haya  enviado? Así, Adonay YHVH no hará nada sin revelar su plan a sus siervos  los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si Adonay YHVH habla,  ¿Quién no profetizará? Proclamad por los palacios de Asdod, Decid en los  palacios de Egipto: Reuníos en los montes de Samaria, ved el tumulto en  medio de ella, Las opresiones en su interior. No saben hacer lo recto,  dice YHVH, Atesoran en sus palacios frutos de rapiña y de saqueo. Por  eso, así dice Adonay YHVH: Un enemigo vendrá y rodeará la tierra,  Derribará tu fuerza y saqueará tus palacios. Así dice YHVH: Como el  pastor rescata de las fauces del león Un par de patas o la punta de una  oreja, Así serán rescatados los hijos de Israel que habitan en Samaria:  Cual esquinero de un reclinatorio, Cual astilla de la pata de una cama.  Oíd y testificad ante la casa de Jacob, Dice Adonay YHVH, ’Elohey  Sebaot: Cuando pida cuenta de sus delitos a Israel, Le pediré cuenta de  los altares de Bet-’El, Los cuernos del altar serán arrancados y caerán a  tierra. Destruiré la casa de invierno y la casa de verano, Perecerán  los palacios de marfil, Y las grandes casas desparecerán, dice YHVH. Oíd  esta palabras, oh vacas de Basán, que estáis en el monte de Samaria;  Que oprimís a los débiles, que que-brantáis a los pobres, Que dicen a  sus señores: ¡Traed de beber! Adonay YHVH ha jurado por su santidad: He  aquí vendrán días sobre vosotras en que se os llevará con garfios, Con  anzuelos de pesca a vuestro remanente; Y saldréis, cada una por la  brecha que tenga delante, Y seréis echadas al estiércol, dice YHVH. ¡Id a  Bet-’El a prevaricar! Aumentad en Gilgal vuestras transgresiones,  Llevando por la mañana vuestros sacrificios, Y cada tres días vuestros  diezmos. Quemad pan leudado en acciones de gracia. Pregonad y proclamad  las ofrendas voluntarias, Pues que así lo deseáis, oh hijos de Israel.  Dice Adonay YHVH. Aunque os dejé con los dientes limpios en todas  vuestras ciudades, Y faltos de pan en todas vuestras aldeas, No os  volvisteis a Mi, dice YHVH. Os retuve la lluvia tres meses antes de la  siega, E hice llover en un pueblo sí y en otro no, Y en una parcela  llovía, y otra sin lluvia se secaba, Y de dos o tres pueblos iban a otro  para beber agua, y no se saciaban, Pero no os volvisteis a mí, dice  YHVH. Os herí con tizón y con añublo, Y la langosta devoró vuestros  huertos y vuestras viñas, Y vuestras higueras y vuestros olivares, Pero  no os volvisteis a mí, dice YHVH. Os envié la peste que envié sobre los  egipcios, Maté a espada a vuestros jóvenes junto con lo mejor de vuestra  caballería, E hice que el hedor de vuestro campamento Subiera a  vuestras propias narices, Pero no os volvisteis a mí, dice YHVH. Os  destruí como ’Elohim destruyó a Sodoma y a Gomorra, Y fuisteis como un  tizón salvado del fuego, Pero no os volvisteis a mí, dice YHVH. Por  tanto, oh Israel, así voy a hacer contigo, Y porque voy a hacer esto  contigo, ¡Disponte a encararte con tu Dios, oh Israel! El que formó los  montes y creó el viento, El que descubre al hombre sus pensamientos, El  que hace salir la aurora de las tinieblas, Y pisa sobre las alturas de  la tierra, Se llama YHVH ’Elohey Sebaot. Escuchad la palabra que entono  por vosotros cual endecha por la casa de Israel: Cayó para no levantarse  la virgen de Israel. Yace tendida sobre su suelo, y no hay quien pueda  levantarla. Así dice Adonay YHVH a la casa de Israel: La ciudad que  salía con mil, quedará con cien, Y la que salía con cien, quedará con  diez. Así dice YHVH a la casa de Israel: ¡Buscadme y viviréis! No  busquéis en Bet-’El, No entréis a Gilgal, Ni paséis a Beerseba, Que  Gilgal será llevada cautiva, y Bet-’El reducida a la nada. Buscad a YHVH  y viviréis, No sea que acometa a la casa de José, Y la devore como un  fuego, Y no haya nadie en Bet-’El para apagarlo. Ay de los que  convierten el juicio en ajenjo, Y echan por tierra la justicia, Que creó  las Pléyades y Orión, Que cambia en mañana las tinieblas, y oscurece el  día como la noche, Que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre  la faz de la tierra. YHVH es su nombre, Que hace que la destrucción  brille sobre el poderoso, Y que la ruina sobrevenga en la plaza fuerte.  Que en la puerta aborrecen al que amonesta, Y detestan al que habla  rectamente. Ahora pues, por haber violentado al indigente, Exigiéndole  el tributo del trigo, Aunque edifiquéis casas de piedra labrada, No  habitaréis en ellas, Aunque plantéis viñas escogidas no beberéis su  vino. Yo conozco bien vuestras muchas transgresiones E innumerables  pecados: Oprimís al justo, recibís soborno, Y atropelláis a los pobres  en la puerta. (Mientras que el prudente calla ante todo eso, Pues son  tiempos peligrosos). Buscad el bien y no el mal, y viviréis, Y YHVH  ’Elohey Sebaot sea con vosotros así como decís. Aborreced el mal y amad  el bien, Y afirmad la justicia en la puerta, Quizá YHVH ’Elohey Sebaot,  Tenga compasión del remanente de José. Así dice Adonay YHVH, ’Elohey  Sebaot: En todas las plazas habrá llanto, Y en todas las calles dirán:  ¡Ay! ¡Ay! Y llamarán al labrador a duelo, Y a lamentación a los que  sepan endechas. En todas las viñas habrá llanto, Cuando pase entre  vosotros, dice YHVH, ¡Ay de los que desean el día de YHVH! ¿Para qué  deseáis este día de YHVH? Será de tinieblas, y no de luz. Como cuando  uno huye de delante del león, y se topa con el oso; O al entrar en su  casa, apoya la mano en la pared, Y lo muerde una víbora. ¿Acaso no es el  día de YHVH tinieblas y no luz? ¿Oscuridad en la que no hay resplandor?  ¡Desprecio y rechazo vuestras fiestas! ¡Vuestras solemnidades no me  aplacan! Por muchos holocaustos y ofrendas que me acerquéis, No los  aceptaré ni miraré vuestros sacrificios pacíficos de víctimas cebadas.  Retirad de mi presencia la bulla de los cánticos, No quiero escuchar la  melodía de tus arpas. Más bien, fluya como las aguas el derecho, Y la  justicia como arroyo perenne. ¿Acaso me ofrecisteis sacrificios y  ofrendas en el desierto Durante cuarenta años, oh casa de Israel? Antes  bien, llevasteis a Sicut, vuestro rey, Y a Quiún, la estrella de  vuestros dioses que hicisteis para vosotros. Os deportaré pues más allá  de Damasco, dice YHVH, Cuyo nombre es ’Elohe Sebaot.
Salmo 55:
Oh  ’Elohim, oye mi oración, Y no te escondas de mi súplica. Atiéndeme y  respóndeme; Me lamento en mi meditación, y estoy conturbado, A causa de  la voz del enemigo, Por la opresión del malvado, Porque vierten  iniquidad sobre mí, y me persiguen con furia. Mi corazón se retuerce  dentro de mí, Y sobre mí han caído los terrores de la Muerte. Me han  sobrevenido temores y temblores, El horror me está abrumando, Y digo:  ¡Quién me diera alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría;  Ciertamente huiría lejos, Moraría en el desierto.Selah Me apresuraría a  buscar refugio, Del turbión y la tormenta. ¡Devora Adonay, divide sus  lenguas! Que he visto en la ciudad violencia y discordia; Día y noche  rondan sobre sus muros, Y la maldad y la injusticia están adentro.  Dentro de ella hay insidias, Y de su plaza no se apartan la  arbitrariedad y el fraude. Porque no es un enemigo el que me agravia,  pues lo soportaría, ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Pues me  habría ocultado de él, Sino tú, un hombre igual a mí, Mi compañero, mi  íntimo amigo, Que juntos teníamos dulce comunión, Y amistosamente  andábamos en la Casa de Dios. ¡Sorpréndalos la Muerte y des ciendan  vivos al Seol! Porque el mal está en sus moradas, instalado en medio de  ellos. Pero yo clamaré a ’Elohim, y YHVH me salvará. De tarde, de mañana  y a mediodía me lamentaré y gemiré, Y Él oirá mi voz, Y en paz redimirá  mi alma del ataque en contra mío. Aunque contra mí haya muchos, Dios  oirá y los humillará, Él, que reina desde antiguo.Selah Porque ellos no  cambian, ni temen a ’Elohim. Extendió sus manos contra los que estaban  en paz con él; Violó su pacto. Su boca fue más blanda que la  mantequilla, Pero en su corazón había guerra; Más suaves que el aceite  fueron sus palabras, Pero eran puñales. Echa sobre YHVH tu carga, y Él  te sustentará, No para siempre dejará caído al justo. Oh ’Elohim, Tú los  harás bajar a la fosa profunda; Los sanguinarios y los traidores no  llegarán a la mitad de sus días, Pero yo he confiado en ti.
Proverbios 12:
El  que ama la corrección ama el conocimiento, Pero el que aborrece la  reprensiónes necio. El bueno alcanzará favor de YHVH, Pero Él condenará  al hombre de malos designios. El hombre no se afianzará por medio de la  impiedad, Pero la raíz de los justos nunca será removida. La mujer  virtuosa es corona de su marido, Pero la que lo avergüenza, como carcoma  en sus huesos. Los pensamientos de los justos son rectitud, Pero los  consejos de los impíos, engaño. Las palabras del malvado son asechanzas  mortales, Pero a los rectos los libra su propia boca. Se derrumban los  malvados, y ya no existen, Pero la casa de los justos permanecerá.  Conforme a su sabiduría es alabado el hombre, Pero el perverso de  corazón será despreciado. Más vale el modesto, pero que tiene servidor,  Que el que se alaba, y carece de pan. El justo atiende al sustento de su  bestia, Pero aun las compasiones de los inicuos son crueles. El que  labra su tierra, se saciará depan, Pero el que persigue lo vano carece  de entendimiento. El impío codicia el botín de los malvados, Pero la  raíz de los justos da fruto. En la falsedad de sus labios se enreda el  malvado, Pero el justo saldrá de la tribulación. De lo que uno habla, se  saciará, Y de lo que uno hace, se lo pagarán. El camino del necio es  recto antesus propios ojos, Pero el que escucha el consejo es sabio. El  necio manifiesta su ira al instante, Pero el prudente pasa por alto la  injuria. El testigo veraz declara con justicia, El testigo falso, con  mentira. Hay quien profiere palabras como estocadas, Pero la lengua de  los sabios es medicina. El labio veraz permanece para siempre, Pero la  lengua mentirosa por un instante. Hay engaño en el corazón del que trama  el mal, Mas para los consejeros de la paz hay alegría. Ninguna  iniquidad es deseada por el justo, Pero los malvados están colmados por  el mal. Abominación a YHVH es el labio mentiroso, Pero Su deleite los  que obran fielmente El hombre prudente encubre su conocimiento, Pero el  corazón de los necios hace pública su necedad. La mano del diligente  señoreará, Mas las indolentes serán tributarias. La congoja abate el  corazón delhombre, Pero la buena palabra lo alegra. El justo sirve de  guía a su prójimo, Pero el camino de los malvadoslos hace errar. ¡Ni su  propia presa asará el indolente! ¡Precioso tesoro del hombre es  ladiligencia! En la senda de la justicia está lavida, En su sendero no  hay muerte.
El Libro de Los Romanos Capítulo 1 del Nuevo Testamento del Expositor por Jimmy Swaggart:
LA EPÍSTOLA DEL APÓSTOL PABLO A LOS ROMANOS 
CAPÍTULO 1
(60 d.C.)
LA INTRODUCCIÓN
PABLO  (el único escritor de la Biblia que se deshizo de su nombre Judío  [Saulo] por su nombre Gentil [Pablo]), siervo (un Esclavo voluntario) de  Jesucristo, llamado a ser Apóstol (él se pone ・Esclavo・ antes de  Apóstol), apartado para el Evangelio de Dios (quiere decir que Pablo fue  apartado de toda la humanidad por Dios para su Apostolado),
2 (Que  Él (Dios) había antes prometido por Sus Profetas en Las Santas  Escrituras,) (Él prometió al Redentor, Quien sería el Señor Jesucristo.)
3  Acerca de Su Hijo (se refiere a Jesús que es el Mensaje Principal del  Antiguo Testamento), nuestro Señor Jesucristo, que fue hecho (significa  la entrada a una nueva condición) de la simiente de David (por la  familia de David) según la carne (la Encarnación, Dios se hace Hombre);
4  El cual fue declarado Hijo de Dios con potencia (Él era el Hijo de  David en cuanto a Su Humanidad, y el Hijo de Dios en cuanto a Su  Deidad), según el Espíritu de Santidad (otro Nombre que se le da al  Espíritu Santo), por la Resurrección de los muertos (Jesús Crucificado  por los Judíos porque Él afirmaba ser el Hijo de Dios; Dios Lo resucitó  porque Él era el Hijo de Dios):
5 Por El Cual (por Dios) recibimos la  Gracia (favor inmerecido) y el Apostolado (el Llamado), para la  obediencia a la Fe (Jesucristo y Él Crucificado) en todas las naciones  (un Evangelio para la totalidad del mundo), para Su Nombre (Él es Quien  compró nuestra Redención, por medio y a través de la Cruz del Calvario);
6  Entre las cuales (todos los Creyentes) sois también vosotros llamados  de Jesucristo (toda persona que es salva ha sido llamada del Señor de  algo a algo):
7 A todos los que estáis en Roma, Amados de Dios,  llamados a ser Santos (・a ser・ fue incorrectamente sustituido por los  Traductores; toda persona que es salva es un Santo, y establecido así  por Jesucristo y lo que Él hizo en la Cruz): Gracia (que viene por medio  de la Cruz) y Paz (la Paz que resulta de la Obra del Espíritu Santo en  la Santificación) tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo  (presenta a la Trinidad, con el Espíritu Santo que inspira estas  palabras para que sean escritas).
ACCIÓN DE GRACIAS
8  Primeramente, doy gracias a mi Dios por Jesucristo acerca de todos  vosotros, de que se habla bien de vuestra Fe en todo el mundo (se  refiere al Imperio Romano).
9 Porque testigo me es Dios, al cual  sirvo en mi espíritu (su espíritu humano) en el Evangelio de Su Hijo  (Jesucristo y Él Crucificado), que sin cesar me acuerdo de vosotros  siempre en mis oraciones (Pablo tenía una fuerte vida de oración);
10  Rogando (tiene que ver con la búsqueda del Señor para cierta cosa, en  este caso el privilegio de ministrar a la Iglesia en Roma), si al fin  algún tiempo haya de tener, por la Voluntad de Dios, un próspero viaje  para ir a vosotros (Hechos, caps. 27 y 28, registra aquel viaje; fue muy  próspero espiritualmente, pero no resultó próspero en otros modos).
11  Porque os deseo ver, para repartir con vosotros algún don espiritual  (no significa, como algunos creen, que Pablo podía impartir uno o varios  de los nueve Dones del Espíritu, sino más bien les habla de explicarles  más exacto la Palabra de Dios), para confirmaros (los Dones  espirituales, tan valiosos sean, no establecen a nadie; es la Verdad de  la Palabra que establece, y ésta únicamente [Jn. 8:32]);
12 Es a  saber, para ser juntamente consolado con vosotros por la común Fe  vuestra y juntamente mía (conlleva la idea de un refuerzo mutuo causado  por su Ministerio entre ellos, y el Amor de ellos hacia él).
13 Mas  no quiero, Hermanos, que ignoréis (una frase usada muy a menudo por  Pablo) que muchas veces me he propuesto ir a vosotros (empero hasta  ahora he sido estorbado,) (algo que obstaculiza) para tener también  entre vosotros algún fruto, como entre los demás Gentiles (él sabía que  su enseñanza acerca de la Cruz les ayudaría a crecer en la Gracia).
14  A Griegos, y a Bárbaros; a sabios, y a no sabios (a toda la gente,  quienquiera fueran y adondequiera que estuvieran) soy deudor (verídico  de todo Creyente).
15 Así que, en cuanto a mí, presto estoy a anunciar el Evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
EL PODER
16  Porque no me avergüenzo del Evangelio (expresado en referencia a la  Cruz): porque es Potencia de Dios para Salvación a todo aquel que cree;  al Judío primeramente, y también al Griego (por la Cruz, y la Cruz  solamente, el hombre es reconciliado con Dios).
17 Porque en Él (por  medio de la Cruz) la Justicia de Dios (en relación correcta con Dios) se  descubre de Fe en Fe (・de Fe・ se relaciona con Dios como el Proveedor y  ・en Fe・ se relaciona con el hombre como el receptor): como está  escrito, Mas el justo vivirá por la Fe (declara a Pablo que demuestra  que la Justicia por la Fe no es ninguna idea nueva, sino encontrada en  los Profetas [Hab. 2:4]). 
LA CULPA
18  Porque manifiesta es la Ira de Dios (la emoción personal de Dios en  cuanto al pecado) del Cielo (esta ira se origina con Dios) contra toda  impiedad e injusticia de los hombres (Dios debe oponerse  inalterablemente al pecado), que detienen la verdad con injusticia  (quienes rechazan reconocer Quién es Dios, y Lo Que es Dios);
19  Porque lo que de Dios se conoce, a ellos es manifiesto (demuestra el  objetivo universal del conocimiento de Dios como el Creador, que más o  menos se halla en todos los hombres); porque Dios se lo manifestó  (quiere decir que Su Firma exclusiva está en la Creación).
20 Porque  las cosas invisibles de Él, Su Eterno Poder y Divinidad, se echan de ver  desde la Creación del mundo (explica el Versículo 19), siendo  entendidas por las cosas que son hechas (la Creación demanda a un  Creador); de modo que son inexcusables (la Creación nos habla del Poder  Eterno de Dios, y que es obvia a todos): 
LA APOSTASÍA
21  Porque habiendo conocido a Dios, no Le glorificaron como Dios (si los  hombres no entienden a Dios en la esfera de la Creación, no Lo  entenderán en ninguna otra cosa), ni dieron gracias (al no querer  honrarlo causó una falta de gratitud por Sus Dones); antes se  desvanecieron en sus inútiles razonamientos (indica que es la única  dirección donde el hombre caído puede ir, teniendo en cuenta que él ha  rechazado a Dios), y el necio corazón de ellos fue entenebrecido (habla  del rechazo de la Luz).
22 Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos (devasta todo lo que se llama sabiduría que no es de Dios),
23  Y cambiaron la Gloria del Dios incorruptible (se refiere al pecado de  los siglos, y no sólo señala al pagano de la antigüedad, sino también a  muchos del Cristianismo moderno) en semejanza de imagen de hombre  corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes  (revela la degeneración del hombre, que es lo contrario de la  evolución). 
LOS RESULTADOS DE
LA APOSTASÍA
24  Por lo cual también Dios los entregó a inmundicia, en las  concupiscencias de sus corazones (no es solamente permisivo, pero Dios  judicialmente los entregó), de suerte que contaminaron sus cuerpos entre  sí mismos (habla de toda clase de inmoralidad):
25 Los cuales  cambiaron la Verdad de Dios en mentira (se refiere al Versículo 23, que  habla de la inmundicia espiritual y sexual), honrando y sirviendo a las  criaturas antes que al Creador (se refiere al hombre que adora la  creación de sus propias manos, que significa que adora a algo menos que a  sí mismo), el cual es bendito por los siglos. Amén (observe que la  palabra es ・Bendito,・ porque se refiere Al Que efectúa la bendición, en  este caso el Señor).
26 Por esto Dios los entregó a afectos  vergonzosos (el Señor quitó Sus restricciones y, por lo tanto, les dio  acceso libre a sus deseos): pues aun sus mujeres cambiaron el uso  natural en el uso que es contra naturaleza (en pocas palabras habla del  Lesbianismo):
27 Y del mismo modo también los hombres (la  homosexualidad), dejando el uso natural de las mujeres (habla del acto  sexual que se realiza entre el hombre y su esposa), se encendieron en  sus concupiscencias los unos con los otros (lujuria violenta);  cometiendo cosas indecentes hombres con hombres (especifica su  dirección, que es la perversión total), y recibiendo en sí mismos la  recompensa merecida de su extravío (se refiere a la pena atribuida a la  maldad).
28 Y aun como ellos no les pareció tener a Dios ni siquiera  en cuenta (conlleva la idea de que la raza humana pone a prueba a Dios  con el propósito de aprobar o desaprobarlo), Dios los entregó a una  mente depravada (la Luz rechazada es Luz retirada), para hacer lo que no  conviene (que no es apropiada);
APÓSTATAS
29  Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de  avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de  engaños, de malignidades;
30 Murmuradores, detractores,  aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de  males, desobedientes a los padres,
31 Necios, desleales, sin afecto  natural, implacables, sin misericordia (los adjetivos citados son los  resultados finales por abandonar a Dios, lo cual es el motivo de todo el  conflicto en el mundo):
32 Que habiendo entendido el juicio de Dios  (en esencia dice, ・que haga todo lo peor, y esto no nos parará・) que los  que hacen tales cosas son dignos de muerte (se insinúa el Juicio  Divino), no sólo las hacen, mas aun consienten a los que las hacen  (revela el resultado de la ・mente réproba・).
Primera Corintios Capítulo 13:
Si  hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más  que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Si tengo el don  de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y  si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no  soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi  cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano  con eso. El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni  jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no  se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la  maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo  cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue,  mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y  el de conocimiento desaparecerá. Porque conocemos y profetizamos de  manera imperfecta; pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto  desaparecerá. Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño,  razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de  niño. Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero  entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero  entonces conoceré tal y como soy conocido. Ahora, pues, permanecen estas  tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de  ellas es el amor.
Hebreos 10:35-12:4
Así  que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada.  Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la  voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy  poco tiempo, "el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo  vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado." Pero  nosotros no somos de los que se vuelven atrás y acaban por perderse,  sino de los que tienen fe y preservan su vida. Ahora bien, la fe es la  garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a  ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo  fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino  de lo que se ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más  aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo,  pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto,  habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar  la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser  llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En realidad, sin fe  es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios  tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por  la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor  reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó  al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por  la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde  recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por la  fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas  de campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa,  porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es  arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su avanzada edad  y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos,  porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este  solo hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las  estrellas del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar.  Todos ellos vivieron por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas  prometidas; más bien, las reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran  extranjeros y peregrinos en la tierra. Al expresarse así, claramente  dieron a entender que andaban en busca de una patria. Si hubieran estado  pensando en aquella patria de donde habían emigrado, habrían tenido  oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban una patria mejor,  es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de ser  llamado su Dios, y les preparó una ciudad. Por la fe Abraham, que había  recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo  único, a pesar de que Dios le había dicho: "Tu descendencia se  establecerá por medio de Isaac." Consideraba Abraham que Dios tiene  poder hasta para resucitar a los muertos, y así, en sentido figurado,  recobró a Isaac de entre los muertos. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a  Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro. Por la fe Jacob,  cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José,  y adoró apoyándose en la punta de su bastón. Por la fe José, al fin de  su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio  instrucciones acerca de sus restos mortales. Por la fe Moisés, recién  nacido, fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron  que era un niño precioso, y no tuvieron miedo del edicto del rey. Por la  fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del  faraón. Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los  efímeros placeres del pecado. Consideró que el oprobio por causa del  Mesías era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la  mirada puesta en la recompensa. Por la fe salió de Egipto sin tenerle  miedo a la ira del rey, pues se mantuvo firme como si estuviera viendo  al Invisible. Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre,  para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.  Por la fe el pueblo cruzó el Mar Rojo como por tierra seca; pero cuando  los egipcios intentaron cruzarlo, se ahogaron. Por la fe cayeron las  murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su  alrededor. Por la fe la prostituta Rahab no murió junto con los  desobedientes, pues había recibido en paz a los espías. ¿Qué más voy a  decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté,  David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos,  hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones,  apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada;  sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y  pusieron en fuga a ejércitos extranjeros. Hubo mujeres que por la  resurrección recobraron a sus muertos. Otros, en cambio, fueron muertos a  golpes, pues para alcanzar una mejor resurrección no aceptaron que los  pusieran en libertad. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e  incluso de cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por la  mitad, asesinados a filo de espada. Anduvieron fugitivos de aquí para  allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pasando necesidades,  afligidos y maltratados. ¡El mundo no merecía gente así! Anduvieron sin  rumbo por desiertos y montañas, por cuevas y cavernas. Aunque todos  obtuvieron un testimonio favorable mediante la fe, ninguno de ellos vio  el cumplimiento de la promesa. Esto sucedió para que ellos no llegaran a  la meta sin nosotros, pues Dios nos había preparado algo mejor. Por  tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande  de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del  pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que  tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y  perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó  la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está  sentado a la derecha del trono de Dios. Así, pues, consideren a aquel  que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para  que no se cansen ni pierdan el ánimo. En la lucha que ustedes libran  contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su  sangre.
Romanos 8:
Por  lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a  Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha  liberado de la ley del pecado y de la muerte. En efecto, la ley no pudo  liberarnos porque la naturaleza pecaminosa anuló su poder; por eso Dios  envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de  pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así  condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin de que las justas  demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la  naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. Los que viven conforme a  la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza;  en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los  deseos del Espíritu. La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la  mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz. La mentalidad  pecaminosa es enemiga de Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es  capaz de hacerlo. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no  pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza  pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive  en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.  Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del  pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la  justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús de entre los  muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre los  muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su  Espíritu, que vive en ustedes. Por tanto, hermanos, tenemos una  obligación, pero no es la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa.  Porque si ustedes viven conforme a ella, morirán; pero si por medio del  Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo, vivirán. Porque  todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y  ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo,  sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: "¡Abba!  ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos  hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y  coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos  parte con él en su gloria. De hecho, considero que en nada se comparan  los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en  nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de  Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su  propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme  esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción  que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de  Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera  dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que  tenemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras  aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de  nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la  esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene?  Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos  nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a  ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por  nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que  examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el  Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.  Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de  quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.  Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser  transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito  entre muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los  que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los  glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte,  ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio  Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos  generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que  Dios ha escogido? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? Cristo  Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e  intercede por nosotros. ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La  tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el  peligro, o la violencia? Así está escrito: "Por tu causa nos vemos  amenazados de muerte todo el día; nos tratan como a ovejas destinadas al  matadero." Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio  de aquel que nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la  vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni  los poderes, ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la  creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en  Cristo Jesús nuestro Señor.Labels: Bible  Jesucristo  Lectura Biblica  Religion  Cruz   Cristianismo  Jesus  Cross   Jesus Christ  Biblia
    
     
    
  
  
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